lunes, 7 de junio de 2010

Un mal día

El hombre que se tiró desde el duodécimo piso creyó que toda su vida pasaba por su cabeza, pero más bien le vinieron a la memoria unas pocas imágenes que formaban una simple aunque perfecta sinopsis de su vida. Unos cuantos fotogramas chapoteando en una piscina hinchable decorada con flores de colores chillones en la terraza de la casa de su infancia (y el rojo de la baldosa de ladrillo mojada, el rojo de la baldosa de ladrillo seca), un cumpleaños en una habitación oscura virado a tonos verdosos con la puerta de la cocina resplandeciendo al fondo, una escena brumosa y azul de calentón amoroso en pleno invierno en el banco de una plaza (y esas mejillas, tan frías y a la vez tan encendidas), una paella calurosa y amarilla en pleno mes de agosto en el corral de unos amigos con un perro oliendo a perro sudado babeando sobre la rodilla y una pelota naranja formada por pequeñas bolitas de goma naranja comprimidas, el habón producido por la picadura de una avispa en la pierna derecha bajo el calcetín, una vista con todo tipo de grises (grises marrones, grises azulados, grises rojizos, grises amarillentos) desde lo alto de un edificio de la ciudad, un primer plano dorado de su reflejo en calzoncillos frente al espejo y un trozo de pastel de chocolate con la cobertura helada exudando gotitas de agua. En el segundo piso, el hombre que se tiró desde el duodécimo piso pensó que no sería mala idea volver a probar ese pastel de chocolate, y al instante escuchó un ¡choc! dentro de su cabeza y sus sesos se extendieron sobre el suelo como un huevo recién cascado. Un mal día, al fin, pero muy rememorativo.

8 comentarios:

Badil dijo...

Pues es la primera vez que veo la palabra habón escrita. De hecho yo pensaba que se escribía como el avon que llama a tu puerta.Qué cosas.

Portarosa dijo...

¿Se arrepintió, entonces, en el segundo piso? ¿Comprendió que había por qué vivir, aunque fuese ese pastel?

Me han encantado las imágenes-recuerdos.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Cómo me gusta la foto. Cómo me gustan las fotos mentales de ese señor. Ójala mis imágenes sean (dentro de mucho tiempo) igual de bonitas.

Spanique dijo...

Pues es lógico un haba gorda, un habón... Superlativo de tonto de... AY no, madre, qué digo

Helter dijo...

Pues uno de mis más antiguos recuerdos es lavarme en el fregadero del patio con una pastilla de habón (con hache aspirada) lagarto que casi no podía coger de lo grande que era y lo pequeña que era mi mano.

miguelgato dijo...

A mi me pasa lo que a Badil, es raro ver escrito como Habón lo que toa la vida te has imaginado como Avón.

Gloria dijo...

Pues un poco de envidia le tengo al hombre, que ya me gustaria a mi acordarme de un pastel de chocolate al llegar al segundo piso... Yo seguro que pensaba "¡Mecachis! ¡He salido de casa sin llevarme las llaves!"

Harry Sonfór dijo...

Habón, del latín, haba gorda, Badil. Pues es que no hay palabra que lo exprese mejor. Habón. Mire si es bonita.

Pues imagino que sí, Portorosa, que algo se arrepintió. Pero tampoco había una intención de buscar razones para vivir. Mire que la mía principal ahora es que a eso de las tres y media - cuatro echan mi serie favorita, Skins, en Antena Neox. Madre si me gusta esa serie.

Y ole lo que me gusta que le gusten, Lady in the radiator.

de tonto del haba, Spanique, que es un calificativo bien bonito. Yo lo uso mucho. Es como tonto la polla pero más cariñoso. Tontolaba. Bien bonito.

Pues es un recuerdo bien bonico, Helter. En casa también había pastillones de Lagarto y recuerdo su peso. Luego llegó el jabón de Marsella como moda y le pillé manía, qué mal dieron con el jabón de Marsella, todo el día con el jabón de Marsella, que para mí que lo utilizaban hasta como ingrediente del sucedáneo de cohocolate.

Que no, Miguelgato, que cuando llama a la puerta Avón sale una señora con traje de chaqueta y cuando llama un habón a la puerta... pues es mejor no abrir. No abra. ¿Bien?

La de tiempo que pasamos pensando si llevamos las llaves y buscando las llaves, Gloria. Yo ya, si no sé que llevo las llaves encima no salgo de casa. Las llaves, el Iphone, el tabaco, las gafas de sol, la cartera, el mechero, los medicamentos... De chaval eran las llaves, quinientas pesetas y el condón de la suerte. Cachis.