miércoles, 29 de diciembre de 2010

William y Francis Buckland y el buen apetito

William Buckland (1784-1856) fue el primer ocupante de la Cátedra de Zoología en Oxford y pasó su extraordinaria excentricidad a su hijo Francis, un zoólogo autor de Curiosidades de Historia Natural y durante algunos años inspector de las pesquerías de salmón. Los Buckland hicieron un hábito de comer, con espíritu de curiosidad científica, cualquier animal que se cruzara en su camino. Francis llegó a un acuerdo con el zoológico de Londres para recibir una pieza de cualquier cosa que muriese allí. Los visitantes de la casa de los Buckland, además de sufrir las insinuaciones del burro mascota y otras criaturas que en general no se encuentran en un salón, corrían el riesgo de que se les ofreciesen manjares tales como ratón en croúte o una cabeza de marsopa en lonchas. William mantenía que el asado de topo había sido la cosa más desagradable que había comido hasta que probó los moscardones guisados. Cuando un amigo suyo, el arzobispo de York, le mostró una caja de rapé que contenía el corazón embalsamado de Luis XVI que el prelado había comprado en París en la época de la Revolución, William Buckland manifestó que nunca había comido el corazón de un rey y antes de que se lo pudieran impedir lo había cogido y se lo había tragado.

Walter Gratzer, Eurekas y euforias, Crítica, Barcelona, 2004
, p. 43.

En la imagen, de izquierda a derecha, William y Francis Buckland
.

martes, 28 de diciembre de 2010

I will wait for you

Miren que soy de poco llorar, pues es que pongan el capítulo de Futurama en el que Seymour espera durante años la vuelta de Fry y es verlo y quedarme como un higo. Y pasa el tiempo, me acuerdo, y me vuelvo a poner como un higo. Si además lo canta Connie Francis, pues mucho más. Si lo canta Anki, pues no es lo mismo, pero me acuerdo de Seymour esperando a Fry y hale, otra vez como un higo.

lunes, 27 de diciembre de 2010

Caruso, tocando


Enrico Caruso, que empezó a cantar en Estados Unidos en 1903, fue probablemente la mayor celebridad cultural de la época; cuando fue detenido por manosear a la mujer de un jugador de béisbol en la casa de los monos del Central Park, la noticia apareció en las portadas de los periódicos de todo el país.


Alex Ross, El ruido eterno, Seix Barral, Barcelona, 2009, p. 46.

El ruido eterno no es el Hollywood Babilonia de Kenneth Anger de la música del siglo XX, pero en él también se puede encontrar algún cotilleo jugoso. Cuando Ross se pone a hablar de escalas musicales de tonos enteros y de tritonos, me pierdo, claro.

En la foto, Enrico Caruso tocándose a si mismo.

sábado, 25 de diciembre de 2010

Ciudad jardín

Acabo de dar un largo paseo por la ciudad jardín de Bilbao. No conocía la ciudad jardín de Bilbao. Me trae muchos recuerdos de la infancia, como si hubiera caminado muchas veces por aquí. No puede ser otra cosa, por tanto, mas que haya usurpado la persona de otro y, con ello, sus recuerdos. Como Don Draper pero en más feo y en Bilbao.

viernes, 24 de diciembre de 2010

El primer recuerdo grabado

Es el primer recuerdo. Estoy correteando dentro de una larga barra de bar con un muslo de pollo asado en la mano izquierda. Entre el hueso del muslo de pollo asado y mi mano hay una servilleta de bar de papel blanco con textura martelé. La gelatina y la grasa traspasan la servilleta y se me pega a la mano. Me incomoda, pero no mucho. Es el primer recuerdo. Está bien, no es un recuerdo como para tirar cohetes, pero es lo que hay. Es posible que hasta se trate de un recuerdo falso apoyado en la imagen de una fotografía. Es posible. Poco ha cambiado desde entonces. Que ya no correteo dentro de la barra de los bares. Mejor así.

domingo, 19 de diciembre de 2010

Andy Williams, ahí, dándolo todo



Creo que tanto ver Mad Men me está afectando. Mire qué guapo Andy Williams, qué elegante. Cuando me decida a cantar, pediré un escenario en negro, como Andy Williams.

jueves, 16 de diciembre de 2010

¡Feliz Navidad!

El equipo de redacción de Cambio Radical, su blog de confianza, formado por (de izquierda a derecha) el supermán de los muslos gruesos que calza a la derecha, el oso de peluche con sombrero y pechera de frac, la señora sonriente con bolso de piel y zapatillas deportivas, el hombre vestido como el payaso Ronald con bolsillo lleno de caramelos y, finalmente, un servidor, deseamos a todos los lectores y seguidores de Cambio Radical, su blog de confianza, que pasen unas felices fiestas de navidad, en la medida de lo posible y que el tiempo permita.

Tachenko, El Respland'or



TA­CHEN­KO «El Res­pland'or». In­clui­da en su ál­bum Os reís por­que sois jó­ve­nes (Lim­bo Starr, 2010). Vi­deo­clip rea­li­za­do por Karl Ma­rie Pe­trov. Fo­to­gra­fía de Ch­ris­ti­ne Pe­trov, 2010.

miércoles, 15 de diciembre de 2010

¡¡¡El Primer Concurso Gastronómico Internacional Tu Primera Cocina Chispas y Cambio Radical!!!

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Pero ¿cómo? ¿que aún no han participado en el Primer Concurso Gastronómico Internacional Tu Primera Cocina Chispas y Cambio Radical? ¡Que no se diga!
Aquí tienen las bases del concurso.
Aquí tienen las sabrosas recetas que nos han llegado.
Y aquí tienen el juego de cosas bonitas y útiles para la cocina que se llevará la receta ganadora.
¿Y quién le dice que no va a ser usted el ganador?
¡¡¡Tienen de plazo hasta el 10 de enero de 2011!!! ¡Hale a cocinar!

Black on black

Supongamos, por ejemplo, que a un incomparable autor de vitrales se le pidiera diseñar siete ventanas de iglesia que representaran simbólicamente los periodos del día y de la noche en relación con siete grandes estados del hombre. Concebiría la primera ventana en blanco, con leves matices de oro pálido y rosa, para expresar la joven austeridad del alba, sus pasiones puras y sus colores inocentes. Llenaría el segundo panel con dorado, oscurecido —o más bien, enriquecido— hacia los bordes con tonalidades de pardo, para expresar la masculinidad de las cosas, el triunfo e incluso la insolencia del sol. El tercero sería de un azul denso, ese azul del mediodía, que en la densidad casi tropical del verano adquiere cierta semejanza con la oscuridad de la media noche. El cuarto sería de un morado pálido vespertino, un morado teñido de plata que sugiere más acabadamente que ninguna otra cosa terrena el concepto de resignación y orden; un acabar sin verdadero término de las cosas. El quinto sería el ventanal del crepúsculo, salpicado de fuego con carmín y oro, flamígero, con los colores de la guerra de los cielos en ese momento en que el sol semeja hundirse en la nada. El sexto sería de verde y plata, y tipificaría el triste y universal perdón que permanece en el cielo después de la caída del sol. El séptimo, siguiendo la recta concepción de un buen diseño, sería enteramente negro y melancólico; un emigrar de nubes oscuras, en afirmación poderosa de la divinidad de las sombras. Parecería un fin elegante y artístico. Sin embargo, sería necesario decir una cosa condenatoria y decisiva. El último vitral, con su cúpula de absoluta oscuridad, no sería un buen vitral en absoluto. Porque tras todos los diseños para determinados vitrales subsiste siempre la idea eterna y esencial de lo que es una ventana, y esta idea esencial es la de algo que permite la entrada de la luz. Una ventana oscura no puede ser buena, aunque constituya un excelente cuadro. Tendríamos que sacrificar el carácter interiormente artístico del séptimo diseño al hecho de que al considerarlo en forma externa, al tomarlo en relación con el objetivo particular de la obra en cuestión, sería no artístico.

G. K. Chesterton, del ensayo «El significado del teatro» (1902), en Los libros y la locura, y otros ensayos, El buey mudo, Madrid, 2010, pp. 40-41.

Un año después de que Chesterton escribiera el ensayo sobre el significado del teatro y los vitrales de colores, nació Mark Rothko, que demostró que se pueden crear oscuros luminosos, profundamente espirituales y vibrantes. Pero es que Rothko era inmenso.

martes, 14 de diciembre de 2010

Sobre Catalina de Médicis

La reina francesa del siglo XIV Catalina de Médicis disponía del dinero y de los medios para acceder a cualquier tratamiento cuando no conseguía quedarse embarazada. Primero eligió a una sanador, quien le recomendó beber orina de yegua y empapar su «fuente de la vida» (¿la vagina?) en un montón de excrementos de vaca mezclado con astas de venado pulverizadas. Lo cierto es que el rey nunca se sintió sexualmente atraído por su esposa y es dudoso que el pañal de estiércol fuera un afrodisiaco eficaz. Con el tiempo, los Médicis acudieron a un médico, quien determinó que los jóvenes monarcas tenían órganos reproductores defectuosos y recomendó un tratamiento muy distinto. No sabemos cuál era, pero el caso es que funcionó. Tuvieron nueve hijos. Entre la sabiduría popular y la médica, la reina decidió probar su propia táctica personal: ordenó a sus criados que perforaran un agujero en el suelo para poder observar a su marido cuando este se acostaba con su amante y así aprender un par de cosas sobre cómo se hacen los niños. Quizá esa fue la clave.

Randi Hutter Epstein, ¿Cómo se sale de aquí? Una historia del parto. Turner, Madrid, 2010.

lunes, 13 de diciembre de 2010

Lupe Vélez

Hoy se cumple el 66 aniversario de la desaparición de la actriz María Guadalupe Villalobos Vélez, más conocida como Lupe Vélez, que fue conocida como La Chinanpina Mexicana, y que, a la edad de 36 años, decidió poner fin a su carrera y a su vida, en mitad de una fiesta en su casa de Berverly Hills, ingiriendo una dosis mortal de seconal, librándose así de la celebración de las fiestas de navidad de 1944.

sábado, 11 de diciembre de 2010

Peeping Tom

Sobre el sofá chester de dos plazas tapizado en cuero bermejo reposa un sobre. Sobre la límpida superficie del sobre, tres letras: D-e-e. Dee. Bajo el sobre, bajo el sofá, bajo la alfombra, bajo las tablas barnizadas del entarimado, un río de agua densa y oscura corre hacia el sur. Sobre el río denso y oscuro, surca una cápsula de vidrio verde vejiga, brillante, río abajo, que choca contra una piedra y salta. Tras el sofá, tras el papel de flores doradas que cubre la pared, tras la pared, tan solo a unos pies, un campo de trigo susurra: somos uno, tan solo. Frente al campo de espigas, pasado el camino de tierra y piedras, pasada la valla roja despintada, pasado el macizo de flores, pasada la pared, pasado el lienzo que cuelga de la pared, pasada la capa de óleo y barniz que cubre el lienzo, en la pared opuesta, un espejo de marco dorado. Dentro de él, todo lo demás. Las calles están vacías, desiertas; de las casas, todas las puertas y ventanas cerradas. El hombre pincha la aguja en un acerillo, se incorpora, aparta la cortina con su mano y mira a través del cristal de la ventana. Los ojos se le encienden, literalmente.

jueves, 9 de diciembre de 2010

De pulpos y bolas de colores*

Recientemente [1996], los científicos de la estación zoológica de Nápoles encontraron, para sorpresa de la mayoría de sus colegas, que los pulpos pueden aprender observando a sus semejantes. Los científicos colocaron dos bolas, una roja y una blanca, en una piscina. Luego entrenaron a un grupo de pulpos para atacar a la bola roja y a otro grupo para atacar a la bola blanca. Los dos grupos de pulpos demostraron entonces su nueva habilidad a los pulpos no entrenados. Aquellos pulpos que habían visto a los atacantes de bolas rojas atacaban a la bola roja, y aquellos que habían visto a los atacantes de bolas blancas atacaban a la bola blanca. Hasta entonces la mayoría de los científicos habían pensado que sólo los seres humanos y otros vertebrados podían aprender observando a su propia especie —un proceso que se considera que es algo preliminar al pensamiento conceptual—.

Ann Rae Jonas, Las respuestas y las preguntas de la ciencia, Crítica, Barcelona, 2006.

*Y sí, que qué título más bueno me ha salido. «De pulpos y bolas de colores», que lo mismo vale para un capítulo de Stephen Jay Gould, que para una novela moderna, que para un disco de música pop. Carajo, qué fácil es. Voy a abrir una oficina de patentes de títulos quedones.
El pulpo Paul ya murió. Un respeto. Nada de buscar similitudes entre el pobre pulpo, la roja, el fútbol y todo lo que lo rodea. Ya se ha pasado. Ahora toca hablar de WikiLeaks. Pero que los pulpos son gente muy maja y entrañable es un hecho. Llegará un día que nos resultará más fácil hablar con pulpos que con nuestros vecinos. ¿Un día? ¡Tráiganme un pulpo y lo demuestro ahora mismo!

miércoles, 8 de diciembre de 2010

martes, 7 de diciembre de 2010

La Moisson



Viens faire la moisson de mon cœur
De mon cœur, de mon cœur
Tu récolteras le bonheur
Le bonheur, le bonheur

Et par les champs de blé
Sous le soleil d'été,
Prends-moi par la main
Apprends-moi l'odeur des foins coupés
Apprends-la-moi jusqu'au matin

Car, si tu veux, je te donnerai tout
Tout ce que je peux donner
Mon tablier, ma ceinture dorée
Tu n'as qu'à le demander

Viens faire la moisson de mon cœur
De mon cœur, de mon cœur
Tu récolteras le bonheur
Le bonheur, le bonheur

Meunier, meunier, tu dors
Mon amour va trop fort dans la nuit d'été
Il a passé à mon doigt
Un anneau de bois, de bois d'olivier

Il m'a dit qu'il n'aimerait plus que moi
Et que l'hiver peut venir
Même si les blés sont morts sous le froid
Je saurai le retenir

Avec la moisson de mon cœur
De mon cœur, de mon cœur

Je lui donnerai le bonheur
Le bonheur, le bonheur.


Marie Laforêt, La Moisson, 1966

«Porque, si quieres, te voy a dar todo
Todo lo que puedo dar
Mi delantal, mi cinturón dorado
Solo lo tienes que pedir
»

Marie Laforêt, más guapa que nunca, en una grabación para la televisión suiza, dice que lo da todo, ahí, tumbada en el campo de trigo. Y mientras, Lichtenberg procrastinando, riéndose de un gato joven.

viernes, 3 de diciembre de 2010

Postales desde el Limbo

Postales desde el Limbo nos envía este cartel para que hagamos promoción de la exposición, que tendrá lugar del 10 al 12 de diciembre de este año en el 4º espacio Cultural (Plaza de España, 1, Zaragoza). Pues aquí está el cartel, virado a sepia. Ya verán como, luego, cuando se encuentren con el original, tiene los colores más vivos y más bonitos.
El sistema es sencillo, ustedes van el viernes y, si les gusta alguna postal, la compran por 40 euros. Si van el sábado, cada postal les costará 30 euros, pero cuenten que el viernes ya se habrán vendido muchas de las bonitas y ya no las podrán adquirir. Si van el domingo, el último día, podrán comprar las postales a 20 euros. Ustedes compran las postales sin saber de quién es, pero yo creo que, con un poco de ojo, de más de alguna se adivinará el autor.
Servidor ha entregado una postal, y ya tengo pensado lo que voy a hacer. Iré el viernes, contemplaré la exposición con cara de interesado y con el rabillo del ojo miraré a ver si alguien ha comprado la postal. Si no es así, volveré el sábado y vuelta a empezar: pondré cara de interesado y con el rabillo del ojo miraré si han comprado la postal. Si no es así, volveré el domingo, entraré y si veo que no se ha vendido la postal saldré a la calle en busca de un niño. Le ofreceré 25 euros y le diré que entre en la sala y compre la postal que le indique (la mía) por 2o euros. Le diré que con esa simple acción se ganará cinco euros fácilmente. Cuando el niño salga, le arrancaré la postal de las manos y, acto seguido, el dinero. Lo siguiente será que haré grandes aspavientos con los brazos y le gritaré con voz grave, como un ogro, «Cooooorre, niiiiñoooo, correeeeee» y el pobre niño saldrá llorando, corriendo como un loco, lo que le permitan sus piernecillas. Todo pensado. Ahí estamos. Pero no pasará. No será necesario. Ya verán como no. Que no, que se va a vender. ¿Que se creen?

Robert Louis Stevenson sin bigote

Hoy se cumplen 116 años de la desaparición del escritor inglés* Robert Louis Stevenson y, claro, como en su día hicimos con Edgar Allan Poe, le hemos quitado el bigote. A ver cómo quedaba Robert Louis Stevenson sin bigote. Pues aquí está Robert Louis Stevenson sin bigote. Hemos realizado una intensiva búsqueda en Google images de alguna foto de Robert Louis Stevenson sin bigote y nada, en todas sale Robert Louis Stevenson con su bigote. Pues algo había que hacer. Pues no ha quedado muy bien Robert Louis Stevenson sin bigote. Ya, pero es que la foto era muy mala y no se ha podido hacer mejor. Pues ha quedado regular. Pues sí.

*En estos instantes, en algún lugar de la ciudad, una doctora experta en literatura escocesa corre por el pasillo como un alma en pena con los brazos en alto profiriendo improperios y blasfemias, mientras dos gatos salen de estampida, presos de pánico.

jueves, 2 de diciembre de 2010

Sobre los inicios de Gorey

[...] Los libros en rústica para un mercado de masas que se vendían en drugstores y quioscos de prensa estaban impresos en un papel barato llamado «ground wood» [madera triturada], que se volvía marrón al contacto con la luz, y tenían las tapas cubiertas por una especie de celofán que se despegaba con el uso. Decidí imprimir los títulos de Anchor en un papel sin ácido, más caro y duradero, que conservaba su blancura un poco más de tiempo, y hacer las cubiertas con una cartulina más gruesa de acabado mate. El diseño de las cubiertas corría a cargo de mis amigos artistas, el más notable de los cuales era Edward Gorey, otro condiscípulo de Barbara en Harvard. Más adelante se haría famoso por sus dibujos macabros.

Jason Epstein, La industria del libro, pasado, presente y futuro de la edición, Anagrama, Barcelona, 2002, p. 76.

El Edward Gorey al que se refiere Epstein es el mismo hombrote grande con barbas que gustaba vestir grandes abrigos de piel y que le daban aspecto de oso solitario; el mismo que también se hizo llamar Ogdred Weary, Mrs. Regera Dowdy, Madame Groeda Weyrd, Eduard Blutig, Edward Pig, Wardore Edgy, Mrs. Regera Dowdy, Raddory Gewe, D. Awdrey-Gore, E. G. Deadworry y Dogear Wryde. El mismo que vivía en una casa llamada Casa Elefante, en Cabo Cod, Massachusetts, que ahora es un museo y en el que exponen, entre muchos dibujos suyos y objetos personales, el abrigo de piel. Y sí, lo han adivinado, a Tim Burton se le debería caer la cara de vergüenza de todo lo que que le ha malcopiado al bueno de Gorey.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

I Concurso Gastronómico Internacional Tu Primera Cocina Chispas y Cambio Radical

¿Pero cómo? ¿Que aún no han participado en el I Concurso Gastronómico Internacional Tu Primera Cocina Chispas y Cambio Radical? ¿Pero a qué esperan? Preparan un plato, nos envían la receta junto a una foto del resultado con un reloj y... ¡luego se lo comen! ¡Anímense, que cuesta un ná y luego hace mucha ilusión ver el platito ahí todo pincho en Internet!

En la foto, detalle de los primeros platos concursantes recibidos en el I Concurso Gastronómico Internacional Tu Primera Cocina Chispas y Cambio Radical
Allí encontrarán las bases, las recetas detalladas, un todo.