martes, 9 de septiembre de 2008

Bienvenidos

El constructor de maquetas a escala de grandes monumentos con cerillas y cola de carpintero colocó la última pieza, que previamente afiló con un cortaplumas y lija de agua, en la punta de la torre Eiffel, sobre el mirador, a modo de antena. Dio dos pasos hacia atrás y contempló la obra satisfecho. Dos calles más abajo, M. llamó a S. para quedar a cenar (primero unos vinos, luego cenar), por primera vez tras varios meses de hablar y hablar por teléfono. Es muy temprano, le dijo, pero no podía dormir. Un piso más arriba, una chica se lavaba la cabeza en la bañera; agachada, de rodillas, se echaba agua templada sobre la nuca y la espuma del jabón se colaba por el sumidero. Una calle más arriba, en el primer piso, un gato gordo, cuando nadie le veía y después de varios meses de desinterés absoluto por los insectos, saltó sobre una polilla, la cazó con su pata derecha y rápidamente se la llevó a la boca. Orgulloso, la masticó, volvió a su colchón de gato, se acomodó, echó las orejas hacia atras y cerró los ojos con cara de satisfacción, sonriente. En la avenida de la izquierda, un hombre miraba las fotos de un álbum viejo: una foto en la playa con su esposa y su hijo con tres años; una foto en un espigón junto a su esposa, abrazados; una foto de su esposa con el pelo recogido con un pañuelo blanco, también en el espigón; una foto en un cenador con unos amigos de los que ya no recuerda el nombre; una foto de su esposa rascando la tripa a Duffy, el perro ratonero de su hermana; una foto del coche que compraron en el año 1954, con un acantilado detrás. Dos pisos más abajo, un muchacho besa la espalda desnuda de su joven amante. Ella se vuelve ¿qué hora es? le pregunta, él le dice que aún es muy temprano, que vuelva a dormir. La muchacha deja caer la cabeza y duerme. Él le huele el pelo y piensa que le gusta ese olor, Es, tal vez, el mejor olor del mundo. El el bar de abajo, una mujer toma, sentada en una mesita de la terraza, un café con leche corto de café y un pastel de manzana. diez calles más arriba, un hombre levanta la persiana de su taller con una larga vara acabada en un gancho de metal. Abre la puerta, entra, coge una bata de color azul tiza, se la pone y mira por el cristal hacia el exterior. Tres kilómetros hacia el norte, un perro lame con interés su ingle, se hace cosquillas con la lengua y agita enérgicamente la pata derecha arriba y abajo. Dos niños lo miran y ríen mientras dicen que el perro está tocando la guitarra. Seis pisos más abajo, P. ha decidido abandonar a su amante y guarda su ropa en dos bolsas de deporte mientras él duerme. Abajo, en el coche, le espera un amigo. El amigo espera, fuma y espera, espera que baje su amiga con las bolsas, espera llevarla a su casa por unos días, espera enamorarla. Espera muchas cosas ese día. Una calle más arriba, al sur, una mujer abotona la camisa de su hijo y le dice que en el colegio lo va a pasar muy bien y que hará muchos amigos. 32 kilómetros al oeste, R. sube al coche para ir al trabajo. 58 kilómetros a su derecha, una mujer duerme acostada en el sofá. Bienvenidos al día del fin del mundo.

22 comentarios:

Trikki dijo...

Oiga Harry, no se me ponga catastrófico que a mi al menos me queda alguna cosa por hacer antes de que se acabe el mundo, rejuntar un rodapié por el que se me cuelan las hormigas desde hace ya unos meses, fijesé si se acaba el mundo y el rodapié sin rejuntar después de todo el verano, menuda faena, por no hablar de los libros de las niñas ya pagados, que ojo, si no estuvieran pagados y el rodapié sin rejuntar, no me importaría que se acabara el mundo por no llevarle la contraria, pero así es que me parece un putadón muy gordo.

david dijo...

No sé si coincide usted, pero creo que lo único malo del fin del mundo son las colas. Estos días he tenido más de un incidente con gente mayor y jovenzana que se me han colado de forma indecente. Y seguro que, si peta el acelerador de protones y vamos en masa hacia la luz, nos empujan un montón de adolescentes neonazis con granos y alguna señora mayor que diría... "ay, que no te he visto", mientras se cuela con descaro. Mejor morirse en grupos reducidos y con cierto orden.

Harry Sonfór dijo...

No se preocupe, Trikki, cuando el mundo desaparezca ya no necesitaremos ni dinero ni rodapiés ni nada material, pues nos convertiremos en seres perfectísimos, sin tara alguna, sin ninguna malformación o desproporción física, seremos seres bellos de luz. En realidad seremos todos iguales y tendremos el aspecto de Jessica Alba, pues Dios decidió que la mujer más perfecta del mundo fuera Jessica Alba, aunque a mí me parece más bien monisosa. Así será. Entonces pasearemos todos por grandes esplanadas celestes preguntándonos unos a otros «Oye ¿tú eres Jessica Alba?», «Oye ¿tú eres Jessica Alba?». «Oye ¿eres tú Jessica Alba?», «No, no soy», «Oye ¿tú eres Jessica Alba?», «Yo tampoco», así toda la eternidad.

Harry Sonfór dijo...

David, no vamos a tener que soportar colas porque vamos a convergir todos en un mismo punto y todos a la vez, así que más que sentir que estamos en una cola nos parecerá que estamos en la primera fila de un concierto de U2 pero todo muy rápido y corriendo todos hacia el ombligo de Bono. Infernal, sí, en el fondo, infernal.

Anónimo dijo...

Oiga, señor, ¿es necesario que yo también adquiera el aspecto de Jessica Alba?

Anónimo dijo...

Pues a mi no me viene mal esto del fin del mundo. Tengo comida familiar el domingo y mire por donde me la voy a perder. Que no sabe usted lo que me gustan a mi esas comidas. Lo parte mala es que ya tengo comprada una entrada para ver a Bunbury en Madrid y tampoco va a poder ser. Si es que no se puede tener todo...

Harry Sonfór dijo...

Querida Norah Jones: mire, usted no, usted quedará con el mismo aspecto que tiene ahora. Y su hermana también, que mantendrá el mismo aspecto. Así que el más allá será un espacio lleno de personas como Jessica Alba y luego una como usted y otra como su hermana. Así está la cosa. Y recuerde, Norah Jones, si san Pedro al entrar le dice que le gustaría retocarle un poco el ojo y arregarle ese ligero estrabismo que luce, dígale que nanay, que usted está bien así y ese ligero estrabismo la hace aún más mona. Hágame caso. A sus pies y mándele saludos a su encantador padre.

Harry Sonfór dijo...

Molkosister ¿va a ver otra vez a Bunbury? ¿no lo vio ya hace cuatro días? ¿Ha cambiao el espectáculo o cantará las mismas?

Anónimo dijo...

Al final no pude verlo muy a pesar mío. A mi amigo le resulto imposible encontrar el camino para entrar en la Feria de Muestras. Sí, aunque parezca mentira le juro que es verdad. A mi todavía me cuesta creerlo. Había pasado una hora y pico desde el comienzo del concierto y sin poder entrar. Oyéndolo cantar y yo autopista arriba, autopista para abajo. No vea que disgusto me llevé y los instintos asesinos que me entraron. Así que para quitarme la espinita y quedarme tranquila iré a verlo a Madrid que además ya habrá sacado el disco y cantará las nuevas canciones. Eso sí, esta vez voy sola al concierto. Que seguro que así llego.

Spanique dijo...

Estos son "fans" de los de "verdá de la güena"

Y hablando de fans, que aquí se han hecho con su señora unos amigos. Que me llamó Serge y me tuvo media hora al teléfono y que "a ver si comemos juntos cuando estén aquí" y "que tenemos que quedar" y eso. Pa'que lo sepa.

(En vez de mandarle privado, se lo dejo aquí y de paso "ficho" en el blog, que con la vuelta al cole estoy liada, pero todo empieza a entrar en orden)
Besos

Harry Sonfór dijo...

Molkosister, a ver si ese amigo se lo han puesto los de la asociación «Vivir sin Bunbury es posible»... Yo no tengo nada que ver, seslojuro. Que no. Su marido tampoco, que lo sé.

Harry Sonfór dijo...

Ole, ole, ole, Spanique, qué alegría más grande le he dao a mi señora y me ha dao a mí también. Ole ole ole.
Y viva y viva.

Anónimo dijo...

Vaya, señor Sonfór, asi es que está usted casado. Es una lástima, créame que este descubrimiento me ha producido una profunda pena; espero que no agrave el ligero estrabismo que tengo en un ojo. En fin, todo no se puede tener en la vida. Salude a su señora de mi parte.

Harry Sonfór dijo...

Cachis...
a puntico questaba...

Trikki dijo...

Bueno, que levante la mano quién piense que Bumbury habla muy raro, que yo ya no sé si es una percepción mía.

Oiga, Harry, que yo también me he desilusionado al saber que éra casado, mire, ya me dá lo mismo que se acabe el mundo, ni rodapié ni leches.

Anónimo dijo...

Cuidado con decir nada malo de Bunbury que soy fan integrista...

Harry Sonfór dijo...

No, no, no, aquí en este blog somos todos hiperfanes de Bunbury, oiga. Hasta sé que Arkab se está aprendiendo la letra de «Soy el hombre delgado que no flaqueará jamás» para cantársela a su Pk. de mañananas. Pero, Molkosister, hay que reconocer que hablar, habla raro, como abaturrao. Eso no podrá negarlo.

Arkab dijo...

Oigan, ¿eso del hombre delgado no era de un poeta? ¿Que no me habrá hecho un Tribute to Casariego? Pero qué arte que tiene y qué original que es este Bunbury. Y eso de que habla raro, nada de nada, que yo lo he escuchado hablar con Raphael después de cantar El camino que lleva a Belén ropopopón-pón-pón y se le entendía todo. A los dos.

Helter dijo...

El hombre delgado era una serie de pelis así como de cine negro pero blandengue, como para señoras, porque la señora maciza del hombre delgado era quien le ayudaba a resolver los casos.

Trikki dijo...

Oiga que no, que no digo que cante mal Bumbury,solo que habla raro, por que habla como canta y para cantar, pues está bién, pero para hablar suena rharo. Arkab, Raphael, ese ídolo de masas, me ha dado en el punto debil, observesé "maldito duende" cantada muy clarito.

http://es.youtube.com/watch?v=fvjkZgvd_F8

Harry Sonfór dijo...

Huy qué vídeo más bueno, que parece el Alice Cooper de Linares. En esta canción, creo que de forma inconsciente, Raphael canta tremendamente jotero, no se sabe bien por qué, pero el Pastor de Andorra a su lado parece Leire, de La Oreja de Van Gogh. Santo dios qué cosa más jotera. Ahí con esos perracos lobos tan salvajes corriendo que sólo les falta dar la patita.

Badil dijo...

Pos el apelotonamiento ese ya ha empezao por los talgos y los aves y las colas de venta de tickets de la estación de Atocha y las paradas de taxis de Zaragoza . Que se sepa.