martes, 27 de octubre de 2009

Nietzsche tragando sapos

Recientemente soñé que la piel de mi mano, que estaba frente a mí en la mesa, se hacía como de vidrio; podía ver con claridad sus huesos, sus músculos, sus tejidos. De súbito vi un grueso sapo posado en mi mano, sintiendo al propio tiempo la irresistible necesidad de tragármelo. Venciendo mi atroz repugnancia lo tragué.

Sueño relatado por Nietzsche a una muchacha en Basilea. Lo cita C. A. Bernouilli en Franz Overbeck und Friedrich Nietzsche. Eine Freundschaft, que a su vez cita C. G. Jung en Símbolos de transformación, Paidos, Barcelona, 1982.

Que eso me ha llevado a recordar que el otro día vi a Bear Grylls, el de El último superviviente, sacándole un ojo a una oveja muerta con la cara extrañamente enrojecida (la oveja, digo; Grylls también tiene la cara enrojecida pero es que es inglés). Tras una ligera cocción en agua caliente, al comer el ojo dice «es como comer un cartílago lleno de sangre». Le falló, pues, la cocción. Yo de crío recuerdo que comía con mucha alegría cabezas de ternasco asadas (creo que sin caer en la cuenta de que comía una cabeza, pues me parecía más bien una especie de plato combinado con diferentes texturas) y el ojo estaba crujiente, jugoso, pero no recordaba a un cartílago lleno de sangre. Bueno, tampoco voy a recordar mucho, que se me revuelve el cuerpo. Pero bien, a lo que voy, a Bear Grylls le falló la cocción. La proteína, en contacto con el agua hirviendo, se contrajo y se endureció. Los ojos, mejor asados.

16 comentarios:

Anónimo dijo...

Xavier Cugat me mira. Yo le miro. Nos sonreímos y pensamos sin decirlo: ¡qué tío éste!

miguelgato dijo...

Los ojos mejor asados.
Y el gardacho mejor vuelta y vuelta, la culebra con guarnición, el siluro amazónico fritico con harina...
Es que el gacho este lleva una dieta un poco extraña. Yo lo que realmente creo es que miente mas que un ajau en la paja.

anagadner dijo...

Ays don Harry, que se matragantao el desayuno...¿y no le persiguen en sueños esos ojos que le miraban mientras se los metía a la boca??Lo peor de las tiendas de cadáveres de animales son las caras:ojos vidriosos mirando a la nada y lenguas cayendo de lado..brrr, escalofrío...Decididamente lo mejor de los supermenrados es la hipocresía hecha envoltorio.Todo súperempaquetado y así no adivinas que hubiera restos de vida, sin ojicos, ni lenguas, ni pezuñas...Todo compactado y envuelto
¿los ojos de pescado y marisco? pues mire, no me diga por qué, pero no me impresiona su no mirada...

Anónimo dijo...

los ojos asados, apunto
¿y el sapo? ¿a la papillote?

es que mi madre no tuvo a bien explicarme estas cosas, y así me luce el pelo (con 71 y buscando marido, o marida, ya da igual)

Harry Sonfór dijo...

Yo miro al anónimo y digo: éste va a ser el que hoy habla de la joyería Aladrén.

Harry Sonfór dijo...

Yo cuando veo al tipo ahí sufriendo tanto, pasando tanto frío y escalando esas montañas imposibles pienso siempre en el pobre cámara, que además de hacer todo eso tiene que ir con una cámara en el hombro que le pesará un quintal. Pobre cámara. Deberían hacerle una serie para él solo «Oh, tengo frío, me duele el hombro de llevar esta cámara a 40 grados a la sombra, oh, señor, sólo me queda rezar, se me ha metido agua en el objetivo, oh, no, me estoy quedando sin batería».

Harry Sonfór dijo...

¿Su no mirada, anagadner? pues las cigalas tienen los ojos bien saltones. Y los besugos ¿Ha visto qué ojazos tienen los besugos? ¿Y los cabrachos?

Harry Sonfór dijo...

Pues le luce un pelo bien majo, Lady in the radiator. Si hubiera nacido chica y con pelo lo llevaría como usted o como las cabezas cantantes de este cacho de película:

http://www.youtube.com/watch?v=vveQ4Es9tJY&

¿Usted cree que esto lo habrá visto David Lynch?

El sapo a la papillote, pero no olvide pelarlo bien, que la piel tiene bufotoxinas, bufoteninas y catecolaminas.

Javier de la Iglesia dijo...

Lo que están los cabrachos es riquísimos al horno y con ajitos. Donde vivo no es tan fácil echarles el lazo o el anzuelo. Estas cosas que se leen a las 11,30 y cuando las tripas hacen runrun...y, claro, te enterneces.

Anónimo dijo...

Creía que era lo mejor del sapo.¿Ve?

Este fantástico fragmento (que sin duda habrá visto Lynch) no hace sino recordarme qué es lo primero que debo aprender encuanto entregue la tesis:
claquet, para preparar las tortillas.
En cuanto lo domine ya les invitaré a una merendola.

Yahuan dijo...

Pues sí, la verdad es que de comer un ojo, mejor asado que cocido, ¿a quién se le ocurre cocerlo? Digo yo que se ablandaría aún más

Harry Sonfór dijo...

Espero haberle enternecido más con los cabrachos que con los ojos de oveja, Javier. Era con los cabrachos ¿verdad? Ay, menos mal.

Harry Sonfór dijo...

Pues suerte con esa tesis, Lady in the radiator.

Harry Sonfór dijo...

Según, Yahuan. Con los ojos pasa como con los calamares. Que según como los haga le pueden quedar duros por exceso de cocción o duros por falta de cocción. Tiene su complicación, sí.

anagdner dijo...

Ya don Harry, no tengo lógica, no...pero los animalicos sin patas y que no tetan, pues que tienen otra mirada y otra no mirada, oiga, muy parecidas ambas, aunque tengan ojos gordos y saltones.

Harry Sonfór dijo...

Es verdad, anagadner, que nos puede el antropocentrismo ese.