viernes, 2 de mayo de 2008

Un «Yo acuso» posmoderno


El 13 de enero de 1898, el escritor Émile Zola publicó en el diario francés L'Aurore su célebre «Yo acuso, carta al presidente de la República». En el artículo, Zola, acusa al teniente coronel Paty de Clam como responsable del error judicial contra Dreyfus y al general Mercier por haberse hecho cómplice; al general Billot de haber tenido en sus manos las pruebas de la inocencia de Dreyfus y no haberlas utilizado; al general Boisdeffre y al general Gonse por haberse hecho cómplices del mismo crimen; al general Pellieux y al comandante Ravary por realizar una información infamante; a los señores Belhomme, Varinard y Couard, peritos calígrafos, por sus informes engañadores y fraudulentos; a las oficinas de Guerra por haber hecho en la prensa, particularmente en dos diarios, una campaña abominable para cubrir su falta y al primer y segundo Consejo de Guerra contra el capitán Alfred Dreyfus (de origen judío-alsaciano), condenado a cumplir cadena perpetua en la isla del Diablo (Guayana francesa) por alta traición.

En cuanto a las personas a quienes acuso, debo decir que ni las conozco ni las he visto nunca, ni siento particularmente por ellas rencor ni odio. Las considero como entidades, como espíritus de maleficencia social. Y el acto que realizo aquí, no es más que un medio revolucionario de activar la explosión de la verdad y de la justicia. Sólo un sentimiento me mueve, sólo deseo que la luz se haga, y lo imploro en nombre de la humanidad, que ha sufrido tanto y que tiene derecho a ser feliz. Mi ardiente protesta no es más que un grito de mi alma. Que se atrevan a llevarme a los Tribunales y que me juzguen públicamente. Así lo espero. (últimas líneas del «Yo acuso», el texto completo aquí).

Ahí es nada. Zola fue condenado por difamación a un año de cárcel y a una multa de 7.500 francos, que pagó Octave Mirbeau, escritor dreyfusista, anticlericalista y antimilitarista. El mismo día de la publicación, la policía detiene al teniente coronel Picquart. En 1906 Alfred Dreyfus fue exonerado y reintegrado en el ejército con todos los honores.

La revelación del escándalo en Yo acuso (J'accuse), un artículo de Émile Zola en 1898, provocó una sucesión de crisis políticas y sociales inéditas en Francia que en el momento de su apogeo en 1899, revelaron las fracturas profundas que subyacían en la Tercera República Francesa. Dividió profunda y duraderamente a los franceses en dos campos opuestos, los dreyfusards (partidarios de Dreyfus) y los antidreyfusards (opositores a Dreyfus). Reveló también la existencia en la sociedad francesa de un núcleo de violento nacionalismo y antisemitismo difundido por una prensa sumamente influyente. El caso se convirtió en símbolo moderno y universal de la iniquidad en nombre de la razón de Estado. (Wikipedia).

Abril del año 2008, la periodista del corazón Chelo García Cortés publica su libro Yo acuso, obra en la que, según pone en la contraportada, acusa:

...a los que vivimos de contar lo que pasa porque, a veces, nos pasamos. Yo acuso de que nos dejamos llevar por la fuerza de un titular sin colocarnos en la piel de quien es objeto de nuestras informaciones u opiniones. Yo acuso a quienes sentados en el sofá del salón piden más sangre. Yo acuso a quienes maltratan y se defienden en un plató cobrando por mentir. Yo acuso a quienes les pagan. Yo acuso a quienes les entrevistamos, por no abandonar ese plató. Yo acuso a quienes se inventan que han sido maltratadas, difuminando el terrible dolor de cuantas otras sufren de verdad semejante situación. Yo acuso de que cobren por inventarse algo así. Yo acuso de que les paguen por ello. Yo me acuso por no rebelarme cada vez que algo así ocurre y por no hacer huelga de preguntas.


Ahora, díganme si no nos estamos volviendo tontos todos. Pero tontos tontos.

10 comentarios:

Helter dijo...

Yo lo único que sé es que no creeré en la existencia de un perrito calígrafo hasta que lo vea con mis propios ojos. Vale perritos que dejen sus huellas como si estuvieran en Sunset Boulevard, pero eso de que sean calígrafos ya...

Harry Sonfór dijo...

No, no, peritos, son peritos, peritos calígrafos.

Arkab dijo...

¿Seguro, Harry? Que mire que yo creo que son perritos. Repase sus notas.

Helter dijo...

No me salga ahora con sutilezas de pronunciación... Que en China a los peritos se los comen, sean calígrafos o no.

david dijo...

Este "Yo acuso" debe ser cosa de un negro cachondo. Aunque burdillo es demasiado intertextual para esta buena mujer.

Arkab dijo...

Harry, que estaba aquí buscándole a mi hijo pequeño material para un trabajo sobre esponjas y celentéreos, que maldito sea el caso que le va a hacer la maestra, y mi hijo, por supuesto, faltaría más, que va de sobrao, y me he acordado de la Chelo García Cortés y me he dicho "pues voy a buscar cómo sale un pepino de mar del armario", y de resultas de lo cual que me he encontrado que el pepino de mar es equinodermo y que me lo comí, sin yo saberlo, con Pk. y mi hermano y mi cuñada en un restaurante de Barcelona (que se llama Botafumeiro, justo el día después que estuvo Clinton allí con el Rey Monarca de España, que yo no iba a ser menos), que allí lo llaman espardeñas o espardenyas, sorry, vaya confusión, y que tiene una cosa muy curiosa como las estrellas de mar, a saber: son animales con una simetría bilateral secundaria porque internamente sus órganos y sistemas aparecen en un número múltiplo de cinco. ¿No le parece a usted eio grandioso? Esta Naturaleza que siempre nos sorprende. Ay.

Harry Sonfór dijo...

Bueno, David, ya sabe usted que la mayoría de los textos que aparecen en las contracubiertas de los libros (mire qué bonito, antiguamente la llamaban «cuarta») están escritos por otras personas, salvo cuando dicen que es un libro muy bueno y que el autor ha hecho un trabajo muy maravilloso y muy sesudo, que entonces sí que da que pensar que lo ha escrito el mismo que firma el libro.

Harry Sonfór dijo...

Bien, Arkab, usted se comió un pepino de mar, pero no el pepino de mar, a dios gracias, que si no hubiera acabado con la especie pepinera. Mire que son encantadores esos bichos. Y sí, que cuando se comen se convierten en espardenyas y también son conocidos como carajos de mar, pastissets, morenas bambas, pixotas negras o llongos, mire qué nombres más bonitos también. Yo no lo he comido, y casi que ya no lo hago, no vaya a ser que. Pero bonitos de ver, son bien bonitos de ver. Yo creo que no muestran su simetría pentarradial porque es buena gente y por no aparentar, que si quisieran se pondrían tope pentarradiales y en lugar de pepinos podrían parecer casi cualquier cosa. Es buena gente con buen interior (bien, aclaremos que lo que se comió en concreto en el restaurante barcelonés fue su tubo digestivo, que lo demás se desecha).

Badil dijo...

La Chelito da por sentao (y hace bien)que el que compre su libro no lee mucho a Zola. ..Bueno que igual la Pantoja si, no era ella la que pedía intervención del gobierno o del rey ..sintiéndose com una Dreiffusa con su bigote y to y to.

Trikki dijo...

Hombre, a diferencia de a otras, a esta al menos no se le hincha vena alguna cuando habla.

Creo que hay dos escalones de periodismo marujil, uno de ellos pretende ser literario, como el de esta señora y Angel Antonio Herrera, que pretenden hacer de las noticias amarillentas literatura barata y profunda, cosa que no cambia el color amarillento de la cosa creo yo.

Que si que si, que los pájaros con escopetas.