Praga, 25 de octubre de 1915 Muy señor mío, Recientemente me comunicaba Vd. que Ottomark Starke dibujará una portada para la Verwandlung. Esto me ha producido un pequeño sobresalto, sin duda harto innecesario en tanto que tan sólo conozco al artista por el Napoleón. Pues se me ha ocurrido, dado que Starke en efecto ilustra las obras, que tal vez podría querer dibujar el insecto en cuestión. ¡Eso de ninguna manera, por favor! No pretendo coartar su libertad de expresión sino que se lo pido desde mi condición de —obviamente— mejor conocedor de la historia. El insecto en sí no puede ser dibujado. Ahora bien, ni siquiera puede mostrarse desde cierta distancia. Si de entrada no existiese intención de hacer tal cosa y, por consiguiente, mi ruego resulta ridículo, tanto mejor. Le quedaría muy agradecido si transmitiera e insistiera en este ruego mío. Si yo mismo tuviera oportunidad de hacer alguna sugerencia para una ilustración, escogería escenas como, por ejemplo, los padres y el procurador ante la puerta cerrada o, mejor aún, los padres y la hermana en la estancia iluminada mientras se ve la puerta abierta que da al cuarto vecino, completamente a oscuras.
Habrá recibido ya las diversas correcciones y comentarios.
Mis cordiales saludos, suyo afectísimo, Franz Kafka*
Kafka envió esta carta a G. H. Meyer, de la editorial
Kurt Wolff, que editaría la obra
La Metamorfosis un año después.
Meyer (o Wolff) se puso en contacto con el ilustrador de la cubierta,
Ottomar Starke, y le informó de que el deseo expreso del escritor era que no apareciera dibujado en ningún caso el insecto. Como
Starke era un buen profesional, le hizo caso, y dibujó al padre llevándose las manos al rostro ante una puerta abierta que muestra una habitación a oscuras. Todos sabemos que el insecto está allí, en el cuarto oscuro. No ha sido necesario mostrarlo de otro modo.
Kafka moría ocho años después y, muerto el autor, los siguientes dibujantes que ilustraron
La Metamorfosis, más chulos que un ocho, dibujaron el insecto en mil posturas y con mil aspectos, con apariencia de escarabajo, como una cucaracha,
como un insecto alado con cabeza de calavera...
Recuerden... cada vez que un ilustrador
desinformado dibuja a
Gregorio Samsa con aspecto de insecto... ¡el pobre
Kafka se revuelve en su tumba y sufre rechinar de dientes durante dos días seguidos! y con la cantidad de ediciones que lleva el libro y la cantidad de ilustradores que hay en el mundo que si no dibujan un escarabajo para la
Metamorfosis parece que les va a dar un algo... ¡es posible que
Kafka se revuelva en la tumba tres veces por semana, como poco! Qué manía con ilustrarlo todo. Con lo bonitos que quedan los libros sin ilustraciones. Qué manía y qué desperdicio de tinta y de papel en muchos casos.
*La carta está extraída del libro
Autores, libros, aventuras. Observaciones y recuerdos de un editor, seguidos de la correspondencia del autor con Franz Kafka, de
Kurt Wolff, Acantilado, Barcelona, 2010. Un libro delicioso, por cierto.