lunes, 7 de abril de 2008

Lo literaturizable


El circo es literaturizable. Funciona mucho mejor como falso recuerdo imaginado, como pensamiento abstracto, como ilustración o como texto que como hecho vivencial. El circo como hecho vivencial tiene ese algo sórdido que queda bien en las novelas y en las películas pero que en directo pone más bien nervioso. Si me preguntan que si me gusta el circo les diré que creo que no, pero que, puestos a pedir, que no lo cambien. O bien, que sea como el circo de siempre, con sus trapecistas, sus domadores, sus payasos y con esas señoritas que hacen posturas con aros suspendidos en el aire, pero que no se preocupen por sacar nuevos números con imitaciones de los personajes de la tele que están de moda en la actualidad. Recuerdo que me tocó ver en un circo en directo un número sobre el «Comando G» y a partir de ahí ya no me gustó el circo. Lo que más asusta de la magia del circo es cuando no la encuentras por ninguna parte. Para perder la magia no hace falta ir al circo, a veces sucede esa sensación mala de estar en un bar y notar de golpe que te encuentras en una habitación grande con música, luces y mucha gente. La magia de los bares suele irse cuando te fijas en las paredes. Mala cosa. Yo creo que perdí la magia del circo cuando me preocupé por pensar cómo eran los acróbatas que había dentro de los trajes de «Comando G», cómo serían los camerinos de las roulottes, qué comerían los animales, si el cura del circo iba con sotana y cómo se las apañaban los profesores de los circos para enseñar EGB a los hijos de los circenses. También hay música literaturizable que luego pierde cuando ves la actuación. Tengo un recuerdo bonito de ir en un taxi por la ciudad con la radio a todo meter sonando If you leave me now de Chicago. Oigan, estaba atardeciendo, caía una lluvia fina en el centro de la ciudad pero el cielo estaba luminoso y veraniego, y la gente caminaba al ritmo de la canción. Eso era magia, cursi, sí, pero magia auténtica. Luego ves el vídeo de 1976 del youtube con el cantante interpretando el tema con ese pelazo rubio y la magia se pierde, al menos hasta que coincida de nuevo con ese taxi que sonaba bien en esa calle y con la gente caminando y llevando el ritmo a la vez. También los asesinatos son literaturizables, pueden quedar bonitos en una película pero luego verse con un cadáver a trozos en casa tiene que resultar poco agradable. También, la ópera es literaturizable, también el ballet clásico. También. El ballet sobre hielo con patinadores vestidos de animales de Disney no es ni literaturizable. Es muy odioso.

En la foto: elefante circense abriendo la ventana del dormitorio donde descansa la señorita Mary S. Higgins, momentos antes de despertarla y provocarle un terrible susto que derivó en fobia histérico-aprensiva a los elefantes hasta el final de sus días. Circa, 1910.

20 comentarios:

Helter dijo...

Que había yo pensao, si no es molestia, si podría usted hacerme una listita de cosas literaturizables, que a veces no sé qué escribir ni por dónde coger las cosas y así me sería más fácil. Ojo, si no le importa, ¿eh? Ojo, si tiene tiempo, ¿eh? Ojo, que si se quiere guardar algún tema para usted, pues no lo ponga en la lista y ya está, ¿eh?

Trikki dijo...

Caramba, están ustedes en todo, que pedazo de logo.

¿Conoce usted al arroz a banda Harry?.

Al hilo de la entrada, creo que todo es literatulizable, sobre todo visto por sus ojos, esa es la diferencia creo, ver lo que los demás somos incapaces de ver subidos en un taxi.

Badil dijo...

Topsi era una elefanta constructora. Con sus tres toneladas de peso había ayudado a levantar algunas atracciones del Luna Park.
Mató a uno de sus entrenadores, que era alcohólico y la maltrataba constituyendo un caso claro de violencia de género. De género , por el sexo de la elefanta y del género tonto por la diferencia de tamaño.
Los dueños del parque decidieron darle un “escarmiento” (¿para que el resto de elefantes entendiera?) y la condenaron a muerte. La iban a colgar pero las sociedades protectoras de animales protestaron por la crueldad y para ahorrarle sufrimientos decidieron electrocutarla . Y para hacerlo como Dios manda contaron con la ayuda del Sr. Edison que por el futuro de la ciencia lo filmó.
http://historiadelamedicina.org/blog/2007/01/04/edison-preparo-una-silla-electrica-para-la-elefanta-topsy/

Harry Sonfór dijo...

Sí que conozco el arroz a banda sí. Incluso una vez, cuando comía pescao compré morralla en el mercado, que me dijeron que era para eso. No sabe usted qué drama en casa, que si uno de los peces era como una cinta pequeña, que si otro pez era igual que Nemo, que si el otro era un pececito rojo con ojos saltones que parecía que me miraba... total, que creo que no se hizo el arroz a banda.
¿Que si tengo niños en casa? no no, si el drama con los peces lo monté yo, que soy más blando de la mierda pavo.

Helter dijo...

Ese vídeo nunca he querido verlo, y sigo sin querer.
Creo que es una ley no escrita de los circos y los zoos que cuando un animal se carga a alguien, se le sacrifica, por mucha defensa propia que haya. Y decimos que los animales son ellos.

Badil dijo...

Helter,puede mirar el enlace sin miedo que cuentan el suceso en serio y el vídeo no sale directamente, puede completar la información sin necesidad de ver las imágenes

david dijo...

El culpable de mi deserción del circo fue el inigualable Angel Cristo. Era una tarde de otoño, acabadas las fiestas. La entrada era más barata y todos los miembros de la compañía, incluidos los leones, estaban como desganados. El buen señor Cristo intentaba mantener el tipo, con grandes aspavientos, pero era inutil. Para entonces el público ya se había dado cuenta de que olía a orines de tigre.

Harry Sonfór dijo...

Jopetas, David, pues su desengaño con el circo también es terrible. ¿Cree usted que es mejor hacer saber a los niños que el circo es un sitio de mucho miedo y hacer lo imposible para que no vayan o, lo contrario, llevarlos cada vez que lleguen a la ciudad para crearles un trauma y que se desengañen por sí solos? ¿Los libros ilustrados con escenas de circo amables y románticas con payasines felices y caballitos trotones con bailarina encima deberían pagar un plus por peligrosidad en la mente infantil?
¿Cree usted que deberíamos hacer lo mismo con los libros infantiles en los que aparecen enanitos sobre setas alucinógenas?

Arkab dijo...

¿Y el curling, Harry, es literaturizable el curling?

¿Y el asesinato por envenenamiento introduciendo cianuro en el sirope de arce de su sandwich al capitán de la selección canadiense en un campeonato mundial de curling en Hawaii, sería literaturizable?

Harry Sonfór dijo...

El curling es literaturizable, Arkab, con un cuarto y mitad de ingredientes como los que usted indica. Lo de ponerle cianuro en el sirope de arce es, como poco, peligroso, pues se puede coscar por el sabor. Lo mejor es echarle el cianuro en el chupito de Frangélico, que como sabe igual, no se nota. Leche, aquí dando ideas. Bueno, que se nota menos que en el sirope de arce pero se nota. Y luego en la autopsia sale igual, ojo.

david dijo...

Bueno, no todo el circo era malo y yo recuerdo a los hermanos Tonetti, a los que vi ejecutar el número del coche loco que iban despedazando, como payasos muy salvajes y graciosos... Eran los años setenta, antes de que se arruinara el circo Atlas y el Tonetti listo se suicidara. Después de ver a estos los payasos de la tele me causaban gran rechazo, sobre todo Miliki, que ya apuntaba maneras. El problema es lo cursi y hortera que se ha vuelto el circo. No hay más que ver el circo del Sol o cosas de estas.

Arkab dijo...

Ése licor, el Frangélico, es justo el nexo de unión entre el curling y la décimosexta mancha de Buñuel. Por cierto, ¿qué no me ha visto que he encontrado la undécima?

Harry Sonfór dijo...

Oiga, sí, que lo vi y me fui corriendo a buscar al autor y salía hasta el pdf y todo. Estuve leyéndolo un rato. Si usted se lo lee entero, con toda la información que hya sobre Buñuel, ya se le puede entregar el título de aragonés o, aún diría más, de aragonés.

Badil dijo...

Que ando con un poco de lío y no le había dicho nada, Arkab. Muchas, muchas gracias. Después de haber imaginado las otras manchas ya no podía una dormir pensando en la undécima. Y he estado buscando la masada del vicario a ver que coño había pa ver, y como no la he enconrado no se si se vería el monte calvario de Calanda, el embalse, la terraza de alguna casa,el camino a Valencia o una urbanización de nueva construcción, que por algo D. Luis era un adelantado.
Y naturalmente ya es ustéd oficialmente turolés, digo turolense.

Helter dijo...

A mí con el circo me pasa lo mismo que con Abba, que no puedo con él.
De pequeña en casa me miraban raro, que me llevaban porque creían que me gustaría y más que nada me angustiaba, esos acróbatas haciendo siempre lo mismo, esos leones que les tenían que currar pa que reaccionaran porque iban más que colocaos, esos payasos patéticos, esos perros disfrazaos de persona humana...

Trikki dijo...

No me digan ustedes que no guardan ni un mísero buen recuerdo de los payasos de la tele, ese mudito Emilio Aragón (si hubiera seguido asi...), ese Chinarro, esa mezcla de blanco, negro y gris que pasó a ser rojo en poco tiempo, Gaby, Fofó, Miliki, Fofito y esas pegadizas canciones en las que Susanita, tenía un ratón chiquitín, y Ramón chutaba de lo más fuerte para ser un campeón.¿A ustedes no les han cantado sus hijos eso de que en el coche de papá nos irémos a pasear?(un poco antes del "cuantoo faltaaa").

Vamos señores, no me sean agonías y crean en la magia del circo de nuevo. Crean en el cine de aventuras, no busquen la salsa de tomate, crean en el cine de (des)amor aunque en titanic Leonardo Dicaprio más que un pintor bohemio, les dé la imagen de recien salido de maitines, por que si no es asi... perderán la ilusión y la visión del niño curioso que siempre nos debe acompañar, por muy mayores que seámos.

Ahora se atreverán a decirme que no creen tampoco en los reyes magos.

Harry Sonfór dijo...

No, no, si yo conservo la visión del niño ese perfectamente, la misma que cuando vi por última vez un espectáculo de circo en directo.

Anónimo dijo...

A VER, NO NOS LLAMEMOS A ENGAÑO: EL CIRCO HA TRIUNFADO!!!
sobre todo, fuera de las pistas, eso sí
los payasos ya no son miliki y fofito ni siquiera charlie rivel
los acróbatas diseñan cada día espectaculares piruetas en loas pistas de skate de todas las ciudades
y como han prohibido la caza de leones, nos conformamos con otro tipo de caza, pero el concepto de circo como espectáculo ha triunfado más allá de sí mismo, muriendo en su propio triunfo el circo, triunfando circos crepusculares como el circo del sol (qué bonito eso del western crepuscular, je), etc.
y yo creo que alguna vez fui a un circo, pero la verdad, ya no me acuerdo, a lo que colijo que el trauma, mi trauma, tiene que venir de otro lado
es un suponer de k

Harry Sonfór dijo...

Pues es una puñeta que en este blog no se pueda hablar de nuestros sentimientos hacia el Circo del Sol, que es que entra mucho canadiense y se no pueden enfadar. O sea, que si decimos que si tal que si cual, que qué números más ñoños hacen los del Circo del Sol; que si para qué los llevan a la Expo si para lo que hacen sale mejor contratar a cincuenta señores de esos con rastas que hacen acrobacias callejeras en las fiestas patronales, ponerles cuatro focos gordos con filtros de colores y meterles de fondo un disco de la Enia mezclao con otro de esos de monjes tibetanos y sale un espectáculo igual de agradecido y seguro que más barato. Que yo por mí, mire, cogía a los del circo del sol y les metía un petardo por el culo a cada uno y así se les quitaban las ganas de ponerse mallas de colores y de pintarse como monas de por vida, pero que le digo que eso no se puede decir en este blog, que aquí entra mucho canadiense y se pueden enfadar.

Helter dijo...

A mí el circo que me gustaba de verdad era el romano, con sus cristianos y sus leones y sus gladiadores. ¡Qué tiempos aquellos!