Que no publica nueva entrada, que no publica nueva entrada, dirán. Pero es que me llevan a mal traer, que llevo unos días de no parar. Que si con una cosa que si con otra. Sin parar. Eso no es nuevo en mí, pero en estos días creo que más, que aún paro menos. Ya llegarán tiempos más tranquilos. Bueno, no lo sé.
Mientras, les dejo una imagen del Lepisma saccharina, que es un artrópodo plateado muy entrañable que se alimenta de papel, de cola de encuadernación, de gelatina fotográfica y de piel. En ese orden. Si tiene papel, come papel; que tiene poco papel, pues come cola de encuadernación o gelatina fotográfica; que un día le apetece cambiar la dieta, pues come piel; que le ponen una ensalada ilustrada, pues pregunta «¿tiene bien de almidón?», y si le contestan que no, responde «pues entonces no, gracias», aunque más de una vez se le ha visto comer ensalada de patata. El Lepisma saccharina huye de la luz, como los amantes y los vampiros, y puede vivir ocho años, como un niño chico.
Sobre su sistema de reproducción, dice la Wikipedia:
«Debido a su naturaleza nocturna, la fecundación del pececillo de plata solo se conoce de forma reciente. Los pececillos de plata no copulan, sino que el macho produce un espermatóforo que adhiere colgante a un hilo tensado que tiende desde algún objeto vertical. Conduce a la hembra mediante maniobras de cortejo a tropezar con el espermatóforo. La hembra lo recoge con sus cercos y lo lleva hasta la abertura genital, donde lo introduce y se produce la fecundación».
Que no me negarán que no es una bonita cópula, aunque la Wikipedia no la defina como tal. Complicada, claro, pero bonita.
Al Lepisma saccharina no hay más que conocerlo un poco para cogerle cariño. No pide más que un poco de papel, un poco de humedad y mimos. Y la promesa de que todos ustedes le dejarán un pequeño espacio en su biblioteca, claro está.
miércoles, 2 de marzo de 2011
Lepisma saccharina
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19 comentarios:
es un lepismátido, familia perteneciente al orden de los tisanuros, son artrópodos (insectos)primitivos, anteriores a los insectos con alas, a este se le llama pececillo de plata y llevan viviendo en la tierra desde hace cientos de millones de años, así tan oscuritos han pasado desapercibidos
Yo es que soy muy mala, y lo que quiero saber es como matarlos, que cuando tengo hambre no me voy comiendo las bibliotecas de los demás.
Que no las puedo ni ver, a estas malas bestias.
Las cosas de la vida me han levado a vaciar un piso lleno de libros, que llevan ahí unos cuarenta años. De modo que tras los estantes aparecen los pececillos de plata ahora desconcertados. No me he atrevido a agredir a ninguno, les deseo que encuentren otra librería, aunque sea la del vecino del cuarto, que creo que tiene algún libro.
Y tan majos, nen nen. El futuro es suyo. La de papel que tienen para comer.
Pero si son tan bonitos, Gloria. Si no quiere que se le coman los libros, póngales trozos de patata, que les gusta cosa mala el almidón. Venga patatas por toda la librería.
Claro, Lluís Bosch, como que a los pececillos de plata les molesta que les muevan los libros. Y la luz, la luz que entra al retirarlos de las estanterías. «¿Qué pasa, qué pasa» se dice unos a otros cuando hay mudanzas.
Sea bienvenido a a esta casa, Lluís Bosch.
Se me acaban de ir las ganas de comer paella con gambicas este fin de semana. Mire usté.
Por eso se luhapuesto usté como logotipo, si se come el libro hay que comprar uno nuevo. No sabe ni nada ¡pardal!.
¿Y valen pa comer?
Tojunto
Si yo le contara, laMima...
¡Ahí me ha pillao, Miguelgato!
Digo yo que tostados con sal no tienen que estar malos. Que están malos tostados con sal, pues se le añade ajo y perejil y ya está, Tojunto.
Oigan, oigan... ¿Y esos bichicos también articulados como si fueran de plástico, pero de color dorado y muy planos, con cienmil patas, que aparecen en el cuarto de baño más limpio del mundo (el mío) de vez en cuándo? ¿Cómo se llaman?
En mi pueblo les decimos cochinillos, como a los tocinos pequeñicos que cocinan en Segovia. Pero estoy casi seguro de que no es el nombre científico (todo podría ser).
P'a mí que son primos de los Lepismos Sacarinos éstos que se comen los libros.
Cuando los pisas y los matas hacen cras, cras. Pero despacico, porque son pequeños.
¿Usted se refiere a los oniscídeos? es que esos sí que son los cochinillos, pero esos no son dorados y se hacen una bola cuando se les molesta. A ver si sale algún biólogo por aquí.
Entrañables... Y si los tocas, te dejan como un polvillo plateado en los dedos. Hablando de otros temas (o del mismo, no sé), me encanta este blog...
Pues me alegra mucho que le guste este blog, Carlos M. Sea usted bienvenido a esta casa.
Como regalo de empresa sería bonito que su editorial ofreciera un libro infestado de pececillos de plata, metido en una pecera o vinilo. En Mad men tenían un hormiguero en el despacho, anda que no estaría bonico tener el librillo y de vez en cuando echarle pedazos de patata.
Me acabo de dar cuenta que 2 libros (por suerte no he encontrado más) tienen daños D:, pero no se si es por este animalillo o por el anobiidae D:!
por que uno tiene hoyos pero el otro tiene como si estuviera rasgado ): y no se que hacer!!!
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