martes, 9 de diciembre de 2008

El profesor puñetero

Si un día a usted le da por cambiar de oficio, hacerse paleontólogo y decide dedicarse a estudiar la estratigrafía y los fósiles del Himalaya, se encontrará con un problema más que engorroso. Si rasca un poco, es posible que descubra conodontos (unos microfósiles con forma de cono de aspecto brillante que se supone que son las partes duras, los «dientes» de unos bichos parecidos a las anguilas) igualitos que los conodontos neoyorkinos y, si rasca cerca, con amonites marroquíes. Tras el hallazgo, usted llegará a pensar varias conclusiones. Una, que acaba de hacer un descubrimiento importante, eso de encontrar en pleno sistema montañoso del Himalaya esos bichos que hasta ese momento solo se habían hallado en canteras muy concretas y muy alejadas de allí. Dos, que los conodontos neoyorkinos y los amonites marroquíes eran unos turistas gambiteros que se pusieron de acuerdo para hacer realidad el viaje de sus sueños en un crucero devónico. Tres, que todo eso es obra de un cabrito con mucho tiempo libre. Si se decanta por la tercera conclusión, bien, acertó. Viswat Jit Gupta, profesor de la Universidad Penjabí de Chandigarh, se entretuvo durante años enterrando fósiles pertenecientes a colecciones didácticas en la zona comprendida desde Cachemira hasta la oriental del Bután, pasando por la zona más septentrional de la India y en el Nepal. El paleontólogo australiano John Talent publicó en el año 1989 un artículo en la revista Nature que llevaba por título «El caso de los fósiles ambulantes» en el que da cuenta de los más de trescientos artículos que durante 25 años publicó Viswat Jit Gupta contando sus extraordinarios hallazgos. O sea, que Viswat Jit Gupta enterraba aquí y allí fósiles baratos que robaba en la universidad, luego los desenterraba, escribía un artículo y lo publicaba en una revista especializada. Viswat Jit Gupta era un puñetero, los paleontólogos aún andan con un pollo enorme sobre la estratigrafía del Himalaya y el trabajo bienintencionado de otros autores que hicieron eco en su momento de los artículos del profesor han perdido buena parte de su credibilidad. Hasta ahí, bien, vale. Pero lo jodido es que los tontoligos de los creacionistas, que además de tontoligos e incultos son unos canallas que están esperando a la primera de cambio que un científico meta la pata o haga algo deshonesto para así dar base seudocientífica a sus puñetitas bíblicas, utilizan este asunto del Himalaya para desmentir, una vez más, la evolución, ensombreciendo el trabajo de todos los demás peleontólogos que no son de su cuerda. Es que me pongo malo. Pero malo.

16 comentarios:

Zacarías Plissken dijo...

Cuánta gente con el cerebro lavado. Y doy fé (?) de que existen:
a pesar de todo, aún conservo un amigo que cree fervientemente que provenimos de un tal Adán y su amiga. Largas charlas hemos tenido sobre ésto, pero nada, no se convence. Es más, le dije que aunque fuera posible, seríamos todos más o menos como los borbones. Ni por esas.
En definitiva, no usan mucho la cabeza, pero lo que es dura, la tienen. Animalicos...

Spanique dijo...

Jo no deja al chiste fácil , ser un auténtico hijo de "gupta".

Seguro que hasta han encontrado fósiles del pueblo de mis abuelos en Teruel que todavía tengo en casa un montón (bueno, montoncico)

El problema es que en los periódicos, no hablan nunca de los miles de artículos científicos que se publican en el mundo en las toneladas de publicaciones especializadas, pero en cuando sale un asunto de esta índole, todos se hacen eco.

No se sulfure y que viva el monstruo del spaghetti

Badil dijo...

"No puedo persuadirme de que un Dios benévolo y omnipotente hubiera creado adrede los Icneumónidos con la intención expresa de que comieran desde dentro del cuerpo vivo de orugas" (Darwin en una carta al botánico Asa Gray) ¿Ustéd cree que algún día le podrán perdonar los ceacionistas?. Ni lo sueñe.

Arkab dijo...

Hermano Harry siempre nos quedará Haldane; el gran Haldane, sí. Oiga estoy terminando «Mundos del Futuro» y me está gustando un huevo; además, ¿ha visto la cara de Dyson en la Wikipedia?, pues mírela, verá cómo se le olvida el enfado del profesor puñetero y de la canalla creacionista.

Harry Sonfór dijo...

Ay, Dyson, qué majico es de ver. Vale que ya se me ha ido un poco de enfado, pero ojo, que con los creacionistas tengo enfado constante.
Hay que respetar las creencias, hay que respetar las creencias. Los cojones hay que respetar las creencias de unos manipuladores enfermos y unos seguidores de los manipuladores enfermos con los estados de la conciencia alterados por la fe.

Badil dijo...

Respire...,respire... que le va a dar una alferecía

Marieta dijo...

No me extraña que se ponga malo Harry!! Yo también me he puesto mala, pero mala mala, imaginando a ese puñetero con los bolsillos llenos de zarrios y enterrándolos por todas partes!!!

Anónimo dijo...

Pues este señor tiene seguidores cercanos, al parecer: todo el asunto de las inscripciones vascas de Álava siguen su estela.
Harry, mírese lo de los creacionistas, que tanto ataque da indicios de alguna conexión sub o inconsciente. Válgame el cielo.

Arkab dijo...

Oiga Harry, que tiene usted como seguidor al Hombre Invisible. Que dice que tiene 19 y yo sólo cuento 18. Ay, Dios mío, si se le va a apuntar hasta el de los rayos X. Qué hombre más famoso.

Spanique dijo...

ANdaaaa pues mire Arkab, que yo me he hecho la misma pregunta hace dos minutos antes de ver su mensaje, y me he dicho entre aragoneses en el mundo, los veinte minutos de teléfono con mi hermana y todo el tempranillo que me he atizao entre tanto, estas buen reina

Harry Sonfór dijo...

Oiga, Arkab, es verdad, que ya lo vi el otro día, pero que le he encontrado una explicación, y como le debo una explicación, se la voy a dar: que es que usted vale por dos, y el contador lo detecta. ¿A que le ha gustao? ¿A que le he dejado sin palabras? ¿A que tengo labia? ¿A que si habla con mi señora le dirá que sí, que otra cosa igual no, pero labia tengo mucha?

Anónimo dijo...

Yo no es que quiera dar argumentos a los creacionistas, la Naturaleza me libre, pero voy a contarle otra historia que espero sea de su gusto. Además, como estamos hartos de comprobar, los creacionistas ni tienen argumentos ni los necesitan: dan la brasa, que es lo suyo.

Y bueno, en realidad no es una historia, sino dos. Y no la cuento yo, sino el profesor Eladio Liñán, en su librico "Los fósiles en Aragón" (Cai100 nº 25, 1999):

"El alemán Beringer, profesor de la Universidad de Wurzburgo en las primeras décadas del siglo XVIII, es considerado el último defensor de las ideas platónicas sobre los fósiles. Fue objeto de un engaño por sus alumnos, que le enterraban objetos de extrañas figuras que ellos mismos habían realizado artesanalmente en piedra, para que pudieran ser luego encontrados durante las excavaciones; Beringer los describió ingenuamente en su libro 'Lithographie Wirceburgensis', en 1727. La repercusión que tuvo el ridículo de este profesor a nivel internacional determinó el abandono oficial de las teorías sobre los fósiles como productos de juegos o caprichos de la Naturaleza, formados a partir de fuerzas internas de la Tierra, semillas, juegos lapidíficos o emanaciones solares".

Hoy, ese ridículo daría pie a los creacionistas para dar un nuevo enfoque a su brasa.

Segunda historia:

"Es fácil comprender que los fósiles serían pronto incorporados al bagaje de las distintas creencias religiosas, como sugieren los molares de 'elephas' hallados en el templo griego de la isla de Cos o los fósiles de peces y dinosaurios de los templos budistas de Tailandia o en algunos otros santuarios cristianos que los han conservado hasta épocas muy recientes. No pocas veces servirían de apoyo a prácticas y creencias concretas, entre ellas el empleo de troncos fósiles como totems por las tribus indígenas de América o su interpretación como ejemplos de castigos divinos por las religiones antiguas, así como su asignación a reliquias incorruptas de santos, todo lo cual está bien documentado desde el siglo VI a.C.

Especial importancia debió de tener la visión de las grandes osamentas fósiles en el origen legendario de algunos seres mitológicos, como las antiguas razas de gigantes, sirenas, dragones, cabezudos y unicornios. La existencia de grandes acumulaciones de restos fósiles, unida al relato de acontecimientos catastróficos, daría soporte a las referencias históricas sobre despojos de terroríficas batallas, diluvios universales, plagas y epidemias de extremado rigor, que han conformado el argumento central de la narrativa épica de algunos pueblos y de no pocas leyendas. [...] el cráneo de la especie de pequeño elefante del Cuaternario, endémica de Sicilia, que posee un gran orificio nasal, bien pudo ser confundido con la cabeza de un gigante de un solo ojo frontal y dar así base al relato homérico del gigante Polifemo en la Odisea".

¿A que es chulo? Eladio Liñán es uno de esos paleontólogos de quitarse el sombrero, te lo digo yo. Un lujo que tenemos en Aragón.

Helter dijo...

¿Un peleontólogo es un señor que tiene muchas ganas de guerra?

Anónimo dijo...

Yo más bien diría que es el científico que estudia a quienes las tienen...

Harry Sonfór dijo...

Oigan que sí, que parece que esos huesazos gigantes que encontraban los antiguos y que llevaban en comitiva a enseñar a los reyes de Francia pensando que eran los restos de los gigantes anteriores al diluvio eran más bien fósiles de bichos prehistóricos. Pero para cosa buena, un paleóntólogo que además de paleontólogo era creyente y creía, eso, que el mundo se había hecho en siete días, como dios manda, y que la creación fue hace poco. El hombre, ante el pollo de explicar qué carajo hacían los fósiles ahí enterrados, tenía la respuesta: Dios se entretuvo enterrando fósiles para que los humanos creamos que el mundo es mucho más antiguo. ¿Y qué consigue con eso Dios? pues no se sabe, pasar el rato. Divertirse. Dar mal.
Un día con tiempo les busco a ese señor paleontólogo, que era muy salao.

Angelillo dijo...

Todos venimos de Adan y Eva, pero luego hemos salido de distintos colorines, porque unos toman más el sol que otros.
Noé tuvo trabajo para rato, porque los biólogos actuales no son capaces de catalogar todas las especies del planeta y él solico sí, cogió una pareja (incluso de los seres vivos asexuales) y todos al barco.
Antes Dios se aparecía más, hablaba, destruía, actuaba, ahora está como cansado y deja que los hombres hagan.
Totalmente de acuerdo contigo, Harry.