lunes, 16 de marzo de 2009

La pata del pollo va con el pollo

Una de las demostraciones más espectaculares de la ilusión del yo unificado es la de los neurocientíficos Michael Gazzaniga y Roger Sperry, que demostraron que cuando los cirujanos cortan el cuerpo calloso que une los hemisferios cerebrales, literalmente parten el yo en dos, y cada hemisferio puede actuar libremente, sin el consejo ni el consentimiento del otro. Y lo que es aún más desconcertante, el hemisferio izquierdo teje constantemente una explicación coherente pero falsa de la conducta escogida sin que lo sepa el derecho. Por ejemplo, si el que realiza el experimento lanza la señal «Andar» al hemisferio derecho (manteniendo la señal en la parte del campo visual que sólo el hemisferio derecho puede ver), la persona cumplirá la orden y empezará a andar para salir de la habitación. Pero cuando a la persona (concretamente, al hemisferio izquierdo de la persona) se le pregunta por qué se levantó, dirá, con toda sinceridad «Para tomar una Coca-Cola», y no «Pues no lo sé» o «Simplemente me entraron ganas de hacerlo» o «Llevan años haciéndome pruebas desde que me operaron, y a veces hacen que haga cosas pero no sé exactamente qué es lo que me pidieron». Asimismo, si al hemisferio izquierdo del paciente se le muestra un pollo, y al derecho se le muestra un paisaje nevado, y ambos hemisferios han de escoger una imagen que se corresponda con lo que ven (cada uno utiliza una mano diferente), el hemisferio izquierdo elige una pata de pollo (correctamente), y el derecho, una pala (también correctamente). Pero cuando al hemisferio izquierdo se le pregunta por qué la persona en su conjunto tomó esas decisiones, dice alegremente «Pues es muy sencillo, la pata del pollo va con el pollo, y se necesita una pala para limpiar el gallinero».

Steven Pinker: La tabla rasa, pp. 77-78, Paidós, Barcelona, 2005.

Me he tomado la licencia de publicar este texto de un libro de Pinker sabiendo que Arkab está de viaje. Que como a Arkab, que es mi faro, mi guía y mi pastor, le cae gordo Pinker, pues cuando no está de viaje no pongo textos suyos, no se me vaya a disgustar; pero, oigan, como ahora no me lee, pues me he dicho «voy a poner este texto tan salao de la pata de pollo». La conclusión a la que llegamos es que el hemisferio derecho es un tipo serio, formal y obediente, y el hemisferio izquierdo es el que se comporta como un marrullero y un fiestero. No en todos los casos, para los que somos zurdos es justamente al revés.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

¿y los vascos?
En PNL van al revés, ¿han hecho ya las pruebas en este caso? ¿ha hablado alguien con spock ibarretxe?
¿O con caperrucita lópez?

umm, es preocupante

Portarosa dijo...

Pues sí que le gusta a usted Pinker.
Voy a leer un ensayito que hay disponible en la red, http://www.sindioses.org/escepticismo/misterioconciencia.html

, que es lo único que tengo a mano.

¿Usted qué libro suyo aconsejaría?

Harry Sonfór dijo...

Portorosa, yo conozco tres libros de Pinker, «El mundo de las palabras», que habla mucho del lenguaje, «Cómo funciona la mente», que habla mucho sobre la percepción del humano con lo que le rodea, y ahora ando con «La tabla rasa. La negación moderna de la naturaleza humana», que trata sobre la idea generalizada que se ha impuesto sobre la mente humana, que es una tabla rasa en la que la sociedad, o la «cultura» escribe todo. Él dice que no, que una parte hay de cultural y otra parte de genético, pero que si dices que hay parte de genético pues los de la cultura se ponen furiosos porque salen a la luz asuntos que es mejor no tocallos (racismo, sexismo, etc.). Que tenga paquete a Margaret Mead como antropóloga ya es un aliciente para mí. Todos sus libros me parecen muy divertidos y muy salaos. Y luego, oiga, que son estupendos para llenar estanterías. Al hombre le gusta hacer libros tocho, de unas 600 ó 700 páginas y como es profesor lo explica todo muy detallado y muy bien. ¿Que no ha quedado clara tal cosa? pues lo vuelve a explicar. Y lo más importante, que es un psicólogo experimental guapete, que parece que de un momento a otro va a sacar una guitarra y se va a poner a cantar canciones de Simon & Garfunkel. Debe llevar locas a todas la alumnas. Vale, eso es lo importante: hay que leer a Pinker porque es un tipo guapete con pelazo.

Portarosa dijo...

Es usted muy gracioso, perdone que insista.

Harry Sonfór dijo...

Eso es que no me ha visto recién levantado.