viernes, 30 de enero de 2009

Parquecitos de juegos para Lucifuge Rofocale

En www.darkroastedblend.com hay una bonita selección de fotos de esculturas y atracciones de parques infantiles que harían perder el sueño a Jack el Destripador. Pueden disfrutar de la primera galería aquí y de la segunda galería aquí. Mi favorito es el muñeco hinchable de una especie de oso que han fotografiado por detrás, de esos tipo Gargantúa, que entran los niños por la boca y salen por la vía natural. El problema, oh, señor, es el aspecto de la salida. Creo que a eso lo llaman mal gusto en primer grado. Pero bien, en general, la selección es muy bonita.

miércoles, 28 de enero de 2009

Hala melones

El rey Maximiliano de Austria (1459-1519), padre de Felipe el Hermoso y, por tanto, suegro de Juana I La Loca, murió en 1519 de una indigestión de melones, siendo enterrado en el ataúd que desde años antes llevaba siempre consigo.

De El libro de los hechos insólitos de Gregorio Doval, Alianza Editorial, Madrid, 2005, que es un libro de esos divertidos que cuenta muchas anécdotas bonitas, como la de la muerte de Jean Baptiste de Lully, que se murió al gangrenársele un pie tras pincharse con el bastón que usaba para marcar el compás durante la interpretación de su Te Deum en el palacio de Luis XIV. (Esta historia le va a gustar a Miranda, lo sé.)

domingo, 25 de enero de 2009

Un poco de creacionismo científico para perfectos idiotas, tontos del bote y enfermos moralineros

Debido a que las personas han aprendido que el hombre evoluciona de monos y gorilas, y que el relato de la Biblia sobre los orígenes en el Génesis no pueden ser aceptados, entonces creen que no son responsables para con nadie excepto para con ellos mismos. Esto significa que finalmente ellos pueden hacer lo que quieran. Como dice Hillary Clinton, la Senadora abortista-liberal-demócrata y esposa del impugnado ex-presidente norteamericano Bill Clinton: «Odio cuando el ala ultra derechista (Evangélica) del Partido Republicano trata de imponer su moralidad sobre los demás.» Esta «moralidad» que Hillary trata de evitar que impongan en ella y en sus partidarios del partido Demócrata, incluye la ley divina en su totalidad: no al aborto, a la sodomía, al sexo libre, a la homosexualidad, etc. Cuando el hombre ignora la ley de Dios, ese hombre queda a la deriva en el océano de la moralidad divina.
La evolución penetra tanto nuestra sociedad que cada vez más y más personas creen que la Biblia no es verdad. Por lo tanto, no tienen que ser obedientes a la Palabra de Dios. Y mientras más crean las personas que son sólo animales en la lucha por sobrevivir, entonces, ¿por qué no van a justificar comportamientos homosexuales o el aborto, por sólo poner dos ejemplos?

Del licenciado Dawlin A. Ureña, Pastor evangelista, y miembro de la Asociación Científica.

Recuerden: cada vez son más. Entrarán en sus casas y al segundo día intentarán reprimir sus conductas y las de los que tienen a su alrededor con su moralina enfermiza trasnochada y castrante. Si no lo consiguen, intentarán separarles de sus amistades aduciendo lo peligrosa que es su compañía (el libre pensamiento les resulta algo muy irritante a estos cretinos). Son como caparras en los cojones pero en versión mala. Cuando vean a un evangelista, corran como alma que lleva el diablo. Bueno, antes ríanse un poco de ellos, que siempre es divertido y saludable. Cada vez que se crea un nuevo adepto a la secta retrógrada de los evangelistas, una estrella se apaga, mueren 32 ángeles, sube el precio del pollo en los supermercados y el mundo se convierte en algo un poco más triste.

En la foto, Adán saluda contento a todos los animales del Paraíso, en el Museo de la Creación, en Petersburg (Kentucky), cercano al aeropuerto de Cincinnati. Si se fijan, encontrarán, frente a la figura de Adán, hasta un pobre pingüino perdido, que en ese momento pasaba por el paraíso y allí recibió su nombre. Luego ya, se fue en busca de zonas más frías para vivir más fresco. Ken Ham, director del museo, dice: «El museo es tan bueno como Disneyworld o Universal Studios, pero su fin no es de entretenimiento sino de "educar" realmente».
Sí, educar de cojón.

jueves, 22 de enero de 2009

Una superchería

El espiritismo es, desde el principio hasta el final, una superchería, la superchería más grande del siglo.

De la entrevista a Margaret Fox, publicada el 24 de septiembre de 1888 en el New York Herald. Margaret, junto a su hermana Katie, fueron las fundadoras del espiritismo moderno.

miércoles, 21 de enero de 2009

Blogger contra Blogia

Esta noche me he armado de valor y he intentado dejar un comentario en un blog de Blogia. Tras rellenar las casillas donde me pide que escriba mi nick, mi e-mail y mi dirección de blog, me ha hecho una pregunta. Si la acierto, podré publicar: «¿De qué color es la nieve?», entonces me he dicho «Para. Que estos de Blogia son todos más bien literatureros y enrevesados, que esta pregunta tiene truco». Así que he escrito en la casilla indicada: «Del color que no es color cuando se trata de un espectro luminoso», para ver si la cosa científica complacía al señor de Blogia. Pero me ha dicho que no. Así que, como los de Blogia parecen más bien leídos, me he dicho «Pues voy a ver qué dice el RAE» y, tras consultarlo, he escrito en la casilla: «Del color de la luz solar, no descompuesta en los varios colores del espectro», pero el señor Blogia me ha dicho que no. Así que me he dicho «Pues esta pregunta irá sobre la cosa de la frecuencia sonora, por aquello de la cosa musical» y he escrito: «Del color que se dice cuando el espectro sonoro viene dado por una línea plana», y el señor Blogia me ha dicho que no. Así que me he dicho «Pues eso es que lo que les va es la cosa artística pictórica» y he plantado en la casilla: «Del color que forman todos los pigmentos cuando se los hace girar mucho en un no parar», pero el señor Blogia me ha dicho que no. Así que he pensado que igual a los de Blogia lo que les va es la cosa poética y he escrito:
«Del color de la ropa tendida al amanecer
De los moleskines vírgenes
de la espuma del mar cuando se espuma
de los lienzos sagrados sacrosantos
de tu vientre desnudo
de los silencios cuando miras
del color de la inquieta mirada

de tu risa cuando ríes
y de tu risa cuando calla (Neruda, funciona siempre)
Del color de la flor de los naranjos
del color del pan fresco y caliente
del color que tiñe la mañana
Del color de la carta recién abierta
del color de la sien del que se apaga
del color de los muertos de la guerra
que se tornan, no en color, sino en afrenta».
Y ni por esas. Y me he dicho «Pues leche, si he escrito una serie de frases hechas de esas que ponen los poetas y les funcionan divinamente y encima los promocionan y no me las da por buenas, igual lo que pide es un punto analítico monetiano». Así que he escrito en la casilla: «De una mezcla de colores según la densidad de la nieve y según la incidencia de la luz solar y el reflejo de los colores que la rodean», pero tampoco. Así que he escrito como respuesta: «Blanca» y me la ha dado por buena y he podido publicar mi comentario.
Y me he dicho que qué raros son los de Blogia, que van de literatos y luego con la cosa de las respuestas son más simples que un sidral.
Y como a algún lector, tras leer lo anterior, se le ocurra hacer un comentario sobre la navaja de Occam, le juro por lo más sagrado que no se lo voy a publicar, que la cosa de la navaja de Occam está ya más vista que el tebeo, que hasta el pelirroyo del CSI Miami la usa. Que está muy visto. Todo dios con la navaja de Occam. Que no. Si encima no es verdad. Que no. Que me carga el Occam ese desde que me enteré de que también lo usan los creacionistas de los cojones para dar razonamientos a sus tontunas. Fú los creacionistas, el Occam y su navaja.

martes, 20 de enero de 2009

Llega el verano

Las bellas integrantes de la asociación femenina de esquí náutico de Long Beach, California (Long Beach Wakeboard Girls) me han enviado esta bonita postal, que reproduzco tal cual, sin virar a sepia, pues me parece que desmerecería. Ellas, con sus banderas rojas, han formado con mucho cariño las letras de este blog, se han preparado para la foto, han hecho la foto, la han sacado en una impresora láser de alta definición sobre papel fotográfico, han marcado sus besos de carmín y sus firmas en la parte trasera, la han metido en un sobre acolchado, me la han enviado por correo aéreo urgente y aquí la muestro, orgulloso y agradecido, a todos ustedes. Vale, bien, no, miento. Es una foto vieja y he cambiado las letras con el Photoshop. Ya está. Ya lo he dicho. En realidad es una imagen promocional de este blog. Pero mola.

lunes, 19 de enero de 2009

La señora y el cocodrilo

Hay un chiste que cuenta que va un hombre a la consulta del psiquiatra y le dice todo nervioso: «Doctor, llevo tres semanas padeciendo una pesadilla en la que que mi suegra me persigue cabalgando sobre un cocodrilo». «¿Su suegra cabalgando sobre un cocodrilo?», le pregunta el psiquiatra. «Así es doctor, con esos ojos amarillos, esa piel escamosa, esos dientes afilados...». «¡Esa pesadilla es terrible!», le dice el psiquiatra, y el paciente le contesta «Huy, eso no es nada ¡espere que le describa al cocodrilo!». Vale que el chiste tiene poca gracia, pero no me digan que no parece que el fotógrafo se sabía el chiste y se lo guardó para él cuando retrató a esta señora. «Ya verá qué remaja queda para la posteridad, ahí toda natural tirando de una cuerda atada al morro de un cocodrilo disecado mientras le clava en el lomo el tacón carrete de su zapato con un fondo pintado de jungla australiana». A veces la gente hace cosas extrañas, como fotografiarse tirando del morro de un cocodrilo disecado o como mandar muchos mensajes de móvil durante toda la semana para ganar dinero fácil en un nuevo concurso de la tele y luego pedir al Altísimo no ser el elegido cuando se entera de que para concursar te vienen de improviso unos tipo con micrófono y cámara a tu casa y muestran a toda la audiencia el interior de tu nevera sin pedir permiso. Y, oigan, que no es que dentro de la nevera tenga nada raro, que está todo en sus túperes o en recipientes de cristal con plástico film de ese que tanto me gusta para todo, pero una cosa es una cosa y otra que lo vea toda España y parte del extranjero a través del canal internacional.

La imagen pertenece a la galería de fotos de stevechasmar, que es para verlas todas y, cuando estén todas vistas, volver a verlas de nuevo.

domingo, 18 de enero de 2009

Dolly Parton

Estamos de celebración, que Arkab se ha comprado una Nespresso y anda todo el día café va café viene. Y para celebrarlo como se merece, no se me ha ocurrido mejor manera que poner una foto de Dolly Parton, la de los partones de Richard Feynman, con un peinado imposible de mantener en días de cierzo. Si contamos, además, que Dolly Parton cumple sus años mañana, 19 de enero, pues más razón aún para ponerla. Miren qué contenta está, que da gusto verla de alegre y lozana.
Aquí, jardín de una de las instalaciones de Dollywood en Pigeon Forge. Mucha más información en la página web del centro turístico de entretenimiento partoniano aquí.

viernes, 16 de enero de 2009

Sobre la belleza

Aeropuerto de Detroit. Una sala de espera como cualquier otra en cualquier parte del mundo: mucho ruido y bastante confusión, hombres con corbata, algún turista. Gente que sólo piensa en salir de allí. Largas filas de asientos de plástico, interrumpidas por mesitas de vidrio oscuro repletas de ceniceros. Ceniceros, sí: estamos en plena década de los setenta.
Un caballero con sombrero se levanta de su asiento y se dirige a una cabina telefónica que se encuentra al fondo de la sala. Al abrir la puerta de la cabina repara en una carpeta transparente abandonada encima de la repisa. La coge y comienza a hojearla. Ve que se trata de la solicitud de una joven, graduada en un instituto, de una plaza en la universidad para estudiar psicología. Sobre la carpeta está pegada una notita escrita a mano: «Querido papá: ¡Que tengas un buen viaje! Por favor, no te olvides de enviar la solicitud por correo antes de tomar el avión. Te quiere, Linda». Después de realizar su llamada, el caballero en cuestión mira de nuevo la fotografía del currículum y se lleva consigo aquellos papeles (entre los que se halla también, como por arte de magia, un sello de correos). Le queda tiempo para entregar la solicitud en la oficina postal del aeropuerto.
Hay algo que este hombre ignora: está tomando parte en un experimento psicológico. E ignora asimismo que ese día, en algún otro lugar del aeropuerto de Detroit, otros 503 pasajeros hojean unas carpetas abandonadas que contienen solicitudes absolutamente idénticas: el mismo nombre, la misma dirección, los mismos certificados; tan sólo la fotografía es distinta en cada caso. Algunas documentaciones se envían, otras no. Tras la dirección postal proporcionada se halla el hombre que ha organizado toda esta jugada: Richard Lerner, un experto en psicología social de la East Michigan University. Lerner, junto con sus colegas, desea dar respuesta a la siguiente pregunta ¿existe alguna relación entre el atractivo de la solicitante y el número de carpetas remitidas? Unos meses más tarde, la respuesta puede leerse en el Journal of Experimental Social Psychology: cuanto más bello es un rostro, mayor es la disposición a ayudar que manifiestan los espíritus.

Inicio del libro La ciencia de la belleza, de Ulrich Renz, Destino, Barcelona, 2006.
La foto, Lady Libertine, es de Fritz W. Guerin, 1902.

jueves, 15 de enero de 2009

Felices sueños

Fotografía de un elefante raro en Chesterton, Indiana, alrededor de 1900.

miércoles, 14 de enero de 2009

El hotel de la ciudad de Circa

Hay un hotel en la ciudad de Circa donde los clientes dejan cada noche los zapatos en el pasillo, pegados a la puerta, y por la noche los recogen limpios y brillantes. Algunas veces el servicio se confunde y deja equivocados los zapatos de la 202 en la puerta de la 304, o los zapatos de la 213 en la puerta de la 245 y viceversa. Pero los clientes nunca se enfadan cuando se encuentran con los zapatos cambiados; se duchan, se visten, se calzan los zapatos brillantes y bajan a la sala de recepción, que lleva al salón de los desayunos que por la tarde se convierte en salón de almuerzos y por la noche en salón de cenas y saludan al recepcionista. «Buenos días», dice el recepcionista, «buenos días», dicen los clientes, «¿Ha descansado bien esta noche?», pregunta el recepcionista, «He descansado de maravilla», responden los clientes. «Bonitos zapatos lleva hoy», dice el recepcionista, «Muchas gracias», responden los clientes. Entonces los clientes entran en el salón de desayunos, con las mesas preparadas con manteles de hilo, centros florales y platos con tostadas, bollos de mantequilla y pastas de azúcar. «Buenos días», dice el camarero mientras sirve el café o té, «buenos días», dicen los clientes, «¿Ha descansado bien esta noche?», pregunta el camarero, «He descansado de maravilla», responden los clientes. «Bonitos zapatos lleva hoy», dice el camarero, «Muchas gracias», responden los clientes. Y allí se desayunan los clientes, mirando por la ventana cuando hace buen día o leyendo el periódico en los días que amenazan lluvia.

domingo, 11 de enero de 2009

Jack London en calzoncillos

Hoy celebramos el cumpleaños de John Griffith Chaney (San Francisco, California, 12 de enero de 1876 – Glen Ellen, California, 22 de noviembre de 1916), más conocido como Jack London.
En julio de 1902 publicó en el San Francisco Argonaut, posiblemente, el mejor cuento del mundo, Moon-Face, basado en un suceso aparecido en la prensa de la época. Si quieren leerlo, lo pueden encontrar aquí.

En la foto, Jack London en calzoncillos.
Si quieren ver la noticia del concursante para el Guiness de los calzoncillos superpuestos, pulsen aquí.

sábado, 10 de enero de 2009

Los muertos de la ciudad de Circa

En la ciudad de Circa, a veces, los muertos mueven las baldosas de la calle semejando seísmos. Es algo de poca utilidad, pero eso los entretiene durante toda una tarde. Otras veces, entran en la tienda de chucherías de la calle que da con la avenida del Este y se divierten chupeteando golosinas. «Ésta creo que me sabe a regaliz», dice uno, «a mí ésta me sabe a limón, creo que es limón, recuerdo que el limón sabía a algo parecido», dice otro entornando los ojos mientras chupa un caramelo de palo de color rojo con una espiral blanca. En cosas así se entretienen los muertos de la ciudad de Circa. Otras veces van al puerto y miran cómo pasan los barcos. Los cuentan, los describen a los muertos ciegos y opinan cuál de ellos es el más pesado y el que lleva más carga de todos. Los muertos de la ciudad de Circa, en otras ocasiones, se quedan mirando a través de los cristales de los restaurantes y botillerías y se fijan en uno u otro comensal hasta que a éste le entra dolor de barriga. Remueven periódicos, dan la vuelta a las papeleras y pintan bigotes en los carteles serios. «Son como críos» dice uno de los muertos que es el más viejo, el que más años lleva ejerciendo de muerto, «pero no hacen mal a nadie», concluye. A nadie no, que hace pocos días mataron de un susto a una vecina que tendía la ropa; quisieron dejarse ver ante la mujer y, de la impresión, cayó de bruces desde un quinto piso. En realidad, los muertos de la ciudad de Circa no suelen hacer mucho mal, pero a veces gastan bromas más que pesadas. «Bueno, algunas veces se les va un poco la mano», dice el muerto viejo.

viernes, 9 de enero de 2009

Curso de Nueva Cocina Aragonesa (capítulo IV)

Si desea ver el nuevo capítulo del Curso de Nueva Cocina Aragonesa que le enseñará a preparar una salsa agridulce con restos guarretes de la nevera, pulse aquí.

Si desea ver los tres capítulos anteriores, un monográfico en tres partes sobre el ternasco, pulse aquí.

domingo, 4 de enero de 2009

No todo van a ser monstruos varoniles

Así es. Estaba pensando hoy que por este blog vienen muchas señoras. No está bien eso de sacar siempre señoritas asustadas por monstruos varoniles. Es posible que alguna lectora haya pensado «¿Cuándo en este blog saldrá un monstruo asustando a una dama que no sea varonil?». Pues bien, hoy, aprovechando el cumpleaños de Marla English, traigo aquí la foto de la actriz en estado de trance mientras una criatura extrañamente primitiva le hace un gesto intimidatorio. Y ustedes dirán «pues más de lo mismo», pero no, que el monstruo es, en este caso, de sexo femenino, y antediluviano. Pertenece al película The She-creature, de Edward L. Cahn (1956), donde la pobre Marla English es hipnotizada por el malvado doctor Carlo Lombardi, que asegura que puede traer a este tiempo las vidas pasadas y reencarnadas de sus pacientes. En este caso, en el caso de Marla English, su pasado es un monstruo feo, con pechos redondos, piel seca y agrietada, colmillos, antenas, orejas que harían ruborizar a Freud y tenazas raras en lugar de manos. Nunca una mujer tuvo un pasado tan feo.

viernes, 2 de enero de 2009

Mara Corday

Hoy celebramos el cumpleaños de Marilyn Joan Watts, más conocida como Mara Corday. Marilyn nació el 3 de enero de 1930 en Santa Mónica, California. Hija de Emerson Watts and Shirley Wood, Marilyn comenzó a trabajar a los 13 años como acomodadora en los teatros Belasco y Mayan de Hollywood y como modelo fotográfico a los 15. A los 17 años, entra a trabajar como chica del coro en el Earl Carroll Theatre, un cabaret restaurante de Sunset Boulevard que se jactaba de tener las más bellas chicas del mundo. Es en ese tiempo cuando Marilyn decide cambiar su nombre por el más exótico Mara Corday. Fue pin-up en muchas revistas y calendarios, Miss Octubre de 1958 en la revista Playboy y actriz en varias películas de ciencia ficción de serie B, como Tarantula (1955) de Jack Arnold, que va sobre el ataque de una araña gigante; The Giant Claw (1957) de Fred F. Sears, que va sobre el ataque de un pajarraco gigante; The Black Scorpion (1957) de Edward Ludwig, que va sobre el ataque de unos escorpiones gigantes. Después se casó con el también actor Richard Long, tuvo tres hijos y, tras quedar viuda, volvió a la gran pantalla, donde interpretó diversos papeles en películas dirigidas por Clint Eastwood, al que conoció en el rodaje de Tarantula y del que se hizo muy amiga; pero ya no fue lo mismo, porque no salían bichos gordos y a nosotros nos gusta Mara Corday cuando es atacada por bichos gordos. Qué le costaba a Clint Eastwood ponerle un bicho gordo para que fuera atacada al menos un poco. Quince minutos de bicho gordo y luego ya que siguiera la película con su trama normal. Pero no, Clint Eastwood decidió sacarla sólo en películas de tiros y persecuciones de coches. Que mucho que Clint Eastwood es la leche, que Clint Eastwood es un director buenísimo y un director muy aclamado y muy premiado, pero a mí, entre nosotros, Medianoche en el jardín del bien y del mal me parece un truño aburrido y Million Dollar Baby, flojica. En todo caso ¡feliz cumpleaños Mara Corday!

Sobre la faringe humana

A medida que la utilización de mayores y más precisos repertorios de sonidos dotados de significado comenzaba a incrementar el éxito reproductor, la parte de las vías respiratorias de nuestros antepasados denominada faringe se volvió singularmente flexible y alargada. En todos los demás mamíferos la faringe es pequeña, porque la laringe (o tráquea superior) se sitúa cerca de la base del cráneo, conduce directamente a la parte posterior de la cavidad nasal y permanece aislada de la boca durante la respiración. A causa del tamaño de la faringe de los humanos, los conductos de la comida y del aire se entrecruzan, con la extraña consecuencia de que, como señaló Charles Darwin, «cada partícula de comida o de bebida que tragamos tiene que pasar por el orificio de la tráquea, con cierto riesgo de que caiga a los pulmones». En realidad, «tragar por el lado malo», que puede ser mortal para nosotros pero que es imposible para los demás mamíferos, es el precio que pagamos por poseer gargantas profundas. Sin embargo, como ya se ha indicado anteriormente, los beneficios de esta disposición superan los peligros, por cuanto poseer una faringe alargada nos permite formar los sonidos vocálicos i, e y o, que son componentes esenciales de todas las lenguas humanas.
Marvin Harris, Nuestra Especie, Alianza Editorial, Madrid, 1994.

En la foto: miembros de la Improved Order of Red Men en 1905, organización fraternal formada en Baltimore, Maryland, en el año 1834. Se vestían como los indios americanos, se ponían pelucas de indio americano y organizaban rituales al estilo de los indios americanos. Algunos de los miembros, con bigote. La imagen pertenece a una postal, que pueden comprar aquí por 24 dólares.

jueves, 1 de enero de 2009

Cuento de año nuevo

El hombre toma una silla por el respaldo, tapizado con una tela verde de terciopelo, la coloca frente a la pared de la habitación y se sienta. «Vamos», le dice «ahora dime todo aquello que me gritabas cuando no te necesitaba. Dime todo eso que gritabas cada vez que me encontraba feliz aquí solo en esta habitación y también acompañado; escúpeme toda la mierda que sacabas cada vez que traía una chica a casa. Todos los reproches por estar aquí en la misma habitación, contigo. Los malos ratos de insomnio cuando no dejabas de hablar y te pedía unas horas de descanso. Ahora, dime». La pared, mientras, permanece callada. Parece casi muerta, seria, fría. «Dime, te escucho. Tengo media hora para ti. Tengo más si quieres, Una hora, dos horas, toda la noche si quieres. Podemos charlar hasta que te canses. Tengo toda la noche para ti. Si quieres, comienza a hablarme, cuando me entre hambre te lo digo, saco algo de la nevera, como, y luego vuelvo y sigues contándome». La pared, mientras, sigue callada, quieta. El hombre se levanta, se desnuda, pliega el pantalón por la raya, lo dobla y lo coloca sobre la barra de un colgador. Luego inserta primero un hombro y luego el otro de la americana. Introduce con cuidado los tres botones en sus ojales y piensa que eso de no abotonar el último botón es una moda extraña y caprichosa, cuando la gente ya no usa reloj de bolsillo. Coloca la corbata sobre el cuello de la americana, extendida. Guarda la percha con el traje en la barra del armario y coloca el par de zapatos sobre el estante de los zapatos, bajo el traje. Es su sitio. El hombre lo mira durante un rato, corrige una arruga de la manga y cierra la puerta del armario. Vuelve a la silla, se sienta y dice «vamos, dime. Moléstame. Hoy te quiero escuchar. Tengo tiempo para escucharte. Vamos. Háblame». La pared, mientras, calla. Y mientras, en la calle, pasan coches, pasa una ambulancia, pasa un grupo de gente que canta y grita, pasa una muchacha que corre con el corazón roto tras ver a su novio con otra chica tonteando, pasa un perro pequeño trotando, pasa una mujer que vuelve del trabajo con la espalda dolorida, dos chicas que vienen del colegio y se han retrasado con la hora de vuelta pues pararon a hablar, cinco estudiantes, un hombre cuya única idea es acabar de una vez por todas y dejarse caer por el puente, pasa el camión del carnicero repleto de carne que se golpea una con otra con el vaivén, pasa un hombre que vuelve del trabajo con la espalda dolorida, pasan dos taxis, pasa un hombre con las manos frías, pasa un gato que corre, un perro que lo ve y ladra, pasa un autobús lleno de gente que no se mira y que cuando se mira vuelve la vista, dos camiones con sus camioneros, uno triste y otro muy alegre, otro perro, dos chicos hablando y mucha más gente. Pasa gente y más gente. Y mientras, el hombre, con las manos sobre las rodillas desnudas, frente a la pared, dice «vamos, hoy te escucho. Dime de una vez todo lo que tengas que decir. Te escucho. Háblame». Y la pared gruñe, se revuelve, renquea el inicio de las palabras y, al final, dice «El monoteísmo es la peor cosa que le ha podido suceder a vuestra humanidad». Y el hombre se golpea de una palmada las rodillas desnudas y le responde «Eso quería oír, o tal vez no quería oírlo, pero necesitaba que me lo dijeras», y se levanta, se pone el pijama, se mete en la cama y apaga la luz de la mesilla.

La foto es un retrato de estudio de un hombre joven, perteneciente a una colección de 24 bellas fotografías en formato postal tomadas en Sitka y Juneau entre los años 1880 y 1910.