Aquella muerta me dijo:
—¿No me conoces?... Pues me deberías conocer... Has besado mi pelo en la trenza postiza de la otra.
El texto de arriba pertenece a Otras fantasmagorías (1946) de Ramón Gómez de la Serna. No se le puede llamar microrrelato porque en esos años para mí que aún no se le había ocurrido a nadie ese nombre para los relatos cortos. Ni falta que hacía. En mala hora. Ahora me da que la gente escribe microrrelatos para ver quién lo escribe más corto y a ver quién es más ingenioso con menos letras. Acaba resultando una suerte de haikuquismo occidental muy mala pero muy cómoda para lectores vagos. Y se copian, claro, con tan pocas palabras, al final, todos se parecen. Pues lo normal.
jueves, 24 de junio de 2010
Aquella muerta
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