martes, 26 de agosto de 2008

Sobre las sangrías

Es posible que alguna vez ustedes se hayan preguntado qué significa ese espacio en blanco denominado «sangría de inicio de párrafo». Es un espacio en blanco, a veces más ancho, otras veces más estrecho, que se ve en la mayoría de los libros. Si se lo han preguntado alguna vez, ustedes me responderán: es el espacio que marca el inicio de un párrafo. Bien, así es, pero hoy les voy a contar cómo nació. Si ya lo saben, vayan a otra entrada. En la época de los incunables (del inicio de la imprenta hasta principios del siglo XVI), los impresores solían imprimir los libros a una o dos tintas, negro y rojo. El negro se utilizaba para el texto corrido y el rojo para esas capitulares que quedaban tan chulas al inicio del capítulo y para los calderones. Ahora bien, imprimir a dos tintas salía más caro que imprimir a una tinta (y mezclar tipos de metal para el texto corrido con tipos especiales de madera o de metal para motivos grandes era una puñeta) y algunos impresores decidieron dejar un espacio en blanco para que el comprador, si le apetecía y tenía dineros para gastar, a la vez que encargaba la encuadernación del libro a un artesano, mandara a un amanuense que le pintara esas letras capitulares y esos calderones a mano. En algunos casos, el impresor marcaba la letra en pequeño, al tamaño del texto corrido, a veces usando una cursiva, como chivato de la capitular que debía pintar el amanuense, no fuera a equivocarse y pusiera la letra que no era. El amanuense pintaba sobre ella su capitular, más o menos floreada y santas pascuas. Y quedaba tan bonito. Con el tiempo, esas capitulares artísticas y esos calderones (tan cómodos para marcar el inicio de un párrafo cuando se componía a renglón seguido) fueron quedando en desuso y al final se decidió que esos espacios en blanco eran algo bastante cómodo para guiar al lector. Ahí nació la sangría de inicio de párrafo: del espacio que se dejaba antiguamente para pintar la capitular de inicio del libro o de inicio de un capítulo y de los espacios para los calderones. Espacios que, por cierto, al inicio de un libro o de un capítulo, no es conveniente dejar, pues como es el inicio de un texto y no hay nada escrito antes (salvo el título del capítulo, por ejemplo, que destaca y suele colocarse centrado), no hace falta señalar nada (pero en algunos libros de ahora se les olvida y ponen esa sangría de inicio. En ese caso hay que ir corriendo a buscar al que ha hecho la pifia y, placa, meterle una buena colleja, que si no no aprenden. Sangría al inicio de un texto: colleja, sangría al inicio de un texto: colleja, sangría al inicio de un texto: colleja).
Otro día hablaremos de la sangría francesa que, al contrario de la manicura del mismo nombre, que es bonita y elegante y da aspecto de señora limpia a la que la utiliza, es la sangría más horrorosa que hay en el planeta. Las personas que utilizan la sangría francesa suelen ser unos seres humanos sin sentimientos y solo con paciencia y comprensión se les puede ir guiando para que vuelvan a los párrafos compuestos como dios manda: o con sangría en la primera línea o sin sangría y con espacio entre párrafos (sangría francesa: colleja, sangría francesa: colleja, sangría francesa: colleja).

En la foto: página de la Suma de la art de arismètica de Francesc Santcliment, publicada en Barcelona por Pere Posa en 1482. En ella verán que a la izquierda de la capitular roja hay una «a» impresa que sirvió al amanuense como «chivato». Las demás marcas rojas son los calderones, que se utilizaban para marcar el inicio de párrafo cuando se componía a renglón seguido.

14 comentarios:

Arkab dijo...

Bien, ya que ha sacado el tema de las shangrilas, aprovecho para decir que a mí me caían mal porque Mary Weiss tenía esa carita Marisol que siempre me ha aterrorizado. Y no como las hijas de Ravi Shankar que sí que molan.¡Vivan las hijas de Ravi Shankar!

Spanique dijo...

Habladurías, habladurías, se llamará francesa, pero aquí ninguna de mis amistades (será que las sé elegir, finos y de buen gusto todos) la utiliza.... Será como siempre que todas las marranadas se cree que vienen de Francia (no detallaré ;-DDDD), porque a fe mía que esa sangría es una marranada, si, señor.
A no ser que pongan dibujicos en toda la largura del párrafo.

Aunque pensándolo bien "despedirse a la francesa", en francés es "filer à l'anglaise", no será una sangria inglesa??? ;-DDDDD

Harry Sonfór dijo...

Oiga, Arkab, es verdad. Que se parecía a Marisol. Ahora veo fotos suyas en la actualidad y está menos Marisol y más Marianne Faithfull de mayor. Oiga, qué cosas. Hoy me he levantado, me he mirado al espejo y como llevo cosa de dos semanas sin afeitarme me he visto clavao a Mocito Feliz. Qué canalla es el espejo con eso de la apariencia. Algo voy a tener que hacer.

Harry Sonfór dijo...

Spanique, el párrafo francés sí que tiene un uso, que es para componer listados, pero también se puede hacer de otras formas. En todo caso, el texto corrido compuesto en párrafo francés es una marranada, sí.
No como las hijas de Shankar, que esas sí que molan.¡Vivan las hijas de Ravi Shankar! ¡Que guapazas las hijas de Ravi Shankar.

Helter dijo...

Qué inculta me siento. Yo creía que la sangría es ese brebaje infecto hecho con tintorro de brik Don Simon con un chorro de fanta de limón y otro de ginebra de garrafa que les dan a los guiris en Salou.

Trikki dijo...

Aprovecho estas líneas para solidarizarme con Helter, y pedir a Harry una buena receta de sangría casera (o cuerva que dicen en algunas zonas de Andalusia)por que es lo primero que he pensado al ver el título de esta entrada.

Anónimo dijo...

Como diría Jack el Destripador, vayamos por partes:

1. Hay que ver lo que se aprende con los amigos cultos. Y la de collejas que les daría yo ahora a los seudocultos que me decían, cuando yo aprendí a maquetar y hasta me puse a editar libros, que eso de dejar espacio entre párrafos era una cosa "moden-na", una moda anglosajona que habíamos copiado como les copiamos todo, y que lo clásico, fetén y ortodoxo era no dejar espacio y sangrar la primera línea de cada párrafo. Y yo, ignorante de mí, agarra y me lo creí. Ajjjj.

2. Helter, Trikki: la sangría a la que os referís es la de inicio de farra, no la de inicio de párrafo, hombre.

3. La sangría francesa, en efecto, es una marcianada toda ella. Excepto, como el buen Sónfor apunta, para componer listados. He de reconocer que, para eso, la uso. Habré de ir preparando la nuca, y curtiéndola a base de bien, para las collejas que presiento.

4. En mi pueblo, a la nuca se la llama "oyeta", y a las collejas, "oyetazos". Prefiero este palabro no sólo por cuestiones sentimentales (eso del cariño que se tiene al habla materna, y nunca mejor dicho que en este caso), sino porque queda más contundente y no suena a animalejo, como "colleja".

5. Dios, qué flas me ha dao el recuadrito que he visto en la cabecera... :DD

david dijo...

Muy recomendable es la sangría china que sirven en el restaurante Gran Muralla de de Zaragoza, especialmente para pasar las gambas con bambú y setas. Y luego el licor que sirven al pagar la cuenta es buenísimo para el reflujo gastroesofágico... y gratis aunque no dejes propina.

Harry Sonfór dijo...

Vamos por partes también, Marisancho. Lo de no hacer sangrías en los párrafos y dejar un espacio entre ellos moderno, lo que se dice moderno no es, en realidad es moderno si Jan Tschichold le parece moderno. Es una historia larga que un día le cuento. Jan Tschichold en su momento planteó que había que acabar con esas cosas superflús que era las sangrías y otodo lo demás... durante unos años. Luego se le pasó, entró a trabajar para la Penguin y de pronto le dio un jamacuco y se hizo más clásico que el papa. Entonces están los que siguen al Tschichold bauhausiano (oh, la letra de palo mola) y los que siguen al Tschichold pinguieniano (oh, como la Garamond no se ha hecho cosa mejor). Así está la cosa.

Anónimo dijo...

Harry, ¿por qué a la sangría francesa hay quien la llama sangría negativa? ¿Tiene que ver con el odio por los franceses? ¿Lo incluiríamos en una reedición del Libelo contra los franceses?

Yahuan dijo...

sabe? al principio de yo leer este blog a mí me pareció que me ignoraba, luego que era borde conmigo y ahora me cae muy bien, y no me pergunte porque de todo esto...

A propósito de la entrada me parece muy interesante, pero me ha hecho recordar como mis profesores siempre me han insistido en poner sangrías, pero me insistían mal según veo, me decían que había que poner sólo una al principio del texto. Ayy como los veo la de collejas que voy a repartir... je!

Trikki dijo...

Oiga, que yo creo que restaurante Gran Muralla hay en todas partes, bueno, ese y Buda Feliz, ahora que a mi me da que la sangría es tirando a Don Simon con mucho hielo. ¿A usted tambien le dan un gracioso calendario Chino cada vez que vá de esos que nunca pones en ningún sitio?(o abanico en su defecto a las damas).

Badil dijo...

Yo primero había pensao lo mismo que Helter. Después , conociéndole , había pensao en sanguiuelas.
Ahora ya no se que pensar,.... creo que he caido en un nido de maquetadores a los que tengo que decir que a mi las sangrías esas los párrafos y casi que las comas me las pone el tal blogger . Y al que se me acerque que sepa que tengo un tenedor en la mano y soy rápida y letal.

Harry Sonfór dijo...

Oigan, que como les veo tan animaos con la última entrada les voy a hacer una historia de la composición tipográfica en capítulos que todos juntos van a ser más gordos que el Cossío. De sangría no tengo receta, pero vaya, uno la hace en casa con sangría ya preparada o, en su defecto perfecto, con vino que no sea malo, azúcar, limón, naranja, a veces melocotón, su canela y hielo.
David: recuérdeme que cuando venga por casa le saque una botella de licor chino de esas que dan cuando pides que te traigan la comida a casa. Tiene ya varios años y está sin abrir. Igual ha pillado un bouquetorro bueno.
Koldo: a la sangría francesa se le llama negativa porque es un negativo de la «sangría como dios manda», así que imagino que no, que lo de francés en este caso no es peyorativo. En todo caso, Spanique ya ha dejado entrever en su texto que eso de francés es algo muy común para nombrar lo bueno: el francés, la tortilla francesa, las patatas a la francesa y el beso francés. Todo bueno.
Yahuan, que no le voy a preguntar el porqué le caigo bien ahora pero que me ha gustado mucho que me lo diga. A mí usted también me cae muy bien, oiga.
Badil: ¿rápida y letal con un tenedor como arma? pues matar no sé si podrá, pero con un tenedor se pueden hacer unos desaguisaos...