jueves, 23 de octubre de 2008

San Mateo y el rechinar de dientes

...mientras que los hijos del Reino serán echados a las tinieblas de fuera; allí será el llanto y el rechinar de dientes.
(Mateo 8,12)

...y los arrojarán en el horno de fuego; allí será el llanto y el rechinar de dientes.
(Mateo 13,42)

...y los echarán en el horno de fuego; allí será el llanto y el rechinar de dientes.
(Mateo 13,50)

Entonces el rey dijo a los sirvientes: «Atadle de pies y manos, y echadle a las tinieblas de fuera; allí será el llanto y el rechinar de dientes».
(Mateo 22,13)

Le separará y le señalará su suerte entre los hipócritas; allí será el llanto y el rechinar de dientes.
(Mateo 24,51)

Tras una cuidadosa lectura del Evangelio de San Mateo, lo que más nos sorprenda tal vez sea la fijación que el autor tenía con el rechinar de dientes. Así, en el Evangelio de la infancia, juventud y edad madurita de San Mateo (manuscrito pseudoepigráfico probablemente escrito originalmente en arameo, del que se hallaron unos pocos rollos, traducidos al griego en el siglo II) podemos encontrar que la aversión que tenía Mateo por el bruxismo fue provocada, posiblemente, por la enfermedad nerviosa que padecía su esposa. En el pasaje del rollo 32 de la obra anteriormente citada leemos:

...Y Mateo se levantaba todos los días muy temprano al amanecer, pues Jesucristo apuntó a todos sus discípulos a un taller de expresión corporal, pues decía que con esas enseñanzas tonificarían la mente y el cuerpo. Y llegó el día Iom Tov shel Galuiot, que era un gran día de fiesta para Mateo, pues ese día no tenía que ir al taller de expresión corporal y no debía levantarse temprano. Y así Mateo decidió quedarse unas horas más en la cama, pero a su lado dormía Batsheba, su esposa, que sufría de rechinar de dientes. Mateo despertó y le dijo a su esposa: «Despierta, mujer, despierta, tus dientes están rechinando, me despertaron y ahora no me dejas dormir». Y Batsheba despertó y le dijo a Mateo: «¿Qué sucede, esposo mío?», «¿Qué me va a pasar?», respondió Mateo «Que mañana se celebra el día Iom Tov shel Galuiot, y como es el único día que no debo ir al taller de expresión corporal al que nos apuntó el Maestro pues puedo dormir más horas, pero no me dejas, pues estás ahí dale que te dale con tu incesante rechinar de dientes». «Pues vete a la cama de la habitación pequeña», le dijo Batsheba. «Sabes, esposa mía, que en esa cama no cojo el sueño, pues el colchón es duro y la manta, desde que dejaste allí dormir a tu hermano, me provoca picores». «Pues duerme en el sofá, esposo mío», le respondió Batsheba. «Sabes, esposa mía, que en el sofá tampoco cojo [el sueño], pues entre cojín y cojín se queda un espacio hueco, se me enfría el costado y luego ando todo el día aquejado de fuertes dolores», le contestó Mateo. «Pues tira, que ya me levanto, que me has desvelado y no puedo ya coger el sueño», respondió Batsheba y al momento se levantó y ya se dispuso a hacer sus cosas. Y así fue como Mateo volvió a coger el sueño y durmió varias horas más la noche anterior al día [Iom Tov shel Galuiot].
... Y llegó el día quincuagésimo del taller de expresión corporal y mientras el monitor gritaba a sus alumnos que sacaran el animal que llevaban dentro y, así, unos representaban a un gato, otros a una cabra, otros a un perro y otros a un elefante con mucha gestualidad, Mateo dirigióse a Jesús: «Jesús, tengo un gran problema en mi casa, mi esposa no me deja dormir, pues por las noches tiene gran rechinar de dientes». Y Jesús le preguntó «¿Ya le das de comer pipas de calabaza, no vaya a ser que tenga lombrices?». Y Mateo le contestó «Así es, Señor, mi esposa come [pipas de calabaza] desde hace años, pero sigue con el rechinar de dientes». «Entonces, Mateo, lo que tienes que comprarle es una férula dental». Y Mateo le compró una férula dental a su esposa, Batsheba, y a partir de ese día su esposa dejó de sufrir de rechinar de dientes, pero Mateo siguió sin poder conciliar el sueño, pues ya se había acostumbrado a escuchar el ruidico y ahora, con su ausencia, lo echaba en falta.

8 comentarios:

Miranda dijo...

Buenas.
Que he ido a ponerle a milove que me ha encantado su foto de familia y resulta que no se podía comentar.
Aluego he ido a otro blogo de uno de bilbados (no lo pego porque es un poco peculiar) que suelo ir y tampoco, y luego he visto que en el mío pasaba lo mismo.
Algo sadoto.
Total, que he pinchado en lo de ventana debajo y tal y eso no funciona, pero lo de página completa sí.
Así que lo he cambiado y eso...que se lo aviso al personal.
Poseso.
Beso.
M.

(Harrys, tiene usted tan repleto de cosas el blogo que cuando le doy al ratón para subir o bajar se me queda pas pas pas a golpes ni se el rato para arriba, para abajo. Pas pas pas pas...
Un sufrir...)

Miranda dijo...

Ahora le he dado al subebaja y rueda suave.
Igual es cosa mía...

Bueno. Beso.

Harry Sonfór dijo...

Oiga, es verdad, Miranda, que han cambiado la cosa de la ventana para enviar comentarios. Digo yo que igual lo plantean como una mejora, pero en el blog de Arkab no, tampoco puedo yo dejar comentario. Igual es algo pasajero. Vamos a esperar pues.
Ah, pues si a mí me corre bien el blog, que tampoco tengo tanta cosa...
Beso

Miranda dijo...

Ahora no se ven los favicones...
cohones con los de blogger, esto si que son cambios radicales.

grrrrrrrr

(me sigue corriendo bien ahora, con perdón, debía ser cosa del estado general calamitoso)

más grrrrrrrrr

Anónimo dijo...

Por saludar y por decir: pasaba por aquí

Farencica dijo...

Es usted de las pocas personas que saben llamar al bruxismo por su nombre. Yo sufro de eso. Bueno, yo no me entero mucho, pero quien duerme conmigo se suele quejar.

Harry Sonfór dijo...

Pero quienes duermen con usted se quejan porque han recibido una educación judeocristiana. No solo en Mateo, sino también en Marcos (... y, dondequiera que se apodera de él, le derriba, le hace echar espumarajos, rechinar de dientes y le deja rígido [Marcos 9,18]); en Lucas (Allí será el llanto y el rechinar de dientes [Lucas 13,28]; en Hechos (Al oír esto, sus corazones se consumían de rabia y rechinaban sus dientes contra él [Hechos 7,54]); pero también en Job (...su furia me desgarra y me persigue, rechinando sus dientes contra mí [Job 16,9]); en Salmos (...si caigo, me rodean rechinando sus dientes contra mí [Salmos 35,16], El impío maquina contra el justo, rechinan sus dientes contra él [Salmos 37,12], ...rechinando sus dientes, se consume [Salmos 112,10]); Jeremías (En aquellos días no dirán más: «Los padres comieron el agraz, y los dientes de los hijos sufren de dentera» [Jeremías 31,29]; Lamentaciones (Abren su boca contra ti todos tus enemigos; silban y rechinan de dientes [Lamentaciones 2,16] y Ezequiel (Los padres comieron el agraz, y los dientes de los hijos sufren la dentera [Ezequiel 18,2].
Ahora contésteme ¿no cree usted que si todos estos autores hubieran dicho que el bruxismo es un don maravilloso, una música celestial, un mensaje divino, la música de las esferas, sus partenaires estarían más contentos?

Trikki dijo...

No sólo eso, en Conan El Bárbaro (Robert E. Howard 13:15, 12:15 en Canarias) nos cuenta de como Conan (ladrón, asesino, mercenario, pirata, general y Rey) rechina los dientes más de una vez para cepillarse a unas cuantas hechiceras del mal espada en mano.

A día de hoy se desconoce si le hicieron pagar un pastón por la fundita que se coloca antes de dormir allá en Aquilonia, lo que si se sabe es que la funda dura pero que muy poco si de verdad rechinas los dientes.

El rechinar de dientes según los Evangelios, imagino que debe indicar rabia y sufrimiento, yo pienso en el cura de mi pueblo y es que se me aprietan sólos oiga, que me ha gastao una putada mu gorda, ya le contaré, que esto da pa un libro.