domingo, 5 de abril de 2009

Lorenz y los gansos grises


Si me ofrecieran una segunda vida y pudiera elegir, me gustaría ser una de estas tres cosas: o epistemólogo, o un boy de esos que bailotean con una toalla delante y que se frotan nata batida por el cuerpo ante un concurrido público femenino, o etólogo. Konrad Lorenz fue dos de esas tres cosas (la primera y la tercera). Konrad Lorenz se interesó por el comportamiento de los gansos grises y sus estudios le valieron un Nobel de Medicina, compartido con Nikolaas Tinbergen y Karl R. von Frisch, los tres zoólogos, en el año 1973. En la foto, de la revista Life (hagan el favor de visitar este enlace para ver más fotos bonitas de Lorenz), Konrad Lorenz aparece observando unos paticos con pelazo y barba de científico. Konrad Lorenz se vio obligado a adoptar a una gansa gris a la que llamó Martina. La buena de Martina, recién salió del cascarón, se encontró con Lorenz mirándole fijamente y decidió que ese señor de barba blanca tenía que ser su madre y ya no se apartó de él. A ese comportamiento, la «vinculación al primer objeto visto tras el nacimiento» se le llamó posteriormente «troquelado», «impronta» o «impregnación». A los humanos es algo que no nos sucede, pues si fuera así nos pegaríamos años persiguiendo a nuestras comadronas. A Martina, como era una gansa gris, le pareció aquello lo más normal del mundo. Y es bonito todo eso, no me dirán que no.

8 comentarios:

Helter dijo...

Pues yo estuve años pensando que mi madre era un señor muy simpático, taxista. Ya cuando cumplí los quince, Jacinto el taxista me dijo que no era mi madre y me exigió que le pagara el cambio de tapicería del taxi.

gormban dijo...

Adorable martina, fantastico post !!

saludos

Arkab dijo...

Ayyyy, Agnetha, cuánto te tenemos que de querer y de querer, diga lo que diga la Helter.

laMima dijo...

Que fotos mas chulas en el enlace que deja, vaya que sí.
Y oiga, tiene razón: estamos mejor sin "impregnación" de esa porque no solo matronas, que hay también cada ginecólogo para echar a correr. Se lo digo yo.
Menuda.

El Ente Dilucidado dijo...

Pues yo juro ante Diosnuestroseñor que el señor de la foto (don Conrado) es clavadico a mi suegro...
Que yo sepa, mi suegro no ha sido nunca ni espistemólogo ni etólogo. De eso estoy seguro. Es ingeniero. Jubilado, pero ingeniero (estas cosas, los mejicanos, las tienen muy claras... Un ingeniero es siempre un ingeniero. Un licenciado es siempre un licenciado. Y un doctor es siempre un doctor, aunque no haya estudiado medicina sino Literatura Española).
Ahora, eso sí, lo de que no haya sido boy de toalla y tal y tal no lo tengo tan cierto.
Se lo preguntaré un día de éstos. Por si acaso...
Otra cosa en la que se parece a don Conrado es en que mi señora y sus hermanos (mis cuñados) lo quieren mucho. Un amor de ésos que dicen filial. Una cosa tremenda. Como la Marina al sr. Lorenz.
Eso sí... ellos no creen que es su madre. A tanto no llegan. El ser humano es lo que tiene... Que todo lo piensa y le da mil vueltas y busca y compara y, si encuentra algo mejor, pues eso...
Y, además, que mi suegra terminaría enfadándose y haciéndonos la vida imposible a todos.
Hasta a mí. Que en eso ni entro ni salgo.

Harry Sonfór dijo...

Oigan, que no hay derecho, que ayer me pongo a preparar cena especial, todo listo para el inicio de la nueva edición de Granjero busca esposa, empieza en programa, se pone a llover y, placa, se va la luz. Cuando volvió la luz ya se había acabado granjero busca esposa. Esto es una maldición o algo de dimensiones universales.

laMima dijo...

Sin que, espero, sirva de precedente ayer vi un momento la cosa esa de los granjeros y he de decirle que promete caspa a raudales.
Dos gemelos (no me quedó claro si los dos buscan gachi o solo uno o a compartir), una granjera, otro torpedo que estaba cansado de los cubatas de por ahí y ahora quería que se los preparasen en casa...
Tuve que cambiar,no es para mí oiga: aun así he dormido intranquila, más no le puedo decir.

Harry Sonfór dijo...

Pues laMima, eso es que lo ha visto poco. A mí me pasó lo mismo la primera vez que lo vi y ahora, aquí me tiene, contando las horas para que llegue el lunes.