
En primer lugar, lo primero de todo, decirles que estoy muy contento, por varias razones. La primera, porque he descubierto que tengo nuevos seguidores y que uno de ellos es un carlino. Los seguidores de este blog saben que tengo una debilidad insana por los carlinos. Carlino que veo por la calle, carlino que me comería a besos, aunque siempre me contengo, que les recuerdo que soy alérgico al epitelio de los perros, entre otras cosas. Eso, el que no me convenga tocarlos porque si los toco y me llevo las manos a la cara se me ponen los ojos como tomates y me salen todo tipo de eccemas y asmas, creo que me sensibiliza aún más, que me gustan más aún como bichos besables inalcanzables. Algo me remueven por dentro los carlinos, que son como demonios cariñosos. Si Mijaíl Bulgákov hubiera pensado en un perro en lugar de un gato para su personaje Popota, seguro que habría elegido un carlino. Pongo la imagen, espero que me lo permita la autora, Mar, del carlino seguidor. Miren qué foto más buena. Anda que no cuenta cosas esa foto. Anda que no nos hemos sentido como este carlino más de una vez.
La segunda cosa que me tiene muy contento es que mañana metemos el primer libro de nuestra editorial en imprenta. En cosa de quince días estará impreso y encuadernado y nos dará tiempo para presentarlo en el día del libro, el 17 de abril (esperamos). Cuento con la mejor socia que se pueda imaginar y con un autor que escribe con una honestidad llena de hermosura que desencaja las coyunturas de los huesos en cada página. Más no puedo pedir. Que estoy muy contento. Así que pido a los amigos que me conocen que me dejen seguir con esta felicidad, tan a gusto, ahí sacando libros, que es lo que he deseado hacer desde los diez años, cuando me compraba mis primeros libros de Lovecraft de Alianza Editorial y temblaba de gusto con cada nueva cubierta de Daniel Gil y cuando me entró ese deseo malsano de sacar libros que, treinta años después, se mantiene fresco, como el primer día. No me digan que no es difícil eso. Aún recuerdo cuando, con el primer sueldo que cobré en una agencia de publicidad, me pude comprar Monstruos y prodigios, de Ambroise Paré, en tapa dura, editado por Siruela. Y la amabilidad, ese mismo día, de la dueña de una librería que ya no existe, que viendo que no me llegaba para comprar una humilde edición de Alicia con ilustraciones de Carroll, me lo regaló. Porque sí, porque tenía cara de posible lector. Nunca agradeceré suficientemente ese gesto. Algo siento, de corazón, que debo a todo eso.
Y a los seguidores, copón, que compren nuestros libros, si es a pares, mejor, que cuantos más libros vendamos, más libros sacaremos. Así está la cosa. ¿Que dónde pueden comprar nuestros libros? en las mejores librerías, claro. Y si no les llega, avisen, corran (a las librerías de Heidelberg igual no llega el libro, ojo, haremos línea directa con Heidelberg).
Aquí, el blog, incipiente, de la editoral.
Aquí, el blog de Miguel Ángel Ortiz Albero, autor del primer título de nuestra editorial.
Y, también, claro, estamos en Facebook. Que no hay más que buscarnos.
Y, esperen, que les vamos a dar la barrila buena, que en pocos días nos pondremos de gira, un día aquí y otro allá.
Pues qué movido está el Harry, dirán. No me han visto ustedes movido de verdad. Fú. Boh. Para verme.