Al día siguiente, cuando salieron de Betania, Jesús tuvo hambre. Y viendo de lejos una higuera con hojas, fue a ver si quizá pudiera hallar algo en ella; cuando llegó a ella, no encontró más que hojas, porque no era tiempo de higos. Jesús, hablando a la higuera, le dijo: «¡Nunca jamás coma nadie fruto de ti!». Y cuando Jesús se volvió para proseguir su camino la higuera le gritó: «¿A santo de qué?». Y Jesús se volvió hacia la higuera y le preguntó: «¿A santo de qué... qué?». Y la higuera le respondió: «Que a santo de qué me echas la maldición de que nadie coma fruto de mí si sabes que no estamos en temporada de higos. Tu vienes otro día, dentro de tres meses, y te doy los higos que quieras; pero si vienes ahora a buscarme higos pues no encontrarás higos, pues no es temporada, bien lo deberías saber». Y Jesús le respondió: «Que bien, pero que yo quería higos». Y la higuera le contestó: «Y yo quiero un chalet en Torrevieja, Alicante, pero si te digo que no tengo higos pues no tengo higos, que no es temporada. Eso no es razón para que me maldigas, puñetero». Y entonces los discípulos acompañaron a Jesús al Carrefour más cercano, lo guiaron hasta la sección de frutas y verduras y le ofrecieron una bandeja retractilada con seis higos bien dispuestos. Y Jesús rompió el plástico con la uña del dedo índice de su mano derecha, que a la sazón la llevaba más larga que las demás uñas, tomó un higo, se lo llevó a la boca, lo mordió y dijo: «Sabed todos que estos higos serán de importación, pero aún siendo de importación no están del todo mal y bien se pueden comer». Y uno de sus discípulos posó su mano sobre el hombro derecho de Jesús y le dijo: «Caprichines, cada día estás más caprichines». Y Jesús le contestó: «Vale, pero yo quería higos y ya tengo higos».
viernes, 8 de enero de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
11 comentarios:
Se ha dejao usté de poner "Y vió (o vieron) que era bueno...".
Casi todos los chascarrillos de la biblia llevan esta frase en algún punto.
Hace mu bien Jesús qué joder, yo también hubiese esteriliziao la higuera, queseso de no darme higos a mi, que soy el hijo del hombre.
Lo que está también claro es que Jesucristo no era del Alguaire.
Hola Don Harry y compañía, ya que va de higos la cosa. siempre he tenido yo una duda casi existencial...¿que diferencia a los higos de las brevas? seguro que aquí, blog de mi confianza,
hay alguien ducho en la materia, seguro, seguro...
sí, pero no estaban igual de buenos, que no era temporada
Y el pelucafregona ése, ¿quién demonios es?
Tojunto
¿Cómo se le ocurre a la higuera no tener un comportamiento como Dios manda?. De las piedras tiene que brotar agua, las zarzas arder sin quemarse, la burra de Balaam hablar.
Así responden las criaturas del señor a sus peticiones, hombre....
(Aunque también es de aplaudir la actitud de los discípulos, que no debía estar la región para ir secando tó lo que crece)
¿Un chalñet en Torrevieja? Anda que no ha de ser antigua la historia esa.
Feliz año, harry y familia y todas esas bienintencionados aprabienes al uso.
Orfeo Euclides
Como se nota que Jesús era carpintero, que si llega a ser agricultor hubiera dejado a la pobre higuera tranquila.
La verdad es que Jesucristo con las higueras era un filón, Harry. ¿Sabe usted aquél que diu...? Zaqueo, apodado El Chiquitín ─que además era republicano, inspector de hacienda, rico, y por todo ello odiado─, estaba intentado ver a Jesús cuando éste entró en Jericó, pero como Zaqueo era bajo de estatura y todo el mundo se agolpó para también verlo, impidiéndole conocerlo, se subió a una higuera y Jesús le dijo: «Anda, baja pronto, porque conviene que hoy me quede yo en tu casa». Y el pueblo fue un murmullo (Lucas, 19, 1-10).
Así fue como se inventó el Turismo Rural (Hospedería «La Higuerita» llamó al negocio el tal Zaqueo).
El "pelucafregona" es Mister David Bowie antes de ser Master David Bowie. Mediados de los 60's y defendiendo en televisión algo así como La Liga para que los Hombres Tengan el Derecho a Llevar el Pelo Largo Si Quieren. Ni aún así consiguió que su single se vendiera. Y no es coña.
Eso de «y vio que era bueno» es más del Génesis, miguelgato. En el Nuevo Testamento, si Jesús ve una higuera que no le da fruto cuando se le antoja, placa, la maldice. Que luego daba mucho amor a todos sus hermanos, pero a las higueras me las llevaba más rectas que rectas.
La respuesta es sencilla, gregor, el mundo higueril se clasifica en dos tipos: la higuera breval y la higuera que solo da higos. La primera da dos frutos al año, la breva (en junio y julio) y el higo (para agosto); la segunda da higos en agosto y no le pida más. La breva es más gorda y mas hermosota y el higo es más pequeño y más dulce. La frase «de higos a brevas» ya sabe por qué razón viene: que desde que salen los higos en agosto hasta que salen las brevas en junio pasan muchos meses.
Eso es, Lady in the radiator. Que es que la gente se empecina con la cosa de comer fruta fuera de temporada y luego se quejan.
Pues ya no le contesto, Tojunto, que más abajo Nemo Nadir se lo responde a las mil maravillas. El de hoy es fácil, no me diga que no.
Pues digo, Badil, que qué poco le costaba a su padre ponerle cuatro higos media hora antes de que su hijo saliera de casa y asina no me le daba ese disgusto. Cuatro higos, si no le costaba nada.
Igualmente, Orfeo, feliz año para todos ustedes.
Ojo, Gloria, hijo de carpintero, que él era más de la generación ni ni. Un tío moderno.
Bueno, era un sicómoro, Arkab, que «para el caso, de Tauste», pero la verdad está allí. Jesús encontró en el sicómoro el higo que no halló en la higuera.
Eso es, Nemo Nadir, sea bienvenido a esta casa.
Pues anda que Noé podría pasar también por adalid de la justicia, pero por lo que se dijo. Después del diluvio universal, agarra Noé y planta una viña. Pa bebérsela. Y se la bebe. Y se pilla una toña descomunal. Y como a cualquier gamberro de pueblo que se precie, le da por quitarse la ropa. Y luego se queda dormido. Y entra en su tienda su hijo, y lo ve, y avisa a sus hermanos: "Venir a tapar a padre, que menuda vergüenza de hombre".
Y cuando se despierta Noé y se entera, agarra y maldice a su nieto, pa los siglos de los siglos.
Ole sus cojones.
Debió de ser la resaca, pero mira el pobre Canaán, el chaval, qué culpa tenía del mal beber de su agüelo.
(Véase Génesis, 9, 18-29)
Publicar un comentario