miércoles, 18 de noviembre de 2009

Y dale con Tarkovski

...la meta de las personas que en esa película [Stalker] se encaminan hacia la zona es una habitación donde se cumplirán sus más secretas aspiraciones. Mientras atraviesan el curioso territorio de la zona, rumbo a esa habitación, Stalker narra al escritor y al sabio la historia, real o legendaria, de Dikoobras, que llegó a aquel lugar ansiado pidiendo que su hermano, de cuya muerte él era culpable, volviera a recobrar la vida. Pero cuando Dikoobras volvió de la «habitación» a su casa, se encontró repentinamente enriquecido. La zona le había regalado su verdadero deseo íntimo, y no aquello que había pretendido desear. Por eso, Dikoobras se ahorcó.

Andrei Tarkovski, Esculpir en el tiempo, Rialp, Madrid, 2008, p. 220.

En la primera foto, Alexander Kaidanovsky en Stalker (1979)
En la segunda foto, The Large Turf, de Durero (1503)

Si además quieren ver la nueva muestra de cine independiente con un actor alemán al que le suenan los tacones, no tiene más que darle aquí.

6 comentarios:

Labegue dijo...

Dijo alguien que no recuerdo que hay que tener cuidado con lo que se desea porque a veces se cumple. O algo así.

Es caso es que su entrada me ha recordado a esta frase que ya ve usted que no recuerdo bien.

¡Maldita memoria!

Harry Sonfór dijo...

Creo que es una especie de refrán de esos agoreros, Labegue, pero no sé de dónde viene.

Anónimo dijo...

delicioso clip del señor que hace ruido al andar

Stalker deliciosísma

Anónimo dijo...

Acabo de llegar de mi trabajo que, como sabe, está lleno de señores alemanes a los que les suenan los zapatos. ¡No sabe cuánto me he reído, Harry, viendo el vídeo! Ya sé lo que les regalaré a mis compañeros de trabajo estas Navidades, y la idea se la debo a usted: calcetines bien gordos con suela antideslizante.

Y fíjese, he tomado otra decisión (¡dos en un día!): la próxima semana me autodedicaré un minifestival casero tarkovskiano.

anagadner dijo...

ay, pordiosssss, que memeoooo..juarjuarjuarrr, qué buenooo, don harry...

Harry Sonfór dijo...

Oigan, no saben cómo me alegran esos piropos.

¿Un minifestival casero tarkovskiano, A princesa? pues como mucho le dará para ver tres películas en un fin de semana, con lo largas y densas que le salían al hombre...