martes, 5 de mayo de 2009

Consejo para la muchacha a la que le vayan a poner el corazón de palomo y la cabeza de rana en el estómago


No hables demasiado. No digas a tu esposo todo lo que haces y todo lo que piensas. No abras tu mente como si se tratara del cajón de un mueble, para ofrecerla a la inspección de tu esposo, especialmente si hay cosas en ella que pueden significar una sorpresa desagradable. Si has hecho algo en el pasado de lo cual te arrepientes con sinceridad, guárdalo con doble candado en el corazón y jamás reveles a nadie tu secreto.

Irma Padovani, Cortesía y distinción (etiqueta y trato social), Ed. Sintes, Barcelona, 1951.

2 comentarios:

Penelope glamur dijo...

secretos acorazados, sellados y sepultados bajo una enorme capa de residuos nucleares, que a su vez estas aislados en el subsuelo por unos cientos de miles de toneladas de hormogón.

Harry Sonfór dijo...

¡Bienvenida, Penelope glamur!