Bess Houdini (de soltera, Beatrice Rahner), esperó durante diez largos años que su fallecido marido, el escapista y mago húngaro Harry Houdini, se apareciera de alguna manera para revelar ante todo el mundo la existencia del más allá. Antes de su muerte a causa de una peritonitis, provocada por el golpe en el estómago que le propinó el boxeador universitario pelirrojo William Lances, Harry Houdini había ideado un código de diez palabras, extraídas de una carta del escritor y crédulo espiritista Arthur Conan Doyle, palabras que sólo conocía ella. Harry Houdini tan sólo tenía que comunicarse por boca de un médium, o a través de la escritura automática o de la forma que fuera. Lo importante: que se revelaran las diez palabras secretas. En todo ese tiempo ninguno de los médiums lo consiguió, así que un 31 de octubre de 1936, diez años después de la muerte de su marido, Bess Houdini celebró una última sesión de espiritismo y, según el resultado, los médium comunicaron lo que habían dicho los anteriores: oscuridad, camino, amor, querida, felicidad, recuerdo, alma, acompaño, dulce y espíritu o algo parecido (los médiums no saben que son, en realidad, poetas, por la cantidad de veces que repiten unos y otros las mismas palabras). Así que, finalizada la sesión, Bess Houdini se levantó de la mesa y apagó la vela que mantenía encendida desde hacía dos lustros junto al portarretrato con la foto, ya ahumada, de su marido y dijo: «Diez años son suficientes para esperar por cualquier hombre», que no me negarán ustedes que no es una frase buena. Yo imagino que, momentos después, la menuda Bess Houdini despachó de la casa a los médiums y demás curiosos, se sirvió una copita de kirsch, puso un disco, se quitó los botines y bailó sola un foxtrot muy alegre, que en aquellos tiempos hacía furor. Pero tal vez no fuera así. Sí es verdad que en ese momento Harry Houdini se lamentaba en silencio por la pandilla de médiums falsarios y mal comunicadores que había en Michigan y se decía «joder, sólo me espera diez años, con lo que he sido».
sábado, 6 de diciembre de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
7 comentarios:
Qué foto mas buena de la señora Houdini, contrasta con estático y los serio de las fotos de la época, que salen todos mas tiesos que un ajo... Tuvimos una pequeña incrompensión en el post anterior, y pensaba yo que era usted el que no quería, pero si resulta que si... Que me pierdo, decía que me pase por el blojsss de Cardiel y que ví el nombre de Arkab justo debajo del de Antón Castro y que me dió cosica, con lo que quiero yo al Arkab....
Por cierto, yo no espero 10 años ni harta de "mazapanes" (mazapanes : Diazepanes, bromazepanes.... ....zapanes, en general)
Houdini diría talbién algo así como: Ya verá cuando nos veamos los dos las caras a este lado... A ver quien espera a quien
A lo mejor Houdini desde el cielo decía "¿pero no eran esas las palabras que quedamos? Es que se me han olvidado, con la de cosas que tengo yo en la cabeza como para acordarme de 10 palabritas."
Qué de cosas habrá pensado en esos diez años: qué de noches esperando que un fantasma se aparezca: que Harry se escapara de la muerte, haciendo un nuevo número de escapismo.
Muy bonita entrada, Harry.
Don Eric Weisz (uséase) dedicó buena parte de su vida(al menos los diez últimos años) a ejercer de azote y fustigador de espiritistas y teósofos. En serio. Una especie de padreapeles riñendo con la Aramisfuster en un programa de telecinco en 1996 pero de verdá.
Era una especie de cuestión personal.
No ganaba nada con ello (ganar... lo que se dice ganar, ganaba con sus espectáculos de escapismo. Que debían de ser cohonnudos).
Yo creo que la contraseña que guardaba con Bess fue su último golpe de efecto. No como escapista, sino como padreapeles contra aramisfuster. Una forma de poner en evidencia el espiritismo.
De hecho, pienso que si de verdá un medium hubiese conseguido ponerse en contacto con su espíritu (ejem, ejem), el jodido de Houdini habría transmitido mal el código a mala leche...
Sólo por joder y por ser consecuente consigo mismo.
Vamos, es una opinión.
Don Eric Weisz (uséase) dedicó buena parte de su vida(al menos los diez últimos años) a ejercer de azote y fustigador de espiritistas y teósofos. En serio. Una especie de padreapeles riñendo con la Aramisfuster en un programa de telecinco en 1996 pero de verdá.
Era una especie de cuestión personal.
No ganaba nada con ello (ganar... lo que se dice ganar, ganaba con sus espectáculos de escapismo. Que debían de ser cohonnudos).
Yo creo que la contraseña que guardaba con Bess fue su último golpe de efecto. No como escapista, sino como padreapeles contra aramisfuster. Una forma de poner en evidencia el espiritismo.
De hecho, pienso que si de verdá un medium hubiese conseguido ponerse en contacto con su espíritu (ejem, ejem), el jodido de Houdini habría transmitido mal el código a mala leche...
Sólo por joder y por ser consecuente consigo mismo.
Vamos, es una opinión.
Incluso hay una teoría que dice que a Houdini no se lo cargó el boxeador, sino los teósofos con veneno, que estaban hasta el gorro de que les cuestionara y mostrara todos los trucos el jodío. En todo caso, yo lo que no le perdono es que se liara con Catherine Zeta-Jones mientras la señora Bess le esperara en casa pensando que estaba de trabajo. Ojo, que si se te pone Catherine Zeta-Jones ahí en jarras... tampoco sé quién tiene suficientes arrestos como para decirle que no. Así está la cosa.
Publicar un comentario