viernes, 24 de abril de 2009

La marca de Caín

—Estaban locos todos esos baptistas, pentecostalistas y mormones cuando decían que la marca de Caín consistía en tener la piel negra.
—Estaban locos, sí.
—Pero eso les sirvió para, durante muchos años, defender la esclavitud y sus intereses, proclamando que los negros eran de la estirpe de Caín y, por tanto, malditos.
—Así es.
—Estaban locos.
—Sí.
—Yo conocí a un hombre con la marca de Caín.
—Y ¿cómo eso?
—Era tan blanco como tú y como yo, se llamaba L. C. y tenía la marca de Caín bien visible en mitad de la frente.
—¿En mitad de la frente?
—En mitad de la frente.
—¿Y cómo era esa marca?
—Era una mancha azulada, de unas dos pulgadas, que asemejaba el rostro de un payaso triste.
—¿De un payaso triste?
—Sí, de un payaso triste, como los payasos de uno de esos cuadros horribles que cuelgan en los pasillos tristes y oscuros de algunas casas. Un payaso triste, con su sombrero tocado con una flor, su boca con las comisuras hacia abajo, su pelo erizado, su nariz de payaso y su lágrima pintada bajo el ojo izquierdo.
—Cielos, jamás pensé que la marca de Caín consistiera en eso.
—Pues así es.
—Y bien, no sólo era eso, L. C. siempre tuvo muy mala mano para la jardinería. Planta que cuidaba, planta que enfermaba irremediablemente.
—¿Ah, sí?
—Es la maldición del Altísimo a Caín para que no continuara con su oficio, que era lo que se le daba bien, sembrar y recolectar.
—Oh, vaya.
—Así es. Planta que plantaba, planta que se le moría, era como tener mano verde pero justo al revés.
—Sería triste la vida de ese hombre.
—Bueno, no del todo. El Altísimo en su maldición le imprimió esa marca bien visible para que, quien lo encontrase, no lo matara, o sería vengado siete veces.
Ah, entonces, con eso, los que quisieran matarle se lo pensarían dos veces.
—Dos y tres. Y mira que se metió en todo tipo de problemas para acabar de una vez por todas con su vida, pero no había manera. Era bravucón, metiche y pendenciero, pero no encontró hombre que se midiera con él.
—¿Y cómo entonces?
—Por accidente. Paseaba una mañana por una vía secundaria de tranvía hacía años inutilizada, un tranvía descarriló, el cambio de agujas se accionó de extraña manera, el tranvía pasó a esa segunda vía y se lo llevó por delante.
—¿Así murió?
—Así fue. O eso es lo que se cuenta.
—¿Y el conductor del tranvía?
—Pues fue vengado siete veces, imagino.

11 comentarios:

Yahuan dijo...

Entonces..., ¿estaríamos hablando de una marca cómo la de Harry Potter, tipo cicatriz?
Resulta intrigante

Harry Sonfór dijo...

Oiga, Yahuan, que le juro que no he leído ningún libro de Harry Potter ni he visto ninguna película, así que me deja que no sé qué decirle, si es como la cicatriz de Harry Potter o no. Habrá que preguntárselo a Spanique, que de Harry Potter es fan.
Que no piensen que digo que no he leído el Harry Potter para hacerme el interesante, pero es que no lo he leído... leche, en realidad es que hace la tira que no leo novelas, que me retiré hace tiempo.

Anónimo dijo...

Que el Cervantes para Marsé suena a marca de Caín, o al arca de Noé, no sé muy bien, hoy me lío con las comparaciones bíblicas.
Pero lo que es inquietante es que una marca marque tanto, aunque bien mirado esa es su función, y si es una buena marca tiene que funcionar así, para siempre. Y si Dios no se relaja, pues la gente se enterará de lo de las maldiciones, pero hoy día debe de andar la mar de relajado, porque nadie se entera de eso y así van matando a los cainitas y a los marcados y a todos, que ya no se respeta nada.

Anónimo dijo...

Caínes, payasos tristes, hombres, mormones, pendencieros, rostros, exclavitudes, locos, estirpes, malditos, sombreros, pieles, comisuras, visibilidades, estirpes, vias secundarias, azuladas, venganzas, pasillos, lagrimas, muertes, marcas y como no, nuestro tranvia arrollador. Oiga, que bonitas son las palabras. Anonima

Badil dijo...

Bravucón, pendenciero,...bebedor intuyo. A ver si lo de las plantas es que las regaba con pis... A ver si lo de la marca de la frente era el sello de salida de una disco de la ruta el bacalao.

Spanique dijo...

Pues asines por alusión ;-))) que si, que me parece que lo de la marca de Harry Potter es la marca de Caín (o viceversa) no sé. Y Badil también tiene razón, seguro que era el sello.
Si es que no se han visto cuando beben (vamos esto es cochina envidia porque cuando una era joven que podía beber, el presupuesto no le dejaba y ahora que el presupuesto lo permite, pues el cuerpo no lo aguanta) mal hecha esta la cosa si.

david dijo...

¿Otra vez el doctor Zaius? ¿Ya ha pasado un año?

Harry Sonfór dijo...

Pues así es, David, un año más viejos.
Ay.

Luna dijo...

Buenas tardes:
Me acabo de dar cuenta que tengo la marca de Caín por lo que cuenta de las plantas. Planta que toco, planta que se muere.
Cuando llego a casa con una nueva, pues nunca desfallezco, comentan en tono jocoso o a mí me lo parece
" en una semana la has asesinado"
Ahora ya podré decirles las razones.

Saludos

Harry Sonfór dijo...

Hola, Luna, bienvenida a este blog.
La observación, la mano verde se consigue observando día tras día lo que le pasa a la planta. Tampoco es eso que dicen en algunos libros de que «las plantas hablan». No hablan, por ahora. Y menos mal, que el día que me hable una planta me dará un susto gordo. En todo caso, ya sé que mi lilo tiene la voz aguda y las plantas de haba tienen la voz grave. Eso seguro.

Anónimo dijo...

realmente se que la marca de cain no es algo visible ante cualquier ojo solo se ve en el cuerpo entero de la persona, ves su cara y no puedes evitar saber que aquel no es igual al resto que es alguien con un fuerte dolor y una gran sabiduria una persona realmente profunda agan caso.