Llego a la casita de playa de la iguana macho, en la ciudad costera de Oostende. La iguana macho me recibe en su saloncito, que me presenta como su «coqueto cuarto de estar». No miente, en realidad es un cuarto de estar bien coqueto.
Es un honor hacerle esta entrevista, señor iguana macho.
—El gusto es mío.
—Y bien... ¿qué tal la familia?
—Bien, bien, la familia muy bien.
—Me alegro, me alegro.
—... ¿Y bien?
—Oiga, iguana macho... aquí en Oostende... ¿cuando hace buen tiempo hace buen tiempo, pero cuando hace rasca... hace rasca, eh?
—Sí, sí, Oostende es ciudad de rasca cuando hace rasca, sí. Ojo, que cuando hace bueno, hace muy bueno. A mí me gusta darme largos paseos por la playa ¿Ve? —el señor iguana macho me señala un punto lejano a través de la ventana—, por ese espigón me suelo dar unos paseos cuando hace bueno que son una maravilla. Lo que pasa es que hoy ha salido el día malo, pero igual si viene otro día ya hace mejor.
—¿Oostende es más de hacer frío en invierno, no?
—Sí, sí, en Oostende la temporada baja es en invierno, luego en verano ya hace más calor y se pone en temporada alta. En verano, temporada alta.
—Ah, sí...
—...
—...
—¿Usted no ha venido hasta aquí para preguntarme por el clima de Oostende, no?
—Bueno, también...
—Pero a usted lo que le interesa preguntarme es sobre el asunto de mis dos penes ¿no?
—Hombre, si usted quiere y no le causa molestia hablar sobre ello...
—Bien, bien, no hay problema. Dispare. Ya estoy acostumbrado a hablar de mis dos penes.
—Pues... ¿Y cómo se vive con dos penes, señor iguana macho?
—Bien, muy bien, se vive muy bien con dos penes. Bueno, yo creo que se vive parecido que con un pene, pero oiga, un poco más tranquilo, con más seguridad, con más aplomo, más sereno.
—Ya...
—En todo caso, oiga, no crea usted que las iguanas macho estamos todo el día ahí pendientes de los dos penes. Mire, en mi caso... yo me enteré de que las iguanas teníamos dos penes así por casualidad hace cosa de diez años.
—Ah, qué interesante.
—Pues sí. En casa de mis padres no se hablaba de todo eso del sexo. Yo me intentaba informar viendo documentales, pero en aquella época... ya sabe usted que en los documentales tampoco se hablaba mucho de todo eso. Faltaba educación sexual. Pasado el tiempo, un día estaba yo con mi señora cumpliendo el deber marital y de pronto me dice «Oye, qué es eso que te cuelga por ahí», y yo me miro y, oiga, que al principio me asusté, que lo primero que me vino a la cabeza era que se me había salido un intestino o algo, pero que luego, con más tranquilidad, me toqué, me comparé y me dije «anda, pero si esto que me cuelga en realidad es un segundo pene, y además bien hermosote».
—Tiene que ser una buena sorpresa eso.
—Bueno, al principio sorprende, pero luego ya se acostumbra uno.
—¿Y así no tendrá que perder el tiempo pensando hacia dónde cargar, no?
—¿No estará usted intentando hacer un chiste sobre mis dos penes..?
—No, no, disculpe, señor iguana macho, no quise molestarle...
—Bien, bien. Es que a mí me tocan el temita de los dos penes y si veo que me vienen así con guasa, con retranca, sabe usted, con segundos sentidos... es que me pongo de una mala hostia...
—No, no, por el amor de dios, no era esa la intención, disculpe si me he explicado mal.... Permítame que continuemos la entrevista... Si me permite ¿cómo se llevan las relaciones sexuales con dos penes?
—Ah, pues se llevan de maravilla. Primero un rato con un pene, luego otro rato con el otro, luego otra vez con el primero... así en un no parar. Da mucha seguridad saber que uno tiene siempre un pene de recambio o, para ser más exactos, un hemipene bi-lobulado, que es lo que tenemos las iguanas macho.
—Y de complejos de castración ya ni hablamos, claro.
—Qué va, mire usted a Mozart, que le amputaron un pene y a los pocos días siguió con su otro pene ahí dando guerra, de maravilla.
—¿Que Mozart tenía dos penes?
—Claro, dos penes, de toda la vida. ¿Cuantos penes pensaba que tenía?
—Pues uno, como los demás músicos clásicos.
—No, no, que no le hablo de ese Mozart, que le hablo de Mozart, la iguana macho del acuario de Amberes a la que le amputaron un pene hace cosa de tres años.
—Ah, que ya me había asustado usted, que me había imaginado a un Mozart con dos penes...
—¿Y qué problema tiene usted imaginándose a Mozart con dos penes?
Para más información sobre los dos penes de las iguanas, pulse aquí, aquí, aquí y aquí.
martes, 13 de abril de 2010
Entrevista con una iguana macho
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13 comentarios:
la mejor entrevista que he leído nunca. Cómo me gustaría verles en el coqueto cuarto de estar. Si se repite, avísenme que lo grabo.
! Este de hoy sí que me lo sé, este de hoy sí que me lo sé¡ Este de hoy es el señor Samuel Beckett pa descanse, que un día me leí un libraco suyo asín de gordo.
¡Muñeca chochona!
Tojunto.
O sea,que el nombre debe venir de "igual da",.. "igual ñai",...
¡Uy!Pregúntele si viene de Tauste, que pa mi que andan mezclaos en el bautizo.
Dice que va uno y llama a otro por teléfono y dice:
- ¿Qué tal está usté?
Y dice el otro:
- Mu majo, a ver sin viene alguna vez por aquí.
Tojunto
Dice que está uno en la plaza el Carbón y se junta con otro y le dice, dice ...
- ¿Pero qué haces aquí, no me dijistes que te ibas a Daroca?
Y dice el otro:
- Sí, pero me vuelto, que iba escuchando la radio y el del tiempo ha dicho que hoy todos los vientos iban aMainar.
Tojunto
Pues sí, parece bien práctico eso de tener dos penes, A la iguana macho se la ve cargada de orgullo y satisfacción, desde luego.
Que cosas dice Badil, invita uste a que nos hagamos los machos en Tauste.
¡Pues claro que desciende de Tauste!, de donde iba a ser un ser tan bien dotado, pregúntele a MSC si no. (o al mismo Harry Sigfredi que vive cerca de Tauste)
Penes, penes.
No, si ya lo dice un compi de mi trabajo: "siempre pensando en lo único".
Pues habrá que repetir la entrevista para que la grabe, lady. Y si en lugar de grabarla la filma, imagine usted qué fiestón.
¡Premio para Tojunto! qué guapete el Beckett, qué tipo más elegante, oiga. Ojo, que si no se da prisa se me va a quedar sin el perrito Carlino. Lo mismo digo para Lady in the radiator, que se la ve con el vago subido.
Sí señora, la iguana es oriunda de Tauste de toda la vida, Badil.
Miguelgato se lo puede decir, sí. Usted va a Tauste y, otra cosa igual no, pero bien dotaos, los de Tauste los que más. Dicen de los de Gallur, pero donde esté la dotación de los de Tauste... buá.
Madre qué chistes, Tojunto.
Bien contentas que están las iguanas, A princesa. Ojo, las que están bien con sus maridos, que luego están las iguanas que no están a buenas con sus maridos y tienen que fingir no una sino dos veces. Ojo. Ay, qué bueno, oh, sí. Y luego, otra vez. Ay, qué bueno, oh, sí.
Las iguanas, de Tauste, de toda la vida, Miguelgato. Lo que pasa es que ya en el jurásico fueron, china chana, china chana, enta los demás sitios y allí acabaron. Pero la oriundez, de Tauste. Si hasta el escudo de antiguo tenía una iguana encima (como lo de Gallur con el gallo) pero luego por una cosa tonta lo cambiaron por la corona real.
Pues la compi de su trabajo, laMima, anda que no tiene gracia. Lo único dice, qué salá.
Pues sí que debe ser curioso vivir con dos penes. Ahora bien: una día paseando con mi hijo en el zoo vimos a dos iguanas copulando (eso de copular es como dicen "chingar" en los documentales) y, francamente, mucho morbo no tenía -los gemidos de las iguanas son tirando a desagradables- aunque los japoneses les tiraban fotos. Borgo.
Hombre, Borgo, es que los japoneses tienen unos gustos más especiales para eso...
Siempre he pensado que Mozart (no la iguana) tenía dos penes, y un solo testículo
Yo nunca me había imaginado a Mozart con dos penes, Rubén Gracia, pero todo es ponerse. Ahora ya lo estoy imaginado con 25, como una especie de pulpo clavecinista. Sea usted bienvenido.
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