lunes, 20 de abril de 2009

Juguemos (II)

Paco está sobre un viaducto que pasa sobre la vía del tranvía. Conoce los tranvías y puede ver que el que se acerca está fuera de control, con su conductor desvanecido. Sobre la vía que pasa por debajo del puente hay cinco personas; los márgenes son tan empinados que no podrán salir de la vía a tiempo. Él sabe que la única manera de parar un tranvía fuera de control es arrojar un peso muy grande a su paso. Pero el único peso disponible y suficientemente grande es una persona obesa que está también mirando el tranvía desde el viaducto. Paco puede empujar a esa persona a la vía delante del tranvía, lo que le ocasionará la muerte; o puede abstenerse de hacerlo, dejando que mueran cinco.
¿Es moralmente lícito que Paco empuje a la persona obesa a la vía?

Marc D. Hauser. La mente moral. Paidós, Barcelona, 2008.

16 comentarios:

Anónimo dijo...

Si le sirve esa señora para frenar el tranvia, quiza le sirva tambien su propia persona.Utilizar a una señora como bulto, no esta bien, caiga quien caiga, ademas estaria penado por ley.
Hablando de gordas, los americanos quieren hacer pagar dos asientos en los aviones a las personas obesas.

Helter dijo...

A ver, la persona obesa está claramente en zona de seguridad, al igual que Paco. Pero, ¿qué hacen esos cinco en plena vía? Yo creo que lo moralmente lícito es que la persona obesa grabe con su móvil el quíntuple atropello y lo cuelgue en youtube como advertencia a los que cruzan la vía por donde no deben.

david dijo...

Lo moralmente lícito es contemplar la escena del atropello quíntuple y después pedir una indemnización al ayuntamiento alegando trauma postraumático por haber construido un tranvía en lugar de metro

Spanique dijo...

Pero como se las va apañar el pobre Paco, al llamaban el enclenque desde pequeñín para tirar a la señora por encima de la barandilla, anda ya... Que vaya rezando porque, o se tira él o no hay tu tía.

Harry Sonfór dijo...

Oigan, Anónimo y Spanique, que en el texto pone «persona obesa», que en ningún momento hace referencia a su sexo, que igual es un señor obeso.

marideliwes dijo...

Yo al gordo no lo empujo ni de coña. Que mueran los 5 :-)

Badil dijo...

Y el señor este Hauser,¿no puede hacer juegos con quitarles a la gente billetes de lotería premiaos del bolsillo? Venga de arrollar gente con los trenes. Que no le regalaron el trenExin e pequeño, se conoce. Y el gremio de ferroviarios contento, tos desmayaos Que ¿les infla la cabina de monóxido de carbono?. Este hombre es un peligro público.

Anónimo dijo...

perdón, ha sido un error de lectura, he descubierto este blog por casualidad Enhorabuena, es ingenioso,pido mil perdones por la mala lectura, pero aun asi no cambia nada, no se puede ir tirando a la gente, sea hombre o mujer a las vías del tranvía ni siquiera por un buen fin, que en este caso seria, salvar de una muerte segura a otras cinco personas. Convertimos a Paco en un Dios y esto es demasiada responsabilidad ¿no les parece?

Harry Sonfór dijo...

No, no, Anónimo, no se disculpe, que no hay nada que disculpar. Si yo estoy encantado con su participación. Esto del tranvía matapersonas no es más que un juego sobre cómo pensamos la mayoría de los humanos, sobre lo que nos parece lícito y lo que no nos parece lícito. A nadie en su sano juicio se le ocurriría arrojar a una persona obesa a las vías para detener un tranvía y salvar a cinco personas, sin embargo, a la mayoría de las personas en su sano juicio sí les parece bien accionar una palanca para salvar a cinco cargándose a un tipo que camina por ahí tan tranquilo. El resultado es el mismo: muere la persona obesa o muere la persona que va por la vía. A los dos les hace la misma puñeta, pero uno muere lícitamente y el otra no. Es como los defensores de las corridas taurinas, que dicen que los toros mueren en la plaza como participantes de una expresión artística y que se van al cielo de los toros bien contentos y orgullosos. La cuesión es que leo y releo los comentarios de estas dos últimas entradas y me gustan un horror.

Arkab dijo...

Oiga, ¿se puede preguntar si Paco es también obeso y si la persona obesa que está junto a Paco es Falete, gran conocedor de los tranvías sevillanos donde los haya, quien, a la sazón, podría saber que la única manera de parar un tranvía fuera de control es arrojar a su paso un peso muy grande? Si la respuesta a la pregunta es sí, yo creo que deberían de cogerse de la mano los dos, si se quieren, Paco y Falete, y saltar. Y, si no se quieren, empujarse el uno al otro hasta caer los dos (y, a ser posible, que todo eio fuese grabado formato película por Amenabar, Amenabar, moro de la morería. El resultado sería positivo (5-2=3), y las matemáticas, como todo el mundo sabe, son lo que importan y nunca fallan.

Arkab dijo...

Qué me gusta el Twain ahía arriba. Bueno, y también en la foto ésa en la que está metío en la cama. Qué hombre más grande.

Harry Sonfór dijo...

Claro, Arkab, es que sale bien guapete en esa foto. Creo que era Twain del que se contaba que una noche estaba el hombre en la cama pasando un calor infernal sureño, así que cogió un zapato, lo tiró contra la ventana y, tras oír el ruido de cristales rotos se durmió con el fresco de la noche. A la mañana siguiente se despertó y vio que lo que había roto con el zapato era el espejo. Bueno, eso lo contó Ramón Sánchez Ocaña en «Más vale Prevenir» hace lo menos treinta años. Que también tiene delito que me acuerde de esa anécdota y que luego no me acuerde de cómo se hace una raíz cuadrada, ojo.

Portarosa dijo...

Bueno, eso lo contó Ramón Sánchez Ocaña en «Más vale Prevenir» hace lo menos treinta años.

Oiga, ¿pero usted cómo puede estar tan rematadamente loco?

Harry Sonfór dijo...

Que no estoy loco, Portorosa, lo que pasa es que tengo una memoria selectiva rara.

marideliwes dijo...

¿Y yo? que me acabo de acordar del tipo de la vía que iba solo y que yo...

Harry Sonfór dijo...

Sí señora, Marideliwes, usted se cargaba a la primera al pobre señor de la gabardina. Pobrecico. Qué le habría hecho.