Los antiguos surtidores de gasolina disponían de una cápsula transparente con un par de bolitas flotantes que se movían para indicar que el líquido estaba pasando del tanque al depósito del automóvil. Mientras la gasolina fluía, las bolitas se movían, giraban y se perseguían como peces de colores redondos. Pocas veces se diseñó un sistema tan sencillo y eficaz. Dios, celoso de esta creación humana, influyó en los nuevos diseñadores de surtidores de gasolina y nos arrebató las bolitas bailarinas. Los surtidores modernos de gasolina tienen otros indicadores, pero ya no usan bolitas de colores. Ese día, Dios mandó construir en el sexto cielo una gran urna de cristal transparente de 250 x 373 x 225 codos para contener todas las bolitas de las antiguas gasolineras, que ahora flotan, giran y bailan gracias a un sencillo sistema mecánico de doble bomba con salida y entrada del agua que contiene la urna. Algunos días Dios se pasea frente a la urna y mira durante un rato cómo bailan las bolitas, luego se siente cansado y se va a hacer otras cosas.
martes, 13 de noviembre de 2007
Cosas que Dios eliminó de la tierra para hacer que la vida resulte más difícil a la humanidad
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Criaturas del señor
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