
viernes, 30 de enero de 2009
Parquecitos de juegos para Lucifuge Rofocale

miércoles, 28 de enero de 2009
Hala melones
El rey Maximiliano de Austria (1459-1519), padre de Felipe el Hermoso y, por tanto, suegro de Juana I La Loca, murió en 1519 de una indigestión de melones, siendo enterrado en el ataúd que desde años antes llevaba siempre consigo.
De El libro de los hechos insólitos de Gregorio Doval, Alianza Editorial, Madrid, 2005, que es un libro de esos divertidos que cuenta muchas anécdotas bonitas, como la de la muerte de Jean Baptiste de Lully, que se murió al gangrenársele un pie tras pincharse con el bastón que usaba para marcar el compás durante la interpretación de su Te Deum en el palacio de Luis XIV. (Esta historia le va a gustar a Miranda, lo sé.)
De El libro de los hechos insólitos de Gregorio Doval, Alianza Editorial, Madrid, 2005, que es un libro de esos divertidos que cuenta muchas anécdotas bonitas, como la de la muerte de Jean Baptiste de Lully, que se murió al gangrenársele un pie tras pincharse con el bastón que usaba para marcar el compás durante la interpretación de su Te Deum en el palacio de Luis XIV. (Esta historia le va a gustar a Miranda, lo sé.)
domingo, 25 de enero de 2009
Un poco de creacionismo científico para perfectos idiotas, tontos del bote y enfermos moralineros

La evolución penetra tanto nuestra sociedad que cada vez más y más personas creen que la Biblia no es verdad. Por lo tanto, no tienen que ser obedientes a la Palabra de Dios. Y mientras más crean las personas que son sólo animales en la lucha por sobrevivir, entonces, ¿por qué no van a justificar comportamientos homosexuales o el aborto, por sólo poner dos ejemplos?
Del licenciado Dawlin A. Ureña, Pastor evangelista, y miembro de la Asociación Científica.
Recuerden: cada vez son más. Entrarán en sus casas y al segundo día intentarán reprimir sus conductas y las de los que tienen a su alrededor con su moralina enfermiza trasnochada y castrante. Si no lo consiguen, intentarán separarles de sus amistades aduciendo lo peligrosa que es su compañía (el libre pensamiento les resulta algo muy irritante a estos cretinos). Son como caparras en los cojones pero en versión mala. Cuando vean a un evangelista, corran como alma que lleva el diablo. Bueno, antes ríanse un poco de ellos, que siempre es divertido y saludable. Cada vez que se crea un nuevo adepto a la secta retrógrada de los evangelistas, una estrella se apaga, mueren 32 ángeles, sube el precio del pollo en los supermercados y el mundo se convierte en algo un poco más triste.
En la foto, Adán saluda contento a todos los animales del Paraíso, en el Museo de la Creación, en Petersburg (Kentucky), cercano al aeropuerto de Cincinnati. Si se fijan, encontrarán, frente a la figura de Adán, hasta un pobre pingüino perdido, que en ese momento pasaba por el paraíso y allí recibió su nombre. Luego ya, se fue en busca de zonas más frías para vivir más fresco. Ken Ham, director del museo, dice: «El museo es tan bueno como Disneyworld o Universal Studios, pero su fin no es de entretenimiento sino de "educar" realmente».
Sí, educar de cojón.
jueves, 22 de enero de 2009
Una superchería
El espiritismo es, desde el principio hasta el final, una superchería, la superchería más grande del siglo.
De la entrevista a Margaret Fox, publicada el 24 de septiembre de 1888 en el New York Herald. Margaret, junto a su hermana Katie, fueron las fundadoras del espiritismo moderno.
De la entrevista a Margaret Fox, publicada el 24 de septiembre de 1888 en el New York Herald. Margaret, junto a su hermana Katie, fueron las fundadoras del espiritismo moderno.
miércoles, 21 de enero de 2009
Blogger contra Blogia
Esta noche me he armado de valor y he intentado dejar un comentario en un blog de Blogia. Tras rellenar las casillas donde me pide que escriba mi nick, mi e-mail y mi dirección de blog, me ha hecho una pregunta. Si la acierto, podré publicar: «¿De qué color es la nieve?», entonces me he dicho «Para. Que estos de Blogia son todos más bien literatureros y enrevesados, que esta pregunta tiene truco». Así que he escrito en la casilla indicada: «Del color que no es color cuando se trata de un espectro luminoso», para ver si la cosa científica complacía al señor de Blogia. Pero me ha dicho que no. Así que, como los de Blogia parecen más bien leídos, me he dicho «Pues voy a ver qué dice el RAE» y, tras consultarlo, he escrito en la casilla: «Del color de la luz solar, no descompuesta en los varios colores del espectro», pero el señor Blogia me ha dicho que no. Así que me he dicho «Pues esta pregunta irá sobre la cosa de la frecuencia sonora, por aquello de la cosa musical» y he escrito: «Del color que se dice cuando el espectro sonoro viene dado por una línea plana», y el señor Blogia me ha dicho que no. Así que me he dicho «Pues eso es que lo que les va es la cosa artística pictórica» y he plantado en la casilla: «Del color que forman todos los pigmentos cuando se los hace girar mucho en un no parar», pero el señor Blogia me ha dicho que no. Así que he pensado que igual a los de Blogia lo que les va es la cosa poética y he escrito:
«Del color de la ropa tendida al amanecer
De los moleskines vírgenes
de la espuma del mar cuando se espuma
de los lienzos sagrados sacrosantos
de tu vientre desnudo
de los silencios cuando miras
del color de la inquieta mirada
de tu risa cuando ríes
y de tu risa cuando calla (Neruda, funciona siempre)
Del color de la flor de los naranjos
del color del pan fresco y caliente
del color que tiñe la mañana
Del color de la carta recién abierta
del color de la sien del que se apaga
del color de los muertos de la guerra
que se tornan, no en color, sino en afrenta».
Y ni por esas. Y me he dicho «Pues leche, si he escrito una serie de frases hechas de esas que ponen los poetas y les funcionan divinamente y encima los promocionan y no me las da por buenas, igual lo que pide es un punto analítico monetiano». Así que he escrito en la casilla: «De una mezcla de colores según la densidad de la nieve y según la incidencia de la luz solar y el reflejo de los colores que la rodean», pero tampoco. Así que he escrito como respuesta: «Blanca» y me la ha dado por buena y he podido publicar mi comentario.
Y me he dicho que qué raros son los de Blogia, que van de literatos y luego con la cosa de las respuestas son más simples que un sidral.
Y como a algún lector, tras leer lo anterior, se le ocurra hacer un comentario sobre la navaja de Occam, le juro por lo más sagrado que no se lo voy a publicar, que la cosa de la navaja de Occam está ya más vista que el tebeo, que hasta el pelirroyo del CSI Miami la usa. Que está muy visto. Todo dios con la navaja de Occam. Que no. Si encima no es verdad. Que no. Que me carga el Occam ese desde que me enteré de que también lo usan los creacionistas de los cojones para dar razonamientos a sus tontunas. Fú los creacionistas, el Occam y su navaja.
«Del color de la ropa tendida al amanecer
De los moleskines vírgenes
de la espuma del mar cuando se espuma
de los lienzos sagrados sacrosantos
de tu vientre desnudo
de los silencios cuando miras
del color de la inquieta mirada
de tu risa cuando ríes
y de tu risa cuando calla (Neruda, funciona siempre)
Del color de la flor de los naranjos
del color del pan fresco y caliente
del color que tiñe la mañana
Del color de la carta recién abierta
del color de la sien del que se apaga
del color de los muertos de la guerra
que se tornan, no en color, sino en afrenta».
Y ni por esas. Y me he dicho «Pues leche, si he escrito una serie de frases hechas de esas que ponen los poetas y les funcionan divinamente y encima los promocionan y no me las da por buenas, igual lo que pide es un punto analítico monetiano». Así que he escrito en la casilla: «De una mezcla de colores según la densidad de la nieve y según la incidencia de la luz solar y el reflejo de los colores que la rodean», pero tampoco. Así que he escrito como respuesta: «Blanca» y me la ha dado por buena y he podido publicar mi comentario.
Y me he dicho que qué raros son los de Blogia, que van de literatos y luego con la cosa de las respuestas son más simples que un sidral.
Y como a algún lector, tras leer lo anterior, se le ocurra hacer un comentario sobre la navaja de Occam, le juro por lo más sagrado que no se lo voy a publicar, que la cosa de la navaja de Occam está ya más vista que el tebeo, que hasta el pelirroyo del CSI Miami la usa. Que está muy visto. Todo dios con la navaja de Occam. Que no. Si encima no es verdad. Que no. Que me carga el Occam ese desde que me enteré de que también lo usan los creacionistas de los cojones para dar razonamientos a sus tontunas. Fú los creacionistas, el Occam y su navaja.
martes, 20 de enero de 2009
Llega el verano

lunes, 19 de enero de 2009
La señora y el cocodrilo

La imagen pertenece a la galería de fotos de stevechasmar, que es para verlas todas y, cuando estén todas vistas, volver a verlas de nuevo.
domingo, 18 de enero de 2009
Dolly Parton


viernes, 16 de enero de 2009
Sobre la belleza

Un caballero con sombrero se levanta de su asiento y se dirige a una cabina telefónica que se encuentra al fondo de la sala. Al abrir la puerta de la cabina repara en una carpeta transparente abandonada encima de la repisa. La coge y comienza a hojearla. Ve que se trata de la solicitud de una joven, graduada en un instituto, de una plaza en la universidad para estudiar psicología. Sobre la carpeta está pegada una notita escrita a mano: «Querido papá: ¡Que tengas un buen viaje! Por favor, no te olvides de enviar la solicitud por correo antes de tomar el avión. Te quiere, Linda». Después de realizar su llamada, el caballero en cuestión mira de nuevo la fotografía del currículum y se lleva consigo aquellos papeles (entre los que se halla también, como por arte de magia, un sello de correos). Le queda tiempo para entregar la solicitud en la oficina postal del aeropuerto.
Hay algo que este hombre ignora: está tomando parte en un experimento psicológico. E ignora asimismo que ese día, en algún otro lugar del aeropuerto de Detroit, otros 503 pasajeros hojean unas carpetas abandonadas que contienen solicitudes absolutamente idénticas: el mismo nombre, la misma dirección, los mismos certificados; tan sólo la fotografía es distinta en cada caso. Algunas documentaciones se envían, otras no. Tras la dirección postal proporcionada se halla el hombre que ha organizado toda esta jugada: Richard Lerner, un experto en psicología social de la East Michigan University. Lerner, junto con sus colegas, desea dar respuesta a la siguiente pregunta ¿existe alguna relación entre el atractivo de la solicitante y el número de carpetas remitidas? Unos meses más tarde, la respuesta puede leerse en el Journal of Experimental Social Psychology: cuanto más bello es un rostro, mayor es la disposición a ayudar que manifiestan los espíritus.
Inicio del libro La ciencia de la belleza, de Ulrich Renz, Destino, Barcelona, 2006.
La foto, Lady Libertine, es de Fritz W. Guerin, 1902.
jueves, 15 de enero de 2009
miércoles, 14 de enero de 2009
El hotel de la ciudad de Circa

domingo, 11 de enero de 2009
Jack London en calzoncillos

En julio de 1902 publicó en el San Francisco Argonaut, posiblemente, el mejor cuento del mundo, Moon-Face, basado en un suceso aparecido en la prensa de la época. Si quieren leerlo, lo pueden encontrar aquí.
En la foto, Jack London en calzoncillos.
Si quieren ver la noticia del concursante para el Guiness de los calzoncillos superpuestos, pulsen aquí.
sábado, 10 de enero de 2009
Los muertos de la ciudad de Circa
En la ciudad de Circa, a veces, los muertos mueven las baldosas de la calle semejando seísmos. Es algo de poca utilidad, pero eso los entretiene durante toda una tarde. Otras veces, entran en la tienda de chucherías de la calle que da con la avenida del Este y se divierten chupeteando golosinas. «Ésta creo que me sabe a regaliz», dice uno, «a mí ésta me sabe a limón, creo que es limón, recuerdo que el limón sabía a algo parecido», dice otro entornando los ojos mientras chupa un caramelo de palo de color rojo con una espiral blanca. En cosas así se entretienen los muertos de la ciudad de Circa. Otras veces van al puerto y miran cómo pasan los barcos. Los cuentan, los describen a los muertos ciegos y opinan cuál de ellos es el más pesado y el que lleva más carga de todos. Los muertos de la ciudad de Circa, en otras ocasiones, se quedan mirando a través de los cristales de los restaurantes y botillerías y se fijan en uno u otro comensal hasta que a éste le entra dolor de barriga. Remueven periódicos, dan la vuelta a las papeleras y pintan bigotes en los carteles serios. «Son como críos» dice uno de los muertos que es el más viejo, el que más años lleva ejerciendo de muerto, «pero no hacen mal a nadie», concluye. A nadie no, que hace pocos días mataron de un susto a una vecina que tendía la ropa; quisieron dejarse ver ante la mujer y, de la impresión, cayó de bruces desde un quinto piso. En realidad, los muertos de la ciudad de Circa no suelen hacer mucho mal, pero a veces gastan bromas más que pesadas. «Bueno, algunas veces se les va un poco la mano», dice el muerto viejo.
viernes, 9 de enero de 2009
Curso de Nueva Cocina Aragonesa (capítulo IV)
Si desea ver el nuevo capítulo del Curso de Nueva Cocina Aragonesa que le enseñará a preparar una salsa agridulce con restos guarretes de la nevera, pulse aquí.
Si desea ver los tres capítulos anteriores, un monográfico en tres partes sobre el ternasco, pulse aquí.
Si desea ver los tres capítulos anteriores, un monográfico en tres partes sobre el ternasco, pulse aquí.
domingo, 4 de enero de 2009
No todo van a ser monstruos varoniles

viernes, 2 de enero de 2009
Mara Corday

Sobre la faringe humana

Marvin Harris, Nuestra Especie, Alianza Editorial, Madrid, 1994.
En la foto: miembros de la Improved Order of Red Men en 1905, organización fraternal formada en Baltimore, Maryland, en el año 1834. Se vestían como los indios americanos, se ponían pelucas de indio americano y organizaban rituales al estilo de los indios americanos. Algunos de los miembros, con bigote. La imagen pertenece a una postal, que pueden comprar aquí por 24 dólares.
jueves, 1 de enero de 2009
Cuento de año nuevo

La foto es un retrato de estudio de un hombre joven, perteneciente a una colección de 24 bellas fotografías en formato postal tomadas en Sitka y Juneau entre los años 1880 y 1910.