sábado, 25 de octubre de 2008

Casandra, hoy se cumplirá la profecía

El hombre, sentado en una silla frente a la pitonisa, se rasca la rodilla con su mano derecha. Afuera, cuatro calles más abajo, dos perros ladran.
—Necesito saber qué me deparará el futuro.
Casandra mira el rostro del hombre. Mira sus ojos, del color de la aguamarina, que le devuelven la mirada durante unos segundos y luego saltan hacia un punto lejano de la habitación. Mira su nariz, angulosa, estrecha y larga. Mira su bigote castaño y descuidado. Primero el lado izquierdo y luego el lado derecho. Mira su boca, con los labios apretados y nerviosos. Baja con su mirada por la mandíbula hasta la barbilla, de la barbilla hasta su cuello; de su cuello a la nuez de adán, de la nuez de adán al cuello de la camisa. El hombre lleva un traje marrón oscuro, una desgastada camisa de algodón de color beige abotonada hasta el cuello, sin corbata. Su piel es oscura, como la piel de las personas que han trabajado duramente desde niños a pleno sol. Todo el hombre es de color marrón. Tostado, oscuro, todo él parece hecho de tierra, salvo sus ojos, que son luminosos, de un azul muy claro y transparente.
—¿Ve algo? —le dice el hombre. Y Casandra baja la vista y observa su manos, que ahora reposan extendidas apoyadas sobre la mesa. Son fuertes y grandes, oscuras y nudosas, como tallas de madera.
—Encontrarás una mujer maravillosa, que llenará tu hogar de amor y te dará dos preciosos hijos.
—Perdone, pero me cuesta creerle —le dice el hombre—. ¿Sabe? la vida no ha querido que tuviera mucha suerte.
—La tendrás —le dice Casandra, mientras se retira el pelo de la cara— No hace falta que me creas. Así será.

6 comentarios:

Yahuan dijo...

y esa mujer maravillosa se llama Casandra?? Hombre, así es todo más fácil

Harry Sonfór dijo...

Bueno, es más fácil según se mire, Yahuan, que llamarse Casandra tiene sus inconvenientes. Imagine que desde siempre tiene usted premoniciones y nadie la cree. Dice que mañana ganará el Barça y no la creen. Que mañana va a llover y no la creen. Es muy angustioso eso. Paco Rabanne sufrió de ese mal hace uns años, que decía que iban a bajar los marcianos a París e iban a acabar con toda la ciudad. Hasta cerró tiendas de la ciudad. Al final no bajaron los marcianos, o al menos, si bajaron, no hicieron semejante estropicio. El hombre al final se encarriló y su último anuncio va de un tipo que cada vez que chasquea los dedos consigue dinero, coches, fama, mujeres y un de todo. Es un insulto a la inteligencia de los seres humanos en crisis, pero igual vende más el jodío.

Anónimo dijo...

Esta entrada ha quedado preciosa, Harry. Y parte de su encanto es lo que se intuye pero no se dice, lo que motiva la predicción, tal vez ternura, tal vez mera compasión ...
OE, predictor gafado.

Harry Sonfór dijo...

Muchas gracias, OE. Oiga, pues será muy preciosa pero mire qué pocos comentarios que ha tenido. Yahuan y usted. Para una vez que me pongo más blando que la mierda pavo a ver si enternecía a los lectores y nada. El público quiere vísceras y sexo. Bueno, pues las tendrán.

...La Señora Mayor dijo...

No haga caso del público, sabio Sónfor.


Esta entrada es magnífica, y haría un escaso favor a la humanidad si se desprende de la necesidad de guiar sus pasos por estos caminos ásperos y solitarios para muchos, pero jugosos para otros.

Usted haga lo que le salga del moño, y si tiene pocas entradas qué le vamos a hacer.

No caiga en el mundo del share, que puede usted sufrir mucho.

El lado oscuro está lleno de hombres que se preocuparon por los pocos comentarios que suscitaron.

Desde la oscuridad de su batcueva, su amigo y seguidor fiel.

Angela Lansbury

Harry Sonfór dijo...

No se preocupe, Señora mayor, que sólo me quejaba para picar a los lectores, que el share por el momento no me quita el sueño. Bueno, el rating sí que me preocupa, pero eso es ya cosa vieja, que de niño me tuve que poner a jugar al fútbol para incrementar el rating, así que imagínese.
Suyo siempre