viernes, 7 de agosto de 2009

El pato y la muerte


Mañana he quedado con un señor chiquitico al que quiero mucho. Así que he ido a comprarle un libro y tras buscar y rebuscar en la sección de libros para niños y cuando ya estaba por desistir porque todo lo que veía o era muy feo como libro, o los dibujos eran feos de asustar, o tenía una tipografía muy fea, o era muy cursi o era de la prima del cuñado de Harry Potter. Al final, a punto de irme, lo he visto ahí todo hermoso luciéndose en un estante, todo color crema con un pato mirando a lo alto en la cubierta, como los patos laqueados colgantes de los restaurantes chinos. ¿Cómo voy a negarme a comprar un libro con fondo color crema con un pato mirando al cielo en la cubierta? Me lo acabo de leer, en cinco minutos, y me he dicho que sí, que tengo buen ojo para los libros, copón. Pues es un libro bien bonito. El texto es bien bonito, las ilustraciones son preciosas, la tipografía es bien bonita (aunque en la traducción ponen, ay, comillas altas o inglesas en lugar de las comillas latinas). Se llama El pato y la muerte, de Wolf Erlbruch (Barbara Fiore Editora, 2007) y va de un pato que se encuentra con la muerte (una muerte que lleva una bata de cuadros y tiene por cabeza la calavera de un niño) y se ponen a hablar de sus cosas. Ojo, que ahora me da palo regalárselo al chicote y quedarme sin él. Mejor, se lo regalo y el próximo día que vaya a la civilización me lo compro para mí. Recuerden: El pato y la muerte, de Wolf Erlbruch y es bien bonito. Ni conozco personalmente al autor ni conozco personalmente a la editora, así que es una recomendación libre de prejuicios o de intereses. Para algo servirá que este blog no sea un blog cultural. Miau.

Arriba, en la foto, Wolf Erlbruch, el autor de los textos y las ilustraciones del libro. Miren qué guapete es. Con ese nombre y esas gafas tan bonitas no se puede dibujar mal. Wolf Erlbruch es también el autor del libro El topo que quería saber quién se había hecho aquello en su cabeza, que va de un topo que se levanta con un cagote sobre la cabeza y va preguntando a diferentes animales por el autor de la obra. Wolf Erlbruch no es solo un autor recomendable, es el autor que hay que comprar. Hay un batallón de ilustradores y escritores infantiles que lo copia sin ningún reparo, pero nadie lo hace tan bonito. Puestos a comprar, pues habrá que comprar el original.

Y ahora ya, más blando que la mierda de pavo tras leer el dichoso libro, vengo a confesar que me he hecho fan del anuncio de Evax Adapt. Es el anuncio que más me gusta del momento. Estaría horas y horas ahí viéndolo, con esa musiqueta tan pegadiza. No hay anuncio mejor. Bueno, el de Balay de la chica que baila en la cocina con ese vestido campestre y esa rebequita azul celeste. Ese también. Yo creo que ya solo acepto los anuncios en los que sale gente que baila. O bailan o no hay nada que hacer. Me gustan los anuncios de gente que baila. Ojo, no todos. Por ahora, estos dos.

24 comentarios:

añil dijo...

El libro me viene de miedo. Tengo un regalo pendiente para alguien "bajito".

Sobre los anuncios me reservo mi opinión, aunque si te gusta bailar, adelante, música es música.

Hoy me divertido con tu entrada.

(¿Con que mierda de pavo?)

miguelgato dijo...

Oiga, que no se como lo hace usted, pero ahora cada vez que escribo y pongo comillas altas me parece que estoy violando la ley o algo por el estilo.
La pega es que para poner las comillas latinas me tengo que ir al jodio mapa de carácteres porque no me se de memoria el numero del ALT para que salgan.
Tiene güevos la cosa.

Harry Sonfór dijo...

Huy, bailar. No, no, lo que me gusta son los anuncios con gente que baila, pero bailar bailar no... Vamos, que lo de bailar no...

Anónimo dijo...

Sobre todo si bailan tías delgadas. Si no salen tías delgadas, a cascarla el anuncio.

Bolo.

Yahuan dijo...

Tiene buena pinta, habrá que apuntarlo en la lista de pendientes e ir a buscarlo

Arkab dijo...

Oiga, pues la canción original de Chemical Brothers bien bonita que es (y el pez globo que sale en el vídeo haciendo el acompañamiento, más todavía).

laMima dijo...

Joé, pues lo tendré que pillar oiga, con lo que cuesta encontrar cosas dignas para chicos..¿y donde dice que lo ha encontrao?, chíveme más datos por lo que más quiera

Harry Sonfór dijo...

No quisiera eso, por el amor de dios, miguelgato, que cada cual ponga las comillas que desee cuando escriba en un blog, pero en un libro, en un libro nooooo.

Harry Sonfór dijo...

Cagonlaleche, Arkab, que estoy con el iphone y no encuentro el tema original que dice...

Harry Sonfór dijo...

Usted sabe que servidor compra siempre los libros en librerías grandes, laMima, que las pequeñas me dan dentera. Hice la compra en un sitio que empieza por f y acaba por nac, así no hacemos publicidad. Ya no le digo mas.

Arkab dijo...

Pues lo tiene fácil, se trata de El Baile del Salmón, que en estas fechas estivales para los anglosajones debe ser como para nosotros el tema El Venao, El Venao. Si quiere una versión más modernilla, así tipo DJ-chungo-cubata, para sus sobrinos creciditos, también tiene disponible la versión de los «Crookers».

laMima dijo...

Oído cocina.
Pero como, ¿no le gustan las librerías chiquiticas?, pues las hay bien majas, vaya que sí. Aunque claro, te vas a una de esas grandotas y pierdes el sentío (y los cuartos) mirando de aquí para allá.
Me parece que a mí me gustan todas. Como las papelerías, ¡ay si me gustan las papelerías! Rotuladores, bolis, cuadernicos...mmmmmm

Harry Sonfór dijo...

Ma que vídeo mas bonito el vídeo de los pescaos, Arkab. Que no lo conocía, que sabe que a mi me saca de los Carpenters y ya me pierdo. Tienen algún tema que me parece trash metal casi, no le digo mas...

Harry Sonfór dijo...

Que no hay manera, laMima, me mete usted en una librería de esas pequeñas y me salen ronchones en la piel del tamaño de un donuts. Que lo he probao pero no hay manera. A mi me gustan esas librerías llenas de pasillos y secciones. En el momento que me visten una librería y me la ponen coqueta, como cultural y cercana, placa, las ronchas. No hay manera.

Javier de la Iglesia dijo...

Por fin, las comillas solucionadas. Mi costumbre, a la hora de escribir las entradas blogueras era hacerlo con el NotePad, quizá porque, cuando he usado OpenOffice o el Word viejo que tengo, pues me metía formateos raros, que me daban bastante lata con el Blogger, vamos. Hoy, por fin, me he remangado y al final ha salido, a su manera, pero ha salido. En el OpenOffice lo he conseguido con el mecanismo de sustitución ortográfica: después de varios intentos fallidos y al final, nunca sabes muy bien por qué, ha funcionado. En mi Word, al menos, no iba ni para atrás lo de la sustitución (ni tampoco a mí me funciona lo del Alt+número, o yo no lo sé hacer). He optado entonces por la combinación de teclas (que es una ventaja de Word frentre al Open): ir a menú Insertar/símbolo/seleccionar cada comilla/abajo, en teclas, buscar una combinación que no esté ya asignada (las mías son para « AltCtrl+Mayus+Q y para » Alt+Ctrl+W). Si le viene bien a alguien la experiencia, estupendo. Ah, si copias el texto de Word y lo pasas a un NotePad y lo guardas, hazlo en formato ANSI o Unicode porque TXT no conserva comillas españolas.

Harry Sonfór dijo...

Ole, hay que montar la asociación de defensores de las comillas latinas, Javier. Ojo, que yo aquí con el ifon lo intento y no hay manera, señores, pero tampoco con los signos de apertura de interrogacion y exclamación... Con las tildes... Ahí vamos...

Inde dijo...

Hala. Hemos debido de tener una "telepataiaia" rara: estos días ando yo enamorá perdía con un tal Leo Lionni, que descubrí su "Frederick" para hacer un regalo (en la Librería Central: no es de las pequeñas, pero como conozco al colega que lleva la sección de infantil, pal caso como si lo fuera, y a mí eso sí que me gusta), pues eso, que casi no hago el regalo y me quedo el libro yo.

Le dejo aquí un par de enlaces sobre el autor y el libro, señor Sonfór, y en su honor entro ahora en mi blog para dejarle la fotico del colega, que debía de ser bien majo él.

Inde dijo...

Ay, los enlaces:

http://www.randomhouse.com/kids/lionni/index.html

http://www.revistababar.com/web/index.php?option=com_content&task=view&id=28&Itemid=49

También tiene entrada en la Wikipedia, claro.

Arkab dijo...

Bueno, yo voy a hacer mi aportación a la causa de las comillas latinas:

1) Si tiene un PC de los que tienen el teclado numérico a la derecha: Alt+174 y Alt+175.

2) Si tiene un portátil sin el teclado numérico a la derecha verá que hay junto a la tecla Ctrl que pondrá Fn, entonces: Fn+Alt+J7U y Fn+Alt+J7I.

Eso sí, como esto les funcione y no pongan las comillas latinas a partir de ahora que sepan que un ángel del Señor se encargará de que el resto de sus vidas sea un rechinar continuo de dientes. Ojo.

Harry Sonfór dijo...

Si señora, Lionni ya es un clásico, también conozco. Y es bien salao. En el fondo, soluciona lo de la caverna de Platon con más alegría. Ojo que a servidor eso de la literatura para niños le pone los pelos de puncha como lo de la literatura para mujeres, pero de vez en cuando se encuentra cosa buena. Si. (Y sigo con mi lucha con las tildes).

Harry Sonfór dijo...

Este blog va a ser el blog que más habla de las comillas del mundo. De comillas ortográficas, de Comillas aún no, y eso que en su momento me tocó ver en vivo el Capricho de Gaudi... Madre de dios, que cosa ahí con esos azulejados de cocina con girasoles que en vez de estar en la cocina estaban pa fuera. Aún me despierto algunas noches con sudores. Madre mía.
Vivan las comillas latinas!

Javier de la Iglesia dijo...

Gracias, Arkab. Probablemente ésa (la del Alt+teclado numérico) sea la solución más práctica. En mi Word no funciona, pero sí en Open. En Word hay una combinación más sencilla que la que puse: es Alt+< y AltMayúsc+>. Nunca se acaba de aprender.

gregor dijo...

«¡¡¡¡¡LA MADRE DEL SEÑOR!!!!!»... ya no recuerdo para que era que valian las dichosas comillas...pero lucen de lo más aparente...
« gracias mil señor Arkab »
...y ahora a buscar lo de los Chemical...

Harry Sonfór dijo...

No, si al final pondremos de moda las comillas latinas. Sí señor. Qué alegría.