miércoles, 28 de julio de 2010

¡Toma tupper! (II)

Hoy, un año más, celebramos el cumpleaños de Earl Silas Tupper, el inventor del Tupperware. Y lo celebramos con esta imagen publicitaria en la que todos los colores que salen son bonitos. Los colores de la cortina son bonitos, los colores de los muebles son bonitos, la combinación de colores de los tuppers son bonitos y los colores del marido y de los niños son bonitos. Antes, hace cincuenta o sesenta años, los colores eran más bonitos. Ahora, gracias a los avances de la fotografía digital y los procesos digitales de imprenta, los colores son más reales y mucho más feos. Las tramas fotográficas antiguas, con sus rosetas imperfectas, nos contaban muchas más cosas que las rosetas modernas. Nos hablaban de largos y complejos procesos fotográficos, de ajustes manuales sobre los astralones, de papeles chupones que sorbían y expandían la tinta de cada punto como si fuera alimento puro, vital. Los tipos de metal, con su hermosa imperfección, marcaban la superficie de las páginas y dejaban unas huellas hendidas perceptibles al tacto que, aún pasado el tiempo, parecen decirnos ¡aquí estuvimos! Vale, lo digital será un avance importante, pero vaya mierda de avance en algunos aspectos, copón.

18 comentarios:

Anónimo dijo...

Una mierda estocástica, si me apura.

Vicente

Helter dijo...

Sí, si los colores son muy bonitos. Pero lo más bonito es la señora esa decapitada, que su cabeza parece un tupper más en exposición. ¿Es el nuevo modelo de tupper para conservar sesos en su jugo?

Anónimo dijo...

Lo mejor es la cara de cagabandurrias que pone el padre ese plastificao.


Tojunto

Inde dijo...

Pues es que los colores en los cincuenta eran así... ¿no?

Gloria dijo...

"Una mierda estocástica, si me apura"

Me lo ha quitado de la boca, Anónimo Vicente, me lo ha quitado de la boca.

Mire señor Sonfor, lo que pasa es que antiguamente los diseñadores no iban a la máquina a dar la tabarra al pobre maquinista, que si ponme la densidad del negro al 1.80, que si no no lo veo suficientemente intenso... Y claro, pues el maquinista a poner el negro más denso un ratico para que se calle el diseñador y se vaya y lo deje tranquilo y pueda poner el negro como tiene que estar, que si no vaya castañazo de tinta que a la que te descuidas te pringa la página de encima por mucho polvo antimaculante que le pongas (es que ni con polvos talco, vamos)

Otra cosa es que además los diseñadores y photoshoperos de cursillo de fin de semana que son como las siete plagas de Egipto (pero en peor) parece que no fueron a clase el dia que explicaron lo de los colores aditivos y los sustractivos... y luego se te ponen pelmas con que el rojo del papel no se ve igual que en la pantalla (y encima se han empeñado en tirarlo en papel offset, aaay!)

Me juego algo que los que hicieron la portada de los tuppers si que sabían la diferencia entre CMYK y RGB

Inde dijo...

Ay, Gloria: cuánto daño han hecho los cursillos de autoedición y de photoshop de fin de semana, cuánto.

Harry Sonfór dijo...

Eso, Vicente.

Eso mismo pensé yo cuando vi la foto, qué bien seccionada que está la señora, con la cabeza libre, el tronco para la familia y las extremidades inferiores para los tuppers pequeños, las jarritas y los platos, Helter.

Pues eso es un marido como tiene que ser, Tojunto. Mire qué alegría lleva recién levantao.

Sí, Inde, o eso me gusta pensar. Que todo tenía otros colores.

¡Gloria es lo más grande que hay! ¡Sí a todo!
Yo digo que lo que hay que hacer con los diseñadores es sacarles las cosas tal cual las entregan. Porque si sale mal dirán que la culpa es de la imprenta; y si se lo arreglan en imprenta y sale bien dirán que es que saben de la cosa del imprimir y que son artistas totales. No sale a cuenta. ¡Basta ya de tapar agujeros negros diseñiles y remedar imposibles!
¡Conozco carreras enteras de tipos que se han hecho famosos gracias a los apaños que les hacen en las imprentas para que el trabajo que entregan no quede mal! «Hombreeee, es que este trabajo hay que cuidarlo, que es de Pititín...», coño, Pititín, el que siempre entrega mal. Encima con miramientos.
¡Si luego no lo agradecen los muy perros! ¡Así se la pique un pollo! ¿que lo quieres en RGB, pues en RBG. Espera que saco las tintas RGB, que te va a salir de lujo.

No sabe cuánto, Inde, no sabe cuánto.

Harry Sonfór dijo...

Ojo con el diseñador o fotógrafo que va a máquinas a mirar cómo sale su trabajo. Ojo. Lo más parecido a eso es cuando Luis XV bajaba a cocinas para controlar cómo le preparaban el confit de pajarito con salsa de menta.
Ojo, que eso hay que verlo. Ojooooo. Eso hay que verlo, que no tiene desperdicio. Se ve una vez y ya no se olvida. Ojo, que el que no haya visto eso se ha perdido parte de lo verdaderamente importante de la vida. Ojo, que eso hay que verlo.
Súbele el negro, que lo veo muy gris, dice, pues aprende a ponerle una cama, cabrón. Es que veo las encarnaciones muy amarillas, pues te voy a enseñar yo lo que tengo encarnao, mira, dende que te estoy viendo, granate se me está poniendo. Eso hay que verlo, que no tiene desperdicio.

Inde dijo...

For cierto, ¿don Luis es que se murió en julio, o qué? Porque nacer, nació el 28 de febrero, el mismo día que mi abuela Julia.

Jesús, esos ojos saltones, lo bien que sabían mirar. Y lo de detrás de los ojos, lo que procesaban, oiga.

miguelgato dijo...

Yo si que he visto eso en alguna ocasión.
Es una pena que la cizalla haya que accionarla por seguridad con un boton en cada mano porque no te da para sujetar a estos tios dentro con una mano y accionarla solo con otra.

Anónimo dijo...

Sr. Los herederos de Pititín, no entendemos la necesidad que tiene usted de involucrar a un artista como Pititín para dar rienda suelta a sus ideas sobre algunos diseñadores. El Sr. Pititín fué un maestro reconocido mundialmente y lo que se ha llamando el método Pititín, no es mas que un método para no dar chapa y tocar los huevos al sufrido maquinista.
Un saludo cordial

Harry Sonfór dijo...

Es que en este blog se celebran los cumpleaños y se recuerdan los fallecimientos, inde. Ayer le tocaba a Buñuel, sí. Hoy, al Bergman.

Harry Sonfór dijo...

Diga que sí, Miguelgato.

Harry Sonfór dijo...

¡Me cago en Pititín!

Anónimo dijo...

Así pues, ¿Buñuel ya murió?


Tojunto

Gloria dijo...

Yo es que hablo de esto porque lo he sufrido... Y ojo que yo empecé de diseñadora, lo que pasa es que me venía el maquinista y me decía "Gloria, que esto la próxima vez no me lo hagas así que luego me pasa esto" y me explicaba como no hacerlo para que fuera mal y como hacerlo para que fuera bien, y yo iba tomando nota de las cosas que iban mal para no repetirlas y de las que iban bien para que quedaran las cosas mejor... Y bueno, que aparte de diseñadora he sido preimpresora y he estado en máquinas... Vamos, que he sido cocinera y monja.

Lo que pasa es que llega una a cansarse de tanto Pititín como hay por ahí suelto, que no sabe el oficio y encima lo quiere todo rápido y barato... Más no le digo, que me he autojubilado de gráficas y estpy mirando de dedicarme a otra cosa más tranquila, como deshollinadora de volcanes activos, por ejemplo.

Harry Sonfór dijo...

Bueno, de Buñuel sólo murió un cacho, Tojunto.

Pues hace bien, Gloria. Que la salud es lo primero. Bueno, no es lo primero, pero es lo que se dice.

El Ente Dilucidado dijo...

Oigan ustedes, esto de los colores es verdá.
Cuando yo era chico pensaba que los años 60's (y los 50's) tenían otros colores. De hecho, como soy muy viejecico, tengo ciertos recuerdos (vaguísimos, inconexos) de 1968, 1969 y 1970. Y juraría que las cosas eran de otro color que ahora. Como en esas fotografías de Juanes. O en las postales playeras de hace treinta, cuarenta años.

Y otra cosa: mi señora esposa (madame Dilucidado) tiene la curiosa costumbre de mandar a revelar las afotos a Bélgica. Lo juro. Cosas del internete y tal (dice que sale más barato). De lo que puedo dar fe es de que cuando nos las envían, ya reveladicas, tienen unos colores muy bonitos. Los rojos son más rojos, los azules más azules, cosas así. Un poco como la fotografía de alquna película de los 60's (como la de esa cinta de Resnais que se titula Je T'Aime, Je T'Aime, de 1968. O Los Paraguas De Cherburgo mismamente).
En serio.

Yo le digo a mi señora que será una costumbre belga. Todo eso de la línea clara en el cómic... que se les ha quedado para siempre.