
miércoles, 30 de diciembre de 2009
Christine Kerf en su camerino

martes, 29 de diciembre de 2009
Abigail Uhteg, impresora y conservadora

Peppermint Frappé

Feliz cumpleaños, Barbara Steele

lunes, 28 de diciembre de 2009
Y me lo dice ahora, con la cuchara

Cómo observar el cráneo
Para corregir la deformación del hueso de sepia y observar el cráneo sin usar medios informáticos, puede utilizarse el dorso de una cuchara. Se pone la cuchara en la parte superior del hueso, a la derecha. El dorso de la cuchara debe apuntar hacia la izquierda y ponerse perpendicular a la imagen del cuadro.
Colocando la mirada frente al dorso de la cuchara y modificando su orientación, se observa fácilmente el cráneo sobre la superficie de la cuchara.
Leído en la Wikipedia, en la entrada sobre el cuadro Los embajadores (1533) de Hans Holbein el Joven.
Acabáramos
Es justo reconocer a los hipocráticos su fama de exigir detallados informes de los casos, que les llevó a poseer un colosal depósito de experiencia práctica que les permitía predecir el curso de una enfermedad, aunque no comprendiesen las razones. Esta práctica tan razonable hacía que pareciesen tener el control de todo, cuando, en realidad, apenas podían pasar de ayudar a que sus pacientes murieran de la forma más cómoda posible.
Patricia Fara, Breve historia de la ciencia, Ariel, Barcelona, 2009. p. 53.
Me joroba que la editorial haya cogido este libro, cuyo título original es Science. A Four Thousand Year History y lo traduzca como Breve historia de la ciencia para aprovechar el tirón de Una breve historia de casi todo (A Short History of Nearly Everything) de Bill Bryson. Hasta la cubierta es casi igual... Pero bien, el libro es muy entretenido, muy ameno y se lee en un plis plas.
Patricia Fara, Breve historia de la ciencia, Ariel, Barcelona, 2009. p. 53.
Me joroba que la editorial haya cogido este libro, cuyo título original es Science. A Four Thousand Year History y lo traduzca como Breve historia de la ciencia para aprovechar el tirón de Una breve historia de casi todo (A Short History of Nearly Everything) de Bill Bryson. Hasta la cubierta es casi igual... Pero bien, el libro es muy entretenido, muy ameno y se lee en un plis plas.
martes, 22 de diciembre de 2009
La selva

lunes, 21 de diciembre de 2009
HAL canta

I'm half crazy all for the love of you.
It won't be a stylish marriage
I can't afford a carriage,
But you'd look sweet upon the seat
Of a bicycle built for two.
Si HAL hubiera cedido un poco, llegando a un acuerdo amistoso con Dave, ahora tendría 41 añazos, pero se puso tozudo y así le fue. Por tozudo. Yo lo echo de menos todos los días.
En la foto, Keir Dullea en el papel del astronauta David Bowman. Si buscan fotos actuales de Keir Dullea verán qué poco se equivocó el maquillador* cuando avejentó al actor para la última parte de la película.
*Creo que el maquillador era Stuart Freeborn, si no es así, sáquenme de la equivocación. En todo caso, Freeborn fue el autor del maquillaje de los primates del inicio, que tan bien le quedaron que dicen que no recibió el óscar porque los de la academia pensaban que eran monos de verdad.
—¿Pero cómo no le han dao el óscar al maquillaje de los monos de 2001?
—¿Qué maquillaje de los monos de 2001?
—El de los monos.
—¿Que es que los monos iban maquillados?
—No, señor de la academia, que eran señores disfrazados de monos.
—¿Que eran señores disfrazados de monos?
—Claro.
—Pues ahora me entero. En todo caso, oiga, que este año ya hemos dado un premio especial al maquillaje de los monos de El planeta de los simios. Que es un premio especial, que hasta 1981 no vamos a dar otro óscar de maquillaje.
—Ya, pero a los monos de 2001 nada.
—¿Qué monos?
—Los de 2001.
—¿Pero es que iban maquillados o qué?
—¿Quién?
—Los monos.
—Bueno, eran señores disfrazados de monos.
—¿Disfrazados de monos maquillados?
—No, maquillados de monos.
—¿Qué monos? ¿Los de El planeta de los simios?
—No hombre, los de 2001.
—¿Los de 2001? Bueno, para bueno bueno el maquillaje de los tapires que salen con los monos. Qué tapires más conseguidos. Por ese maquillaje estuvimos a un tantito así de darle el óscar a 2001, pero luego vimos los monos de El planeta de los simios y nos quedamos con los monos de El planeta de los simios.
—Pues son más reales los maquillajes de los monos de 2001.
—Y tan reales, yo pensaba que iban sin maquillaje ni ná.
Hotel IV

—Buenas noches ¿Para cenar?
—Lo siento señor, pero tenemos la sala completa.
—¿Completa?
—Oh, sí, señor, todos los años en estas fechas las enfermeras del St. John's Hospital se reúnen en el comedor de nuestro hotel para celebrar la cena de Navidad.
—Oh, cómo lo lamento.
—Ah, no, señor, no lo lamente por nosotros, las enfermeras del St. John son encantadoras y las cenas de Navidad con ellas son muy entretenidas.
—Oh, no, no, lo decía por mí. A esta hora creo que no será fácil que encuentre un sitio abierto para comer algo.
—Así es, señor, es posible que a esta hora no encuentre ningún sitio abierto.
—Bueno...
—¡Espere, señor!
—¿Sí?
—Si quiere, puede probar suerte en el Phillies, pasada la gasolinera. Suele cerrar tarde. Está aquí cerca, a dos manzanas.
—Gracias ¿cree usted que me dará tiempo?
—Si se da prisa es posible que sí.
domingo, 20 de diciembre de 2009
Nurses & Bones
Sobre los párrafos
A lo largo de todo este tiempo he comprobado que muchas personas han entrado en este blog buscando cosas relacionadas con las sangrías al inicio de los párrafos y los tipos de párrafos. Es posible que en la entrada del 26 de agosto de 2008 Sobre las sangrías no quedara del todo claro el asunto de las maneras de indicar el inicio de párrafo en una publicación, así que me dispongo a escribirles una entrada que lo aclare de una vez por todas.
En la actualidad existen dos tipos de párrafos. A saber:
Párrafo ordinario: el que se compone abriendo con sangría la primera línea. Así:

Párrafo moderno o alemán: sin sangría al inicio del párrafo. Para que el lector no se pierda en la lectura, se suele poner una línea en blanco entre párrafo y párrafo. Digo que se suele poner porque en su primera época, Tschichold, cuando iba de moderno, recomendaba no usar ese renglón en blanco, pues defendía que la línea corta de fin de párrafo ya era suficiente como indicador. En todo caso, el párrafo moderno lo solemos ver así:

Pueden hacer uso de uno u otro tipo de párrafo, eligiendo el que más les guste. Pero ojo, si usted es un cliente y le toca un diseñador que le presenta un trabajo con una mezcla del párrafo ordinario y del moderno:

esto es, con sangría al inicio y espacio en blanco entre párrafo y párrafo, golpéelo. Golpéelo hasta que reconozca su culpa. No se preocupe ni sienta lástima, los diseñadores que inician párrafo con sangría y luego ponen una línea de espacio entre párrafos tienen un sistema nervioso muy primitivo —equiparable al de los erizos de mar— y casi no notará las collejas. Él le dirá en su defensa que lo hizo para crear más «blancos» o para «facilitar la lectura», a lo que usted deberá responder «a ti sí que te voy a dar blancos y te voy a facilitar la lectura pero a hostias, tontolaba» mientras le sigue golpeando. Si consigue reconducir a su diseñador, recuérdele que al inicio de capítulo tampoco se debe poner sangría. Como es inicio de texto, no es necesario indicar el comienzo del párrafo. Es lógico. El lector ya lo sabe, lo ve. Si su diseñador insiste y le enjareta por dejadez la sangría al inicio del texto, golpéelo de nuevo. Así hasta que se le quite la tontería. Luego tienen también el párrafo español (la primera línea va sin sangrar y la última centrada al medio) y el párrafo francés (la primera línea va sin sangrar y las demás sangradas), pero los dos son bien horrorosos, así que no merece la pena decir más sobre ellos.
En la actualidad existen dos tipos de párrafos. A saber:
Párrafo ordinario: el que se compone abriendo con sangría la primera línea. Así:

Párrafo moderno o alemán: sin sangría al inicio del párrafo. Para que el lector no se pierda en la lectura, se suele poner una línea en blanco entre párrafo y párrafo. Digo que se suele poner porque en su primera época, Tschichold, cuando iba de moderno, recomendaba no usar ese renglón en blanco, pues defendía que la línea corta de fin de párrafo ya era suficiente como indicador. En todo caso, el párrafo moderno lo solemos ver así:

Pueden hacer uso de uno u otro tipo de párrafo, eligiendo el que más les guste. Pero ojo, si usted es un cliente y le toca un diseñador que le presenta un trabajo con una mezcla del párrafo ordinario y del moderno:

esto es, con sangría al inicio y espacio en blanco entre párrafo y párrafo, golpéelo. Golpéelo hasta que reconozca su culpa. No se preocupe ni sienta lástima, los diseñadores que inician párrafo con sangría y luego ponen una línea de espacio entre párrafos tienen un sistema nervioso muy primitivo —equiparable al de los erizos de mar— y casi no notará las collejas. Él le dirá en su defensa que lo hizo para crear más «blancos» o para «facilitar la lectura», a lo que usted deberá responder «a ti sí que te voy a dar blancos y te voy a facilitar la lectura pero a hostias, tontolaba» mientras le sigue golpeando. Si consigue reconducir a su diseñador, recuérdele que al inicio de capítulo tampoco se debe poner sangría. Como es inicio de texto, no es necesario indicar el comienzo del párrafo. Es lógico. El lector ya lo sabe, lo ve. Si su diseñador insiste y le enjareta por dejadez la sangría al inicio del texto, golpéelo de nuevo. Así hasta que se le quite la tontería. Luego tienen también el párrafo español (la primera línea va sin sangrar y la última centrada al medio) y el párrafo francés (la primera línea va sin sangrar y las demás sangradas), pero los dos son bien horrorosos, así que no merece la pena decir más sobre ellos.
sábado, 19 de diciembre de 2009
HelterSkelter y las melenas victorianas
Mis hermanas dicen que nací con el pelo ya largo enredado alrededor del cuello, pero yo no me lo creo. Siempre han sido unas exageradas. Como cuando insistían en ensayar todos los días menos los domingos, cuando todo el mundo sabe que si entre las siete llenábamos los teatros era gracias a nuestros once metros de pelo y no a nuestro canto [leer más].
Si Maupassant resucitara, la besaría en la frente.
Si Maupassant resucitara, la besaría en la frente.
viernes, 18 de diciembre de 2009
Los niños del agua

En el bosque del agua descubrió a los monos de agua y a las ardillas de agua que tenían seis patas (casi todo en el agua tiene seis patas salvo los tritones y los niños del agua) y, que corrían por entre las ramas con mucha agilidad. También había miles de flores acuáticas y Tom intentaba cogerlas; pero en cuanto las tocaba, se cerraban y se convertían en puñados de gelatina. Entonces, Tom advirtió que todas las cosas estaban vivas —las campanas, las estrellas, las ruedas, las flores de todas las formas y colores—, y que se movían, igual que él. Ahora se dio cuenta de que había muchísimas más cosas en el mundo de lo que le había parecido a primera vista.
Del cuento infantil Los niños del agua (1863) de Charles Kingsley (1819-1875) .
La imagen es una de las doce ilustraciones que realizó Jessie Willcox Smith (1863-1935) para la hermosa edición de 1916.
Querido Julian:
Nunca podré estar seguro de lo de aquel niño del agua. He visto niños en el agua y niños en botellas, pero el niño del agua no estaba en la botella, y el niño de la botella no estaba en el agua. El amigo mío que escribió la historia del niño del agua era un hombre muy simpático y muy listo. Puede que pensara que yo podía ver tantas cosas en el agua como veía él. Hay gente que ve mucho y gente que ve muy poco en las mismas cosas. Cuando crezcas, me atrevo a decir que serás uno de los que verán mucho, y que verás cosas más maravillosas que los niños de agua allí donde otros no verán nada.
Carta de T. H. Huxley a su nieto Julian Huxley cuando contaba cinco años de edad y le preguntó a su abuelo si había visto niños del agua como afirmaba su amigo Charles Kingsley.
Aquí pueden ver la versión libre que hicieron en los estudios Disney del cuento en 1935 bajo la dirección de Wilfred Jackson con la animación de Art Babbitt y Frenchy de Tremaudan.
Aquí, Walt Disney presentando el cuento, con un prefacio animado de no muy buena factura, por cierto.
Linda Gazerra

Los Titiriteros de Binéfar, Premio Nacional de Teatro infantil y juvenil
EFE - Madrid - 17/12/2009 La compañía Los Titiriteros de Binéfar, de Huesca, ha obtenido hoy el Premio Nacional de Teatro para la Infancia y la Juventud, un galardón que otorga por primera vez el Ministerio de Cultura y que está dotado, como el resto de estos reconocimientos, con 30000 euros. El jurado les ha concedido esta distinción por su compromiso con el teatro popular y el teatro para la infancia; su capacidad creativa en el teatro de títeres en relación con otras disciplinas, y por su aportación innovadora con la obra El hombre cigüeña, un espectáculo con el que han participado en numerosos festivales nacionales e internacionales [leer más].
jueves, 17 de diciembre de 2009
Ole clavel, los bonobos
[...] El pene erecto de un bonobo despierto y excitado sexualmente sin duda hace que muchos varones, si no la inmensa mayoría, parezcan poco dotados.
Es verdad que el pene del bonobo es más delgado que el humano, y se retrae por completo en estado fláccido, lo que hace su erección muy llamativa, sobre todo si los machos lo sacuden arriba y abajo, como hacen a menudo. Quizá más notable que la capacidad de «ondear» de sus penes es que los testículos de los bonobos son mucho mayores que los humanos. Esto vale también para los chimpancés, y se ha relacionado con la cantidad de espermatozoides necesarios para asegurar la fecundación de las hembras que se aparean con varios machos. Si los genitales masculinos de chimpancés y bonobos nos sorprenden por su desarrollo, aún nos impresionarán más los femeninos, porque las hembras de ambas especies ostentan enormes hinchazones. No es la leve congestión de los labios vulvares observable, si uno se fija bien, en gorilas y orangutanes hembras; son globos del tamaño de balones de fútbol en la región glútea de una hembra que le permiten enviar una llamativa señal de color rosa vivo a todos los machos de los alrededores, cuyo mensaje es claro: está preparada para el acto sexual.
Frans de Waal, El mono que llevamos dentro, Tusquets, Barcelona, 2007, p. 95.
Es verdad que el pene del bonobo es más delgado que el humano, y se retrae por completo en estado fláccido, lo que hace su erección muy llamativa, sobre todo si los machos lo sacuden arriba y abajo, como hacen a menudo. Quizá más notable que la capacidad de «ondear» de sus penes es que los testículos de los bonobos son mucho mayores que los humanos. Esto vale también para los chimpancés, y se ha relacionado con la cantidad de espermatozoides necesarios para asegurar la fecundación de las hembras que se aparean con varios machos. Si los genitales masculinos de chimpancés y bonobos nos sorprenden por su desarrollo, aún nos impresionarán más los femeninos, porque las hembras de ambas especies ostentan enormes hinchazones. No es la leve congestión de los labios vulvares observable, si uno se fija bien, en gorilas y orangutanes hembras; son globos del tamaño de balones de fútbol en la región glútea de una hembra que le permiten enviar una llamativa señal de color rosa vivo a todos los machos de los alrededores, cuyo mensaje es claro: está preparada para el acto sexual.
Frans de Waal, El mono que llevamos dentro, Tusquets, Barcelona, 2007, p. 95.
miércoles, 16 de diciembre de 2009
Stacia Napierkowska

Hale, Tarkovski de nuevo

Andrei Tarkovski, Esculpir en el tiempo, Rialp, Madrid, 2008, p. 169.
Pero no todo va a ser felicidad. Cambio Radical, su blog de confianza, preocupado en todo momento por la difusión de la cultura aragonesa, les ofrece el vídeo de los gaticos que orinan en el inodoro, el del perrete Rachmaninov y el de los pulpos usando el cocomóvil.
martes, 15 de diciembre de 2009
Balada triste

La Señora Mayor, que está que se sale en su nuevo blog Balada triste de trompeta.
lunes, 14 de diciembre de 2009
domingo, 13 de diciembre de 2009
Clase rápida de geografía
Tuétano, hueso, músculos, sistema nervioso, tejido adiposo, piel, piel, piel: hipodermis, dermis y epidermis, vello, tejido 50% algodón 50% poliamida, aire y coches que se miran unos a otros, grandes carteles, semáforos, calles anchas, gente que va y viene, dos motos, árboles alineados, frío, vaho saliendo de las bocas, escaparates, una cafetería, tiendas, calles, un perrillo color canela de hocico negro al que su dueño ha vestido con un abriguito de lana rojo y verde que hace tip-tip-tip sobre la acera con sus uñas de color grafito, setos, farolas, casas, tejido 50% algodón 50% poliamida, vello, epidermis, dermis, hipodermis: piel, piel, piel, tejido adiposo, sistema nervioso, músculos, hueso, tuétano.
Mis adarmes se chromoteriza

Eso, Mis cromos, recién abierto. Corran a verlo. No me digan que no es una bonita noticia. Y ojo, que este blog, su blog de confianza, muy cultural no será, pero les avisa de las novedades antes que naide.
Como no sé qué presente llevarle por el estreno, que este hombre tiene de todo, le voy a regalar la musiqueta más bonita del mundo.
sábado, 12 de diciembre de 2009
Frases para utilizar esta Navidad
Cambio Radical, su blog de confianza, ofrece a sus lectores, de forma gratuita y libres de todo compromiso con la entidad emisora, las últimas frases que pueden utilizar para meterse con sus personas más o menos queridas en estas fechas tan señaladas:
Tienes menos sustancia que la página web de Javier Rigau.
Eres más soso que la página web de Javier Rigau.
Eres más simple que la página web de Javier Rigau.
Eso se lee más rápido que la página web de Javier Rigau.
¡Tira, que pareces el webmaster de la página web de Javier Rigau!
Tienes menos contenido que la página web de Javier Rigau.
Tienes menos sustancia que la página web de Javier Rigau.
Eres más soso que la página web de Javier Rigau.
Eres más simple que la página web de Javier Rigau.
Eso se lee más rápido que la página web de Javier Rigau.
¡Tira, que pareces el webmaster de la página web de Javier Rigau!
Tienes menos contenido que la página web de Javier Rigau.
Física aplicada
Cuando yo era adolescente, leía y pensaba mucho en el baño, y cuando me encontré con el experimento de Arquímedes en un libro [el autor se refiere aquí al experimento de la corona de oro del rey Hiero] decidí probarlo personalmente midiendo la densidad de mis testículos, para lo cual coloqué la báscula del baño sobre una silla y me pesé, primero al aire y después con los testículos sumergidos en el lavabo lleno de agua. Los resultados fueron decepcionantemente poco concluyentes, pero al menos mi fracaso hizo que me diera cuenta de que la medición precisa era la clave del éxito experimental.
Len Fisher, ¿Cuánto pesa el alma? Cómo algunos experimentos descabellados han dado lugar a descubrimientos excepcionales, Debate, Barcelona, 2009, p. 211.
Len Fisher, ¿Cuánto pesa el alma? Cómo algunos experimentos descabellados han dado lugar a descubrimientos excepcionales, Debate, Barcelona, 2009, p. 211.
viernes, 11 de diciembre de 2009
Sweet Neil

Y aquí, por cortesía de Cambio Radical, su blog de confianza, una hermosa traducción que me hace el Google traductor de Sweet Caroline:
Cuando comenzó, no puedo empezar a conocer cuando
Pero sé que es cada vez más fuerte
¡Oh, no era la primavera, whooo
Y la primavera se convirtió en el verano
¿Quién iba a creer que había llegado a lo largo de
Las manos, tocando las manos, llegando
Tocarme, te toca
¡Oh, Sweet Caroline
Los buenos tiempos no parecen tan buenos
He estado inclinado a creer que nunca
Y ahora, miro a la noche, whooo
Y no parece tan sola
Nos llenarlo con sólo dos, oh
Y cuando me duele
Hurting corre mi hombro
¿Cómo puedo lastimar al sostener que
¡Oh, uno, tocando una parte, llegar
Tocarme, te toca
¡Oh, Sweet Caroline
Los buenos tiempos no parecen tan buenos
Oh, me han inclinado a creer que nunca
Ohhh, Sweet Caroline, los buenos tiempos no parecen tan buenos.
miércoles, 9 de diciembre de 2009
De los primeros
martes, 8 de diciembre de 2009
Hotel III

—Buenos días.
—¿Tomará café o té?
—Café, por favor.
—¿Leche?
—No, no, lo tomaré solo, gracias.
—¿Además deseará?
—Un huevo pasado por agua.
—¿Nada más, señor?
—¿Tienen pastel de chocolate?
—Por supuesto señor y, si me permite un consejo, tenemos también unas pastas de jengibre deliciosas.
—¿De jengibre? nunca las probé.
—¿Le traigo un platito, señor?
—Oh, bien, gracias, señorita. Debo reponer fuerzas. Ayer estuve buena parte de la tarde arrancando las plantas de calabaza, las tomateras secas, las acelgas comidas por los pájaros y las malas hierbas. Luego limpié la tierra, la removí con el rastrillo y eché tres bolsas grandes de estiércol de caballo para así dejar la tierra preparada para la nueva siembra.
—Oh, señor, eso es un trabajo duro.
—Así es, señorita.
—Disculpe ¿sería tan amable de indicarme su número de habitación?
—Ah, por supuesto, la 422.
–Perdón, señor, pero en este hotel no existe la habitación 422.
—¿Cómo que no existe? acabo de bajar ahora mismo de ella.
—Disculpe, eso no es posible, este hotel solo tiene dos plantas, no existe la habitación 422.
—Pero... eh... mire, un momento, aquí en la llave dice...
—Perdone, señor, pero en esa llave no hay nada escrito.
—Pero..., pero... mire, yo vengo de la habitación 422, hace un momento aquí ponía 422, aquí, grabado, 4-2-2...
—Eso no es posible, señor ¿sería tan amable de indicarme su número de habitación?
domingo, 6 de diciembre de 2009
Adivinanza
Nin só negro nin blanco, nin he color certero,
nin lengua con que fable un proverbio señero;
mas sé rendar a todos, siempre só refertero:
valo en el mercado, apenas un dinero.
Del Libro de Apolonio, siglo XIII.
nin lengua con que fable un proverbio señero;
mas sé rendar a todos, siempre só refertero:
valo en el mercado, apenas un dinero.
Del Libro de Apolonio, siglo XIII.
Hotel II

—Buenos días.
—¿Tomará café o té?
—Té, por favor.
—¿Leche?
—Una nube, por favor.
—¿Además deseará?
—¿Sería tan amable de prepararme una tostada con mantequilla?
—Por supuesto, señor, ¿mermelada?
—Ah, bien ¿tiene mermelada de naranja?
—¿De naranja? por supuesto, señor.
—Ah, muy bien, gracias. Perdón ¿Tiene fruta del tiempo?
—Algo queda, señor, una manzana, una pera, piña...
—Una manzana, gracias.
—Muy bien señor ¿Desea alguna cosa más?
—No, gracias, señorita, así es perfecto.
—Disculpe ¿sería tan amable de indicarme su número de habitación?
—Ah, por supuesto, la 418.
–Perdón, señor, pero en este hotel no existe la habitación 418.
—¿Cómo que no existe? acabo de bajar ahora mismo de ella.
—Disculpe, eso no es posible, este hotel solo tiene dos plantas, no existe la habitación 418.
—Pero... eh... mire, aquí en la llave pone...
—Perdone, señor, pero en esa llave no hay ningún número escrito.
—Pero, todo esto es un malentendido. Mire, yo vengo de la habitación 418, acabo de bajar ahora mismo de la habitación 418...
—Eso no es posible, señor ¿sería tan amable de indicarme su número de habitación?
sábado, 5 de diciembre de 2009
Hotel

—Buenos días.
—¿Tomará café o té?
—Café, por favor.
—¿Leche?
—No, gracias.
—¿Además deseará?
—Huevos revueltos, por favor, y una tostada.
—Muy bien, señor.
—¿Tienen mermelada de... cómo se llama esa mermelada oscura?
—¿Mermelada de arándanos?
—¡Eso es! a-ran-da-nos.
—Oh, por supuesto que tenemos, señor.
—Gracias, señorita.
—Disculpe ¿sería tan amable de indicarme su número de habitación?
—Ah, por supuesto, la 416.
–Perdón, señor, pero en este hotel no existe la habitación 416.
—¿Cómo que no existe? acabo de bajar ahora mismo de ella.
—Disculpe, eso no es posible, este hotel solo tiene dos plantas, no existe la habitación 416.
—Pero... eh... mire, aquí en la llave pone...
—Perdone, señor, pero en esa llave no hay escrito ningún número.
—Pero, todo esto es un malentendido. Mire, yo vengo de la habitación 416, hace un momento aquí ponía 416, aquí, grabado, 4-1-6...
—Eso no es posible, señor ¿sería tan amable de indicarme su número de habitación?
viernes, 4 de diciembre de 2009
Satan tree

«Ph´nglui mglw´nafh Cthulhu R´lyeh wgah´nagl fhtagn!»
jueves, 3 de diciembre de 2009
Venga libros
Atención, que si a usted lo que más le gusta de los libros es ir a las presentaciones en cuquilibrerías para ver de cerca el careto de los escritores de su ciudad, de paso reírles algún chiste literario y salir del evento con dos vinos y canapé en el estómago pensando que ha salido más cultivado y más cultural haga el favor de no mirar este vídeo, que se va a aburrir. O también, si es literato y lo que más le gusta de los libros es ir a presentaciones de libros y así de paso comerse la polla con otros literatos y hacer chistes literarios y todo eso que gusta a los escritores eventeros, no mire este documento, que no le va a aportar nada, pero ni miaja. Que lo estoy viendo como si lo hubiera parido, que en el minuto 3:00, cuando el operario está ahí pimba pimba con la maceta sobre las planchas, le va a dar con el puntero a la barra de abajo para ver si adelanta el vídeo, se le hace más corto y llega en un plis plas a la encuadernación y de la encuadernación a la presentación y firma de libros. Que no hay firma de libros, se lo aviso ya. Que no lo vea. Que no es necesario. Vivirá igual que antes si no lo ve y ese rato que se gana para realizar otra cosa, incluso se puede realizar a sí mismo si lo desea. Pero ojo, que si a usted le gustan los libros por otras razones, que lo primero que hace cuando compra uno nuevo es abrirlo y olerlo, que toca el papel, que mira la tipografía de cerca, que le busca el cosido... pues entonces no se pierda este precioso documento que ha dejado hoy Elradia en su blog El Quejadero 2.5, que es canelita pura de la buena.
martes, 1 de diciembre de 2009
Overseal 1900

Que se cansan de ver la foto, pues se pueden poner el vídeo del gatico que hace así con las manicas, que dicen que está arrasando en internet el jodío.