martes, 7 de diciembre de 2010

La Moisson



Viens faire la moisson de mon cœur
De mon cœur, de mon cœur
Tu récolteras le bonheur
Le bonheur, le bonheur

Et par les champs de blé
Sous le soleil d'été,
Prends-moi par la main
Apprends-moi l'odeur des foins coupés
Apprends-la-moi jusqu'au matin

Car, si tu veux, je te donnerai tout
Tout ce que je peux donner
Mon tablier, ma ceinture dorée
Tu n'as qu'à le demander

Viens faire la moisson de mon cœur
De mon cœur, de mon cœur
Tu récolteras le bonheur
Le bonheur, le bonheur

Meunier, meunier, tu dors
Mon amour va trop fort dans la nuit d'été
Il a passé à mon doigt
Un anneau de bois, de bois d'olivier

Il m'a dit qu'il n'aimerait plus que moi
Et que l'hiver peut venir
Même si les blés sont morts sous le froid
Je saurai le retenir

Avec la moisson de mon cœur
De mon cœur, de mon cœur

Je lui donnerai le bonheur
Le bonheur, le bonheur.


Marie Laforêt, La Moisson, 1966

«Porque, si quieres, te voy a dar todo
Todo lo que puedo dar
Mi delantal, mi cinturón dorado
Solo lo tienes que pedir
»

Marie Laforêt, más guapa que nunca, en una grabación para la televisión suiza, dice que lo da todo, ahí, tumbada en el campo de trigo. Y mientras, Lichtenberg procrastinando, riéndose de un gato joven.

13 comentarios:

Mis adarmes dijo...

¡Qué ojos! ¡Qué cosechón de aforismos!
Señor Harry, veo que no hay controlador que detenga sus vuelos.

Javier de la Iglesia dijo...

A veces supongo que Lichtenberg también tendría que corregir exámenes infinitos, más o menos como le pasa a un servidor en estos momentos y entonces «procrastinaría» a base de bien en la interesante tarea de entretener niñitas ¿o, más bien, sería en la del laboratorio? En fin, la que fuera. O, como le digo a un amigo, hace unos segundos:«no voy a librarme del paquete en una buena temporada porque observo que se reproducen como alienígenas: de cada hoja que leo y califico nacen nuevas; las listas de alumnos se van inflando de especímenes desconocidos subrepticiamente...»
Y no lo digo muy alto no vaya a ser que me apliquen «el estado de alarma»...

Gloria dijo...

Ay, que tiempos aquellos de antes de la MTV!

Realmente el MTVideo mató a la estrella de la radio

Javier de la Iglesia dijo...

Ya se he puesto una coseja nueva. Que no se diga...

El Ente Dilucidado dijo...

Huyyyy... Marie Laforet...

No viene a cuento, don Harry (bueno, sí... pero por los pelos), pero hace una semanica me llegó de Amazon una delicia francesa de 1965 o 1966, una película para televisión con Anna Karina (y sus dientecicos afilados de vampira) y el enorme Serge Gainsbourg.
Ah... Y de regalo sale Marianne Faithfull (cuando era una de las mujeres más guapas del mundo). Se titula Anna. Una cosa preciosa, llena de canciones pop francesas, colores maravillosos (de ésos que sólo se hacían en 1965 o 1966) y un argumento que no tiene la menor importancia.
Está en gabacho, y sin subs, pero a mí me da igual. Es tan bonito oirles hablar y cantar en francés aunque no entiendas lo que dicen (en mi caso, digo... Yo no tengo ni papa de franchute).

Anónimo dijo...

Ya sé lo que pasa aquí, que le cantamos a los campos porque no estamos en Alemania... con esta nieve y este frío, ¿quién se acuerda de las mieses y de los retozos bucólicos?

Gruñona me pongo, don Harry…

Harry Sonfór dijo...

Ojo, que yo creo que la mejor Laforêt es la de este vídeo, Mis adarmes, que luego la veo en otros y no... vaya, que no... que no es lo mismo...

Harry Sonfór dijo...

Lo gordo, Javier, es que el gato joven del que se reía Lichtenberg era igual el mismo gato gris que veía Schopenhauer y que pensaba que era el mismo gato de hace quinientos años, que a su vez citaba Borges. Si es el mismo gato, tiene mucho que contar.

Harry Sonfór dijo...

No se queje, Gloria, que en su ciudad llevan racha buena de estrellas, Primero el papa y luego Lady Gaga. Un no parar.

Harry Sonfór dijo...

Maldita sea, El Ente, ¿tiene esa película en que sale Anna Karina cantando Roller Girl con gafas redondas y camisa color mandarina y que Serge Gainsbourg parece Juan Carlos Ortega en «La mitad invisible» pero sin flequillo? ¿Y cuántas farolas hay en la vereíta verde entre su casa y la mía?

Harry Sonfór dijo...

Pero si el otro día nevó aquí, A princesa, sin ser Alemania ni nada. Nevó y se me helaron los chitos del limonero, los geranios y hasta la planta del Comaandante que Badil dice que no hay un dios que acabe con ella. Pues se heló. Otra cosa es que vuelva a salir, ojo.

Gloria dijo...

Pues no le diré que no... Aunque lo del papa fué un poco molesto, que tiene unas groupies muy folloneras

Anónimo dijo...

Aprendi mucho