domingo, 28 de noviembre de 2010

Ingrid y Manolo



En el vídeo, Manolo Escobar, Manuel Alexandre y Antonio Ferrandis en lucha encarnizada para ligarse a Ingrid Pitt en la película Un beso en el puerto, de Ramón Torrado (1965).

Y mientras, Mis Adarmes, que sabe que a los de este blog nos gustan mucho los vídeos de señoras que bailan, nos envía este Habibi Twist que no tiene desperdicio de la película Canzoni in Bikini de Giuseppe Vari (1963).

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Buen viaje, Ingrid Pitt

Me informa El Ente Dilucidado que ayer, 23 de noviembre, nos dejó Ingoushka Petrov, más conocida como Ingrid Pitt. Y es que siempre se van los mejores. Acababa de cumplir 73 años, dos días antes. Ingrid Pitt nació en Polonia, sobrevivió, junto a su familia, a un campo de concentración nazi, a campamentos de refugiados y (en la ficción) a varias estacas contra vampiros. Mordió más de un cuello, escribió libros, se casó más de una vez y tomaba el té como una perfecta dama inglesa. Y tenía una nariz muy graciosa. Y se la quería mucho, claro.

sábado, 20 de noviembre de 2010

Sobre el suceso de Gerasa

¿Han parado alguna vez a pensar lo placentero que resulta sentir todo el cuerpo cubierto de barro fresco en una cálida tarde de verano? La mortificada y ardiente piel se refresca, exprime con gozo la humedad salina de lo más profundo de la tierra, el calor corporal absorbe por capilaridad cada gota de agua y se forma sobre su superficie, con la caricia del sol, una fina capa de arcilla seca, arenosa, que cruje, se desprende y rompe en pequeñas piezas saltarinas. Tep, tep, tep, crepetep, tep, tep, tep, tep, tep. Ah, señoras y señores, es un placer inmenso. Me recuerdo así, feliz, radiante, entre mis compañeros, con mi cuerpo cubierto de barro reluciente observando con pereza los arrumacos aéreos de dos odonatos de estructura azul brillante, iridiscente, casi metálica, mientras mi compañera frotaba su lomo contra el mío. Bastó un segundo. Menos, mucho menos que un segundo. El horror, acompañado de una inmensa tristeza, entró en nuestros cuerpos por la boca, por los ojos, por los oídos, por la nariz, por cada poro y orificio de nuestra piel; crujieron nuestros huesos, todos los vellos de nuestros cuerpos se erizaron. La profunda angustia, un agudo dolor en el pecho y en los riñones, nos empujó a salir del charco y correr enloquecidos ladera abajo, unos a otros nos empujamos en la carrera, más de uno cayó rodando, otros se mordían en las orejas, en el cuello, en las manos. Y gritos, y gritos lastimeros que encenagaban nuestros oídos, gritos, gritos, chillidos y el chirrido de las pezuñas resbalando en las piedras. Y fuimos cayendo al profundo abismo, lentamente, casi en un vuelo. Contemplé, aún en el aire, los cuerpos de mis compañeros rebotando sobre los riscos como sacos de estiércol. Cómo sus miembros se desgajaban, cómo sus vientres hinchados reventaban tras la caída. Y tuve tiempo para pensar que no había ser en el mundo capaz de concebir semejante maldición, tan atroz.

sábado, 13 de noviembre de 2010

¡Cocinero cocinero!

Tu Primera Cocina Chispas y Cambio Radical, su blog de confianza, se han unido en esta ocasión para organizar el I Concurso Gastronómico Internacional Tu Primera Cocina Chispas y Cambio Radical seguir leyendo...


En la foto, los regalos para el ganador del I Concurso Gastronómico Internacional
Tu Primera Cocina Chispas y Cambio Radical

viernes, 12 de noviembre de 2010

¡Sideral!



Francisconixon
nos envía este enlace a un vídeo que cumple todos los requisitos para dedicarle una entrada en este blog: sale una señora y la señora baila. Como además la señora es Raquel Welch bailando como si viniera del futuro, pues miel sobre hojuelas. Más no se puede pedir.

jueves, 11 de noviembre de 2010

Sobre la manera de limpiar una carpa

[...] Una vez en casa, tuvimos no poco trabajo en limpiar y sazonar aquel enorme pescado resbaladizo, enfangado y espinoso. Por fortuna, se ocupó de ello Gardener, un viejo y entusiasta peón, en apariencia enteramente hotentote, cuya larga y agitada trayectoria incluía una temporada como pescador en Saldanha Bay. A diferencia de los otros trabajadores de color de El Cabo, este hombre no vendía su ración legal diaria de tres botellas de jerez —en realidad un fuerte moscatel que se cotizaba a chelín el litro— a los obreros africanos que por entonces tenían vedado comprar nada que no fuese cerveza Kaffir en las licorerías oficiales. El se la bebía íntegra.
Gardener (nadie conocía su verdadero nombre) pidió para limpiar el pescado una botella de brandy barato y trabajó duro en la pila que había fuera, al pie de la escalera. Como fuera, el caso es que, cuando acabó, no quedaba una gota de brandy y él, además de cortarse los dedos, había bajado rodando dos tramos de escalera. Al regresar lo encontré inconsciente; el médico del vecindario le estaba practicando unos puntos de emergencia y por la escalera goteaba una mezcla de agua, barro y sangre humana y de pescado. A pesar del accidente, Gardener sobrevivió para cumplir por varios años su consumo diario de jerez.

Sheila Patterson en «Sabrosos platitos de El Cabo», La cocina de los antropólogos, edición de Jessica Kuper, Tusquets, Barcelona, 2001, pp. 187-188.

Pimpollo

El primer nombre puesto en castellano se dirá bien Pimpollo, que en la lengua original es Cemah, y el texto latino de la Sagrada Escritura unas veces lo traslada diciendo Germen, y otras diciendo Oriens. Así le llamó el Espíritu Santo en el capítulo cuarto del profesta Isaías: «En aquel día el Pimpollo del Señor será en grande alteza, y el fruto de la tierra muy ensalzado». Y por Jeremías en el capítulo treinta y tres: «Y haré que nazca a David Pimpollo de justicia, y haré justicia y razón sobre la tierra». Y por Zacarías en el capítulo tres, consolando al pueblo judáico, recién salido del cautiverio de Babilonia: «Yo haré, dice, venir a mi siervo el Pimpollo». Y en el capítulo sexto: «Véis un varón cuyo nombre es Pimpollo».

Fray Luis de León, De los nombres de Cristo (siglo XVI).

A Fray Luis igual no, pero a mí me hace mucha gracia que a Cristo se le llame Pimpollo.
Pimpollo. Suena gracioso Pimpollo.

martes, 9 de noviembre de 2010

Bigott: tour diciembre 2010



Vídeo promocional del Tour de Bigott de diciembre de 2010, con Bigotto como estrella protagonista. La chica no sabemos quién es pero nos gustaría saberlo. Bien guapa. Música de la banda sonora de Gato negro, gato blanco, de Emir Kusturica.

Sabado 11 - SEVILLA (Fun Club)
Domingo 12 GRANADA (Planta Baja)
Lunes 13 VALLADOLID (Asklepios)
Martes 14 MADRID (Teatro Lara)
Miercoles 15 TARRAGONA (El Cau)
Jueves 16 VALENCIA (Wah Wah)
Viernes 17 ZARAGOZA (López)
Sábado 18 GIJÓN ( Savoy Club).

Y, además, hoy ando muy contento, que don Cano me ha dedicado una tira. Ole qué alegría.

domingo, 7 de noviembre de 2010

John Cage

Esta noche he tenido en casa cenando a un señor que ha contado que hace años fue a un concierto de John Cage. Al acabar el concierto se lo encontró en los lavabos orinando, le pidió que le firmara el programa y se lo meó. Le he preguntado «Oye ¿lo puedo contar?», y me ha contestado «Claro». Y me he dicho «pues lo voy a contar» y así le dedico esta bonita anécdota a Arkab, cuya última entrada de su blog va sobre otro John, el Cale, y que en el texto que transcribe los emparenta, al Cage y al Cale, los dos juntos.

jueves, 4 de noviembre de 2010

Shereë North



Hoy se cumplen cinco años de la desparición de Dawn Shirley Crang, más conocida como Shereë North (Los Ángeles, California, 1932 – Los Ángeles, California, 2005), y le ponemos la diéresis en la segunda «e», como le gustaba firmar a ella. Shereë North comenzó su carrera a los diez años como bailarina, se casó a los quince, tuvo un hijo a los dieciséis y luego ya siguió casándose, bailando y saliendo en películas y series de televisión, en un no parar. Quisieron convertirla en el relevo de Marilyn, pero Marilyn... es que era mucha Marilyn.
En la película de super 8, Shereë North interpreta el baile del tigre. Si le bajan el sonido, mejor, que poco tiene que ver con el baile. Pongan un disco de The Cramps de fondo y ya verán lo mucho que gana.

martes, 2 de noviembre de 2010

Jessica Harrison

Armchair, 2009, Mixed Media, 7 cm x 8 cm x 8 cm

lunes, 1 de noviembre de 2010

Como sal

El hombre se levanta de la cama, va al baño, se lava la cara con agua templada y jabón de manos, se la aclara de nuevo con agua y observa su rostro reflejado en el espejo. Ve su rostro enrojecido, con densas extensiones de sombras verdes en la zona de la barba. Ve amarillos cadmio en las sienes y azules intensos y granates alrededor de los ojos y en las mejillas. Ve una nube de pájaros que saltan al vuelo en bandada desde un árbol, tras una detonación. Ve un alto risco de tierra rojo brillante del que cae una cascada de agua blanca y sediciosa. Ve la cara de un ciervo de pelo gris con una mancha pálida en la frente y el hocico húmedo y brillante, como una trufa húmeda y brillante, que le mira fijamente. Ve un edificio enorme de ladrillo oscuro con una fachada llena de pequeñas ventanas iluminadas; se fija en todas y cada una de ellas y descubre que puede ver con nitidez lo que sucede en todas las habitaciones. Ve un pozo profundo de color azul prusia en cuyo interior el agua parece aceite de motor usado, denso y oscuro, borbotante. Ve un enorme pelador industrial de patatas girando, mete su mano, acaricia la superficie rugosa del interior del tambor y se lastima las yemas de los dedos. Ve un huevo de cáscara rugosa cayendo a cámara lenta desde el estante superior de plástico del frigorífico. Ve cinco cazabombarderos de panza azul claro sobrevolando en formación que dejan cinco estelas grises en el cielo. Ve una puerta pintada de blanco con un cerco oscuro alrededor del pomo. Ve una habitación totalmente cubierta de gruesa moqueta gris; suelo, paredes, techo y muebles. Ve una cucharilla de plata ennegrecida con volutas vegetales simétricas en el mango que reposa sobre un paño bordado en hilo. Ve un jarrón de cristal tallado transparente con un bulbo del que brotan muchas raíces lanosas de color lechoso que cubren todo su interior. Se ve a él mismo dentro de un féretro forrado en capitoné rojo carruaje, caliente, que huele a madera y barniz de barco. Ve ampliado un nido de pasta al huevo con estrías en la superficie que parecen cordilleras y que facilita la adherencia de la salsa. Ve una hilera de álamos blancos que gritan, espantados y sin nadie que les escuche, en mitad de la noche. Ve un bol lleno de garbanzos en remojo, mete la mano en el agua, toma un garbanzo, lo chasca, cae la semilla en dos partes y se queda con la piel entre los dedos. Ve la cortina de la ducha extendida con cercos de suciedad en los bajos. Ve un cielo naranja muy extenso con una mancha oscura, borrosa y temblorosa en el centro. Ve un jersey de lana roja ampliado y observa la luz del sol a través de los agujeros del tejido. Ve los poros de su piel, los surcos, el vello creciendo, crepitando, como la sal en el fuego.