Mi hermano José y yo atravesamos el océano Atlántico en el «Grapesbunch» y llegamos al puerto de Circa el 7 de junio de 1933. Llevábamos un cargamento de 5000 kilos de chufa en sacos y 3000 kilos de pasta de chufa con azúcar en grandes recipientes metálicos preparada para hidratar. Montamos un pequeño negocio en la Sexta Avenida, pero nos vimos obligados a echar la persiana ocho meses después. En aquellos años, los italianos habían introducido el lambrusco, una mezcla de vino barato azucarado al que le añadían gas carbónico; un bebedizo inventado para el paladar de los ciudadanos circenses (decían que les recordaba a los refrescos de cola). Volvimos a España con un cuarto de la mitad del material, una buena parte del producto se había echado a perder. La alta concentración de humedad en la ciudad fermentó la pasta de chufa en pocos días. Yo volví desolado. Mi hermano José volvió con la que meses después se convertiría en su esposa, Diane.
«Los Rocafort Moncadell, memorias de una saga de horchateros», pp. 205-206. Ediciones Faitana, Valencia, 1973.
Niños del Orfanato Estatal de la ciudad de Circa degustando las propiedades de la horchata valenciana en el caluroso agosto de 1933. Fotografía de Margareth A. Stafford.
viernes, 31 de julio de 2009
Horchata
miércoles, 29 de julio de 2009
Bien bonito
Mi infancia son recuerdos del “Hola” en la casa del pueblo y mi madre en bikini en el corral. Y unas fotos Kódak. Como las de Draper.
Más aquí.
martes, 28 de julio de 2009
Grandes avances científico-tecnológicos aplicados al bienestar del ser humano
Desde que me he puesto un sistema de riego por goteo, chorreo y aspersión puntual, soy mucho más feliz. Hice poco caso a las instrucciones e inventé un sistema ingenieril pinchoteando los cables finos como si fueran coladores en la zona del huerto, puse goteadores en las macetas y aspersores en zonas críticas, marqué riegos suaves de 20 minutos cada seis horas para los días calurosos y ahora, cuando salgo al jardín, las lechugas me hacen la ola.
¡Toma tupper!
Hoy celebramos el cumpleaños de Earl Silas Tupper, (28 de julio de 1907 - 5 de octubre de 1983), el inventor del tupperware. En el mismo año que las señoras de la foto de la entrada anterior y que Ezra Pound era internado en el el hospital St. Elizabeth de Washington, Tupper, trabajador de la DuPont Chemical Company, investiga con los polímeros e inventa los recipientes de plástico para la conservación de alimentos. Si se me hubiera ocurrido a mí se llamarían sonforwares, pero servidor tiene la costumbre de nacer en el momento inapropiado y, además, tarde. No sé en qué año se pusieron de moda los tupperwares en España, pero siempre recuerdo la nevera de mi madre, que mostraba una merluza abierta en un plato aguado y sangrante sobre un filete de ternera con la cara de medio lao, y sobre ésta un paquete de papel carnicero con unos riñones resbalones justo al lado de medio melón semiseco que a la vez besaba un bote abierto de melocotón en almíbar con media cebolla encima que reposaba sobre una lata abierta de espárragos con un paquete de chuletillas de cerdo que estaba junto a un trozo de queso de Idiazabal que hacía equilibrios justo encima de una cabeza de ternasco cortada por la mitad sobre dos bolsas de leche y, sobre ésta, un trozo de sandía rezumante y un plato con unos sesos sangrantes con aspecto de implorar que los donaran a un museo de historia natural. Eso era mi idea de lo que era una nevera, una especie de armario del terror alimentario. Luego llegaron los tuppers a mi vida y la cosa cambió. A mejor, sí.
lunes, 27 de julio de 2009
Un poema de Ezra Pound
The Encounter
All the while they were talking the new morality
Her eyes explored me.
And when I rose to go
Her fingers were like the tissue
Of a Japanese paper napkin.
El encuentro
Mientras ellos hablaban todo el tiempo de la nueva moral
ella me exploraba con sus ojos.
y cuando me levanté para marcharme
sus dedos fueron como el tejido
de una servilleta japonesa de papel.
(Traducción de Javier Calvo)
En la foto, de Alfred Blyth, comedor de la Great Western Co. de Edmonton (Alberta, Canadá) en 1946, el mismo año en que Ezra Pound fue internado en el hospital St. Elizabeth de Washington tras ser declarado en Estados Unidos psicológicamente incapacitado para asistir a un juicio por traicionar a la patria difundiendo durante la Segunda Guerra Mundial propaganda fascista a través de la radio romana.
El señor chino que me pedía gaseosas
Hace cosa de veinte años, cuando tenía un contestador automático de esos que funcionaban con dos cintas de casete pequeñitas y el número del que llamaba no se quedaba registrado en ningún sitio, un señor chino me dejaba muchos mensajes pidiéndome que le llevara un pedido de gaseosas al restaurante. Cada vez pedía más cajas de gaseosas y con el tono más elevado. Un día, tras varias semanas, me pilló en casa y le dije que no servía gaseosas, que el número al que llamaba lo tenía equivocado. Al principio creo que no me creyó y luego me contestó algo molesto una frase que no supe traducir, pues se le entendía poco y mal. Tantas semanas sin gaseosas, también es normal que se enfadara. Meses más tarde, volvió a dejarme en el contestador un nuevo pedido de gaseosas, pero ya no insistió.
domingo, 26 de julio de 2009
Muchos espíritus
En los inicios del pasado siglo, a los espíritus les gustaba salir en las fotos. Ahora, con la fotografía digital, ya les da más pereza. No es lo mismo revelarse uno entre haluros de plata en la oscuridad de un laboratorio fotográfico que aparecerse como una sucesión de píxeles con diferentes densidades. Tiene menos gracia, menos sabor. Antiguamente no solo se aparecía un espíritu en una foto sino que, en algunos casos, se presentaban en grupos numerosos. Es el caso de la foto de arriba. Fred Boursnell se retrató a sí mismo el 9 de marzo de 1902 bajo la atenta mirada de A. P. Sinnett, experto y sagaz miembro de la Spirit Photography Commission, que posteriormente contó a sus compañeros que él fue el responsable de comprar el paquete de negativos en una tienda al azar, los metió en la cámara, asistió a la sesión fotográfica y luego estuvo durante el proceso de revelado y no encontró razón alguna para pensar que estaban siendo víctimas de un engaño con el resultado de la foto. Incluso revisó el interior de la cámara y nada, que no había truco. Pase, pues, por auténtica esta foto y creamos que las cabezas que se amontonan a la izquierda del señor Boursnell son imágenes ectoplasmáticas de espíritus reales. Espíritus reales un poco amontonados, sí, pero es que a los espíritus les gusta eso de ponerse juntos, muy pegados. Suelen sentir frío y el roce de unos con otros los reconforta.
viernes, 24 de julio de 2009
Órdago
Arkab, ese hombre del sur que es mi faro, mi guía y mi pastor, me menta en la última entrada de su blog exponiendo que la foto Niños del Hospicio Provincial de Sevilla degustando las propiedades de la cerveza, Agosto de 1933 de Sánchez del Pando, que hizo en la Cervecería Triana si la cojo yo la recompongo, le quito los reflejos de los fluorescentes y la dejo más bonita que un san Luis. Servidor es de natural orgulloso y farute y no rebla ante un envite de tamaña envergadura, así que ahí está el resultado. No ha sido muy fácil retocar la foto, que era de móvil y tenía los píxeles más gordos que unos azulejos Mensaque, así que se ha hecho lo que se ha podido. Mal no ha quedado. Un Avedón, lo que se dice un Avedón, no parece, pero no ha quedado mal. Stalin metió la pata cuando no me quiso contratar para retocarle las fotos de sus mitines.
jueves, 23 de julio de 2009
Emil Jannings
Hoy celebramos el cumpleaños de Emil Jannings (Rorschach, Suiza, 23 de julio de 1884 - Strobl, Austria, 3 de enero de 1950). Jannings se escapó de casa a la edad de dieciséis años para enrolarse en un barco. Después sirvió como ayudante de cocinero, regresó a Alemania y entró a trabajar como actor de teatro. Debutó en el cine en 1914, hizo tres películas con Murnau y al poco tiempo fue aclamado como el actor más grande del mundo en la época del cine mudo. Su reputación internacional le ganó un contrato de la Paramount en 1927, pero su acento, marcadamente alemán, con la llegada del cine sonoro, le obligó a volver a Alemania en 1930, parece que no se le entendía ni papa cuando rodaba en inglés. Jannings interpreta al profesor Immanuel Rath, que se enamora locamente de la cantante Lola Lola, interpretada por Marlene Dietrich, en la película El ángel azul (Josef von Sternberg, 1930), la primera película sonora alemana (aquí Jannings pudo hablar con alegría en la versión en alemán, pero también le tocó rodar una segunda versión en inglés en 1931, pues el doblaje aún no se había inventado. En todo caso, en la versión en inglés la única que hablaba inglés todo el rato era la Dietrich; los demás se expresaban en una mezcla de alemán-inglés raro). El personaje del profesor Rath siempre me recordó a Hans, el protagonista de Freaks (Tod Browning, 1932), que se enamora locamente de la trapecista guapa. Las escenas de la boda son comparables y también el sentimiento de humillación que sienten los protagonistas de las dos películas por parte de sus esposas, que son unas puñeteras las dos. Bueno, Hans acaba mejor, que se venga con alegría. Huy si se venga.
Además, esta entrada tiene bonus, y el bonus es la mejor canción de la semana, por encima incluso de la de La Roux. La puso ayer Borgo en su blog y no les digo más, pero a partir de ahora es mi canción favorita.
miércoles, 22 de julio de 2009
Pedrada
Leo en microsiervos el enlace a un artículo muy interesante sobre personas que «tras sufrir daños en el cerebro bien por un traumatismo, bien por una enfermedad, o bien por un accidente cerebrovascular, desarrollaron unas capacidades artísticas que antes no tenían». Me ha parecido muy interesante. Pero, ojo, que no todo va a ser bueno. Eso me ha recordado la figura de Ellen G. White (26 de noviembre de 1827 - 16 de julio de 1915) que, tras sufrir una pedrada en la cabeza a los nueve años y dos meses después del Gran Chasco del 22 de ocubre de 1844 (esperaban la Segunda Venida de Cristo y luego no vino el puñetero) comenzó a tener visiones proféticas y fundó la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Dicen que lo de las visiones de Ellen G. White vino por una epilepsia del lóbulo temporal provocada por la pedrada. A mí me ha parecido siempre una manera muy baturra de fundar una iglesia.
Jack Barrymore en casa de Errol
Jack pensaba que ir al cuarto de baño era perder el tiempo cuando había una ventana cerca. Durante su visita se llevó todo el barniz de mis ventanales que daban al valle de San Fernando. Un día me quejé amargamente:
—Mira este barniz, hombre. Tus meadas han arrancado la pintura. ¿No lo puedes hacer en otra parte?
—Claro, muchacho.
De inmediato fue a la chimenea y se alivio allí. El olor que invadió el cuarto fue atroz.
Del libro Aventuras de un vividor, autobiografía de Errol Flynn, T&B Editores, Madrid, 2009. En este pasaje, Errol recuerda el tiempo que estuvo hospedado su amigo John (Jack) Barrymore en Mulholland House, su nueva casa de soltero.
En la foto, John Barrymore (44 años) con la joven Mary Astor (20 años) en la versión cinegratográfica de Don Juan de 1926 de Alan Crosland, la primera película de la historia con banda sonora completa y efectos de sonido sincronizados (sin embargo, los diálogos continuaban apareciendo en carteles, como en el cine mudo). Mary y John mantuvieron un romance fuera de la pantalla. Se veía venir. Miren qué melenaza luce la Mary.
martes, 21 de julio de 2009
Frases para la eternidad
«En tiempos de crisis el dinero tiene que estar en algún lugar y Dios lo puso en las manos del Real Madrid para contratar a Kaká» es una frase gloriosa que dijo el pasado mes de junio Caroline Celico, esposa del jugador del Real Madrid Ricardo Izecson Dos Santos Leite, Kaká, y pastora evangélica de la secta brasileña Renascer em Cristo en su visita a la iglesia Reborn in Christ que Sonia Estevam Hernandes ha fundado en la playa de Deerfield (Florida). Tras pronunciar la frase, el mismo Cristo resucitó, dijo «Madre mía, madre mía» y cayó muerto de nuevo. Caroline Celico está muy contenta porque va a fundar una sede en Madrid de su secta evangelista, Renascer em Cristo. Los dos fundadores de la secta, Sonia Estevam Hernandes y su marido, fueron detenidos en 2007 en EE.UU. acusados de exportación ilegal de moneda y se encuentran en búsqueda en Brasil por evasión fiscal. En Brasil la pareja es investigada entre otros cargos por el de «formación de una organización criminal con el dinero donado por los fieles». Ya puede estar contenta Caroline Celico. Yo también, que vamos a contar con una nueva iglesia, no vaya a ser que tengamos pocas. Están en un no parar.
lunes, 20 de julio de 2009
Para hacer ver a las muchachas y viudas, durante la noche, el marido que tendrán
Las que deseen hacer esta prueba, tomará una ramita de álamo blanco, a la cual atarán sus medias con una cinta de hilo blanco, y lo pondrán todo debajo de la almohada, y al acostarse se untarán las sienes con un poco de sangre de abubilla, pronunciando la siguiente oración:
Kirios clementíssime, qui Abraham servo tuo dediste uxorem; Saram et filio ejus obedientissimo, per admirabilem signum, indicasti Rebecam uxorem; indica mihi ancillae tuae, quem sim nuptura virum, per misterium tuorum spirituum Balideth, Abumalit, Amén.
Al día siguiente, al despertarse, procurarán acordarse de lo que habrán visto en sueños durante la noche; y si no han tenido ninguna aparición de hombre, repetirán la operación en las noches de los tres viernes siguientes; y si en estas tres noches no han obtenido tampoco ninguna visión de hombre durante el sueño, pueden estar ciertas de que no se casarán nunca.
Las viudas pueden hacer esta prueba lo mismo que las doncellas, con la única diferencia que deberán acostarse del revés, esto es, colocando la almohada a los pies de la cama.
De Los Secretos del Infierno, o sea, el emperador Lucifer y su ministro Lucífugo Rofocale, de Antonio Veniciana, el Rabino, que copió las recetas del Libro de Salomón en 1522 y que publicó la Casa Gaude de Nimes (Francia) en 1835.
viernes, 17 de julio de 2009
Fan
Me he hecho fan de La Roux.
Pero fan fan. En estos momentos mi señora ya tiene la cabeza como un bombo de tantas veces que la he puesto. Me he reconciliado con los ochenta incluso. Me gusta todo de La Roux. Madre si me gusta.
sábado, 11 de julio de 2009
Campos dorados
«Me quema la cabeza», me dice, y yo empapo el blanco paño de algodón doblado en cuatro, a modo de compresa, en la tina llena de agua con hielo. Cuando coloco el paño sobre su frente se torna tibio, templado, y el vapor caliente, sofocante, sube hasta mi garganta. «Veo colores alegres y vibrantes que muestran el principio y el fin de la humanidad en unos pocos segundos», me dice. «Estás delirando», le digo, «debes descansar». «Hay un hilo muy fino que nos une con la tierra, nos une y nos tira hacia adentro; es un hilo muy fino, de oro precioso, que clama su tributo», me dice. «Descansa, por el amor de dios; no hables, debes descansar» le digo. Le ato compresas frías en las muñecas y en los tobillos y enjuago su pecho desnudo con un paño limpio. El sol de la tarde entra por la ventana y llena toda la habitación, las sábanas, los muebles, las paredes, las baldosas del suelo, de un intenso color dorado. «En menos de media hora vendrá la tormenta, borrará las sombras y lo teñirá todo de gris», me dice, «El cielo se torna en un gris luminoso teñido de rosa antes de la tormenta, cuando las sombras se borran y todo se ve con claridad, ese gris vuelve loca a la gente y camina por la calle como si fuera el día del fin del mundo», me dice. «El día del fin del mundo sucederá en una vía grande cortada para el tráfico porque se va a celebrar una gran fiesta. Las personas que caminan por allí no saben que será su último día, pero se sentirán raros y grises y caminarán como perdidos. El cielo se llenará de nubes muy oscuras y todos se preguntarán qué es lo que sucede. Les dolerán los pies en sus zapatos y la ropa se volverá áspera lija sobre su piel bajo un calor sofocante». «Irán cayendo, uno a uno, sobre el asfalto y los adoquines, con sus trajes de trabajo, con sus bolsas de la compra, como dormidos, descansando, casi parece que felices o complacidos. Las frentes de unos descansarán sobre los vientres de otros a los que nunca conocieron; en una esquina, los labios de dos amantes desconocidos sellarán un beso eterno, ay, sus cabezas coincidieron en la caída y ahí quedaron, tan hermosos. En los campos, las reses caerán sobre la hierba como odres viejos y el sol lo teñirá todo de un espléndido color dorado. ¡qué hermosas siento sus pieles vibrantes a la luz del sol ahora que sé que no volveré a verlas! ¡qué hermosos los campos de trigo! ¡qué hermosa el agua que corre en su cauce, sin memoria, lamiendo las piedras comos si fuera la primera vez que las encuentra a su paso! ¡qué hermoso veo todo lo que el hombre ha creado y ha destruido! ¡Qué hermosos los pájaros que cayeron de los árboles como frutas maduras! ¡que hermosas tu manos! ¡qué hermoso tu rostro, que me mira, ahora que lo miro, tan lindo, por última vez».
jueves, 9 de julio de 2009
¡El día de la mayonesa!
Hoy, 9 de julio (pegaba más 9 de mayo, como puse ayer, por la cosa del mayo-mayonesa, pero Arkab me ha llamado la atención y si Arkab me llama la atención pues yo lo cambio), además del cumpleaños de David Hockney, celebramos que en Uruguay es el día de la mayonesa. Es muy bonito eso de celebrar un día de la mayonesa. El Altísimo, en su infinita sabiduría creó el olivo, que nos da el aceite, y las aves, que nos dan los huevos, para que los humanos emulsionáramos los dos componentes e inventáramos la mayonesa. La mayonesa no es en sí una creación divina, pues el ser humano, en su estado de libre albedrío, podía haber hecho mayonesa o no. El Altísimo solo nos favoreció acercándonos los dos componentes. Un humano anterior cogió los dos ingredientes, calentó el primero y echó el segundo sobre el primero e inventó el huevo frito. Un segundo humano batió primero el segundo componente, lo echó sobre el primero e inventó la tortilla. Un tercer humano inventó la mayonesa batiendo los dos componentes en frío (y a una temperatura similar, que si no igual se corta). Pero no todo puede ser bueno. Ese mismo día en el que un humano inventó la mayonesa, el Altísimo creó a los creacionistas para que no todo en el mundo fuera bueno y así supiéramos distinguir entre lo que es bueno para el ser humano y lo que es lo peor.
martes, 7 de julio de 2009
Shelley, sweet Shelley
Hoy celebramos el cumpleaños de Shelley Duvall (7 de julio de 1949). Ayer Janet Leigh gritaba en la ducha viendo el cuchillo que empuñaba la madre de Norman Bates y hoy Shelley Duvall grita al ver que su marido, Jack Torrance, lleva un dia malo y se entrena rompiendo puertas con el hacha. No ganamos para sustos. Ojo, que era escritor, ya estaba avisada, habérselo pensado antes de casarse. Un día tenemos que hablar del doblaje que le encargó Kubrick a Carlos Saura para la versión en español, tan poco querido. Vale que Verónica Forqué igual no era la voz más agradable, pero servidor ya no podría verla de otra forma. Es un doblaje respetuoso con la declamación inglesa. Igual es el doblaje más respetuoso con la declamación inglesa de la historia del doblaje español, por eso nos suena tan raro. Se me vean a Kenneth Branagh interpretando Enrique V en versión original y a ver qué les parece. Que se ha comido a Michael Jackson parece, sí. Cuando vivía Michael Jackson, quiero decir, nada de necrofagia ni cosas de esas raras.
lunes, 6 de julio de 2009
Janet Leigh
Hoy es el cumpleaños de Janet Leigh, y para celebrarlo nada mejor que poner una foto de Janet Leigh con crepidae. Se dice que los romanos las copiaron a los etruscos hace unos 2409 años y tuvieron que pasar 2350 años para que Janet Leigh se las calzara, recién cumplidos sus 23 años, posando en julio de 1950 para Allant Grant, fotógrafo de la revista Life. Se casó cuatro veces y tuvo dos hijas con su tercer marido, Tony Curtis; las dos actrices: Kelly Curtis y Jamie Lee Curtis.
También, además de las lagartijas, las salamandras, las moscas, las babosas y demás bichos, tengo un nuevo inquilino en el jardín, es un ratón de campo pequeñito de color tierra sombra tostada que atiende por Mr. Jingles. Bueno, por ahora no atiende, pero ya atenderá. Le he ofrecido un trozo de galleta Gullón Diet-fibra sin azúcares y no ha dicho que no. Espero que no le agraden las espinacas, con lo majas que están creciendo en el macetero.
domingo, 5 de julio de 2009
Vértigo
Hoy he vuelto a ver Vértigo, que los cinéfilos le apostillarán con un «de entre los muertos» moviendo los deditos como si dibujaran en el aire comillas inglesas los tontolabas de ellos, pero en fin, eso, que he visto Vértigo. Cuando la vi de chaval recuerdo que me pareció una película mala, entretenida pero mala, con un guión bastante cutre. También recuerdo que en su momento me pareció interesante la simbología freudiana que Alfred Hitchcock utiliza en la película y esta vez la simbología freudiana que Alfred Hitchcock utiliza en la película me ha parecido torpe, chabacana y facilona. Me ha gustado más, sin embargo, cómo le queda el vestido verde de punto sin sostén a Kim Novak en la escena del hotel cuando hace de Judy Barton. Será cosa de la evolución, la madurez o la senectud, que se dice. Eso, pero que le he encontrado una nueva interpretación a la película. Que toda la peli gira alrededor de que James Stewart primero conoce a Kim Novak y le gusta, ahí toda teñida con el moñete; luego la pierde; luego la reencuentra convertida en Chayo Mohedano, toda chana; luego hace lo imposible para convertirla en Kim Novak y que el aspecto de Chayo Mohedano desaparezca de su ser y la tiñe y le vuelve a poner el moñete; al final la convierte de nuevo en Kim Novak con el teñido y el moñete y, claro, Dios media, llega una monja, le da un susto de monja y la vuelve a perder. Así el guión mejora. Yo creo que me ha gustado más que la primera vez, y todo eso se lo debo a Chayo. Que sí.
sábado, 4 de julio de 2009
Hasta el gorro de Watson
Les juro por lo más sagrado que hoy venía a hablarles sobre una terrible enfermedad cerebral degenerativa cuyo síntoma es que la orina huele a jarabe de arce debido a una deficiencia de las enzimas que metabolizan los aminoácidos ramificados valina, leucina e isoleucina. La búsqueda de otros síntomas de la enfermedad me han llevado a interesarme por el reflejo de Moro o respuesta de sobresalto y he acabado, a saber por qué, hablándoles de Watson:
Dadme una docena de niños sanos, bien formados, para que los eduque, y yo me comprometo a elegir uno de ellos al azar y adiestrarlo para que se convierta en un especialista de cualquier tipo que yo pueda escoger —médico, abogado, artista, hombre de negocios e incluso mendigo o ladrón— prescindiendo de su talento, inclinaciones, tendencias, aptitudes, vocaciones y raza de sus antepasados.
John Broadus Watson (Greenville, 9 de enero de 1878 - Nueva York, 25 de septiembre de 1958) fue un psicólogo puñetero. Al creador de la escuela del conductismo y exponente de la teoría de la tabla rasa se le ocurrió uno de los experimentos más burros de la historia de la psicología, conocido como el experimento del Pequeño Albert o de condicionamiento del miedo. Se llamaba así porque en el experimento contaba como objeto con un niño pequeño cuyo nombre era Albert y la finalidad era darle sustos. John B. Watson, junto con su ayudante y compañera sentimental Rosalie Rayner, escogió a un niño de nueve meses, comprobó que estaba sano y cuando tenía once meses y tres días lo expuso ante una rata blanca. Cuando el niño se interesó por la rata, planc, Watson golpeaba con un martillo sobre una plancha metálica para darle un susto. Así hasta que al pequeño Albert le ponía delante una rata blanca y le daba susto todo el rato, sin ruido ni nada. En realidad, no sabemos bien el resultado, pues la madre decidió sacar al niño del hospital antes de acabar el experimento, pero lo que sí sabemos es que el niño acabó hasta el gorro. Se conservan grabaciones en las que podemos ver que Watson le puso al niño delante con insistencia unos papeles en llamas dentro de una cubeta, unos cubos con letras, un monico, un lápiz y un papel, un perro pastor que le da la pata, una rata blanca de nuevo, un conejo pardo, un perro pequeño, una especie de cojín negro que le frota y le refrota y una máscara rara que se pone Watson para darle susto. Así durante un mes venga y dale, venga y dale. Traumatizado no sabemos si quedó el niño, pero harto, más que harto. Es lo peor del conductismo, la persistencia.
John Broadus Watson y Rosalie Rayner se casaron y tuvieron dos hijos, a los que llamaron James y William. No sabemos bien cómo se comportaron con sus niños, pero es posible que se dijeron «no, hombre, no, cómo vamos a hacer esas burradas a nuestros chicos».
viernes, 3 de julio de 2009
Los Ramones
Hoy celebramos el cumpleaños de Ramón Gómez de la Serna (Madrid, 3 de julio de 1888–Buenos Aires, 13 de enero de 1963). No voy a decir nada sobre Ramón Gómez de la Serna, que el que sabe de Ramón Gómez de la Serna es David Vela y si pongo alguna cosa sobre Ramón Gómez de la Serna que no sea verdadera me vendrá a dar capones; aunque igual no, que es posible que hoy esté por Sigüenza. De todos modos, he pensado que la mejor manera de celebrar el cumpleaños de Ramón Gómez de la Serna es poner una foto de Los Ramones. Y ahí la tienen. Cinco Ramones Cinco.