
En la primavera de 1934, la ciudad de
Circa acogió la I Feria Internacional de la Escalera. 78
stands dispuestos en línea a los dos lados del paseo central de la avenida
Joanna of Bavaria (junto al hoy desaparecido jardín botánico municipal) mostraron durante cuatro días las novedades en el sector de la
escalerística. En este espacio se exhibieron bonitas escaleras de mano fabricadas en madera, acero, cristal y aluminio; novedosos asientos metálicos que con un simple giro se convertían en escaleras de cuatro, cinco o seis peldaños; escaleras de tijera, escaleras correderas, escaleras plegables, escaleras
enrollables, andamios móviles y fijos; revestimientos de múltiples materiales para escalones; barandillas, pasamanos,
quitamiedos; balaustres torneados en madera, mármol, alabastro y metal;
barandales de hierro, madera y piedra (natural y sintética) y multitud de catálogos con hermosas fotografías de escaleras imperiales, escaleras de caracol, escaleras modulares, escaleras
escamoteables y escaleras colgadas. Como acto de entretenimiento paralelo a la programación de la Feria, la
organización contrató a ocho hermosas bailarinas del famoso
cabaret Folies
Bergère de París que con mucha gracia y elegante estilo bajaron y subieron repetidas veces una escalinata de estructura metálica de 40 por 25 pies forrada con láminas
reflectantes, espejos y vistosas luces, cortesía de la empresa belga de
construcción Smith &
Lemonnier, espectáculo que encandiló a chicos y mayores.
Ñá tú.
ResponderEliminarTojunto
A mí las escaleras que más me gustan son las de color. Y si no es mucho pedir, que sea de 10, J, Q, K y A de corazones.
ResponderEliminarque no lea este post Jerónimo Blasco, que no lo lea, por dió...
ResponderEliminarEh increíiiiiiiiiible la cantidá de aficionaos y aficionás a las escaleras que había.
ResponderEliminar¿Qué serían?¿cazadores de pajaricos? ¿romeos?¿el cuerpo de bomberos?¿ladrones?