Cuando el Altísimo creó a todos los animales dio vida también a un buen número de ácaros y, entre ellos, a las garrapatas. Y dio el Altísimo utilidad a cada uno de los animales, a las ovejas les dio la utilidad de dar lana, carne y leche; a las laboriosas abejas, la capacidad para fabricar miel y cera; a los zorros y demás animales de pelo bonito y largo, su piel para proteger del frío a las concubinas y a las mujeres de clase alta; a los perros pequeños, su capacidad para entrar en las madrigueras para cazar a los animales que viven en las madrigueras y para calentar los pies de los durmientes; y así, uno por uno, a todos los demás animales les dio muchas utilidades muy valiosas para el hombre.
Cuando el Altísimo llegó a la garrapata, ésta le preguntó:
—Señor, he visto que has dado muchas y muy valiosas utilidades a todos los animales ¿qué queda para mí?
Y el Altísimo le contestó:
—A ti, garrapata, te ofrezco el don para que puedas pegarte meses sin comer, agarrada a una rama y no mueras de hambre, pues te haré paciente. Y así podrás esperar y esperar hasta que otro animal pase por tu lado, tú te dejes caer sobre su cuerpo, te enganches y te hartes de sangre hasta que no puedas más y te desprendas solo cuando te encuentres totalmente harta y gorda como un odre lleno.
—Perdona, Señor —dijo la garrapata—, pero no veo mucha utilidad en todo eso.
—Tienes razón —respondió el Altísimo—, que serás animal de poca utilidad, pero como compensación, te hago entrega del don para que puedas transmitir la tularemia, la fiebre botonosa mediterránea, la enfermedad de Lyme, el tifus, la fiebre de las Montañas Rocosas, la neningoencefalitis, la hepatozoonosis canina, la enfermedad de Kyasanur, la fiebre del Colorado, la babesiosis, la fiebre bovina, la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo y la fiebre reincidente, así, para empezar.
Y la garrapata sonrió y dijo al Altísimo:
—Pues mal no lo voy a pasar. Al menos haré la puñeta.
Y trepó lentamente por una rama y quedó esperando pacientemente la llegada de algún animal que pasara por su lado.
lunes, 22 de diciembre de 2008
Sobre la creación de las garrapatas
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
22 comentarios:
No crea, Harry, que seguro que muchas garrapatas tuvieron crisis de identidad y pasaron por el sillón del psicoanalista garrapatil (véase el gran hacedor) y solo después de varias sesiones de autohipnosis y pensamiento positivo pudieron encontrar un motivo de alegría en su vida: que pudieran caer en los pelos de un perro tranquilo que dormite en casa de los humanos y cuyos dueños no se preocupen de peinarlo.
Oiga, pues por que son garrapatas, que si fueran ladillas me han dicho que se las puede domesticar y mandar a por tabaco.
Hombre, pues visto esto mi trabajo no está tan mal.
Pues ya tarda en contarnos en qué trabaja usted, Calavera. Cuente, cuente.
Quién fuera garrapata...
¡Hola, Labegue, bienvenida!
Hombre... las garrapatas lo que tienen malo, pero malo de verdá, es el beber.
Tienen unos trabos de chugos.
Se quedan así, como agazapadas, todo oscuras e intratables. Sin hacer caso a nadie. Reñir, lo que se dice reñir, no las he visto nunca. Con nadie. Ésa es la verdad... Pero con el genio y la pinta que se les pone yo creo que tienen que terminar riñendo.
Por cierto, maese Harry, la moza que sale hoy en el cartelico ¿Es una que salía en un peli intitulada La Séptima Víctima?
Sí señor, Ente Dilucidado, la señora de la cabecera es Jean Brooks. la de La Séptima Víctima, que celebra su cumpleaños en el día de hoy.
Qué bonitooooooo. Esto sí que es un final feliz, auténtico. Aunque no se nos puede olvidar su utilidad para/con los humanos, la de hacer esas sangrías que tanto le sirvieron a los médicos antiguos, las sangrías que se beben supongo, las de sangrar ya irían después.
Una feliz Navidad le deseo!, a ti y a todos tus comentaristas ya que estamos, que desear es cosa fácil.
Oiga, no, Yahuan, que usted se refiere a la Hirudo medicinalis, la sanguijuela de toda la vida, esas sí que son de buen beber. La garrapata tiene menos uso. Si un día quiere conseguir unas cuentas sanguijuelas, busque una acequia, eche un paraguas viejo y espere unos días. Con un poco de suerte, cuando lo saque se encontrará con unas cuantas sanguijuelas bonitas. No sé la razón de por qué a las sanguijuelas les gustan los paraguas viejos, pero así es.
Felices días a usted también y feliz salida de su libro. Tres días quedan para que salga a la venta. Estará nerviosa.
Oiga, Harry, usted que sabe tantas cosas acerca de la creación de las criaturas... ¿Sabe usted qué utilidad dio el Altísimo a las palomas? No a las palomas mensajeras, que a esas supongo que les dio la utilidad de traer y llevar recados, me refiero a las palomas que no son mensajeras. ¿Piensa que les dio únicamente la utilidad de encabronar a los seres humanos que caminan por las calles? ¿Y no será que el Altísimo creó una especie animal de más?
Esta es una duda que yo siempre he tenido.
Harry, pues a ver si nos comenta usted para que creó el dichoso Altísimo ése a las cucarachas, que no lo entiendo para qué, si no es para otra cosa que meterle mucho miedo a la gente como yo!!!
A ver, a ver, un momento, un momento, ustedes, Garbanzo y Marieta, lo que tienen es colombofobia y entomofobia. Tanto las palomas como las cucarachas son criaturas de dios y si él las puso ahí alguna razón tendrá. Tanto la colombofobia como la entomofobia tienen sus tratamientos. Los hay paulatinos y escalonados (primero miro al bicho, luego me acerco al bicho, luego después toco al bicho, luego lo cojo y lo coloco en mi regazo, luego hablo con él, luego ya me lo llevo de copas y al cine) o de choque (en su caso Garbanzo, un día encerrada en un palomar; en su caso, Marieta, una noche en la cocina de la casa de un soltero guarrete). Todo tiene solución. Si van al psicólogo a tratarlo les dirá que es una fobia de carácter sexual; si van al psicoanalista, no les dirá que es una fobia de carácter sexual pero lo pensará y les mirará fijo el cogote mientras piensa «es una fobia de carácter sexual», que yo no sé qué es mejor. O sí, lo mejor es que se creen una fobia nueva y así minimizan y naturalizan la anterior. Pero bien, que tanto las palomas como las cucarachas se convierten en unos bichos formidables cuando tratas un poco con ellos. Es cuestión de tratarlos.
La verdad es que la garrapata es un animal realmente apasionante. Se han dado casos de gente que las adopta como mascotas y han entablado una relación de lo más profunda y sentimental.
Me he quedado un tanto impresionado con lo de la colombofobia. Cuando era pequeño se comentaba en mi familia que una tía mía sufría colombofobia. Ingenuo de mí, pensé que mi señora tía le tenía un pánico atroz a Peter Falk, el actor que encarnaba al Teniente Colombo. Las vueltas que da la vida, mire usted. No había vuelto a pensar en ello hasta hoy.
Lo que sí es acertado es su nombre: garrapatas, porque se agarran a las patas de los animales. Así, a las palomas habría que llamarlas cagastatuas, a los piojos picabezas y a las cucarachas, bueno, a las cucarachas mejor ni nombrarlas.
¡Feliz Navidad a todos!
Si los dos médicoas van a estar de acuerdo en que son fobias de caracter sexual,¿no deberían mandare de ligoteo? ¿o que te encierres en un puticlú o chuloclú?.Hay mucho joputa con diploma, se los advierto.
Los bichos están pensaos para poder inventar el cine de terror. Los pájaros, Alien, Cuando ruge la marabunta, King kong, tarántula,...
Ay, al padre de un amigo mío lo tuvieron que ingresar y todo este verano, de una ajjjjjquerosa garrapata que se le puso en el cuero cabelludo, y estuvo unos días el hombre que hasta se fue de cabeza...
Pero estoy de acuerdo con otros paseantes de por acá arriba: no sólo la garrapata se la podría haber ahorrado el Creador. Claro que, puestos, empiezas, empiezas, y no dejaríamos na más que cuatro bichos en el mundo, ¿eh? Todo lleno cerdos, que se les aprovecha todo; pero ahora resulta que viene el Harry y dice que no, que cerdos tampoco... Nada, nada, que tiene que haber hueco pa tós.
Gracias, Harry, por sus sugerencias. Pero no es que considere yo que mi aversión a las palomas sea una patología seria, no. De momento no tengo pensado ir “a visitarme” de esto a ningún doctor, y mucho menos a un psicoanalista. Puedo vivir con ello. Y gracias, Badil, por encontrar un sentido a la existencia de los bichos. Hacer películas de terror es una utilidad muy digna. Sin duda el Altísimo lo tuvo en cuenta.
Que las Navidades les traten a todos ustedes bien.
Señor Sonfor, venía yo justo ahora a contestar a su pregunta sobre mi trabajo, pero veo que el tema ha derivado hacia las fobias de carácter sexual, tema que considero mucho mas interesante para su público. Así que, con su permiso, otro día será.
A la garrapata, en Aragón, la conocemos como caparra, un sonoro nombre que por extensión ha derivado a todo aquel o aquella pesados, moscardas y todos los calificativos que se les ocurra. "Eres como una caparra", se dice de alguien plasta. Y es que, al igual que el animalico que nos presenta usted, un buen pesado no se suelta de su víctima ni con agua caliente.
«Más pesao que una caparra en los cojones» sería la frase completa, Nianankoro. A mí la verdad es que me gustan los dos nombres: garrapata y caparra. También es muy bonito el verbo escaparrar, que lo mismo vale para la acción de quitar caparras del cuerpo que para mandar a alguien con viento fresco: «Veste a escaparrar!».
La verdad es que a mí las garrapatas, las sanguijuelas y todos los demás seres de este tipo me parecen muy parecidos y los suelo confundir a menudo. No por despiste, sino por confusión.
Publicar un comentario