lunes, 10 de agosto de 2009

La cabecera

Que no cambia la cabecera, que no cambia la cabecera... Copón, cómo quieren que cambie la cabecera si estoy de vacaciones. Ahora mismo estoy en L'Ampolla, en una terraza con vistas al mar, música chilau de esa y una cerveza fresca. He venido a L'Ampolla porque se dice que de lo que se veranea se cría. A ver.

13 comentarios:

miguelgato dijo...

En ese caso no habrá que veranear en Coma-Ruga, sugiere cualquier cosa y ninguna buena.

Yahuan dijo...

Bueno, pues qué menos que desearle unas felices y entrañables vacaciones.

P.D.: salude a los ampolleros y ampolleras de mi parte.

Arkab dijo...

No olvide no comer gambas no le vaya a salir lampolla y la caguemos.

Y no olvide cambiar la cabecera. Miau.

laMima dijo...

Má, ¿questá en L'Ampolla?..dele recuerdos de mis partes...los veranicos que hemos pasado en el camping allí..y por el Delta..con sus mosquiticos....tenga cuidao Harry, que ahora está "el tigre" y es voraz. Se lo pregunte a mi Dani.
Ah, que envidia..el arroz de Casa Nuri en Riumar....ay como me deja

Javier López Clemente dijo...

Digan lo que digan, lo más importante de L´Ampolla es la cabeza
;-)

Salu2 Córneos.

Inde dijo...

Oiga, pues me quita la música chillau y le tengo a usté una envidia del copón. Con ese tostón de fondo, sin embargo, pues no.

Labegue dijo...

A ver...

Harry Sonfór dijo...

Hale que ya se han acabado las vacaciones y de nuevo a la rutina esa y tol monario.

Inde dijo...

Qué maja es la expresión esa de "tol monario".

Hala, bienvenido a la socarrina. Au.

Arkab dijo...

Oiga, Harry, usted que es una persona instruida que escucha los cuarenta principales, a ver si me puede resolver esta desazón que me carcome. Verá, esta tarde me ha dado por ir al Hipercor, lugar donde se refugian al fresquito las almas sevillanas para no pasar calor, me he dado cuenta de algo no precisamente insustancial, a saber: No hay un ser vivo en la tierra, salvo Johnny Deep y José María Aznar (un poco más recortaíco, eso sí), al que le caigan bien en su cuerpo unos pantalones piratas. ¿Quién ha inventado los pantalones piratas? ¿Es necesario que los hombres de bien se pongan unos pantalones piratas? ¿Son obligados por sus madres, esposas o novias a realizar este acto consuetudinario de llevar pantalones piratas? ¿Por qué? Dígamelo usted, que es mi faro, mi guía y mi pastor de la moda mundana.

Harry Sonfór dijo...

Ay, calle, calle, Arkab, que uno es de carne débil y ha sucumbido. A saber. Servidor, en verano, suele trabajar con un bañador bicolor que tengo desde los diecisiete años al que por faltarle le falta hasta esa telilla agujereada interior que pone las cosas en su sitio. En su tiempo, una de las perneras era de color amarillo fosforito pero ahora tiene un color helado de limón pocho. Bien, a lo que voy. A mi señora, cuando llega a unos grandes almacenes, se le despierta el gen ese que es una mezcla de esposa y de madre, y hace unos meses me dice «mira qué pantalones más majos y más frescos mira qué frescos y encima negros son de tu talla y además mira qué precio y así tiras ese bañador que se cae a trozos mira qué majos y qué frescos parecen cómodos». Vale, los compré. Y estuvieron ahí sobre la cesta con tapa del Ikea mirándome fijo durante cosa de tres meses. Me los probé un día para trabajar y, vaya, que no eran tan cómodos como los pantalones esos que me pongo de cuando MC Hammer estaba de moda. Volvieron de nuevo al cesto. Pero unos días atrás, con estos calores, me dije «voy a probármelos otra vez a ver», me los probé y oiga, que me quedaban bien, que me hacían un trasero que ríase usted de Mel Gibson, y como servidor es de canilla bonita, que otra cosa el Altísimo no me ha dado, pero canillas bonitas, madre mía qué canillas más bonitas, me lancé a la calle y fue salir a la calle y todo fueron gritos femeninos diciendo «ay, quién fuera esos pantalones piratones para estar cerca de esas canillas» y todo rechinar de dientes varoniles por la cosa de la envidia, que es muy mala.
Y ahora, oiga, que no hay quién me quite los piratas. Tol día con piratas. Un no parar. Que yo antes ponerme unos piratas ni por dinero, pero que he sucumbido. Lo que se van a comer los gusanos que lo disfruten los humanos, que se dice.

Harry Sonfór dijo...

Ojo, piratas. De ciclista aún no me ha dado, ojo, no vaya a ser. Piratas discretos. Eso.

laMima dijo...

Macarena bendita..¡Harry en canillas! y yo fotografiando buitres...
Queremos las fotos. No digo más.