¡¡la silla de montar de la pelvis, como nunca antes la imaginó!! ¡¡Fémures y esternones!! (Y resto de los huesos que toquen por la zona): Convocados estáis.
Fantástico. Pero ese resulta ser un sillón casi calvo al lado de los que hay en la casa de mi progenitora, tantos perros hay. Hay veces se junta tal cantidad de pelambres que parecen formar otra legión de perros inertes. Es difícil distinguir los unos de los otros, habrá que hacer un censo. A puntapiés supongo.
Disgusting!
ResponderEliminaryo sólo sé comentarle con una canción: http://www.youtube.com/watch?v=zPbW5TRJzno
ResponderEliminarEsto pasa por darles tripis a los diseñadores
ResponderEliminarYa se ha pasao, ya se ha pasao, Portorosa, ea, ea.
ResponderEliminarPor ahí irá la cosa, sí, Lady in the radiator.
ResponderEliminarBú, y dejarles ver tele 5, Badil.
ResponderEliminarMal rollico da.
ResponderEliminarEsperen, que voy por la Epilady...
ResponderEliminar¡¡la silla de montar de la pelvis, como nunca antes la imaginó!! ¡¡Fémures y esternones!! (Y resto de los huesos que toquen por la zona): Convocados estáis.
ResponderEliminarFantástico. Pero ese resulta ser un sillón casi calvo al lado de los que hay en la casa de mi progenitora, tantos perros hay. Hay veces se junta tal cantidad de pelambres que parecen formar otra legión de perros inertes. Es difícil distinguir los unos de los otros, habrá que hacer un censo. A puntapiés supongo.
ResponderEliminarPues si a mí me parece un silloncete muy majo, Koldo, sin huesos ni nada.
ResponderEliminarNada, Tuzut, hasta que las masas de pelo inerte no se pongan a ladrar y menear el rabo, no se alarme. ¿Pero cuántos perros son?
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