viernes, 14 de agosto de 2009

Se movía

A la mañana siguiente, me retiré al amplio ropero de nuestro cuarto, coloqué el cinematógrafo sobre un cajón, encendí la lámpara y dirigí la luz hacia la blanca pared. Después lo cargué con la película.
En la pared apareció la imagen de una pradera. En la pradera dormitaba una joven vestida con lo que parecía un traje regional. Al mover la manivela —esto no se puede explicar, no puedo poner en palabras mi excitación; puedo, en cualquier momento, rememorar el olor del metal caliente, el olor a polvo y alcanfor del ropero, la manivela en mi mano, el tembloroso rectángulo de la pared.
Yo movía la manivela y la joven se despertaba, se sentaba, se levantaba lentamente, estiraba los brazos, daba una vuelta y desaparecía por la derecha. Si seguía dando a la manivela, la chica volvía a estar en la pradera y luego repetía exactamente los mismos movimientos.
Se movía.

Ingmar Bergman, Linterna mágica, memorias. Tusquets, Barcelona, 2007.

La «incalculablemente» rica tía Anna regala para Navidad un cinematógrafo a Dag, el hermano mayor de Ingmar. Ingmar intenta convencer a su hermano para que le cambie el cinematógrafo por sus cien soldados de plomo. Lo consigue. El cinematógrafo ya es suyo.
Comienza la magia.
En casa, cuando era crío, había un proyector de super ocho. No tengo nada más que añadir a lo que escribe Bergman, son las mismas sensaciones. Bueno, sí, que además del olor del metal caliente recuerdo el olor del polvo quemándose sobre la lámpara con todo lujo de detalles olfativos. Lo demás, lo mismo. Bien, lo de la tía rica tampoco. Lo demás, lo mismo. Bueno, lo del hermano mayor tampoco. Lo demás, lo mismo. Bueno, lo de la colección de cien soldaditos de plomo tampoco. Lo demás, lo mismo.

Además, ayer, 13 de agosto, se celebró el día de los zurdos. Esos seres inadaptados que siempre las pasan canutas cuando tienen que hacer exámenes sentados en esas sillas que llevan una mesita incorporada en el lado diestro; esos seres que te dicen la dirección contraria cuando van de copiloto en el coche (a la derecha, ay, no, a la izquierda, ay, no, por ahí); esos seres que según las estadísticas se quedan sordos de una oreja antes que los diestros; esos seres que siempre dudan dónde hay que meter el billete del metro para que se les abran las puertas; esos seres con problemas para utilizar ciertas tijeras, ciertas plumas y la mayoría de las cámaras de fotos. Tengo manía a los zurdos que dicen que ser zurdo es lo mismo que ser diestro pero al revés y aún tengo más manía a los zurdos que se sienten especiales, más creativos y más chic por ser zurdos. Son unos inadaptaos y ya está. ¡A aprender con la mano derecha, cofón, como dios manda! ¡Unos vagos ses lo que sois!

11 comentarios:

Labegue dijo...

Sr. Sonfór. ¡Qué malo debe ser que le deje a uno una chica zurda!

Lo siento en el alma de verdad.

Un saludo

Harry Sonfór dijo...

Qué va, Labegue, si el que es zurdo soy yo. Pero zurdo zurdo de toda la vida. Chica zurda creo que no me ha dejado, no.

Santiago Cabello dijo...

¡Ay qué tristón!¡Qué penica más grande! Sonfór, me he permitido dedicarle una entrada -http://bajomiboina.blogspot.com/2009/08/para-harry-sonfor.html- con foto en mi blog, a ver si lo alegro una miaja.

Harry Sonfór dijo...

Qué va, Nianankoro, qué voy a estar tristón. Oiga, qué bonico el ángel guitarrero de la foto.

Labegue dijo...

Lo suponía...

laMima dijo...

Mi Daniel también es zurdo. "Zurdismo" todo él me atrevo a decir (que lo de la lateralidad tiene sus grados, ya sabe) y recuerdo que a mi aita, no se por qué, le hacía mucha gracia.
A mi lo que me más rabia me ha dado hasta ahora es lo de los cuadernillos de caligrafía y "grafomotricidad" esos porque el pobre se tapa la "guía" y no hay manera de que los rellene "comme il faut". Solo consigue hacer un borrón con la carbonilla del lápiz y que la profesora lo reprenda: ¡ay, que es muy chapucerete!.
Ná Harry, ya sabe usté que es muy chungo ser distinto.

david dijo...

oiga que yo me creo más especial, más creativo y más chic por ser acuario, no por zurdo, que también.

Harry Sonfór dijo...

¡Ya semos legión!

marideliwes dijo...

A mi me parece precioso el texto, Sr. Sonfór. Y todavía me sorprendo cuando alguien me gusta y saca un bolígrado y empieza a escribir con la mano izda. Me quedo alucinada, como si no estuviera viendo con el ojo bueno y se me hubiera torcido la cabeza. Claro, que yo... he sido de mano derecha de toda la vida :-)

Harry Sonfór dijo...

Pues no sabe el gustirrinín que me da escucharle eso, Marideliwes, digo escucharle, leerle. Usted ya me entiende.

Harry Sonfór dijo...

Que estaba pensando... acuarios y zurdos tampoco tiene que haber tantos, David. En unos días pondré una encuesta sobre zurdería zodiacal a ver qué sale.