miércoles, 30 de diciembre de 2009

Christine Kerf en su camerino

El 15 de octubre de 2008 Javier dedicó una entrada a Colette en su blog. En ese texto cita un libro en el que, entre otros, aparece Christine Kerf. Y aquí está Christine Kerf es su camerino del Mouline Rouge en el año 1910. Acabo de encontrarla, tan lozana, con esos cuernos de demonia infernal, tan baturraza, y no me he podido reprimir.

martes, 29 de diciembre de 2009

Abigail Uhteg, impresora y conservadora

Abigail Uhteg es una impresora y conservadora de libros de Baltimore, Maryland. Tiene la página web más bonita del mundo y si le dan aquí pueden contemplar en un vídeo realizado en Stop motion los pasos a seguir para la elaboración de uno de sus libros de tirada corta realizado en el Women's Studio Workshop de Rosendale, Nueva York.

Peppermint Frappé

Julián (José Luis López Vázquez) rasga páginas de una revista francesa de moda con titulares en versales didonas sirviéndose de un abrecartas con forma de pequeño florete, luego traza largas líneas finas de color morado con un rotulador apoyado en el filo de una regla milimétrica de plástico transparente sobre el papel impreso que más tarde cortará con unas grandes tijeras. Es el inicio de Peppermint Frappé (1967), con guión de Rafael Azcona, Angelino Fons y Carlos Saura y dirigida por este último. Julián tiene una herida a mitad de la uña del dedo anular de la mano izquierda. Y otras muchas por dentro.

Feliz cumpleaños, Barbara Steele

Hoy celebramos el cumpleaños de Barbara Steele (29 de diciembre de 1937, Birkenhead, Cheshire), la gran dama del cine gótico por excelencia. Miren qué ojazos más góticos tiene. En la foto, la Steele en el papel de la Princesa Asa Vajda, acusada de brujería, tras sufrir la tortura de una máscara con pinchos al estilo de una Dama de Hierro craneal en la película La máscara del demonio, de Mario Bava (1960). Roger Corman la contrató un año después para la película El pozo y el péndulo y como había visto que la Steele quedaba bien pinchoteada, decidió meterla en una Dama de Hierro, esta vez lo suficientemente grande para que cupiera entera.

lunes, 28 de diciembre de 2009

Y me lo dice ahora, con la cuchara


Cómo observar el cráneo

Para corregir la deformación del hueso de sepia y observar el cráneo sin usar medios informáticos, puede utilizarse el dorso de una cuchara. Se pone la cuchara en la parte superior del hueso, a la derecha. El dorso de la cuchara debe apuntar hacia la izquierda y ponerse perpendicular a la imagen del cuadro.
Colocando la mirada frente al dorso de la cuchara y modificando su orientación, se observa fácilmente el cráneo sobre la superficie de la cuchara.

Leído en la Wikipedia, en la entrada sobre el cuadro Los embajadores (1533) de Hans Holbein el Joven.

Acabáramos

Es justo reconocer a los hipocráticos su fama de exigir detallados informes de los casos, que les llevó a poseer un colosal depósito de experiencia práctica que les permitía predecir el curso de una enfermedad, aunque no comprendiesen las razones. Esta práctica tan razonable hacía que pareciesen tener el control de todo, cuando, en realidad, apenas podían pasar de ayudar a que sus pacientes murieran de la forma más cómoda posible.

Patricia Fara, Breve historia de la ciencia, Ariel, Barcelona, 2009. p. 53.

Me joroba que la editorial haya cogido este libro, cuyo título original es Science. A Four Thousand Year History y lo traduzca como Breve historia de la ciencia para aprovechar el tirón de Una breve historia de casi todo (A Short History of Nearly Everything) de Bill Bryson. Hasta la cubierta es casi igual... Pero bien, el libro es muy entretenido, muy ameno y se lee en un plis plas.

martes, 22 de diciembre de 2009

La selva

Así que eso último que recuerdo consiste en un descenso interminable, una caída libre a través del agujero de una escalera. Un retazo: los nudillos de mi mano izquierda golpean la barandilla del séptimo piso y los siento y los oigo como si fueran de madera, tac taca tac. Otro: unas enfermeras gritan en el mismo instante en que traspaso la cuarta planta. Otro retazo más: mi cuerpo cae como un saco de lentejas sobre el pavimento, escucho un crack en el hueso occipital, justo ahí, un crack dentro y fuera a la vez, que reverbera en el techo del edificio y vuelve a mí en forma de un calor denso y húmedo que rodea amorosa, mansamente mi cabeza. Así que en ese instante me veo tumbado, desvencijado sobre el suelo con mi cabeza coronada, cubierta, llena de gracia, rodeada por una hermosa gorguera de hilo tejido húmedo que acaricia cálidamente mis orejas. Coro: Y sus ojos abiertos, mirando hacia arriba con el cráneo aplastado contra el suelo. Es entonces cuando la enfermera Louise grita pidiendo ayuda y baja corriendo las escaleras. Uno de sus zuecos sale despedido, golpea la pared y cae rebotando contra los peldaños hasta el primer piso. Es entonces cuando las piernas del hombre se agitan violentamente. Yo acompaño a la enfermera Louise hasta el hall y coloco mi mano sobre su frente. Así que veo luz, la luz que reflejan las paredes de cada una de las plantas, y siento su mano sobre mis ojos. Esos dedos entreabiertos que me traen recuerdos de enormes hojas de palmera, de todas las interminables selvas que no tuve tiempo de conocer, de persianas calientes tendidas a pleno sol guardando habitaciones frescas. Así que veo negro y luz y unos dedos que se mueven muy cerca de mis ojos, lentamente, bailando. Así que de pronto pienso que esa muchacha tiene dedos que hacen cine. Así que observo que lleva las uñas cortas, arregladas con una capa de brillo transparente rosado. Y mi hermosa gorguera impoluta que me rodea, que me cubre amorosamente y me dice bajito que no debo temer nada. Un cuerpo muerto deja de sentirse cuerpo (tronco, piernas brazos, cabeza) cuando es agarrado por cuatro enfermeros fuertes y rápidos que te trasladan del suelo a una camilla. Entonces el cuerpo se convierte en otra cosa, en un saco militar lleno de rifles, en una barca liviana que navega sobre un Nilo tranquilo, en un queso fresco rezumando suero en un cedazo. Y tra-tra-tra-tra, hermosas calles estrechas, t-comp, tra-tra-tra-tra, más calles y más calles, y gentes que caminan y luces que nacen a la altura de la barbilla y desaparecen por la frente. La frente una fuente la barbilla una chiquilla. Muchas luces. Manhattan. Una hermosa avenida de Manhattan de noche, llena de brillantes luces de colores. ¿Cuántas veces hice aquello que no quería? ¿Cuántas veces no me atreví a hacer esto o aquello? t-comp, tra-tra-tra-tra, t-comp, tra-tra-tra-tra, y gente que pasa, corriendo. Y manos sobre mis piernas, mis brazos, mi pecho, y tra-tra-tra-tra, t-comp, tra-tra-tra-tra, t-comp, tra-tra-tra-tra. Y una paz inmensa, templada, que lleva a preguntarme por qué dejé de darme baños con el agua caliente hasta las orejas y lo cambié por esas duchas rápidas, insulsas, profilácticas. Y una paz inmensa, caliente y luminosa. Y es entonces, en ese justo instante, cuando se abre ante mí una selva que sé que es una y todas las selvas, con miles de verdes diferentes y pájaros que cantan, gritan y ululan, y gruesas lianas, y tierra húmeda y caliente, sofocada, que siento fría cuando la ahueco entre mis dedos. Y arriba, unos monitos muy graciosos de cara blanca saltan de rama en rama con sus crías agarradas a la espalda. Arrancan frutas maduras y jugosas, las muerden y escupen al aire sus brilantes semillas.

lunes, 21 de diciembre de 2009

HAL canta

Daisy, Daisy, give me your answer, do,
I'm half crazy all for the love of you.
It won't be a stylish marriage
I can't afford a carriage,
But you'd look sweet upon the seat
Of a bicycle built for two.

Si HAL hubiera cedido un poco, llegando a un acuerdo amistoso con Dave, ahora tendría 41 añazos, pero se puso tozudo y así le fue. Por tozudo. Yo lo echo de menos todos los días.

En la foto, Keir Dullea en el papel del astronauta David Bowman. Si buscan fotos actuales de Keir Dullea verán qué poco se equivocó el maquillador* cuando avejentó al actor para la última parte de la película.

*Creo que el maquillador era Stuart Freeborn, si no es así, sáquenme de la equivocación. En todo caso, Freeborn fue el autor del maquillaje de los primates del inicio, que tan bien le quedaron que dicen que no recibió el óscar porque los de la academia pensaban que eran monos de verdad.

—¿Pero cómo no le han
dao el óscar al maquillaje de los monos de 2001?
—¿Qué maquillaje de los monos de
2001?
—El de los monos.
—¿Que es que los monos iban maquillados?
—No, señor de la academia, que eran señores disfrazados de monos.
—¿Que eran señores disfrazados de monos?
—Claro.
—Pues ahora me entero. En todo caso, oiga, que este año ya hemos dado un premio especial al maquillaje de los monos de
El planeta de los simios. Que es un premio especial, que hasta 1981 no vamos a dar otro óscar de maquillaje.
—Ya, pero a los monos de
2001 nada.
—¿Qué monos?
—Los de
2001.
—¿Pero es que iban maquillados o qué?
—¿Quién?
—Los monos.
—Bueno, eran señores disfrazados de monos.
—¿Disfrazados de monos maquillados?
—No, maquillados de monos.
—¿Qué monos? ¿Los de
El planeta de los simios?
—No hombre, los de
2001.
—¿Los de
2001? Bueno, para bueno bueno el maquillaje de los tapires que salen con los monos. Qué tapires más conseguidos. Por ese maquillaje estuvimos a un tantito así de darle el óscar a 2001, pero luego vimos los monos de El planeta de los simios y nos quedamos con los monos de El planeta de los simios.
—Pues son más reales los maquillajes de los monos de 2001.
—Y tan reales, yo pensaba que iban sin maquillaje ni
.

Hotel IV

—Buenas noches, señor.
—Buenas noches ¿Para cenar?
—Lo siento señor, pero tenemos la sala completa.
—¿Completa?
—Oh, sí, señor, todos los años en estas fechas las enfermeras del St. John's Hospital se reúnen en el comedor de nuestro hotel para celebrar la cena de Navidad.
—Oh, cómo lo lamento.
—Ah, no, señor, no lo lamente por nosotros, las enfermeras del St. John son encantadoras y las cenas de Navidad con ellas son muy entretenidas.
—Oh, no, no, lo decía por mí. A esta hora creo que no será fácil que encuentre un sitio abierto para comer algo.
—Así es, señor, es posible que a esta hora no encuentre ningún sitio abierto.
—Bueno...
—¡Espere, señor!
—¿Sí?
—Si quiere, puede probar suerte en el Phillies, pasada la gasolinera. Suele cerrar tarde. Está aquí cerca, a dos manzanas.
—Gracias ¿cree usted que me dará tiempo?
—Si se da prisa es posible que sí.

domingo, 20 de diciembre de 2009

Nurses & Bones

Ocho pizpiretas enfermeras del Coventry and Warwickshire Hospital posan con unos cuantos huesos en 1957. La primera de la izquierda lleva un fémur. Ahú.

Sobre los párrafos

A lo largo de todo este tiempo he comprobado que muchas personas han entrado en este blog buscando cosas relacionadas con las sangrías al inicio de los párrafos y los tipos de párrafos. Es posible que en la entrada del 26 de agosto de 2008 Sobre las sangrías no quedara del todo claro el asunto de las maneras de indicar el inicio de párrafo en una publicación, así que me dispongo a escribirles una entrada que lo aclare de una vez por todas.

En la actualidad existen dos tipos de párrafos. A saber:

Párrafo ordinario: el que se compone abriendo con sangría la primera línea. Así:


Párrafo moderno o alemán: sin sangría al inicio del párrafo. Para que el lector no se pierda en la lectura, se suele poner una línea en blanco entre párrafo y párrafo. Digo que se suele poner porque en su primera época, Tschichold, cuando iba de moderno, recomendaba no usar ese renglón en blanco, pues defendía que la línea corta de fin de párrafo ya era suficiente como indicador. En todo caso, el párrafo moderno lo solemos ver así:


Pueden hacer uso de uno u otro tipo de párrafo, eligiendo el que más les guste. Pero ojo, si usted es un cliente y le toca un diseñador que le presenta un trabajo con una mezcla del párrafo ordinario y del moderno:


esto es, con sangría al inicio y espacio en blanco entre párrafo y párrafo, golpéelo. Golpéelo hasta que reconozca su culpa. No se preocupe ni sienta lástima, los diseñadores que inician párrafo con sangría y luego ponen una línea de espacio entre párrafos tienen un sistema nervioso muy primitivo —equiparable al de los erizos de mar— y casi no notará las collejas. Él le dirá en su defensa que lo hizo para crear más «blancos» o para «facilitar la lectura», a lo que usted deberá responder «a ti sí que te voy a dar blancos y te voy a facilitar la lectura pero a hostias, tontolaba» mientras le sigue golpeando. Si consigue reconducir a su diseñador, recuérdele que al inicio de capítulo tampoco se debe poner sangría. Como es inicio de texto, no es necesario indicar el comienzo del párrafo. Es lógico. El lector ya lo sabe, lo ve. Si su diseñador insiste y le enjareta por dejadez la sangría al inicio del texto, golpéelo de nuevo. Así hasta que se le quite la tontería. Luego tienen también el párrafo español (la primera línea va sin sangrar y la última centrada al medio) y el párrafo francés (la primera línea va sin sangrar y las demás sangradas), pero los dos son bien horrorosos, así que no merece la pena decir más sobre ellos.

sábado, 19 de diciembre de 2009

HelterSkelter y las melenas victorianas

Mis hermanas dicen que nací con el pelo ya largo enredado alrededor del cuello, pero yo no me lo creo. Siempre han sido unas exageradas. Como cuando insistían en ensayar todos los días menos los domingos, cuando todo el mundo sabe que si entre las siete llenábamos los teatros era gracias a nuestros once metros de pelo y no a nuestro canto [leer más].

Si Maupassant resucitara, la besaría en la frente.

viernes, 18 de diciembre de 2009

Los niños del agua


En el bosque del agua descubrió a los monos de agua y a las ardillas de agua que tenían seis patas (casi todo en el agua tiene seis patas salvo los tritones y los niños del agua) y, que corrían por entre las ramas con mucha agilidad. También había miles de flores acuáticas y Tom intentaba cogerlas; pero en cuanto las tocaba, se cerraban y se convertían en puñados de gelatina. Entonces, Tom advirtió que todas las cosas estaban vivas —las campanas, las estrellas, las ruedas, las flores de todas las formas y colores—, y que se movían, igual que él. Ahora se dio cuenta de que había muchísimas más cosas en el mundo de lo que le había parecido a primera vista.


Del cuento infantil Los niños del agua (1863) de Charles Kingsley (1819-1875) .
La imagen es una de las doce ilustraciones que realizó
Jessie Willcox Smith (1863-1935) para la hermosa edición de 1916.

Querido Julian:
Nunca podré estar seguro de lo de aquel niño del agua. He visto niños en el agua y niños en botellas, pero el niño del agua no estaba en la botella, y el niño de la botella no estaba en el agua. El amigo mío que escribió la historia del niño del agua era un hombre muy simpático y muy listo. Puede que pensara que yo podía ver tantas cosas en el agua como veía él. Hay gente que ve mucho y gente que ve muy poco en las mismas cosas. Cuando crezcas, me atrevo a decir que serás uno de los que verán mucho, y que verás cosas más maravillosas que los niños de agua allí donde otros no verán nada.


Carta de T. H. Huxley a su nieto Julian Huxley cuando contaba cinco años de edad y le preguntó a su abuelo si había visto niños del agua como afirmaba su amigo Charles Kingsley.

Aquí pueden ver la versión libre que hicieron en los estudios Disney del cuento en 1935 bajo la dirección de Wilfred Jackson con la animación de Art Babbitt y Frenchy de Tremaudan.
Aquí,
Walt Disney presentando el cuento, con un prefacio animado de no muy buena factura, por cierto.

Linda Gazerra

En la secuencia fotográfica, la médium italiana Linda Gazerra, descubierta por el investigador psíquico Enrico Imoda, durante una sesión espiritista en la casa de la marquesa de Ruspoli (Turín, 1909). En esa sesión, entre otras apariciones, Gazerra formó un ectoplasma con rostro humano que salió de la parte superior de su cabeza. A lo largo de su carrera, sus materializaciones de espíritus más famosas fueron las de un oficial de caballería muerto recientemente llamado Vincenzo y las de Carlotta, una niña de cuatro años.

Los Titiriteros de Binéfar, Premio Nacional de Teatro infantil y juvenil

EFE - Madrid - 17/12/2009 La compañía Los Titiriteros de Binéfar, de Huesca, ha obtenido hoy el Premio Nacional de Teatro para la Infancia y la Juventud, un galardón que otorga por primera vez el Ministerio de Cultura y que está dotado, como el resto de estos reconocimientos, con 30000 euros. El jurado les ha concedido esta distinción por su compromiso con el teatro popular y el teatro para la infancia; su capacidad creativa en el teatro de títeres en relación con otras disciplinas, y por su aportación innovadora con la obra El hombre cigüeña, un espectáculo con el que han participado en numerosos festivales nacionales e internacionales [leer más].

jueves, 17 de diciembre de 2009

Ole clavel, los bonobos

[...] El pene erecto de un bonobo despierto y excitado sexualmente sin duda hace que muchos varones, si no la inmensa mayoría, parezcan poco dotados.
Es verdad que el pene del bonobo es más delgado que el humano, y se retrae por completo en estado fláccido, lo que hace su erección muy llamativa, sobre todo si los machos lo sacuden arriba y abajo, como hacen a menudo. Quizá más notable que la capacidad de «ondear» de sus penes es que los testículos de los bonobos son mucho mayores que los humanos. Esto vale también para los chimpancés, y se ha relacionado con la cantidad de espermatozoides necesarios para asegurar la fecundación de las hembras que se aparean con varios machos. Si los genitales masculinos de chimpancés y bonobos nos sorprenden por su desarrollo, aún nos impresionarán más los femeninos, porque las hembras de ambas especies ostentan enormes hinchazones. No es la leve congestión de los labios vulvares observable, si uno se fija bien, en gorilas y orangutanes hembras; son globos del tamaño de balones de fútbol en la región glútea de una hembra que le permiten enviar una llamativa señal de color rosa vivo a todos los machos de los alrededores, cuyo mensaje es claro: está preparada para el acto sexual.

Frans de Waal, El mono que llevamos dentro, Tusquets, Barcelona, 2007, p. 95.

Y no para de nevar

Donald S. Edgeworth, Snow, Circa City, 1912.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Stacia Napierkowska

El señor Internete no se aclara y en unos sitios dice que Stacia Napierkowska nació un 16 de diciembre y en otros un 16 de septiembre. Sea como fuere, hoy vamos a celebrar el cumpleaños de la Napierkowska, nuestra primera vampiresa.

Hale, Tarkovski de nuevo

[...] consideré que era conveniente que la actriz protagonista de El Espejo, Margarita Terechova, en esa escena en que, sentada en una valla, fumando, espera la llegada de su marido y padre de sus hijos, no conociera el guión de la película. Para interpretar bien su papel, era mejor que no supiera si en las escenas siguientes su marido volvería a estar con ella o no. Por eso, no le dije nada del desarrollo, para que no lo escenificara; en ese momento tenía que estar en el mismo estado anímico que mi madre en aquel entonces; mi madre, que era su modelo y no sabía cuál sería su futuro.

Andrei Tarkovski, Esculpir en el tiempo, Rialp, Madrid, 2008, p. 169.

Pero no todo va a ser felicidad. Cambio Radical, su blog de confianza, preocupado en todo momento por la difusión de la cultura aragonesa, les ofrece el vídeo de los gaticos que orinan en el inodoro, el del perrete Rachmaninov y el de los pulpos usando el cocomóvil.

martes, 15 de diciembre de 2009

Balada triste

Siento que yo no era yo, o más interesante aún: yo nunca he sido yo. Pensad en esa estela absurda que dejan los personajes en una patética escena de acción teenager. Somos lo que se desdibuja, porque el resto es una imagen ficticia, encubridora de la auténtica realidad: el rostro desenfocado, borroso, el confuso manchón de un retrato de Bacon. Y estoy orgulloso de ello. Me he dado cuenta. No más mentiras. Soy feliz. Adolescentemente feliz.

La Señora Mayor, que está que se sale en su nuevo blog Balada triste de trompeta.

lunes, 14 de diciembre de 2009

Central Hall

Donald S. Edgeworth, Fish on the floor, Circa City, 1928.

domingo, 13 de diciembre de 2009

Clase rápida de geografía

Tuétano, hueso, músculos, sistema nervioso, tejido adiposo, piel, piel, piel: hipodermis, dermis y epidermis, vello, tejido 50% algodón 50% poliamida, aire y coches que se miran unos a otros, grandes carteles, semáforos, calles anchas, gente que va y viene, dos motos, árboles alineados, frío, vaho saliendo de las bocas, escaparates, una cafetería, tiendas, calles, un perrillo color canela de hocico negro al que su dueño ha vestido con un abriguito de lana rojo y verde que hace tip-tip-tip sobre la acera con sus uñas de color grafito, setos, farolas, casas, tejido 50% algodón 50% poliamida, vello, epidermis, dermis, hipodermis: piel, piel, piel, tejido adiposo, sistema nervioso, músculos, hueso, tuétano.

Mis adarmes se chromoteriza

El autor del blog Mis adarmes, que nos tenía acostumbrados a sus fotos en blanco y negro, ahora anuncia nuevo blog para albergar sus fotos en color, que se llama, desde hoy, Mis cromos. Este hombre no tiene medida. Primero abre un blog de fotos en blanco y negro y ahora abre otro en color. Como la siguiente sea abrir un blog con fotos en sepia me va a oír.
Eso, Mis cromos, recién abierto. Corran a verlo. No me digan que no es una bonita noticia. Y ojo, que este blog, su blog de confianza, muy cultural no será, pero les avisa de las novedades antes que naide.
Como no sé qué presente llevarle por el estreno, que este hombre tiene de todo, le voy a regalar la musiqueta más bonita del mundo.

sábado, 12 de diciembre de 2009

Frases para utilizar esta Navidad

Cambio Radical, su blog de confianza, ofrece a sus lectores, de forma gratuita y libres de todo compromiso con la entidad emisora, las últimas frases que pueden utilizar para meterse con sus personas más o menos queridas en estas fechas tan señaladas:

Tienes menos sustancia que la página web de Javier Rigau.

Eres más soso que la página web de Javier Rigau.

Eres más simple que la página web de Javier Rigau.

Eso se lee más rápido que la página web de Javier Rigau.

¡Tira, que pareces el webmaster de la página web de Javier Rigau!

Tienes menos contenido que la página web de Javier Rigau.

Física aplicada

Cuando yo era adolescente, leía y pensaba mucho en el baño, y cuando me encontré con el experimento de Arquímedes en un libro [el autor se refiere aquí al experimento de la corona de oro del rey Hiero] decidí probarlo personalmente midiendo la densidad de mis testículos, para lo cual coloqué la báscula del baño sobre una silla y me pesé, primero al aire y después con los testículos sumergidos en el lavabo lleno de agua. Los resultados fueron decepcionantemente poco concluyentes, pero al menos mi fracaso hizo que me diera cuenta de que la medición precisa era la clave del éxito experimental.

Len Fisher, ¿Cuánto pesa el alma? Cómo algunos experimentos descabellados han dado lugar a descubrimientos excepcionales, Debate, Barcelona, 2009, p. 211.

viernes, 11 de diciembre de 2009

Sweet Neil

Soy consciente de que esta entrada me puede hacer perder más de un seguidor. Lo sé. He intentado ocultarlo durante años. Pero que me gusta Neil Diamond. Ya tuve en su momento mis más y mis menos defendiendo a Abba frente a la mesnada antiabbil que se pasa por aquí. Al menos en ese caso, oigan, me vi apoyado por Arkab. Con Neil no hay manera. Solo quedo yo en su defensa; creo que ya no me apoyaría ni el mismo Neil. Pero mírenlo ahí en la foto, qué bonita camisa me lleva.

Y aquí, por cortesía de Cambio Radical, su blog de confianza, una hermosa traducción que me hace el Google traductor de Sweet Caroline:

Cuando comenzó, no puedo empezar a conocer cuando
Pero sé que es cada vez más fuerte
¡Oh, no era la primavera, whooo
Y la primavera se convirtió en el verano
¿Quién iba a creer que había llegado a lo largo de

Las manos, tocando las manos, llegando
Tocarme, te toca
¡Oh, Sweet Caroline
Los buenos tiempos no parecen tan buenos
He estado inclinado a creer que nunca

Y ahora, miro a la noche, whooo
Y no parece tan sola
Nos llenarlo con sólo dos, oh
Y cuando me duele
Hurting corre mi hombro
¿Cómo puedo lastimar al sostener que

¡Oh, uno, tocando una parte, llegar
Tocarme, te toca
¡Oh, Sweet Caroline
Los buenos tiempos no parecen tan buenos
Oh, me han inclinado a creer que nunca

Ohhh, Sweet Caroline, los buenos tiempos no parecen tan buenos.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

De los primeros

Ya se ha pasado el puente, ya brillan las luces en las calles y en los comercios. Pues ahí va la felicitación de navidad.

martes, 8 de diciembre de 2009

Hotel III

—Buenos días, señor.
—Buenos días.
—¿Tomará café o té?
—Café, por favor.
—¿Leche?
—No, no, lo tomaré solo, gracias.
—¿Además deseará?
—Un huevo pasado por agua.
—¿Nada más, señor?
—¿Tienen pastel de chocolate?
—Por supuesto señor y, si me permite un consejo, tenemos también unas pastas de jengibre deliciosas.
—¿De jengibre? nunca las probé.
—¿Le traigo un platito, señor?
—Oh, bien, gracias, señorita. Debo reponer fuerzas. Ayer estuve buena parte de la tarde arrancando las plantas de calabaza, las tomateras secas, las acelgas comidas por los pájaros y las malas hierbas. Luego limpié la tierra, la removí con el rastrillo y eché tres bolsas grandes de estiércol de caballo para así dejar la tierra preparada para la nueva siembra.
—Oh, señor, eso es un trabajo duro.
—Así es, señorita.
—Disculpe ¿sería tan amable de indicarme su número de habitación?
—Ah, por supuesto, la 422.
–Perdón, señor, pero en este hotel no existe la habitación 422.
—¿Cómo que no existe? acabo de bajar ahora mismo de ella.
—Disculpe, eso no es posible, este hotel solo tiene dos plantas, no existe la habitación 422.
—Pero... eh... mire, un momento, aquí en la llave dice...
—Perdone, señor, pero en esa llave no hay nada escrito.
—Pero..., pero... mire, yo vengo de la habitación 422, hace un momento aquí ponía 422, aquí, grabado, 4-2-2...
—Eso no es posible, señor ¿sería tan amable de indicarme su número de habitación?

domingo, 6 de diciembre de 2009

Adivinanza

Nin só negro nin blanco, nin he color certero,
nin lengua con que fable un proverbio señero;
mas sé rendar a todos, siempre só refertero:
valo en el mercado, apenas un dinero.

Del Libro de Apolonio, siglo XIII.

Hotel II

—Buenos días, señor.
—Buenos días.
—¿Tomará café o té?
—Té, por favor.
—¿Leche?
—Una nube, por favor.
—¿Además deseará?
—¿Sería tan amable de prepararme una tostada con mantequilla?
—Por supuesto, señor, ¿mermelada?
—Ah, bien ¿tiene mermelada de naranja?
—¿De naranja? por supuesto, señor.
—Ah, muy bien, gracias. Perdón ¿Tiene fruta del tiempo?
—Algo queda, señor, una manzana, una pera, piña...
—Una manzana, gracias.
—Muy bien señor ¿Desea alguna cosa más?
—No, gracias, señorita, así es perfecto.
—Disculpe ¿sería tan amable de indicarme su número de habitación?
—Ah, por supuesto, la 418.
–Perdón, señor, pero en este hotel no existe la habitación 418.
—¿Cómo que no existe? acabo de bajar ahora mismo de ella.
—Disculpe, eso no es posible, este hotel solo tiene dos plantas, no existe la habitación 418.
—Pero... eh... mire, aquí en la llave pone...
—Perdone, señor, pero en esa llave no hay ningún número escrito.
—Pero, todo esto es un malentendido. Mire, yo vengo de la habitación 418, acabo de bajar ahora mismo de la habitación 418...
—Eso no es posible, señor ¿sería tan amable de indicarme su número de habitación?

sábado, 5 de diciembre de 2009

Hotel

—Buenos días, señor.
—Buenos días.
—¿Tomará café o té?
—Café, por favor.
—¿Leche?
—No, gracias.
—¿Además deseará?
—Huevos revueltos, por favor, y una tostada.
—Muy bien, señor.
—¿Tienen mermelada de... cómo se llama esa mermelada oscura?
—¿Mermelada de arándanos?
—¡Eso es! a-ran-da-nos.
—Oh, por supuesto que tenemos, señor.
—Gracias, señorita.
—Disculpe ¿sería tan amable de indicarme su número de habitación?
—Ah, por supuesto, la 416.
–Perdón, señor, pero en este hotel no existe la habitación 416.
—¿Cómo que no existe? acabo de bajar ahora mismo de ella.
—Disculpe, eso no es posible, este hotel solo tiene dos plantas, no existe la habitación 416.
—Pero... eh... mire, aquí en la llave pone...
—Perdone, señor, pero en esa llave no hay escrito ningún número.
—Pero, todo esto es un malentendido. Mire, yo vengo de la habitación 416, hace un momento aquí ponía 416, aquí, grabado, 4-1-6...
—Eso no es posible, señor ¿sería tan amable de indicarme su número de habitación?

viernes, 4 de diciembre de 2009

Satan tree

Se acerca inexorablemente la navidad. Los copos de nieve caen sobre los tejados, brillan las luces de colores en las calles, en los edificios y en el interior de los hogares. Los peatones se desean mutuamente paz y amor y las enfermeras del hospital Gardfiel de Washington, D.C. erigen, como cada año, un árbol en honor al mismísimo Satán.
«Ph´nglui mglw´nafh Cthulhu R´lyeh wgah´nagl fhtagn!»

jueves, 3 de diciembre de 2009

Venga libros

Atención, que si a usted lo que más le gusta de los libros es ir a las presentaciones en cuquilibrerías para ver de cerca el careto de los escritores de su ciudad, de paso reírles algún chiste literario y salir del evento con dos vinos y canapé en el estómago pensando que ha salido más cultivado y más cultural haga el favor de no mirar este vídeo, que se va a aburrir. O también, si es literato y lo que más le gusta de los libros es ir a presentaciones de libros y así de paso comerse la polla con otros literatos y hacer chistes literarios y todo eso que gusta a los escritores eventeros, no mire este documento, que no le va a aportar nada, pero ni miaja. Que lo estoy viendo como si lo hubiera parido, que en el minuto 3:00, cuando el operario está ahí pimba pimba con la maceta sobre las planchas, le va a dar con el puntero a la barra de abajo para ver si adelanta el vídeo, se le hace más corto y llega en un plis plas a la encuadernación y de la encuadernación a la presentación y firma de libros. Que no hay firma de libros, se lo aviso ya. Que no lo vea. Que no es necesario. Vivirá igual que antes si no lo ve y ese rato que se gana para realizar otra cosa, incluso se puede realizar a sí mismo si lo desea. Pero ojo, que si a usted le gustan los libros por otras razones, que lo primero que hace cuando compra uno nuevo es abrirlo y olerlo, que toca el papel, que mira la tipografía de cerca, que le busca el cosido... pues entonces no se pierda este precioso documento que ha dejado hoy Elradia en su blog El Quejadero 2.5, que es canelita pura de la buena.

martes, 1 de diciembre de 2009

Overseal 1900

Hoy es la foto más bonita del mundo. Mañana será otra, pero hoy, esta foto de Overseal es la foto más bonita del mundo. Oh, sí.

Que se cansan de ver la foto, pues se pueden poner el vídeo del gatico que hace así con las manicas, que dicen que está arrasando en internet el jodío.

domingo, 29 de noviembre de 2009

Otro sueño (II)

Un hombre entra por la mañana en una luminosa cafetería del centro de una gran ciudad. Es otoño, hace un día soleado y la luz penetra, muy blanca, por los ventanales, haciéndose sitio a través de las ramas recién podadas de los plátanos. Pide un café solo, posa el pie izquierdo sobre el reposapiés de la barra, el tacón del zapato choca con el metal y suena un «clin». Justo debajo del hombre, bajo sus pies, hay una misma cafetería, vuelta del revés. Justo debajo del hombre hay otro hombre igual que reposa el pie derecho sobre el reposapiés. Tanto arriba como abajo hay una camarera que sirve un café solo al hombre de la barra. El hombre que abre la bolsita de azúcar y vierte su contenido sobre el café solo viste un traje gris marengo; el hombre que vierte su contenido sobre el café solo de abajo es totalmente negro, parece que está enteramente lacado en negro. Así también la barra de abajo, la taza de café de abajo, la camarera de abajo, la cafetería de abajo, están enteramente lacadas en negro. A través del ventanal de arriba se ven coches y autobuses que circular, personas que caminan de un lado a otro. A través del ventanal de abajo solo se ve un sol rojo oscuro, ardiente, sobre un fondo de laca negra que se craquela y burbujea. En ese momento me despierto acalorado, bajo el cobertor hasta los pies de la cama, voy al baño y me lavo la cara con agua fría.

viernes, 27 de noviembre de 2009

Hoy, sin comas y con dos gorriones

Dos gorriones uno en una rama y el otro en otra y uno de ellos le dice que si sabes el chiste del tipo que va al médico y le dice doctor tengo un hueso fuera y el doctor le dice hágalo pasar.

jueves, 26 de noviembre de 2009

Que me voy a ver una exposición

Documento importante vía Marideliwes.
A Nueva York no, pero cerca. Cerca de casa quiero decir. Bueno, cerca, 37 kilómetros. Tampoco tan cerca.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

La letra feroz

Investigaciones neurológicas recientes han demostrado que en la parte izquierda posterior de la corteza cerebral existe una pequeña zona que reconoce el texto, las letras o sus partes. Se supone que esta área está especializada en el reconocimiento de información gráfica elemental.
Posiblemente, esta parte del cerebro sirvió en el pasado para producir otros estímulos, como siluetas de animales que se pretendía cazar o que suponían un peligro, y así permitir un procesamiento de los datos muy rápido durante actividades como la caza.

Gerard Unger ¿Qué ocurre mientras lees? Tipografía y legibilidad, Campgràfic, Valencia, 2009, p. 88.

Cambio Radical recibe el galardón PPT de la RATA

Reunida en sesión extrordinaria, la RATA ha acordado entregar el galardon PPT (Premio Pepito Teclados) al gran Harry Sonfór por «Su contribución al entretenimiento de las señoras mediante el blog Cambio Radical, su blog de confianza. Su facilidad y calidad de palabra encandilan a esposas y amantes permitiendo de este modo a los hombres gozar de una breve tregua en el hostigamiento diario a que son sometidos por ellas».
Y para que así conste se le hace entrega de este bitmap acreditativo, que lo disfrute muchos años.
(Discurso de la RATA del 24 de noviembre de 2009).

Ayer, 24 de noviembre, Cambio Radical, su blog de confianza, recibió un premio muy especial de manos de la RATA (Real Academia Tausta Antigua [de la Lengua]) a través de su blog formativo e informativo. De todos los premios recibidos, éste es el que más me ha llenado de orgullo y satisfacción, quizá porque es el último que me han dado; el que venga después, si además trae perricas, aún me llenará de más orgullo y más satifacción. No me gustaría extenderme demasiado para no cansar a los asistentes, tan solo me gustaría agradecer a la inmortal ciudad de Tauste, a los taustanos y en especial a la RATA este hermoso galardón, que que hoy luzco entre mis manos y que en un rato colocaré en el estante de los premios, pero que llevaré en el corazón hasta el final de mis días. Gracias, RATA.

martes, 24 de noviembre de 2009

Una visita a las 2:43 de la mañana

Así que entro de nuevo en la cocina y lo veo ahí, sentado frente a la mesa, con las manos sobre las rodillas, siguiéndome con la mirada.
—Así que sigues ahí —le digo.
—Hace frío afuera. Aquí el fuego de la caldera me calienta.
—¿Quieres algo? ¿un vaso de leche? ¿un poco de sopa?
—Perdí el gusto hace muchos años —me responde acariciándose el cuello de arriba a abajo, lentamente—, si pruebo algo ya no sé lo que es. No distingo ya los sabores. Todo me sabe a nada. Eso me llena de tristeza, de una nostalgia infinita, así que prefiero no comer. Gracias.
Se crea, mirándonos, un silencio largo, espeso. Aprovecho para sacar una rebanada congelada de pan del frigorífico y la meto en el tostador.
—Por cierto —dice volviendo la cabeza hacia mí— ¿Aún hacen esos sabrosos pastelitos de crema de arándanos en el obrador de abajo?
Le explico que ese obrador cerró hará más de ciento cincuenta años, que luego fue una mantequería, luego una sastrería, luego, hasta 1983, una tienda de ultramarinos y que actualmente es un bar.
—Es una pena —me dice, sonriente— eran unos pastelitos deliciosos.
Le contesto que sí, que es una pena. Ahora el café que dan es más bien malo.

domingo, 22 de noviembre de 2009

¿Llevas las llaves?

El cerebro, que funciona de maneras muy diferentes y muy extrañas, que tiene su lenguaje codificado simple y vago, que cuando pide zumo de naranja recrea una imagen de colores y de letras que como mucho es una especie de «zuranja» y le vale, y le funciona, que todo el cuerpo le lleva a eso, hasta la nevera a por el zumo de naranja, luego nos sale con códigos internos más formales, que si existiera un premio príncipe de asturias a la frase interior mejor construida, lo mismo que dan premios a los toreros, la frase sería «¿Llevas las llaves?» y, en ese momento, en un vuelo, las manos buscan, palpan, toquetean por los bolsillos delanteros y traseros de los pantalones, de la chaqueta, del chubasquero; rebuscan, miran en la bolsa de mano, palpan y repalpan buscando esas piezas de metal muescadas unidas por un aro entre la cartera, el tabaco, el mechero, los caramelos para la garganta, los papeles del banco, la factura de eléctricas que lleva una semana ahí, las tarjetas y tarjetones, esa hoja de publicidad, los celofanes del paquete de tabaco, los caramelos comprados en la gasolinera, el paquete de chicles y los chicles que se han salido del paquete, renegridos, sucios, desamparados y conscientes de su futuro (o bien acabo en la papelera o antes le hago la puñeta al dueño y me disuelvo entre todo lo que encuentre suficientemente sólido), los bolis y rotuladores, los medicamentos de uso rutinario, y, de pronto, aparecen, ni tan siquiera una llave entera, un pico de metal que roza la uña y que la uña reconoce (alabada uña). ¡Ahí están! Las llaves. ¿Llevas las llaves? Llevo las llaves. Así reviente el mundo, que llevo las llaves.

sábado, 21 de noviembre de 2009

Cyd

No podrán sacarle un fallo. Es Cyd Charisse, de panteraca.
Y se hacía las piernas con maquinilla de afeitar. Lo normal.
Bien guapa que está.

En la foto superior, Cyd de panteraca.
Sobre estas líneas, detalle de la foto de Cyd, de panteraca (clique sobre la foto para verla con más detalle).

Servidor, desde que se ha enterado de que Cyd, entre sesión y sesión de fotos, tenía que que hacerse las piernas como toda hija de vecina y que si le pasabas la mano de la rodilla al pie aún va que te va pero que si lo hacías del pie a la rodilla se oía «craquete-cret-craquete-cracket», se ha relajado y ha decidido que tanto culto al cuerpo no puede ser bueno y que en lugar de afeitarse la barba una vez cada diez días lo va a hacer cada veinte o treinta días, o incluso más. Vuelve el hombre lija.

jueves, 19 de noviembre de 2009

Daguerrotipo

La imagen es de Jean-Baptiste Sabatier-Blot (Francia, 1801–1881), en ella aparece su hija junto a una mujer, en 1850.
Un día alguien me querrá explicar por qué la gente retratada con cámaras de daguerrotipos se ven más vivas y más modernas que las fotografiadas con cámaras posteriores. Es posible que la instantánea no disponga del tiempo suficiente para hacerse con todo lo que roba el daguerrotipo.

PS: Y la respuesta no se hace esperar. Carlos Vertanessian nos escribe desde Argentina:

«Como apasionado al daguerrotipo y coleccionista, te dejo una explicación parafraseada de Walter Benjamin que se ocupó mucho de la temprana fotografía y el daguerrotipo:
Ningún daguerrotipo puede ser entendido como una imagen instantánea. El artista daguerreano no tenía los recursos técnicos como tomar al modelo por sorpresa. La pose debía ser deliberadamente elegida. El tiempo de exposición, variando desde dos a treinta segundos, hacia imposible cualquier intento que no fuera cuidadosamente estudiado y posado.
»Este impedimento, sin embargo, le daba al modelo la ventaja de vivir dentro del instante fotográfico. Mientras posaba calmo durante todo el tiempo de exposición el modelo crecía, por así decirlo, dentro de la imagen misma. Durante ese largo proceso afloraba la personalidad del retratado, su orgullo y su carácter. Se mostraba así como quería ser recordado. Las más logradas imágenes daguerreanas reflejan así, y de manera arquetípica, a toda una sociedad desaparecida hace generaciones».

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Y dale con Tarkovski

...la meta de las personas que en esa película [Stalker] se encaminan hacia la zona es una habitación donde se cumplirán sus más secretas aspiraciones. Mientras atraviesan el curioso territorio de la zona, rumbo a esa habitación, Stalker narra al escritor y al sabio la historia, real o legendaria, de Dikoobras, que llegó a aquel lugar ansiado pidiendo que su hermano, de cuya muerte él era culpable, volviera a recobrar la vida. Pero cuando Dikoobras volvió de la «habitación» a su casa, se encontró repentinamente enriquecido. La zona le había regalado su verdadero deseo íntimo, y no aquello que había pretendido desear. Por eso, Dikoobras se ahorcó.

Andrei Tarkovski, Esculpir en el tiempo, Rialp, Madrid, 2008, p. 220.

En la primera foto, Alexander Kaidanovsky en Stalker (1979)
En la segunda foto, The Large Turf, de Durero (1503)

Si además quieren ver la nueva muestra de cine independiente con un actor alemán al que le suenan los tacones, no tiene más que darle aquí.

martes, 17 de noviembre de 2009

Vinos aragoneses

Mi vinatero de confianza ha abierto un blog que sirve como apoyo a su página de venta online de vinos aragoneses y eso es siempre motivo para estar alegre. Y motivo para abrir en la cena una botella de las que me ha traído hoy al punto de la mañana y ponerme más alegre aún. Así que si luego de noche me da por escribir con las erres al revés, échenle las culpas al maestro vinatero. Ay, que no me decido, si la una, si la otra o si la de acullá. ¿Que no conocían la página de venta online y le siguen comprando el mismo vinarro de todos los días al de la tienda de abajo? ¿Pero en qué mundo viven? ¡Pero si eso está demodé! ¡Demodé y out!
Arkab, que si abro un Veratón o qué.

Guiso de ternera con patatas y guisantes

En la foto, Daniel Viscain con David Bowie en el vagón-restaurante del ferrocarril británico (Circa, 1973). Donde se demuestra que los músicos de pop-rock y los propietarios de sellos discográficos también comen ternera guisada con patatas y guisantes. Y su pan con mantequilla. Ya no se venden americanas así. Digo yo que te pones una americana así y de pronto te encuentras más contento. Ahí con sus brillos y sus reflejos. Son americanas alegres. Ojo, que estas americanas de la foto no se pueden meter en la lavadora, pero tampoco conviene meter una americana de ahora en la lavadora. La culpa de todo la tienen los forros y las entretelas, que encogen como les viene en gana. Estamos en el año 2009 y aún no se ha inventado una tela de forro que encoja igual y de la misma manera que el tejido de lana fría o el paño inglés. Solución: llevarla a la tintorería, que es ese extraño local que huele igual en cualquier lugar del mundo. Entras en una tintorería y te sientes como en casa, en el caso de que tu casa huela como una tintorería.

Complete Mitchum

Los acontecimientos me obligan. Anagadner* confiesa que es fan de Mitchum, y si lo dice Anagdner va a misa; lady in the radiator dice que le gusta el cropping de la entrada anterior, y si a lady in the radiator le gusta un cropping pues habrá que hacer más croppings; Gloria es laughtonguista fiel, y por ello tiene hasta un blog dedicado por entero a él (creo que es el ser humano que más sabe de Laughton en el mundo entero) y elradia, que se confiesa públicamente heterosexual en estos tiempos tan difíciles, dice que el Mitchum le pone. Pues hay que hacerlo. Aquí tienen la foto de Mitchum entera, sin cortes. Que no es su mejor foto, eso también.

*Que no le puedo poner enlace a Anagadner porque no tiene blog. Que me parece una injusticia, con la de cosas que podría contar. Pero que no tiene blog. Algo habrá que hacer. Una plataforma para que se abra un blog, una recogida de firmas o algo así.

sábado, 14 de noviembre de 2009

Un engendro monstruoso


Se trata de un engendro monstruoso fruto de una imaginación desquiciada... Rechazable en absoluto.


Nota de un censor español sobre la película La noche del cazador, basada en la novela de Davis Grubb y dirigida en 1955 por Charles Laughton, con Robert Mitchum, Billy Chapin, Sally Ann Bruce, Shelley Winters, Lillian Gish, Peter Graves, Evely Varden y James Gleason, en el libro La censura cinematográfica en España, de Alberto Gil, Ediciones B, Barcelona, 2009.
En la foto, las manos de Robert Mitchum en una foto promocional de la película con su característico tatuaje pre rapero. En los dedos de su mano izquierda leemos «TE» y en los dedos de su mano derecha, al revés, leemos «LO».

jueves, 12 de noviembre de 2009

Lugares recurrentes que aparecen cuando sueño

Una especie de paseo marítimo, con el mar a la derecha y una fila de casas bajas con locales abiertos en la planta calle. Entro en uno, bajando unas escaleras, en el que se venden sovenirs y objetos de inspiración marinera.

Una ciudad, que no me resulta desconocida. Subo por su casco viejo y callejeando descubro que toda la ciudad está ubicada a los pies de un enorme y escarpado risco que nunca había visto. Se hace de noche y hay fiesta en las calles. Subo por un sendero y veo la ciudad desde arriba, llena de luces, como si fuera en avión.

Ese mismo risco, de día. Subo por un sendero y en lo alto me encuentro con un viejo molino. Entro en él, está vacío salvo por unos pájaros que anidan y aletean por el techo. Salgo de allí y de pronto truena y se pone a llover como en las películas de Tarkovski. Las suelas de mis botas resbalan sobre la hierba mojada.

De nuevo, otro casco viejo, esta vez tiene aspecto castellano, o italiano. Hay una plaza cuadrada con porches que forman arcos Tudor. Es de noche y hay mucha gente en la calle, pues se celebra una especie de carnaval medieval con máscaras. La escena es muy cálida, pues está toda iluminada por antorchas. La gente baila y grita y hay una especie de actores vestidos de arlequines, como de Comedia del Arte italiana. Si me cuentan este sueño diría que qué sueño más jodidamente hortera, pero en el sueño no lo recuerdo así, es agradable, excitante. Salgo de la plaza con otras personas y llego hasta una plaza abierta en lo alto del casco. Es amplia, románica, de piedra gris con musgo y enredaderas. La luz es azul, pues amanece. Se oye el silencio y llevo un jersey gordo de algodón de color negro o gris.

Una plaza con una rotonda en el centro. Tiene edificios grandes que parecen embajadas y hoteles (o yo sé que son embajadas y hoteles). Circulan coches elegantes americanos de los años cincuenta, y la rotonda tiene palmeras y un jardín de estilo francés. Es verano y hace calor. Cerca hay unos porches y busco una papelera.

Una cafetería años setenta con ventanales. Para entrar hay que bajar unas escaleras metálicas con peldaños de madera. Las paredes están pintada en color marfil y tiene una especie de departamentos con mesas pequeñas y asientos tapizados de verde musgo. La luz es amarillenta y las mismas ventanas que dan a la calle están teñidas de un bonito amarillo yema de huevo. Miro a través de los ventanales y pienso que distingo mejor los detalles si miro a través de ventanales de color amarillo e ideo una rara teoría sobre el amarillo y la miopía. Llevo una chaqueta marrón de cuadros grandes.

Una playa de noche en invierno con un mar negro y picado que tiene una cabaña de madera en lo alto. Entro en la casa, que tiene una habitación pequeña de techo bajo, forrada en madera con una luz cálida. Hay mantas de colores y todo me gusta, pienso que todo lo que veo es muy sueco y me gusta y así se lo digo a la persona que me acompaña, que lleva un jersey de cuello alto y el pelo negro, liso y suelto. Hay un aparador con teteras y jarras de metal antiguas, pero que yo sé que están en uso.

martes, 10 de noviembre de 2009

Y sigue la moda de perretes fotografiados

El perro, como ser irracional que dicen que es, piensa que eso de abrir una alpargatería es de tontos. Una tienda de huesos gordos de ternera, una expendeduría de gatos cojos, una tienda de rosquillas, una salchichería, una tienda especializada en pelotas de goma, todo eso está más que bien, pero una tienda que no venda otra cosa más que alpargatas, y encima nuevas, solo se le puede ocurrir a un humano.
Nianankoro, en su blog, se une a la moda imparable de las fotos con perretes y aquí lo celebramos.
«¿Y una tienda de huesos de pollo?» Le digo al perro. «¿Una tienda de huesos de pollo? qué cosa más tonta acabas de proponer», me responde el perro mientras se va calle arriba.

Trigo Tierno

Que no hay cosa más grande. Es posible que lo hayan visto en el estante de su supermercado habitual: Trigo Tierno Nomen. Va en una caja de esas plastificadas, con muchos colores y sugerencia de presentación como de arroz thai, pero no es arroz, ni thai. Es posible que hayan visto el envase y se dijeran «puá, esto tiene pinta de ser una especie de trigo sarraceno de esos integrales que lo cueces durante una hora y se queda todo marronaco y gomoso y al día siguiente se lo pones al perro y a las dos horas tienes que llevarlo corriendo al veterinario de urgencias con la lengua morada y los ojos como pelotas de ping pong para que le arregle el atasco intestinal» o «esto va a ser uno de esos productos que me da por comprar cuando estoy depre, que lo pruebo un día y luego se queda ahí criando polvo y quitando sitio de los estantes de la cocina junto al cus-cus precocido grano fino que si te descuidas se convierte en pasta para lechar ladrillos, el bulgur turco de grano fino que se queda siempre esperando que se acabe el cus-cus bueno para ser utilizado porque no hay otra cosa en casa, la harina especial para rebozados, las lentejas naranja fosforito o esas pastas enormes de marcas perversamente italianas con atadijo verdiblanquirrojo que secas quedan muy bonitas en el bote de cristal transparente comprado en Ikea pero que cuando se ponen a cocer se rompen, se deforman y se convierten en mantas gordas paduana con sabor a harina cruda». ¡Pues no! El Trigo Tierno Nomen es lo más grande que hay. Es sabroso, con una textura y un sabor que recuerda a unos diminutos y primorosos ñoquis amasados y tostados por las manos de Eva Mendes tal y como le enseñó su abuela en el horno de leña de la casa del pueblo. Se puede utilizar para acompañar, como sustituto del cus-cus o del arroz, en ensalada y de muchas otras formas más, excepto como relleno de bocadillos o cruasanes. Vaya, que vale para casi todo. Es mi consejo de hoy. Por esta razón y por estas entradas no me aconsejan en los blogs culturales. Me la juego día a día, es mi natural aventurero. A lo que voy: que el Trigo Tierno Nomen es lo mejor que hay. Y encima ni conozco al señor Nomen ni me pagan ni nada. Todo gratis (pero que si los de Nomen me quieren mandar unas cajas pues vengan esas cajas). No hay cosa más grande: Trigo Tierno Nomen. Lo compran, lo prueban y luego me cuentan. Ojo, que luego si lo prueban, se enganchan, se pegan todo el día comiendo trigo tierno refrito y se me ponen como tres faletes juntos, no me vengan a reclamar; son hidratos de carbono, ya saben lo que hay. Con mesura. Es como el sexo, todo en su medida. Todo el día, todo el día, tampoco puede ser bueno.

lunes, 9 de noviembre de 2009

Bergman y el infortunio minifaldero

La moda en el peinado y el vestuario ilustra, en un plano superficial pero patente, la ligazón al tiempo. La diferencia entre una película ligada a la época y una película independiente de la época se puede medir evidentemente en el largo de las faldas, y sufro cuando veo ahora a Bibi Andersson y Liv Ullman, dos señoras maduras, aparecer en minifalda, de moda en esa época. Creo recordar que opuse una débil resistencia. Sin embargo, ante el doble poder femenino, desgraciadamente, cedí. El infortunio no se notó entonces, pero más tarde ha ido apareciendo inevitablemente como una escritura de tinta invisible.

Ingmar Bergman, Imágenes, Tusquets, Barcelona, 2007

Una entrada paramnésica anual

Hoy, 9 de noviembre, se celebra el día del Inventor en honor a Hedwig Eva Maria Kiesler, después conocida como Hedy Lamarr, la ingeniera en telecomunicaciones austríaca más guapa de todo Hollywood.
¿Que no se han preocupado por saber sobre la vida de Hedy Lamarr? no se la pierdan, es lo más grande que hay.