De la página web: http://www.booksattransworld.co.uk/billbryson/index.html
sábado, 29 de marzo de 2008
viernes, 28 de marzo de 2008
Una sesión de hipnosis
—Cuando diga «tres» usted caerá en un profundo y agradable sueño.
Y así fue, el psicoanalista dijo «uno», «dos» y «tres» y al instante F. dejó caer la cabeza sobre su pecho, relajó sus manos sobre las rodillas, cerró los ojos y cayó en un profundo sueño.
F. se encontró de pronto dentro del cuerpo de Lili Saint Cyr, que estaba dentro de una bañera llena de espuma, que se encontraba dentro de un escenario, que a su vez estaba dentro de un teatro de variedades de una calle de Montreal. La gente gritaba «¡Lili, Lili!» y F. se frotaba sensualmente las rodillas con una esponja marina. La esponja marina frotaba las rodillas del cuerpo de Lili Saint Cyr, en el que en ese mismo momento habitaba F. mirando de un lado a otro, buscando los focos para perder de vista las caras del público que miraba hacia el escenario de un teatro de variedades de Montreal y que gritaba «¡Lili, Lili, Lili!». Momentos después F. pegó un salto dentro del cuerpo de Lili Saint Cyr y se deslizo hasta el interior de los dedos de sus pies, de los dedos de sus pies pasó al interior de sus uñas, que parecían placas solares teñidas de rojo frambuesa. F. miró hacía arriba y vio unas hermosas luces rojas a través de las uñas. Pensó que era una luz brillante e intensa que, sin embargo, no molestaba a los ojos.
—Despierte —dijo el doctor.
Y F. despertó del sueño.
—Ahora dígame todo lo que recuerde de su regresión.
—Recuerdo —dijo F.— que en otro tiempo fui un empresario muy adinerado del antiguo Egipto. Tenía una gran mansión, camellos, dromedarios, muchos esclavos, sirvientes y más de cien mujeres. Recuerdo que trataba con los faraones, ellos me traían ricos regalos y yo les construía sus enormes pirámides.
—En su regresión, hizo el gesto de frotar sus rodillas con un gesto insinuante ¿en qué momento de su regresión recuerda que lo hizo y cuál cree que es su significado?
—No recuerdo eso, doctor, pero le prometo que pensaré en ello —dijo F., un poco molesto mientras ajustaba el nudo de la corbata al cuello de su camisa.
¿Me hacen el trasero más pequeño?
Hace poco le comenté a una amiga que muchas de las chicas de Swindon llevan pantalones negros y chaquetas vaqueras. Ella me explico que era porque los pantalones negros «hacen que el culo parezca más pequeño». ¿Es cierto eso? ¿Puede demostrarse científicamente?
Neil Taylor
Swindon, Wiltshire, Reino Unido
Esta inquietante pregunta pertenece al libro ¿Hay algo que coma avispas?, 100 preguntas idiotas y apasionantes sobre la ciencia, una selección de Mick O'Hare de preguntas y respuestas de la revista NewScientist, RBA, Barcelona, 2007. En él también se responde qué es lo que hace que el cerumen de las orejas cambie de color; por qué el hongo del pie de atleta tiende a presentarse entre en tercer y cuarto dedo del pie; la cantidad de grasa que necesita un cuerpo para que una bala disparada por un arma de fuego manual no alcance los órganos vitales o cuánto tiempo necesita un cadáver de conejillo de indias para convertirse en solo huesos. Les aseguro que no es el mejor libro del mundo, pero lo encuentro apropiado para este blog (y si no les gusta mucho, siempre pueden pasar las páginas rápido y verán la animación de una rana comiéndose una avispa).
La foto tiene poco que ver con este libro, pero es una foto de la Swanson toda guapaza con 26 años en postura de rapera cool antes de que se inventara el rap (Circa, 1925), celebra que ayer fue su cumpleaños y se la dedico a Javier. ¡Va por usted, maestro! Hoy, 28 de marzo, toca Eugene Ionesco.
martes, 25 de marzo de 2008
Fotos de Circa
Avenida Columbus, Circa, 1930.
Profesores de Física de la Universidad de Harvard en su viaje de fin de curso a la ciudad de Circa, 1900.
lunes, 24 de marzo de 2008
La ciudad de Circa
Circa es una ciudad llena de recuerdos. En ella, en sus calles, en sus casas, en sus bares, en sus restaurantes, miles de personas se han hecho fotos. Miles de personas han viajado hasta allí sólo para hacerse una foto. Se conservan muchas fotos de Circa: tiene calles que parecen londinenses, otras africanas, otras mediterráneas, otras parece que están hechas en la misma selva amazónica. También hay calles como desiertos, otras llenas de gente, calles con rascacielos, otras con grandes fábricas y algunas con pequeñas casas de madera con un dispensador de gasolina antiguo. En Circa se juntan todos los colores de piel, todas las religiones y todas las formas de pensar de mundo. A veces algunas personas van a retratarse a Circa sólo por hacerse la foto, aunque detrás no haya nada más que una pared, o una puerta, o un cuadro viejo. Vienen contentos con sus fotos los que viajan a Circa. La gente de Circa vive bien entre tanta calle cambiente y tanto ir y venir de turistas. La gente de Circa suele sentarse en los porches cuando hace bueno y ven cómo pasa la gente. A veces paran a algún turista y le preguntan «Eh ¿en que año estamos?». No le dan mucha importancia a la fecha exacta, puen en Circa se suele contar por décadas, pero les gusta preguntar.
domingo, 23 de marzo de 2008
Los muertos y las muertas: David Vela expone en Alcalá de Henares
El próximo jueves 27 de marzo, a las 7 de la tarde, se inaugura en Alcalá de Henares la exposición Los muertos y las muertas. Greguerías de Ramón Gómez de la Serna sobre la muerte. Una colección de cuarenta y tres gouaches que ilustran otros tantos textos seleccionados, y que reflejan la obsesión de Ramón por el tema de la muerte, genialmente plasmada en su extraordinario libro Los muertos y las muertas y otras fantasmagorías.
Organizada por el Programa de Humor Gráfico de la Fundación Universidad de Alcalá, la muestra permanecerá hasta el 11 de mayo en la sala que la Fundación posee en la Calle Nueva, 4 (junto a la C/Mayor y muy cerca de la casa de Cervantes). El horario, de martes a domingo, es de 12 h a 14 h y de 17 h a 20 h.
La razón de esta entrada es para informar de la exposición y para solicitar un encargo: necesito que un señor o señora que viva cerca de Alcalá o en el mismo Alcalá y que lea esta entrada vaya a la inauguración, busque al autor y se presente como «Corresponsal de Cambio Radical News», le haga una pequeña entrevista con foto y luego venga de nuevo por este blog y la publique. No hay premio ni nada. El gusto de sentirse periodista por un día. Contacto: cambiorad@yahoo.es. ¡Se inicia una nueva era en este blog! ¡ahora, también, noticioso!
jueves, 20 de marzo de 2008
Sobre las formas de describir el mundo
—Descríbeme cómo es el mundo —me dijo el pepino de mar.
Yo le conté que el mundo estaba lleno de casas, de árboles, de tiendas que habitan bajo las casas, de plantas que crecen bajo los árboles, de piedras secas, de aire, de personas que van de un lado a otro, de coches que van de un lado a otro con personas dentro, de tiendas que hay en la planta baja de las casas en las que venden revistas, periódicos, puntillas e hilos para confeccionar manteles, tiendas que venden dedales, farmacias, fábricas, campos, escuelas, hospitales, granjas llenas de vacas, gallinas y cerdos, heladerías, garajes, oficinas de correos, oficinas con gente dentro, tiendas que venden muebles, dulces, fábricas de galletas, de ruedas, harineras, industrias del metal, de una señora mirando por una ventana, camiones, grúas, fábricas de vidrio y tiendas que venden cristalerías, librerías, grandes superficies, montañas altas y bajas, montes, patos que van y vuelven según la estación, días y noches, días fríos, calientes y templados, toallas para secarse la piel cuando está mojada, tiendas que venden pantalones y muchas otras prendas de vestir, carnicerías, verdulerías, estancos, buzones, tiendas de lámparas, circos llenos de gente, selvas con animales salvajes, pájaros canoros y pájaros mudos, ratones, bisontes, tiendas que venden bisoñés y postizos, dentistas, ópticas, campos, fruterías, fábricas de gaseosas, pulperías y sederías, cantinas, bares, confiterías y cafeterías, guardias urbanos, granadas, limones, manzanas y tijeras para cortar papel y otras más fuertes para cortar materiales más duros. Sierras, tornillos, trompetas, cantimploras para guardar agua u otros líquidos, ceniza de los ceniceros, ceniza de muertos guardada en vasijas, ceniza de rastrojo, ceniza de cosas quemadas, guantes, paragüeros, pingüinos, tazas de café solo y de café con leche, guirnaldas de flores, trapecistas retirados, elefantes, señores que hablan por una radio, teléfonos, ordenadores, lámparas eléctricas y de gas, turbinas, trenes, coches de niño, almendras, playas con palmeras, espías, iglesias con santos, calaveras, motos, cuadernos con cuadrícula, tiendas de pinturas, restaurantes que hacen paellas gigantes, gusanos y demás insectos, zapaterías, casas de la moneda, bancos, horchaterías, tiendas de artículos de esquí, señores que salen en la tele, paredes amplias, carretes de hilos, agujas, rascacielos, aviones, fábricas de galletas, gimnasios, hoteles, recepciones de hoteles, consultas, salas de espera, cirujanos, perros con correa llevados por sus amos, perros guía para ciegos, caballos, fábricas de papel, taxidermistas y tiendas de numismática.
El pepino de mar se quedó pensativo y al rato me preguntó:
—¿Es buena esa sensación de secarse la piel con una tolla? parece buena ¿es buena?
Yo le dije que sí, que la sensación de secarse la piel con una toalla limpia era una sensación buena, más que buena, extraordinaria.
—Cuando vaya al mundo será lo primero que haré —me dijo—, me secaré la piel con una toalla y me prepararé para ver todo eso que me dices que hay para ver. Primero me secaré la piel con una tolla. Será lo primero que haga. Así quiero que sea. Ardo en deseos de sentir esa sensación extraordinaria.
martes, 18 de marzo de 2008
Botánica caliente
El amor llega incluso a las plantas. Machos y hembras... celebran sus nupcias mostrando, por sus órganos sexuales, cuáles son machos y, cuáles son hembras. Las hojas de las flores sirven como un lecho nupcial, dispuesto gloriosamente por el Creador, adornado con excelsos cortinajes y perfumado con suaves aromas para que el novio pueda celebrar allí sus nupcias con la novia con la máxima solemnidad. Una vez dispuesto así el lecho, es el momento de que el novio abrace a su novia amada y se entregue a ella.
Carolus Linnæus (1707-1778), un día que se encontraba inspirado escribiendo sobre la primavera. Una extraña mezcla entre botánica, número de baile coral de Disney y telefilm picantón de Playboy.
En Una breve historia de casi todo, de Bill Bryson, p. 343, Ed. RBA, Barcelona, 2003. Texto recogido de The Classic o Sciencie, de Derek Gjertsen, p. 237.
domingo, 16 de marzo de 2008
viernes, 14 de marzo de 2008
J. M. Barrie
En la foto superior, James Matthew Barrie (1860-1937), autor de Peter Pan, junto al niño Peter Llewelyn Davies (1897–1960), que inspiró el personaje del protagonista.
En la foto inferior, el Capitán Garfio y Peter Pan en Return to Never Land (2002) de la factoría Disney.
martes, 11 de marzo de 2008
El misterioso Carlos Mirabelli, un señor con ojos de color azul claro
Carlos Mirabelli nació en Botucatu, en el estado de Sao Paulo (Brasil), en el año 1889. Carlos Mirabelli era un tipo bien raro, que envió un cuadro por telequinesis desde una casa a otra que se encontraba a varias millas de distancia. En estado de trance, valiéndose de la escritura automática, redactó largas disertaciones eruditas (algunas de ellas escritas al estilo de Lombroso, Kepler, Voltaire o Galileo) redactadas en 28 idiomas, a una velocidad imposible de alcanzar en condiciones normales. También redactó en trance un ensayo sobre el Mal, escrito en hebreo y firmado por Moisés; un texto sobre Alejandro Magno y un ensayo sobre los misterios que hay en el cielo y la tierra, firmado por Shakespeare. Como xenoglosista no tuvo precio: impartió numerosas conferencias sobre filosofía, astronomía, sociología, política, medicina, historia y ciencias naturales en varios idiomas: alemán, francés, holandés, inglés, griego, polaco, sirio, albanés, español, inglés, en cuatro dialectos italianos, en árabe, turco, hebreo, chino, japonés y varios dialectos africanos, además de latín, griego antiguo, caldeo y en su lengua nativa, el portugués. Mirabelli movió con la mente sillas, candelabros, calaveras, libros y campanas. También materializó ante un concurrido público zapatos dentro de sus cajas y espíritus de muertos (entre ellos, el cuerpo de un mariscal y el de un obispo) y creó de la nada una orquesta de viento y percusión ante un millar de personas. En una ocasión materializó durante 36 minutos el cuerpo de la hija del doctor Ganymedes Souza, fallecida unas semanas antes. Souza la reconoció al instante, pues llevaba el mismo vestido con el que fue enterrada. El doctor, emocionado, la cogió entre sus brazos.
El 29 de abril de 1951, Carlos Mirabelli murió atropellado por un coche cuando salía de su casa y se disponía a cruzar a la otra acera.
En la foto: Carlos Mirabelli (a la izquierda) y el doctor Carlos de Castro (a la derecha) sentados en una mesa con la supuesta materialización del poeta Giuseppi Parini (en el centro), muerto en 1799, en la Academia de Estudios Psíquicos Cesare Lombroso de San Paulo, Brasil.
Está bien, la materialización de Giuseppi Parini es un poco chapucera pero ¿no les crea un cierto malestar, mayor incluso que si estuviera realizada en condiciones?
sábado, 8 de marzo de 2008
La voz de Eugène
—¿Quiere usted realizar una última pregunta?
La muchacha dudó un instante, secó sus lágrimas con un pañuelo de hilo y respondió, firme, sacudiendo la cabeza, con la vista fija sobre el borde de la mesa de madera lacada.
—No, no, está bien así.
La muchacha rebuscó en el bolso, nerviosa.
—¿Cuánto le debo?
—Es la voluntad, querida. —le contestó Madame Louise al tiempo que remetía un mechón de pelo bajo su tocado de gitana adornado con monedas doradas.
—¿Está bien... cuarenta francos?
—¿Cincuenta está bien? —preguntó Madame Louise.
—De acuerdo. está bien.
La muchacha dejó el dinero sobre la mesa, retiró la silla con cuidado y se dirigió hacia la puerta.
—¡Espere! —dijo la muchacha— ¿puedo pedirle una última cosa?
—¿Qué desea, querida?
—¿Podría... podría pedirle que me hable?
—¿Cómo que le hable?
—Que me hable, quisiera oír su voz por última vez.
—Bien, siéntese, veremos qué podemos hacer.
En la habitación contigua, Aurélien, el ayudante de Madame Louise, el mozo que pasaba por idiota, encargado de tirar platos, mover cuadros y hacer aparecer fantasmas de tela de sábana vieja en mitad de la habitación en las sesiones espiritistas, escuchaba con atención, conmovido.
Madame Louise colocó sus manos sobre el vaso de la ouija, cerró los ojos y dijo en voz alta:
—Eugène... ¿estás ahí?
La muchacha miró con los ojos muy abiertos a la médium. Su dedo, sobre el borde del vaso, temblaba como una mariposa.
—Eugène... ¿estás ahí? —pregunto de nuevo Madame Louise.
Y, unos segundos después, llenando por completo el silencio de la sala, se escuchó una voz lejana y grave:
—Aquí estoy, Dominique, he vuelto para decirte que te amo, te amaré siempre, desde este oscuro lugar que tan sólo tú iluminas. Te amo, mi querida Dominique. Ahora debo marchar a reunirme con los demás soldados, ellos me aguardan en lo alto de la loma y no quiero hacerles esperar.
Madame Louise dio un respingo, giro la cabeza hacia la muchacha y le dijo:
—Aquí está tu respuesta. Eugène ya se ha ido. Ahora, querida, debes marchar.
En la habitación contigua, Aurélien, el ayudante de Madame Louise, sonreía. Nunca antes su rostro habíase visto tan iluminado.
jueves, 6 de marzo de 2008
Sobre pájaros, monos y peces fundidos en metal por los aztecas
Son capaces de fundir un pájaro cuya lengua, cabeza y alas se mueven, y también pueden modelar un mono … que mueve su cabeza, su lengua, sus manos y sus pies, y en sus manos ponen pequeños utensilios de tal modo que la figura parece estar bailando con ellos. Lo que es aún más notable, pueden hacer una pieza que sea la mitad de oro y la otra mitad de plata, y fundir un pez con todas sus escamas, alternando unas de oro y otras de plata.
Texto del explorador y monje franciscano español Toribio de Benavente (1494-1565), también conocido con el mote de Montolinía («pobrecito» en náhuatl) y como uno de «los doce apóstoles de México», en su Historia de los indios de la Nueva España, obra que tardó mucho tiempo en publicarse, primero fragmentariamente, por lord Kingsborough, en el año 1848 y, completa, diez años después, por García Icazbalceta en la Colección de documentos para la Historia de México. Los grandes descubrimientos perdidos, de Dick Teresi. Editorial Crítica, Barcelona, 2002.
viernes, 29 de febrero de 2008
Del estudio de los lepidópteros
Mi laboratorio ocupa la mitad de la cuarta planta. La mayor parte de él está lleno de hileras de armarios, que contienen cajas deslizantes de mariposas. Soy el guardián de estas colecciones absolutamente fabulosas. Tenemos mariposas procedentes de todo el mundo ... A lo largo de las ventanas se extienden mesas sobre las que se hallan mis microscopios, tubos de ensayo, ácidos, papeles, alfileres, etc. Tengo un ayudante, cuya tarea principal es extender los ejemplares que han enviado los recolectores. Trabajo en mi investigación personal ... un estudio de la clasificación de las «azules» americanas, basado en la estructura de sus genitales (diminutos y esculpidos ganchos, dientes, espolones, etc., visibles sólo bajo el microscopio), que dibujo con ayuda de varios dispositivos maravillosos, variantes de la linterna mágica ... Mi trabajo me arrebata, pero me agota absolutamente ... Saber que nadie antes que tú ha visto el órgano que estás examinando, establecer relaciones que no se le ocurrieron a nadie previamente, sumergirse en el maravilloso mundo cristalino del microscopio, en el que reina el silencio, circunscrito por su propio horizonte, una liza cegadoramente blanca ... todo ello es tan seductor que no puedo describirlo.
Carta de Vladimir Nabokov a su hermana (1945), cuando trabajaba como conservador de lepidópteros en el Museo de Zoología Comparada de la Universidad de Harvard (1942-1948), que aparece en el ensayo «Las funciones de unum y los beneficios de pluribus», del libro Érase una vez el zorro y el erizo de Stephen Jay Gould, Editorial Crítica, Barcelona, 2004, publicado después de su muerte y que trata de la interacción entre ciencias y humanidades y los beneficios que ambas pueden extraer de una fructífera relación.
Las mariposas, además de ser unos bichos preciosos y extraños, dan quebraderos de cabeza a los lingüistas comparativistas: Butterfly en inglés, Schmetterling en alemán, vlinder en holandés, somerfugl en danés, papillon en francés, farfalla en italiano, borboleta el portugués, parpar en hebreo, fefe-fefe en papuano, Πεταλούδα en griego, Бабочка en ruso, pinpilinpauxa en euskara, birabolas en aragonés, papallona en catalán... ¿Por qué las lenguas comparten rara vez una misma raíz para sus palabras que significan «mariposa»?
El lingüista Haj Ross ofrece una posible clave:
El concepto/imagen de mariposa tiene un poder exclusivo en el grupo de mentes de las culturas del mundo, con su inicio muy poco prometedor como oruga, seguido de su deslumbrante final de simetría visual, unido a la imposibilidad de olvidar el camino que traza el movimiento de la mariposa con su irregular vuelo a través de nuestra conciencia. Las mariposas son unos símbolos tan perfectos de la transformación que casi no hay cultura que se contente con aceptar la poesía de otra para referirse a esta mítica criatura. Cada lengua encuentra su propia belleza verbal para celebrar la deslumbrante peculiaridad del ser de la mariposa.
Del libro El mundo de las palabras, una introducción a la naturaleza humana, Steven Pinker, Editorial Paidós, Barcelona, 2007.
miércoles, 27 de febrero de 2008
Infidelidad
—Mujer, despierta.
La madrugada del diecisiete de febrero, el hombre se incorporó de la cama y apoyó su espalda en el cabecero. Encendió la lámpara de la mesilla, tomó un sorbo de agua del vaso que había sobre una pequeña bandeja de loza y prosiguió.
—Mujer, escucha. Debo decirte algo. Calla, por favor, no digas nada. Necesito hablarte. Quiero contarte algo. Escucha, mujer: En todo este tiempo no he sido franco contigo. No del todo. La conciencia me atormenta y golpea en el interior de mi cabeza como un martillo y hasta que no saque todo esto que me bulle aquí dentro no moriré tranquilo. No he sido honesto contigo, mujer. O sí, lo he sido, pero no del todo. En realidad no sé cómo ni por qué pasó, pero esa tarde del invierno del veintisiete te fui infiel. No me preguntes la razón. No la sé o no la recuerdo. Surgió así, como todas esas cosas que surgen porque sí. Eiléan vino al despacho cargada con una carpeta llena de documentos, una botella de vino y dos vasos de cartón. Fue esa tarde que me quedé en el despacho hasta la noche. Trabajamos hasta tarde, Eiléan abrió la botella, tomamos vino, ella contó una historia graciosa que le había ocurrido esa mañana y de pronto, como si no hubiera pasado ni un segundo entre ese último trago de vino y el siguiente, estaba en mis brazos. Sabe Dios cómo pasó. Y esa tarde, mujer, te traicioné, me traicioné a mí. No sé, estoy confundido, siento un peso en el pecho, como si realmente hubiera traicionado a toda la humanidad, un peso enorme aquí dentro y al mismo tiempo, un vacío muy grande que no he conseguido llenar en todo este tiempo. Nos amamos como dos críos esa noche. Nos volvimos locos. Qué sé yo lo que pasó por nuestras cabezas. No sé cuánto hubo de pasión, o de deseo, o de juego, o de necesidad de querernos. No, espera, mujer, no voy a perder el tiempo contándote detalles, ni tú querrás oírlos ni yo quiero contarlos. Así fue y así me veo con la obligación de narrártelo. Recuerdo cuando volví esa noche a casa y tú saliste al porche a recibirme, me diste un beso y me dijiste que habías preparado cena especial, la cena especial para el hombre que trabaja hasta tan tarde. Me sentí mal, sucio, triste, vacío, todo mi interior se sentía vacío. Y así, mujer, así hasta hoy. Ahora, ya lo sabes. Me he quitado un enorme peso de encima confesándote lo que sucedió ese día. Me siento aliviado, libre, feliz. Agradezco mucho que me hayas querido escuchar.
El hombre deslizo su espalda por el cabecero hasta reposar la cabeza sobre la almohada. Cerró los ojos lentamente y se murió, sonriente, satisfecho. La mujer sintió una profunda desazón y asco al ver el cuerpo muerto de ese hombre que no conocía. Un cuerpo de un hombre anónimo que la madrugada del diecisiete de febrero apareció de pronto en su cama y le contó una historia sobre infidelidades.
lunes, 25 de febrero de 2008
Sobre el acto de contar
La tribu de los Pirahãs, de la Amazonia brasileña, disponen solamente de tres palabras para referirse a los números: «uno», «dos» y «muchos». Otra tribu vecina, los Mundurukú amplían su vocabulario hasta el cinco. Para ellos, el uno es siempre uno (una unidad) y funcionan perfectamente contando por unidades separadas. A fin de cuentas, como son cazadores-recolectores, no necesitan andar contando cabezas de ganado. Los números mayores los utilizan con imprecisión; así un dos no tiene por qué ser un dos exactamente, sino un tres o un cuatro, o al revés, un tres puede ser un dos en algunos casos, del mismo modo que nosotros utilizamos a veces números imprecisos cuando nos refererimos a la cantidad de cópulas que podemos mantener en un solo acto.
viernes, 22 de febrero de 2008
Retrato de Antonietta (1594-1595)
Es notable la intención que transmite la pintora Lavinia Fontana al retratar a la niña Antonietta Gonzales con una apariencia tan hermosa. Antonietta, uno de esos raros casos de afección por hipertricosis lanuginosa congénita, posa ante la pintora orgullosa de su elegante vestido al estilo de la época; de sus labios primorosamente maquillados con carmín; de su gusto por las letras, a juzgar por el papel manuscrito que sostiene suavemente entre sus manitas. Cuentan las crónicas que Antonietta (hija del canario Petrus Gonzales, hombre también cubierto de pelo lanudo que ya de niño fue llevado a la corte francesa y al que el rey Enrique II adoptó como tutor), se hizo mayor, se casó y tuvo un hijo, o un sobrino de su hermana, que también sufrió de hipertricosis lanuginosa congénita (también la hermana, también el niño. Por eso se dice que es una enfermedad congénita). De Antonietta Gonzales nos queda algo más: Que nos observa desde el cuadro a través del tiempo y nos acompaña durante toda la vida desde el día en que la vimos por primera vez. Antonietta nos mira. Nosotros recorremos con la mirada su vello facial, sus manos, su nariz sonrosada, su amplia frente, los bonitos bordados y brocados sobre la tela de su vestido, y ella, mientras, nos mira a los ojos. Yo soy Antonietta Gonzales y soy una niña hermosa.
miércoles, 20 de febrero de 2008
Jenny tras recibir la corona de Miss Universo
Calma, calma, calma, ya pasó todo. Cálmate. Cálmate. Bien. Buena chica. Calma. No más nervios. Calma.
—Jenny ¿qué haces? ¡te están esperando todos en recepción!
Oh, Gladys.
—Gladys, ahora bajo, un segundo.
Ahora bajo, ahora bajo. Es sólo un segundo. Mira, soy bella hasta meando, así frente al espejo, meando con mi corona. Soy bella, linda, simpática. Hasta así meando soy hermosa. Con mi corona.
—Jenny, están entrando todos los de la prensa. Me dicen que bajes. Ha venido el embajador con su esposa, te quieren saludar y hay cientos de periodistas aquí preguntando. Anda, baja ya.
Nunca me había visto meando en un espejo, de frente. Es grande este espejo. Me veo entera, de la corona a los pies. Es grande. Estará bien pegado a la pared este espejo. Imagínate si no está pegado el espejo. Catacrán. Que muerte más ridícula aquí meando con la corona. El día más feliz y el día más triste de Miss Universo. Ay, se me corrió toda la máscara. No puedo salir con estos churretones por la cara. Parezco Alice Cooper. Ja. ¿O sí? es bueno que vean que estoy emocionada. Es bueno, pero soy la mujer más bella del universo. No está bien que salga con estos churretones. Con esta nariz roja de llorar. Ay, mi nariz. Ay, brillos. Ay, esta nariz roja. Como siga llorando se me va a hinchar aún más la nariz. Miss Nariz Roja. Miss máscara de ojos corrida por toda la cara. Tranquila, tranquila, tranquila. Algodoncitos, algodoncitos ¿donde están los algodoncitos? algodoncitos. Aquí. Eres afortunado, algodoncito, estás limpiando la máscara corrida de la cara de la mujer más bella del Universo. Eres especial, algodoncito.
—Jeeenny ¿puedes darte prisa y bajar?
—Un segundo, Gladys, solo un segundo.
Los dedos, tengo los dedos de los pies machacados. Fffffff. qué ampolla. Calma. Ahora ya pasaron los nervios. Estás por encima de todos. Tranquila. Calma. Relájate. Respira. Tomar aire, echar aire, tomar aire, echar aire. Eres bella.
—¡Jeeenny! ¿quieres hacer el favor de bajar? ¡se están impacientando!
—Voy, Gladys, voy, ya voy. Sólo un segundo.
Están todos ahí abajo, esperando para ver lo bella que eres. Todos. Hasta el embajador. La esposa del embajador. Es guapa la esposa del embajador. Es guapa gordita. Bueno, bien, es guapa pero gorda.El tonel-esposa del embajador. Todos abajo ahí esperando. No me pueden ver con estos churretones. Ay. Cálmate. Estás preciosa.
—¿Jenny?
—Voy, voy, Gladys, un segundo que ahora bajo.
Ay, mis pies. Fffffffffff. Si me preguntan que qué deseos tengo para mi futuro les diré que quitarme estos malditos zapatos. Ffffffff. Esta ampolla. Ay, mis pies. Quitarme estos zapatos. Quitarme esta corona. Se me clava por todos los lados. Quitarme la corona. No. Esta noche dormiré con la corona. Bien, me la quitaré. La dejaré en la mesilla. Dormiré abrazada a ella. Eso diré. Dormiré con la corona. Sin estos zapatos. Ah, cómo se clava esta corona. Ay mis pies. Les diré orgullo. Orgullo, no, orgullo no. Feliz, les diré feliz. Estoy feliz. Soy feliz. Soy la mujer más feliz del Universo. Ay, tengo la nariz roja como un tomate. Ay. Estos churretones. Soy la mujer más feliz del Universo. No puede haber nadie más feliz que yo en estos momentos en todo el Universo. O sí, pero será más fea. Más fea y más gorda. Ja. Fea, fea, fea. Tranquila, constesta tranquila. Han venido a verte, todos quieren saber de ti. Eres bella, eres buena. Eres hermosa. Todos te admiran. Con sólo mirar a cada uno de esos periodistas los vas a enamorar. Con la nariz roja. Se quedarán de piedra cuando te vean. Eres hermosa. Estás tranquila. Segura. Han venido todos a verte.
—¿Jenny? quieres bajar de una maldita vez?
—Voy, Gladys, bajo en un segundo.
domingo, 17 de febrero de 2008
El infierno 2.0
Ando especialmente contento estos días con la resolución que ha tomado Benedicto XVI reponiendo la existencia del infierno. Por dos razones. Una, por hacer la puñeta a los huesos de Juan Pablo II; y dos, por todos esos creyentes, que habrá, que además de creyentes son buenas personas, todas esas buenas personas que han tenido que aguantar a perfectos hijos de perra en su vida y guardan la esperanza de que, de alguna manera, esos hijos de perra serán ajusticiados en la otra. Así, imaginando cómo esos tipos sufren en el infierno toda clase de tormentos, cómo son lacerados de arriba abajo, quemados, llagados, humillados, violados, con la piel arrancada a tiras, con demonios sacándoles los ojos y volviéndolos a meter, con tenazas que pellizcan, aceite hirviendo cayendo sobre sus cabezas, buitres devorando sus intestinos, con todas esas cosas que se hacen en el día a día del infierno, así, es más fácil perdonar. Y habrá que perdonar, hermanos, pero al hijo de perra que le hagan la puñeta durante una eternidad. Qué menos.
jueves, 14 de febrero de 2008
Cosas que aparentemente no se pueden freír, pero que luego sí, se fríen
El arroz silvestre canadiense: el arroz silvestre canadiense es una especie de color marrón oscuro-negro y grano muy largo, que se comercializa como arroz salvaje o arroz silvestre. Como lleva la cáscara, cocerlo cuesta mucho tiempo, pero se fríe en un plis plas. Eche un puñado de arroz silvestre en una sartén con aceite bien caliente y al momento tendrá una especie de gusanacos con sabor a arroz inflado, crujientes y sabrosos. Para utilizar, por ejemplo, en ensaladas. Recuerde, se hacen al momento, sáquelos rápidamente, cuando se abra la cáscara y asome el morro el gusanaco de dentro. Si los tiene más tiempo le saldrán tostados, si los tiene un poco más, le saldrán quemados. Sale, que el arroz es soso.
Los fideos de arroz chinos: esos fideos de arroz o de soja chinos, que son finos y transparentes. En una sartén con abundante aceite para que cubra (mucho mejor una freidora), eche un puñado, y en unos segundos obtendrá unos chips crujientes, perfectos para acompañamiento de platos (y quedan muy cucos). Sale, que los fideos de arroz o de soja son sosos.
En la foto: de nuevo, Silvana Mangano enseñando pataza en Arroz amargo, Riso amaro, Bitter Rice, Riz amer, Arrós amargo o Arròs amarg, que es de esos títulos que suenan bien en todos los idiomas.
San Hilario, un santo bizarro
De todas las hagiografías, tal vez la de la vida de San Hilario sea la más hardcore. Hilario (de hílaris, alegre, sonriente), oriundo de la región de Aquitania, vivió en tiempos del emperador Constantino, y fue obispo de Poitiers. Hilario vivía como un monje en su casa junto a su esposa y su hija. Un día, Apia, su hija, manifesto a Hilario que quería casarse:
De cómo el obispo Hilario se quita de encima a la pesada de la hija adolescente Apia
…Este la disuadió de su propósito y la convenció para que renunciara al matrimonio y se consagrara a Dios haciendo voto de virginidad; pero, después de haber conseguido apartarla de su primer proyecto, el santo comenzó a turbarse, y dio en pensar que acaso algún día su hija se arrepintiera de haber optado por aquel género y quisiera abandonarlo. Tan honda fue su preocupación y tan grande su temor de que esto pudiera ocurrir, que un día, aterrado con esta idea, pidió encarecidamente al Señor que se llevase con Él a su hija. Dios accedió a la petición del santo obispo: sólo unas fechas después Apia falleció y su alma emigró al cielo.
De cómo el obispo Hilario, tras la lectura del texto anterior, parece un cabronazo, pero en el siguiente texto nos demuestra que conserva el espíritu cristiano pues hace uso del sacramento
Su propio padre, con sus manos, cavó la sepultura y puso en ella el cuerpo de la difunta.
De cómo el obispo Hilario demuestra de nuevo que es un cabronazo quitándose de encima a su esposa, que estaba sufriendo una depresión por la muerte de su hija
La madre de Apia, que asistió a los funerales y al entierro, impresionada y conmovida suplicó a su esposo, el santo obispo, que pidiera a Dios la gracia de que le llevara también a ella a la bienaventuranza, con su hija. Hilario rezó por esta intención y, de allí a unos días, murió la madre de Apia.
De cómo el obispo Hilario se pulió al entonces papa León, simpatizante del arrianismo
En aquel tiempo el papa León convocó a todos los obispos a un concilio, menos a Hilario. Hilario, ofendido, se dijo «pues mira, que voy» y acudió a la asamblea cuando los demás estaban reunidos. Al papa la presencia de Hilario le sentó tirando a mal y mantuvieron una corta discusión tratando los temas de que si tú eres Hilario el galo, que si no soy galo pero pertenezco a la iglesia de las Galias, que si yo soy León el papa de Roma, que si tú serás León pero no el león de Judá... En ese momento, el papa se levanta y pide a los asistentes que esperen un momento, que ahora vuelve, luego se dirige a Hilario y le dice: En cuanto a ti, tan pronto como vuelva, te daremos tu merecido. Hilario se le pone gallito y le espeta: Y si no vuelves ¿quién se encargará de decirlo que piensas hacer conmigo? El papa, que andaba con el vientre suelto y por esa razón le apremiaba salir de la sala le dijo: No te preocupes que volveré, volveré en seguida y rebajaré los humos de tu soberbia. Pero no tuvo la ocasión de volver:
Mientras pronunciaba esta amenaza, salió el papa de la sala, apremiado por una necesidad urgente, y un instante después, cuando estaba evacuando su vientre, sufrió un ataque de disentería tan fuerte, que en la evacuación expulsó por el ano los intestinos. De resultas de aquel accidente, entonces y allí mismo, con todas sus tripas fuera esparcidas por el suelo, cubierto de inmundicias, murió el desgraciado pontífice.
De los muchos milagros que se conocen del santo, se cuenta que intercedió para partir por la mitad un enorme pedazo de cera por el que discutían dos mercaderes. Tras el milagro, cada uno de los mercaderes se llevó su mitad. Un milagro potente.
Hilario murió hacia el año 340. Además de ser recordado por combatir el arrianismo, San Isidoro de Sevilla dice de él que fue el primero en introducir los cánticos en la Iglesia de Occidente.
Fuente de la hagiografía y de los textos en cursiva: La leyenda dorada, de Santiago de la Vorágine (1228-1298).
Los huevos Kinder del siglo XVI
El 15 de marzo del año 1569, en Autun (Borgoña), la sirvienta del abogado llamado Baucheron, cuando rompía huevos para freírlos con mantequilla, encontró que uno de ellos albergaba en su interior una sorpresa:
…vio salir el monstruo en cuestión, con rostro humano y cabellos y barba serpentinos, lo que la espantó extraordiariamente. Se dio clara de este huevo a un gato, que murió al instante. Advertido de ello el señor de Senecey, caballero de la Orden [de Saint -Michel], hizo enviar de su parte el monstruo al rey Carlos, que se encontraba entonces en Metz.
Ambroise Paré (1509-1590) De monstres et prodiges.
Nota: Paré, además de creer en los huevos Kinder y en muchos monstruos fantásticos fue un excelente cirujano. Mejoró notablemente las curas de los soldados heridos por armas de fuego, que hasta entonces se trataban con aceite de saúco hirviendo. En muchos casos era peor el remedio que la enfermedad. Paré lo solucionó con un digestivo, una mezcla de yema de huevo, aceite de rosas y trementina (que utilizó al ver que se había quedado sin aceite) y los heridos mejoraron favorablemente. También mejoró el tratamiento de los amputados al no cauterizar los muñones para cohibir la hemorragia, sino ligando con fórceps y puntos de sutura los vasos arteriales y venosos seccionados. También tuvo un papel destacado en el desarrollo de la obstetricia,los bragueros, los tubos para drenajes de abscesos y las prótesis y se enfrentó a las creencias de que el polvo de momia y el del cuerno de unicornio tenían propiedades maravillosas. Quiero a Paré.
miércoles, 13 de febrero de 2008
El aceite y la gallina
Aprovecho este espacio del blog para mostrarles que mi primer cultivo de semilla directa del año ya empieza a sacar la cabeza. Claro, son rabanitos, el bicho que crece antes que nadie. Las zanahorias, lechugas, acelgas, espinacas y el apio aún están que si salgo que si no salgo. Como el mundo del rábano, la achicoria, el nabo y la chirivía me interesa y aquí no encuentro semillas he comprado unas bolsas por internet, ya les mantendré informados de cómo salen y cómo están. Bien, en realidad todo este texto sirve de pretexto para contarles que estoy muy contento, que me ha llegado un garrafón de cinco litros de aceite de oliva virgen extra sin filtrar de Almedinilla (Córdoba) que es para sacarle foto. Y junto al garrafón, una gallinica de barro modelada y pintada a mano preciosa que es para enseñarla de bonita que es. Ha sido verla y darle un beso, como se besa un relicario cuando se tiene fe, o como se besa la foto de la novia cuando se está en el frente. Un beso de amor a las cosas bonitas, nada de besos con lengua o besos lúbricos, un beso de amor inocente. Estoy muy contento. Mi señora me dice por el móvil que si he probado el aceite y yo le digo que no, que me espero a que venga para abrirlo, para olerlo y para ponerlo en la ensalada de esta noche. Que me digo yo que igual pongo en la vaporera unas patatas, un brécol y unos espárragos trigueros para cenar (que le vi la vaporera a la Spanique y me dije que también quería una vaporera yo. Culo veo culo quiero). Todo eso recién sacado de la vaporera con un chorretón de aceite y unas escamas de sal marina por encima. Qué gusto. Arkab, no me dirá usted que no es delito echar a la freidora este aceite que me ha llegado.
lunes, 11 de febrero de 2008
La Rheobatrachus silus y el acto de parir por la boca
1981 fue un año horrible para la rana acuática australiana Rheobatrachus silus. La Rheobatrachus silus, descubierta en el año 1973 en el sureste Queensland (Australia), era una de las pocas ranas conocidas capaz de incubar los huevos en su estómago (parece ser que una familiar suya más gorda, la Rheobatrachus vitellinus, también goza de esa cualidad). Tras la fertilización de los huevos, la rana hembra los ingería y permanecían en su estómago durante unas seis semanas. Los huevos de la Rheobatrachus silus contienen una sustancia química supresora del agua parecida a una hormona, la prostaglandina E2, que inhibe la secreción del ácido gástrico de la madre y endurece las paredes del estómago, convirtiéndolo en una bolsa de incubación inerte durante todo ese tiempo (en medicina, la prostaglandina E2 o dinoprostona, produce contracción del útero, vasodilatación y broncodilatación, y se utiliza para la inducción del parto). Al suprimir el ácido, la madre no digiere los huevos. ¿Y qué comía la hembra de Rheobatrachus silus durante ese tiempo? Nada, no comía nada, ni tenía gana alguna de comer, pues se sentía todo el día con el estómago lleno. Se levantaba por la mañana y se decía «Ay, me encuentro con el estómago lleno» y se acostaba por la noche y se decía «pues mira que no he comido nada pero sigo con el estómago lleno». Es el mismo truco que utilizan los balones hinchables que meten en el estómago de algunos pacientes obesos para que tengan sensación de llenos cuando solo han comido una ensalada. Los huevos, mientras, incubándose felices hasta convertirse en pequeñas ranas dentro del vientre de la madre. Transcurridas las seis semanas, más o menos, la rana expulsaba a sus crías por la boca (unas veintidós o veintiséis criaturas), vomitándolas con gran violencia, como las palomitas de maíz dentro de un palomitero.
No se han vuelto a ver ejemplares de Rheobatrachus silus desde el año 1981, por lo que los naturalistas han llegado a la conclusión de que esta especie se ha extinguido. En ese mismo año, 1981, el grupo de techno-pop Azul y Negro sacaba al mercado su primer trabajo discográfico: «La Edad de los Colores», grabado en los ya desaparecidos estudios Escorpio, propiedad de Luis Cobos. No seré yo quien acuse a Azul y Negro de la extinción de la rana Rheobatrachus silus, pero ya saben ustedes que las casualidades no suelen darse en este mundo y así como dice el antiguo proverbio chino: «el aleteo de las alas de una mariposa se puede sentir al otro lado del mundo», una producción de Luis Cobos-Bosco puede ser la causante de la deforestación y de la extinción de todos los animales del planeta.
En la foto, una hembra de Rheobatrachus silus en el momento del parto de uno de sus vástagos mientras un científico le hace la puñeta con un clip (K. R. McDonald y D. B. Carter, 1979). Observen la ranita, con lo joven que es y con qué gracia y fotogenia mira a cámara.
Para más información sobre la Rheobatrachus silus, lean el ensayo «Ahí va nada», de Stephen Jay Gould, recogido en el libro Brontosaurus y la nalga del ministro, Ed. Crítica, Barcelona, 1993.
sábado, 9 de febrero de 2008
Un gran misterio de la hostelería desvelado
Muchísimas veces han llegado a mi consulta cartas de lectores y lectoras preguntándome por qué el rebozado de sus fritos no les queda igual que el de los bares de tapas.
«Las gambas con gabardina no me quedan igual que las de los bares ¿qué debo hacer? ¿utilizan un tipo especial de harina?» Géminis, Vigo.
«Ayer hice unas suelas de berenjena rebozadas, pero la gabardina me quedó blanda y sosa ¿qué debo hacer?» Tauro, Almonacid de la Sierra.
«Una amiga me dijo que echaba un sobre de gaseosa El Tigre en la harina ¿es esa la solución?» Acuario, Madrid.
«Compré una harina especial para rebozados, pero el resultado es parecido a la harina normal ¿qué estoy haciendo mal?» Capricornio, Tudela.
«Utilizo siempre aceite de oliva virgen para mis fritos, pero los rebozados no me quedan como en el bar de abajo ¿tienes las solución?» Géminis, Santander.
Sobre el aceite y el recipiente para hacer sus frituras: Bien, en primer lugar olvide el aceite de oliva y déjelo apartado para sus ensaladas y para otros guisos. Use aceite de girasol y en lugar de una sartén utlice la freidora (en caso de no disponer de una freidora, sírvase de una sartén alta y llénela de aceite).
Sobre la masa para el rebozado: muchas marcas se empeñan en confundir al consumidor sacando al mercado harinas especiales para frituras, mezclas de harinas de trigo y de maíz que si bien no empeoran la fritura tampoco la mejoran como para echar cohetes. Utilice harina de trigo normal. Eche una cantidad de harina normal en un tazón (como medio vaso) y ahora hidrate, pero en lugar de hacerlo como estaba acostumbrado, con agua, échele cerveza fría. De poco en poco y, mientras, remueva y remueva hasta que el resultado sea una pasta cremosa, sin grumos, ni muy líquida ni muy densa, suficiente para que cubra el alimento que desea rebozar. Añádale una pizca de sal y un golpe de colorante alimentario E-102 (si es temeroso de los efectos del colorante alimentario E-102, puede cambiar el ingrediente por una pizca de pimentón dulce, pero recuerde que este último le dará sabor y que su bar favorito de sus tapas favoritas utiliza colorante alimentario E-102).
Sobre el acto de freír: caliente el aceite y cuando humee eche los fritos en pequeñas porciones y en poca cantidad cada vez. Cuando el frito esté dorado, retire y coloque sobre papel absorbente de cocina.
La receta rápida: abra una lata de alcachofas. Pártalas por la mitad, reboce cada una de las mitades con la composición anterior y fría en abundante aceite. Sirva las alcachofas calientes y acompañadas de cerveza. No se le ocurra servir un buen vino con las alcachofas, que me lo echará a perder. Guárdelo para otro plato. Salud.
lunes, 4 de febrero de 2008
sábado, 2 de febrero de 2008
El edificio Flatiron
Hace unos días me preguntaron que si echaba de menos no haber hecho alguna u otra cosa en la vida. Por mi cabeza pasaron imágenes rápidas de camas redondas de varios metros cuadrados, un combate de boxeo en blanco y negro, treinta trapecistas haciendo a la vez y en un solo !hop! el triple salto mortal, doscientos elefantes entrando en Cambaluc y una alfombra persa esférica de las dimensiones de la tierra con todos los continentes, los mares, las carreteras, las calles, las casas, las vacas pastando y todo lo que hay en la tierra representado en vivos colores. Luego paré un momento y pensé en el edificio Flatiron. Me hubiera gustado ser albañil del edificio Flatiron, o tener una tienda en los bajos del edificio Flatiron, o ser conserje del edificio Flatiron, o el que abría la puerta del edificio Flatiron en 1902, o limpiaventanas del edificio Flatiron, o cliente que va a visitar a su abogado que tiene el bufete en el edificio Flatiron, o ser una persona que paseó ante el edificio Flatiron en 1907 y dijo «qué edificio más alto», o ser un amante que tiene que salir corriendo por una ventana del edificio Flatiron porque llega un marido dando voces, o ser el que lleva un paquete para el quinto izquierda del edificio Flatiron, o el propietario del piso más alto del edificio Flatiron, o un ladrón que entra por una ventana para robar un reloj decó de una vivienda del edificio Flatiron, o un camarero del bar del edificio Flatiron, o todo eso a la vez, o, aún mejor, ser el edificio Flatiron y mirar cómo pasa la gente, cómo cambian los coches con los años, cómo un día llueve y otro no, notar cómo te duelen los ladrillos después de tantos años aguantando tanta altura y tanta gente trajinando arriba y abajo, arriba y abajo por las escaleras del edificio Flatiron.
Una hermosa historia de amor
F. conoció a S. en un bar. S. conoció a F. en un bar. Entablaron relación primero como conocidos y luego se hicieron novios porque pensaron que tenían algunas cosas en común. Luego discutieron y se separaron. Al poco tiempo S. y F. encontraron nuevas parejas.
Bien, la historia es muy buena, pero ha fallado el narrador.
miércoles, 30 de enero de 2008
Un lector de este blog, un voto. Si no hay voto, maldición
El ilustrador David Vela ha enviado este dibujo a un concurso on line internacional sobre fútbol. Si les gusta, pueden votar por él entrando en esta página: www.cartoonaward.com. Entran, buscan «voting gallery», luego en Spain y ¡traca!, votan. Le dieron hace pocos días el Tercer premio del Salón de Humor Ecológico en Brasil, así que queremos que siga la racha y gane este otro también. Si no votan al dibujo nadie lo sabrá, pero que sepan que caerá sobre sus cabezas la maldición del número de teléfono equivocado al que le llamarán cada dos por tres preguntando por Conchita a las siete de la mañana (yo el primer día no voté y me cayó la maldición dos veces seguidas, luego ya voté y se me han pasado todos los males). En todo caso, para más información y para ver el dibujo de arriba a todo color no tienen más que pasar por su blog: davidblogcartoon.blogspot.com, que allí lo verán todo mejor explicado.
martes, 29 de enero de 2008
Del diario del doctor Wallace
28 de octubre
Hoy vino a la consulta un paciente aquejado de un fuerte trastorno nervioso acompañado de dolores abdominales. El paciente, M., hombre de unos treinta años, de complexión atlética aunque excesivamente delgado para su estatura (73 pulgadas) se mostró en todo momento inquieto, se rascaba los brazos, las piernas y la cabeza y respondía a mis preguntas de manera alterada y esquiva. Su hermano mayor, que le acompañó a la consulta, declaró que el paciente llevaba en ese estado más de dos años y que en ese tiempo había perdido más de 45 libras. Acostumbraba a hacer tres comidas: desayuno (sobre las 7), almuerzo (12 y media - 1 del mediodía) y cena (7 u 8 de la tarde). Ingería todo tipo de alimentos (por la descripción, una dieta rica en proteínas e hidratos de carbono, además de una buena cantidad de verduras frescas y frutas), siempre con buen apetito. En esos dos años de enfermedad habían visitado varios médicos y centros hospitalarios, sin hallar una solución satisfactoria.
Mary, la pequeña, se encuentra mejorada de su afección. Hoy mandé que la asistenta le subiera unos dulces que compré en una confitería de la ciudad y los comió todos con buena gana. Progresa favorablemente. Solo Dios sabe lo mucho que he rezado por ella estos días y cómo la quiero. Mi ángel, mi adorado ángel.
30 de octubre
M., el paciente aquejado de trastorno nervioso y dolores abdominales, ha vuelto hoy a la consulta, esta vez sin la compañía de su hermano. Se encontraba más calmado, más dócil, y hablamos largo rato sobre su vida y sus molestias. Me contó que trabaja en una granja de cerdos, el negocio familiar, limpiando las porquerizas y llevándoles la comida. He observado que es un hombre poco aseado, lleva la ropa sucia, huele desagradable y tiene las uñas largas y negras. Me ha producido cierta repulsión cuando ha tomado con las dos manos la pluma que me regaló mi adorada Charis las pasadas navidades, que tengo expuesta sobre el escritorio y que tanto me gusta. Le he pedido que en la próxima visita venga con una muestra de sus heces para realizar un análisis coproparasitoscópico siguiendo el método Ritchie.
No debo olvidarme mañana por la mañana de escribir a Fionn. Hace ya más de tres meses que no recibo noticias de él.
Mary se encuentra casi recuperada. Hoy despertó como una preciosa flor mientras la observaba sentado a los pies de su camita. Se frotó los ojos y, aún soñolienta y perezosa, se tiró a mis brazos. La he llenado de besos. Mi amada niña.
12 de noviembre
Efectivamente, como esperaba, el diagnóstico no deja lugar a dudas. Las heces del paciente M. contienen huevos de solitaria. El tamizado de heces confirma que los huevos son de Taenia saginata.
13 de noviembre
He recomendado al paciente M. que acostumbre a ser más aseado a partir de ahora. Debe tomar baños completos al menos cuatro o cinco veces por semana y lavar sus manos con agua y jabón cada vez que salga del excusado. No sin cierto sonrojo me ha prometido que así hará. Le he recetado que tome 25 gramos de semillas de calabaza machacadas y diluidas en un vaso de agua con miel de romero. Dos tomas, una por la mañana al levantarse y otra antes de acostarse, a lo largo de toda la semana. Eso me ha recordado que debo llamar al jardinero para que traiga provisiones para este invierno. La despensa, tras los días de vacaciones que pasaron en casa los padres y la hermana de Charis, está casi vacía.
21 de noviembre
Vuelve a la consulta el paciente M. Me dice que ha seguido religiosamente mis consejos y que tomó lo que le receté, pero no experimenta mejora. Será necesario recetarle un antihelmíntico más fuerte. Pruebo con praziquantel. 50 mg/kg/día repartidos en dos tomas durante quince días.
10 de diciembre
El paciente M. no ha experimentado niguna mejora y se queja de fuertes cefaleas, mareos y vértigo. Es posible que sólo sean molestos pero no alarmantes efectos secundarios del fármaco. Mañana volverá por la mañana y le administraré nueva medicación.
Mary, mi querida Mary, ha pegado un buen estirón en este último mes. Su madre le ha comprado un nuevo vestido y le ha cortado el pelo a la moda francesa. Está preciosa. Sus ojos resaltan aún más con ese lacito azul sobre sus cabellos.
11 de diciembre
Hoy vino el paciente M., le pedí que se desnudara de cintura para abajo y que se inclinara en la camilla sobre el pecho apoyando los pies en el suelo. Le he suministrado por vía rectal un croissant y dos onzas de chocolate amargo. Le he dado cita para mañana a las diez de la mañana.
12 de diciembre
Hoy volvió el paciente M. a la consulta, le he suministrado por vía rectal un croissant y dos onzas de chocolate amargo.
He recibido carta de mi querido Fionn. Me cuenta que se encuentra bien, y también los suyos, pero que la vida en la ciudad es difícil. Rezo a Dios para que encuentre ese trabajo que tanto necesita y desea.
13 de diciembre.
Mary, mi querida niña, ha comenzado a leer. Es maravilloso verla recorriendo con su dedito las líneas del precioso libro que le regaló el tío James para su cumpleaños. Anne, su nueva cuidadora, es muy paciente y cuidadosa. Es una encantadora muchacha de un pueblo de Dundee, humilde, cariñosa y buena como ninguna. Gracias al Cielo.
He suministrado a M., el paciente de la tenia, un croissant y dos onzas de chocolate amargo.
14 de diciembre
He descubierto a mi querida Mary haciendo unos dibujos preciosos de flores y animalitos en las esquinas de su libro de lectura. Su contemplación me ha llenado de gozo. ¡Deseo tanto que esta niña herede las delicadas y adorables habilidades de su encantadora mamá!
He suministrado al paciente M. un croissant y dos onzas de chocolate amargo por vía rectal, según lo acostumbrado.
15 de diciembre
El paciente M. ha venido hoy a la consulta. Se mostraba más nervioso de lo acostumbrado y me imploró que acabara con la cura, pues cada vez sentía más molestias. Le he pedido un poco más de paciencia, pues ya queda poco para acabar el tratamiento. Según lo acostumbrado, le he suministrado por vía rectal un croissant y dos onzas de chocolate amargo.
16 de diciembre
Ha vuelto el paciente M. Le he suministrado por vía rectal dos onzas de chocolate. Le he pedido a M. que esperara en la postura del tratamiento. Pasados diez o doce minutos, la cabeza de la tenia ha asomado por el ano del paciente y ha gritado con voz alta y clara: «¿Y el croissant?». Acto seguido he tomado un martillo de carpintero que tenía guardado en el cajón superior del escritorio y he golpeado varias veces su cabeza al grito de «Toma croissant». La extracción del resto de la tenia ha sido satisfactoria y solo nos ha llevado cosa de veinte minutos a la enfermera y a mí.
24 de diciembre
¡Qué hermoso es disfrutar de estos días tan hermosos en compañía de mis adoradas Charis y Mary!
Hoy vino a visitarnos el paciente M., lo encontramos de muy buen humor y totalmente recuperado del penoso trance. Ha engrosado varias libras, rebosa salud por todos sus poros, se encuentra lleno de energía y derrocha una alegría contagiosa. Nos trajo como obsequio una bonita botella de whisky, que beberemos a su salud esta misma noche.
domingo, 27 de enero de 2008
De los peligros que conlleva dormir con camisón blanco
Y para muestra, tres ejemplos gráficos. Los camisones blancos atraen a los monstruos. Y los pijamas de esos de tela de camisa, esos con botones y cuello, los que a veces llevan bolsillos con ribete de otro color, esos también. Hoy les confieso que no puedo dorimir con pijama. Me obligan a ponerme un pijama, me meten en la cama y, zaca, me muero. De pequeño, como estaba un día malo y otro también, había siempre un pijama sin usar en el armario, dentro de su celofán o de su caja, o blanco o azul. Nuevo, con su apresto, esperando, al acecho. Era el pijama «por si me ponía malo y había que llevarme al hospital». Luego también estaba el pijama «por si me ponía malo y venía el médico», que ese ya tenía más uso en gripes y fiebres. El otro, el acechante, el pijama nuevo, estaba ahí esperando día y noche como una mortaja paciente. Así que, con el tiempo, el pijama «por si me ponía malo y había que llevarme al hospital» trocó en el pijama de la enfermedad, el pijama de la muerte. Más que un pijama era el Cuervo de Poe, el Horla de Maupassant y el Yaciyateré de Quiroga todo junto y en versión textil. Era un pijama tan insistente que conforme yo crecía, crecía él: de talla infantil pasó a talla cadete y de talla cadete a talla mayor. Crecía, cambiaba de color pero siempre estaba ahí, nuevo, dentro de su caja o de su celofán, esperando vestirme a la voz de «ya eres mío». De ahí viene que siempre duerma, en invierno o en verano, con una camiseta vieja con una estampación publicitaria de esas imposibles de poner y unos calzoncillos. Bien, es posible que esperaran algo más chic, pero no voy a mentirles, las cosas como son. Y los pijamas nuevos, bien lejos.
jueves, 24 de enero de 2008
Sobre los polluelos y sus mapas celestes
Me he puesto muy tierno imaginándome a los pollicos en el nido mirando el cielo nocturno. Ahí con esos ojazos, discutiendo entre ellos si Orión esa noche estaba un poco más a un lado que al otro respecto a la rama de enfrente.
«Cuando era explorador, me enseñaron cómo encontrar la estrella Polar: bastaba con colocar la punta de la manecilla del reloj en la Osa Menor o extrapolar desde el labio frontal de la Osa Mayor una distancia que fuera siete veces su profundidad. Las aves no nacen con este conocimiento, no porque sea impensable que pudiera ser innato, sino porque de serlo pronto quedaría obsoleto. El eje de rotación de la Tierra, y por tanto el polo norte celeste (el punto del firmamento que corresponde al norte), oscila en un ciclo de 27.000 años que recibe el nombre de precisión de los equinoccios. El ciclo es rápido si tomamos como referencia el tiempo evolutivo, y las aves han respondido a esta circunstancia desarrollando un algoritmo especial para aprender dónde se halla el polo norte celeste en el firmamento nocturno. Y todo ello se produce mientras permanecen en el nido y no pueden volar. Los polluelos miran al firmamento nocturno durante horas, observando la lenta rotación de las constelaciones. Descubren el punto alrededor del cual las estrellas parecen moverse, y registran su posición con respecto a varias constelaciones cercanas, adquiriendo de este modo la información que, en mi caso, conseguí a través del manual del buen explorador. Transcurridos varios meses, las aves son ya capaces de servirse de cualquier constelación para mantener una dirección constante, pongamos por caso, tener el norte siempre detrás mientras vuelan hacia el sur, o volar hacia el polo norte celeste durante la primavera siguiente para volver al norte.»
Steven Pinker, Cómo funciona la mente, «La venganza de los torpes»,
p. 240. Editorial Destino, Barcelona, 2007.
martes, 22 de enero de 2008
Piaget no lo advierte
En ninguna parte de la extensa obra de Jean Piaget aparece la manía que tienen los niños que están entre la etapa preoperacional y la etapa de las operaciones concretas de ofrecer flores o frutas a los monstruos. Es peligroso. Ya no lo digo más.
viernes, 18 de enero de 2008
El amigo invisible y «El alquimista» de Paulo Coelho
En su infancia era de Reyes. Luego, tuvo sobrinos y, por aquello de que los niños tienen más tiempo para disfrutar de los juguetes en esos días de vacaciones, pasó a ser de Papa Noel. Ese año los amigos le plantearon, en lugar de reyes o papanoeles, hacer lo del amigo invisible. «Cada uno coge un papelito, en el papelito hay un nombre, que es el nombre de la persona que le ha tocado para hacerle el regalo». Bien, cada uno cogió su papelito y se fueron despidiendo. Llegó a su casa, cenó la pasta que había sobrado del almuerzo frente al televisor. De pronto escuchó unos pasitos por el pasillo, se abrió la puerta y una voz en off le dijo «Hola, soy tu amigo invisible», y sí que debía de serlo, pues sólo veía un paquete verde con un lazo dorado que se acercaba hacia él levitando. «Toma, tu regalo». El paquete cayó sobre sus muslos, el sonido de los pasos se alejó y se cerró la puerta. Sería exagerado decir que sintió miedo tras lo sucedido, más que miedo o susto sintió aprensión, como un poco de asco. Abrio el paquete y se encontró con un esquijama amarillo a rayas con un enorme Pluto de Disney sonriente serigrafiado en la pechera y el libro El alquimista de Paulo Coelho. «Pues invisible es, pero amigo seguro que no, que si fuera amigo no me hubiera regalado este par de mierdas», se dijo.
miércoles, 16 de enero de 2008
El doctor Ollivier y la expedición «Ipuwer» (Tercera y última parte)
Pocos datos más se conservan de la vida del doctor Ollivier. En 1882 partió a Egipto como miembro de la expedición «Ipuwer», junto a arqueólogos británicos, franceses y suizos. Según consta en la biografía del egiptólogo Martin A. Handgretinger, los miembros de la expedición, tras una acalorada discusión a propósito de ciertas diferencias sobre sus respectivos países decidieron separarse y tomaron rumbos diferentes: «El doctor Ollivier era un hombre con mal carácter. Se fue sin despedirse tan siquiera».
En la imagen: lámina grabada en la que se representa el esqueleto en postura fetal hallado en las ruinas de un templo drante la expedición francoanglosuiza «Ipuwer» (Naqada, 3500 a 3200 antes de Cristo) Museo Británico de Londres.
lunes, 14 de enero de 2008
¿Amor después de la muerte? (Segunda parte)
Tras la muerte de L. Roux, su antiguo compañero, el doctor M. Ollivier, publicó un nuevo trabajo de investigación con el título «Amor después de la muerte», en el que se exponían los resultados de la encuesta a diez cadáveres entrevistados. El experimento se realizó en la sala de autopsias de la Facultad de Medicina de París, el 14 de enero de 1876, ante un concurrido grupo de doctores, especialistas y periodistas (entre ellos, el doctor R. Leroux, el doctor F. Gaucher, el doctor M. Miller y el director del diario Le Matin, S. Bouchon). En este estudio, la pregunta fue: «¿Mantiene después de muerto el amor?». El primer interrogado, R. E., varón de 48 años, individuo de constitución tipo leptosómico, muerto por enfermedad de tuberculosis, respondió: «Sé que mantengo el amor aunque algunas veces lo olvido. Recuerdo a veces a mis familiares, a mi esposa y a mis dos hijos. Otras veces pierdo esa sensación». S. T., mujer de 72 años, fallecida por muerte natural contestó: «No lo recuerdo. Recuerdo que he querido, pero aquí todo es confuso» acto seguido manifestó una grave preocupación por un perrito, Fiffi, que tenía a su cuidado (risas en la sala). G. M. varón de 22 años, muerto en accidente laboral contestó: «Quiero ahora tanto como he querido en vida. Nada en mí ha cambiado». P. L., individuo de 34 años, de tipo pícnico, muerto tras un brote epiléptico, respondió: «El amor, no recuerdo el amor». A. L., mujer de 28 años, constitución atlética, muerta en un accidente del hogar, contestó: «No sólo siento el amor sino que aquí he encontrado el amor de una persona maravillosa. Quiero a este hombre como nunca he querido». Más tarde confesó que se había visto obligada a mentir. Los demás cadáveres entrevistados no ofrecieron contestaciones claras o satisfactorias para el estudio y las respuestas fueron desestimadas. Este trabajo del doctor Ollivier no gozó de la repercusión mediática del anterior ensayo («¿Fe después de la Muerte?», L. Roux-M. Ollivier, 1845-1857), en buena medida porque el doctor Ollivier había perdido buena parte de su crédito como investigador tras el escándalo «L. Roux-M. Ollivier» (ver «¿Fe después de la muerte?»).
En la imagen: lámina grabada en la que se representa al esqueleto con sentimientos amorosos en actitud de pedir la mano al estilo galante, también conocida como «el esqueleto rogante» (siglo XIX).
¿Fe después de la muerte? (Primera parte)
Según la encuesta realizada a trescientos cadáveres (L. Roux-M. Ollivier, 1845-1857), un sesenta por ciento de los encuestados pierden la fe tras la muerte; un treinta por ciento no saben, no contestan y sólo un diez por ciento mantienen la fe. El estudio concluía con la siguiente frase: «Es importante matizar que, de los primeros, la mayoría pierden totalmente la fe tras la muerte y sólo un quince por ciento de los encuestados pierden la fe, pero mantienen la esperanza». En 1863, R. Wesseling, periodista de la gaceta mensual religiosa holandesa Weg van God acusó en su columna crítica a los doctores Roux y Ollivier de manipular los resultados. El artículo de Wesseling cosechó una larga lista de cartas a la revista (Weg van God 1863: 32 - 41 y suplemento especial de navidad) que obligaron a los doctores a reconocer públicamente el engaño. En el número 43 de la gaceta, Roux declaraba: «Si es cierto que entrevistamos a trescientos cadáveres, he de reconocer que de los trescientos sólo recibimos respuesta de unos ciento cincuenta y, de los ciento cincuenta, sólo once declararon que mantenían la fe igual o incluso de una manera más profunda y sentida que cuando se encontraban vivos. Los demás, o no respondieron o negaron que mantenían la fe, aunque una buena parte de estos últimos reconoció que en vida ya no eran muy creyentes o que no creían en absoluto». Tres años después, Ollivier declaró en la revista Amazing Science Magazine: «Me vi obligado a manipular el estudio bajo amenazas del doctor Roux». Según la historiadora S. M. Laporteille, las amenazas no eran otras que la intención de desvelar la relación amorosa que mantenía el doctor Ollivier con una de sus alumnas, F. Mansart, esposa de F. Lamartine, profesor emérito de la Facultad de Medicina de París. En 1872, tras la muerte de Roux, un grupo de alumnos que defendieron el estudio del profesor intentaron que su cadáver respondiera a la pregunta: «Doctor Roux, tras la muerte ¿conserva la fe?» a lo que respondió: «Con lo mal que me lo habéis hecho pasar en vida, como para responderos. No tengo cuerpo hoy».
En la imagen: lámina grabada en la que se representa al esqueleto creyente monoteísta en actitud de orante temeroso (siglo XIX).
miércoles, 9 de enero de 2008
Humor para correctores de estilo
Un paciente entra en la consulta del médico.
—Octor, octor, creo que tengo aféresis.
—A ver, diga «33».
—3.
—...hmmm...
—¿Es grave, octor?
—Feo lo veo, sí... no sé si ponerle una prótesis o un epéntesis.
—pero usted cree que me podré rucar o no, octor?
—Peor me lo pone, ahora veo que también sufre de metátesis. Creo que lo mejor será que le recete un metaplasmo por la mañana y otro por la tarde y la semana que viene vuelva para comprobar sus progresos.
(Es ahora cuando entran aquí las risas —en off— de los correctores de estilo, también algún aplauso. Es importante aconsejar una buena elección de risas: los correctores de estilo no suelen reír a carcajadas, siempre será mejor elegir risas cortas, algún sonido gutural y chasquidos de lengua como signo de aprobación).
En la foto, la hermana Michelle ([Schwester Michelle, Saarbrücken,1892-Wiesbaden, 1945],cuyo nombre era Michelle Eingeweiden antes de tomar los hábitos), observa atenta el buen hacer del doctor Frank-Klaus Körper visitando a un paciente desconocido, en el hospital de Wiesbaden (21 de febrero de 1923). Tan solo tres días después, la hermana Michelle asestó cuarenta y ocho puñaladas al doctor Körper en el pecho, abrió su esternón con unas tijeras podadoras, arrancó su corazón, lo guisó con cebollas tiernas, patatas y manteca de cerdo y lo sirvió a la madre superiora acompañado de puré de manzanas con pimienta negra. Casi un año después, el 23 de enero de 1924, durante el juicio por el asesinato del doctor Körper, la hermana Michelle alegó: «Lo hice en legítima defensa, no saben de qué manera me miraba ese hombre».
domingo, 6 de enero de 2008
Desvelado el misterio del monstruo del Lago Ness
A día de hoy, la fotografía del cirujano Kenneth Wilson de 1934 en la que se ve a un «Nessie» feliz y tranquilo chapoteando en el lago Ness ha sufrido muchas críticas revelando que es un montaje: unos dicen que es la trompa de un elefante de circo; otros que es la cola de una nutria sumergiéndose en el agua; otros dicen que es un muñeco modelado pegado a un flotador de madera de balsa construido por miembros de la familia Wetherell (por miembros, no con miembros); otros añaden que el que modeló la figura fue el niño Chris Spurling, hijastro de Marmaduke Wetherell (miren qué nombre más bonito) y que se pegó lo menos ocho días para hacerla; otros dicen que también había un agente de seguros en el asunto del fraude, Maurice Chambers; y, bien, realmente creo en todas las teorías anteriores (sobre todo en la del agente de seguros) y además añado una más: el Nessie de la fotografía es David Meca.
En la foto de la izquierda, «Nessie», el monstruo del Lago Ness, fotografiado en 1934 por Kenneth Wilson. En la foto de la derecha, David Meca cruzando el Estrecho de Gibraltar el 5 de enero de 2008.