lunes, 19 de julio de 2010

Los orígenes

Mihály Vizkáin. Circa 1890

Los orígenes. Catálogo de la exposición 15 años de Grabaciones en el Mar (2009), primera parte

Para comprender los hechos y vicisitudes sobre la creación del sello Grabaciones en el Mar es conveniente que nos traslademos a una aldea cercana a la ciudad de Székesfehérvár, en el condado de Fejér (Hungría). Allí, en una pequeña y umbría cabaña, nació Mihály Vizkáin, bisabuelo del actual propietario del sello. Poco o casi nada sabemos de Mihály, salvo que cursó estudios hasta los veinte años para luego abandonar la universidad y dedicarse al cultivo de la remolacha azucarera en un pequeño terreno que heredó de su padre, Károly Vizkáin (1). También, durante unos cinco años, trabajó como recolector de líquenes en las inmediaciones del lago Balaton. En 1880 contrajo matrimonio con la joven Magda Mikszáth (2), hija de los propietarios de la tienda de ultramarinos Mikszáth és Mikszáth, ubicada en el número 2 de la calle mayor de la aldea.

Mihály y Magda Vizkáin. Circa 1880

De este feliz matrimonio nacieron dos hijos, los dos varones: Géza y Karl Maria.

Karl Maria Vizkáin. Circa 1915

Karl Maria, el menor de los dos hermanos, tras cumplir los veinte años, emigró a Francia. En París acabó sus estudios y en su juventud se convirtió en un reconocido deportista de la época. Combinó su labor como docente en la Facultad de Ciencias y Literatura de la Sorbona con su trabajo como modelo al natural en varios estudios artísticos. Al final de sus días, dedicó buena parte de su tiempo y energía en una prolífica actividad literaria. Es notable la edición norteamericana de sus obras escogidas en edición bilingüe que preparó la escritora Anaïs Nin en su propia editorial (K. M. Vizkáin, Café et cigare, poupée de terre, Nueva York, 1945) (3).
Géza, el mayor de los hermanos, emigró a Alemania en el año 1919 y a los pocos meses entró a trabajar en los estudios cinematográficos Universum Film AG (UFA), ocupándose primero de la preparación de cafés vieneses acompañados de tortitas de yema tostada rellenas de crema para el equipo de producción y posteriormente, con la llegada del cine sonoro, como ayudante de técnico de sonido. Con la subida al poder del nacionalsocialismo, Géza Vizkáin buscó asilo, junto a otros compañeros, en Estados Unidos. Ya en Hollywood, en los años comprendidos entre 1934 y 1941, trabajó como técnico de sonido en diversas producciones cinematográficas y espectáculos teatrales. En ese tiempo cambió su nombre por el de Gary Viscain.

Gary Viscain. 1944

En 1942, Gary Viscain, junto a tres socios (F. Bradford, H. Jacobs y M. Parker) (4) inauguró su propio teatro de variedades a dos manzanas de la avenida Broadway de Manhattan. El pueblo necesitaba evadirse durante unas horas de la cruda realidad que los tiempos de guerra y de posguerra deparaban y el Thalia Treatre preparó vistosas producciones musicales para un público hambriento de distracción. En dos años, el Thalia Treatre se convirtió en uno de los locales de espectáculos de variedades más afamados de la ciudad.
Entre las bambalinas del teatro, Gary conocería a Mary Tyler Bradley, una muchacha de procedencia humilde nacida en la ciudad de Glendive (Montana) que había llegado dos meses antes a la Gran Manzana para trabajar como bailarina. Mary fue contratada por el coreógrafo Roscoe Mendoza para el musical Little gold shoes de Lloyd Michaud (Brookner-Brant-Viscain, 1944) (5). Gary tomó como esposa a Mary el 4 de mayo de 1945. De está unión nació, un año después, su único hijo, Daniel.
Una de las muchas aficiones que Gary Viscain cultivó a lo largo de su vida fue la filatelia. Según algunos autores, lo que comenzó como un sano entretenimiento, se convirtió en los últimos años de su vida en una extraña obsesión (6). De su ingente colección, Gary estaba especialmente orgulloso de un pequeño sello americano emitido en 1918 con facial de 24 centavos, en colores azul y naranja, cuyo motivo central, un guacamayo de Cochabamba o de frente roja, aparece invertido y con el pico abierto. Lo compró, junto a otros muchos sellos, al famoso coleccionista filatélico Coronel Green en 1947 (7).

Mary Tyler y Gary Viscain, aún enamorados

1 Los padres de Mihály, tras vender unas propiedades de la madre de éste, se trasladaron a vivir a Esztergom en 1874. Le dejaron en usufructo «Una cabaña de madera con su terreno lindante, ocho árboles que dan fruta y una yegua de carga y diversos utensilios para la siembra». Archivo de la ciudad de Fejér, pp. 247-248 y anexo II.

2 «Queridos papá y mamá. Sirvan estas líneas para daros la noticia de que este próximo 21 de mayo tomaré como esposa a mi adorada Magda. ¡Cuánto deseo que la conozcáis y que os guste tanto como a mí! Es una buena muchacha, hacendosa, cariñosa y adorable, el mejor regalo que pudiera darme Dios. El 6 de febrero, Dios mediante, haremos una parada de unas horas en Esztergom para luego proseguir nuestro viaje hasta Târgu Mureş ¿Sería posible que mamá preparara su delicioso pörkölt para ese día? Magda se muere de ganas por probarlo, le he hablado tantas veces de él...
»En espera de vuestras noticias, recibid un fuerte abrazo y no olvidéis enviar recuerdos a mis queridos György y László. Besos de este que os quiere y que tanto os echa de menos, Mihály».
(Carta de M. Vizkáin a sus padres, Székesfehérvár, 20 de enero de 1880. Archivo de la Biblioteca de la Universidad de Ciencias Agrícolas de Debrecen, Hungría).


3 T. F. MacGreevy, Gran enciclopedia de los escritores en lengua francesa, vol. III. Valladolid, Coromín eds., 1978, pp. 278-284.

4 T. F. MacGreevy, Broadway, Broadway!, Washington, Hartnett Lib. Publishing, 1991, p. 124.

5 Ibídem, p. 158.


6 «Lo coleccionaba todo, quiero decir, todo aquello que se pudiera coleccionar despertaba un encendido interés en Gary. Botellines de licores, tenedores y cucharillas de plata, horribles recipientes contenedores de galletas inglesas, figuritas de porcelana y de cristal con forma de perrito, pipas, limpiapipas, huevos de piedra y de cerámica, llaveros publicitarios, armas y condecoraciones militares de la Guerra de Secesión, máscaras y figuras africanas y, sobre todas las cosas, esa maldita colección de sellos que le tenía ocupado la mayor parte del día». De la entrevista a Mary Tyler Bradley tras la separación de Gary Viscain en Divine Truth Magazine, publicación de la iglesia baptista de Milwaukee, 1983.

7 «...así que abrí la vitrina en la que guardaba los sellos, agarré ese sello del loro que tanto quería y le dije “¿Sabes qué voy a hacer con tu maldito sello? ¿Sabes qué voy a hacer con tu maldito sello o es que no tienen un momento para dejar de mirar esa maldita colección, levantar la cabeza y mirar qué es lo que voy a hacer con este maldito sello?”, pero en ese momento llegó Daniel, que por aquel entonces tenía unos cinco años, me mordió en el tobillo y me arrancó el sello de la mano para, acto seguido, devolvérselo a su padre». Ibídem.

2 comentarios:

El Ente Dilucidado dijo...

Yo conseguí, hace unos trece o catorce años, en un puesto de la cuesta de Moyano en Madrid, un libro de Karl Maria Vizkáin publicado en su día en España (la edición es de 1907). La cosica se intitula (en castellán, of course) "Isis Sin Refajo" y es, a todas luces, un refrito de teorías teosóficas mezcladas con recetas gastronómicas y extractos del Baedeker.
No aparece el traductor. Pero no me extrañaría que fuesen Ramón María del Valle-Inclán, Vicente Risco y Roso De Luna, así, al alimón, porque hay cosas que son muy evidentes.

Lo verdaderamente bonito son las ilustraciones. De hecho, hay algunas que no desentonarían en un revista pornográfica de los 70's. Coñe... En un par de ellas sale la bandera norteamericana. Y hasta hay una en la que la chica lleva botas altas y un chaleco con flecos a lo indio apache o Cowboydemedianoche. Son para verlas...

A destacar, sobre todo, dos cosas.
Una: (que aparece nítida, perfecta, incontestable) la predicción de que la selección española no llegaría a la final en el mundial de México de 1986.
Y dos: La convicción de Karl Maria de que, durante los sitios de Zaragoza de 1808 y 1809 la Virgen del Pilar sí quería ser francesa (y probarse un vestido imperio. De esos tan bonitos, de talle alto y escote recto). Pero que no la entendieron bien... Y por eso se montó la que se montó.

Bueh... Y las ilustraciones, ya digo...

Hay cada una...

Harry Sonfór dijo...

Pues es un dato bien bueno el que me facilita, El Ente Dilucidado, no sabía de la existencia de ningún libro de Karl Maria Vizkáin editado en castellano. Ya me lo dejará hojear y ojear cuando nos veamos la próxima vez. En otro orden de cosas, el maíz enano está creciendo con alegría y ya ha echado espigas que, si el Altísimo quiere, se convertirán en panochas.