Otra mujer, llamada Eufemia, natural de Corriongo, en la diócesis de Milán, llevaba siete años poseída por el demonio. Los malos espíritus, según ella posteriormente manifestó, la atormentaban con especial saña los domingos y días de fiesta, y sobre todo durante la celebración de la misa. Sus familiares la llevaron ante el sepulcro de san Pedro Mártir, para ver si el santo la curaba, y en cuanto la posesa entró en la iglesia los diablos empezaron a agitarla aparatosamente y la obligaron a dar gritos y a decir:
—¡Mariola! ¡Mariola! ¡Pedrillo! ¡Pedrillo!
A pesar de la resistencia que oponía, sus parientes la acercaron al sepulcro del mártir y, al aproximarse a él, los demonios salieron de ella arrojándola al suelo y dejándola aparentemente muerta; mas, un momento después, Eufemia, cual si acabara de resucitar, se levantó por si misma completamente sana.
Vida de san Pedro Mártir, en La leyenda dorada de Santiago de la Vorágine, Alianza, 1995.
El grabado pertenece al libro Scelta d'alcuni miracoli e grazie della santissima nunziata di Firenze, Pietro Cecconcelli, Florencia, 1619.
viernes, 11 de septiembre de 2009
Unos demonios domingueros
Etiquetas:
fenómenos extraños fenomenales
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8 comentarios:
Pues le juro que no lo digo por molestar, pero esa ilustración tal parece una violación colectiva...
Pues no debe estar mal endemoniarte los domingos y fiestas de guardar.
-- ¿Por qué no vamos hoy a casa de mi madre a comer?
-- ¡Mariola, Mariola...!
Un chollo oiga.
¡Ah! que no me daba cuenta, enhorabuena por sus 46396 visitas (son las que tiene ahora). Se me pasó de largo su celebración.
Que cumpla muchas mas.
Oiga que sí, Helter, que es un grabado bien sórdido. En realidad, lo que parece menos peligroso son los tres demonietes que le salen por la boca, que más que demonios parecen haditas.
Escuche, Miguelgato, que la historia tiene su miga. Supongo que el demonio, que es muy suyo, lleva a decir a la endemoniada lo de Mariola como mote rídiculo para la virgen María; y Pedrillo por san Pedro. Es como si un día se le endemonia a usted algún conocido y en mitad de una misa se pone a gritar ¡Mikimichín, Mikimichín! Los humanos del siglo XXI, como estamos acostumbrados a los motes, pues no le damos importancia.
En eso estoy, Miguelgato, muchas gracias.
Pues a la Anunziata que está en la esquina superior izquierda también le salen cosicas volando por ahí. Pero a ella, ah, como es la Anunziata, nadie le dice que le salen demonios por la boca, seguro que a ella, ah, como es la Anunziata, le dicen que mira qué palomica más maja.
(A ver si va a ser que yo estoy endemoniada los lunes, y me da por meterme con la Anunziata, ah.)
(Por cierto, tiene usté una errata en el título que hace pensar en demonios que te salen como efecto secundario al comer migas.)
Madre mía qué errataza... Muchas gracias, Inde, acabo de arreglarlo. Madre qué errata.
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