—Pero ¿aún no se lo has dicho?
—No.
—¿Cómo haces para escondérselo durante tanto tiempo?
—Bueno, eh... tampoco hace tanto...
—¿Tampoco tanto? Llevas... espera... treinta y uno, sesenta y dos... ¡ciento treinta y dos días!
—Ah, sí, bueno, cómo pasa el tiempo...
—¿Y qué le dices?
—Bueno, que he tenido que viajar al extranjero, que estoy con mucho trabajo, que he caído enfermo, un poco de todo eso.
—Algún día vendrá sin avisar, abrirá la puerta y se encontrará con la sorpresa.
—Bien, ya veré cómo me las arreglo si surge eso.
—Vete preparando, hace una hora la vi por el barrio.
miércoles, 6 de mayo de 2009
Sin novedad
Etiquetas:
fenómenos extraños fenomenales
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4 comentarios:
Oiga, Harry, y a mi que el diálogo me ha recordado al anuncio ese tan desagradable del colesterol... Desagradable por la señora y la niña tan acusicas, no por el colesterol en sí que qué culpa tendrá él de encontrarse en medio de semejante familia.
De la Eva Mendes no sé. Va a ser un sueño, Harry.
Oiga, que siempre podrá decir que ha bebido un extraño brebaje a base de polvo tipo cola-cao con corazón de palomo y cabeza de rana. Me parece una escusa la mar de creible.
Oiga, Marideliwes ¿ha visto el anuncio ese de Depuralina, que se ve a un chico y a una chica que se meten el tubo de una aspiradora en la boca y le dan al botón? Madre qué miedo da todo. Ahora ponen otro, más suave, de una especie de entrevista que hace una chica a un supuesto médico, todo con planos raros como para que quede moderno, pero de muy mala factura, la verdad.
Bua, Trikki, a mí que me da alergia casi todo, como que me voy a poner a probar cabezas de rana, a saber qué me puede pasar.
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