«Me quema la cabeza», me dice, y yo empapo el blanco paño de algodón doblado en cuatro, a modo de compresa, en la tina llena de agua con hielo. Cuando coloco el paño sobre su frente se torna tibio, templado, y el vapor caliente, sofocante, sube hasta mi garganta. «Veo colores alegres y vibrantes que muestran el principio y el fin de la humanidad en unos pocos segundos», me dice. «Estás delirando», le digo, «debes descansar». «Hay un hilo muy fino que nos une con la tierra, nos une y nos tira hacia adentro; es un hilo muy fino, de oro precioso, que clama su tributo», me dice. «Descansa, por el amor de dios; no hables, debes descansar» le digo. Le ato compresas frías en las muñecas y en los tobillos y enjuago su pecho desnudo con un paño limpio. El sol de la tarde entra por la ventana y llena toda la habitación, las sábanas, los muebles, las paredes, las baldosas del suelo, de un intenso color dorado. «En menos de media hora vendrá la tormenta, borrará las sombras y lo teñirá todo de gris», me dice, «El cielo se torna en un gris luminoso teñido de rosa antes de la tormenta, cuando las sombras se borran y todo se ve con claridad, ese gris vuelve loca a la gente y camina por la calle como si fuera el día del fin del mundo», me dice. «El día del fin del mundo sucederá en una vía grande cortada para el tráfico porque se va a celebrar una gran fiesta. Las personas que caminan por allí no saben que será su último día, pero se sentirán raros y grises y caminarán como perdidos. El cielo se llenará de nubes muy oscuras y todos se preguntarán qué es lo que sucede. Les dolerán los pies en sus zapatos y la ropa se volverá áspera lija sobre su piel bajo un calor sofocante». «Irán cayendo, uno a uno, sobre el asfalto y los adoquines, con sus trajes de trabajo, con sus bolsas de la compra, como dormidos, descansando, casi parece que felices o complacidos. Las frentes de unos descansarán sobre los vientres de otros a los que nunca conocieron; en una esquina, los labios de dos amantes desconocidos sellarán un beso eterno, ay, sus cabezas coincidieron en la caída y ahí quedaron, tan hermosos. En los campos, las reses caerán sobre la hierba como odres viejos y el sol lo teñirá todo de un espléndido color dorado. ¡qué hermosas siento sus pieles vibrantes a la luz del sol ahora que sé que no volveré a verlas! ¡qué hermosos los campos de trigo! ¡qué hermosa el agua que corre en su cauce, sin memoria, lamiendo las piedras comos si fuera la primera vez que las encuentra a su paso! ¡qué hermoso veo todo lo que el hombre ha creado y ha destruido! ¡Qué hermosos los pájaros que cayeron de los árboles como frutas maduras! ¡que hermosas tu manos! ¡qué hermoso tu rostro, que me mira, ahora que lo miro, tan lindo, por última vez».
sábado, 11 de julio de 2009
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16 comentarios:
Yo más bien creo que el fin del mundo será cyan. Los elementos diversos perderemos nuestro color original hasta volvernos blancos-blancos-blancos y el gran manto cyan se sobreimprimirá creándonos un filtro de desenfoque gaussiano progresivo hasta desaparecer, engullidos por una opacidad al 100 x 100. ¡ja,ja,ja!
Bueno, una pesadilla la tiene cualquiera...
tenía yo curiosidad por saber cómo sería el fin del mundo, supongo que sucederá cuando yo me muera (refrán árabe, creo que es, el mundo se acaba con mi muerte, dicen): aunque queden los demás con sus mundos particulares
¡Bienvenida, lanca!
¡Oh, Harry, qué bonito esto! ¡Oh, Harry, hágame suya!
Ay, ay, eso quería oír. Gracias, gracias.
Cuando escribe así de bonito se nos hace a todas el chichi pesi-cola.
Cuando escribe así de bonito se nos hace a todos la pimporrilla pesi-cola. [Dios Mío, creo que soy más falso que un «amigo» en el Facebook. Perdóneme, padre].
Pero que las da Harry, ¿Qué las daaa??
Es usted una especie de gigoló literario.
Enséñeme su secreto pol favooool!!!
Jo, que chulo...y que pena..¿o es miedo?
Pelotas más que pelotas! :)
Creo que el fin del mundo es de color negro, del color que ves cuando cierras los ojos
Oiga, que yo creía en el día del fin del mundo las vacas darían leche agria y los ríos se teñirían de rojo con sangre, y el espíritu de Errol Flynn vendría a castrar ternáscos con sus dientes.
Oiga, Arkab, que si se refiere a la pimporrilla tamaño coca-cola de 2 litros o qué.
oiga Koldo el proverbio árabe que cita creo que exactamente es "A un palmo de mi culo fuego"
Oiga Koldo creo que la cita exacta es "Aun palmo de mi culo fuego"
Saludos.
En mi fin del mundo habrá las personas que he querido, de eso estoy segura. A lo mejor me acuerdo de algún blog. Joer, qué putada: ¿y habrá despues del fin del mundo algún blog?
gracias por la aclaración, retor!
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