viernes, 5 de febrero de 2010

Grandes verdades y el perro Tip moviendo el rabete

De esta foto se pueden contar grandes verdades: que en la imagen podemos ver a la familia Fletcher posando en lo que posiblemente sea el patio trasero de su casa, en Brunswick, Victoria (Australia), allá por el año 1913. También es gran verdad, pues así lo documenta la página web del Museo Victoria, que los integrantes de la foto son, de izquierda a derecha: Jim Fletcher (con un gato en el hombro), Syd Brearley (con otro gato al hombro), Perla y Dick Fletcher, Fred Brearley, Amelia Fletcher, Mabel Brearley, Emily Brearley y el perro Tip. Pero la verdad más grande y más verdadera es que el perro Tip o está contento porque tiene el día contento o está contento porque anda pensando en lo que va a hacer a los dos gatos trepadores cuando se bajen.

8 comentarios:

Zacarías Plissken dijo...

También es gran verdad que los gatos negros traen mala suerte. Mire si no, dónde han acabado éstos dos señores.

Si es que...

Harry Sonfór dijo...

No solo estos dos señores sino todos los que salen en la foto, Elradia. El radio de acción de la maldición de los gatos negros es inabarcable, y tupido como una mortaja de lana.

Blink dijo...

lo de llevar gatos en los hombros no lo había visto nunca...
yo quería ser chica pirata pero lo dejé porque lo del loro en hombro no me convencía mucho. He de confesar que esto menos... los señores parecen sacados de un cuento de chejov

Joana Pol dijo...

Siempre me ha resultado curiosa esa relación entre perros y gatos. ¿Qué ocurre primero, el ataque perruno o la actitud de defensa gatuna? ¿Los gatos huyen porque los perros los persiguen? ¿Los perros persiguen a los gatos porque les ven cara de sospechosos? ¿Acaso creen lo de que los gatos -negros o no- dan mala suerte? ¿Es todo cuestión de feromonas?

Harry Sonfór dijo...

Ah, pues no es raro, Blink, yo he conocido gatos muy majetes que disfrutan mucho trepando por espaldas humanas por ejemplo, cuando el humano está fregando los platos.

Harry Sonfór dijo...

Pues será algo ancestral, Joana Pol, de cuando los gatos dientes de sable se peleaban con los perros gigantes lanudos. Hay que contar con que los perros persiguen a todo bicho viviente, de un tamaño inferior al suyo a ser posible, con tal de que se muevan. Mientras, los gatos difrutan mucho viendo las reacciones de otros animales cuando les dan una guantada en el morro con todas las uñas al aire. Eso les divierte mucho. En ese asunto los perros son más de perseguir cualquier cosa y los gatos más empíricos, más de hacer probatinas. A mí, total, los dos me caen igual de bien.

Blink dijo...

yo soy mas de gatos... los perros, lo siento pero siempre me parecen unos taraos.
no he disfrutado tanto como viendo al perro de UP en mi vida, es justo justo, el fiel reflejo de mis pensamientos hacia los perros en general. me encantaría conocer a la persona que tan sabiamente definió ese personaje (que al final representa al mundo perruno al completo). hay alguna excepción, lo se... pero... son lerdos.

lo de los gatos, no se, me encanta que tengan esa mala leche, me encanta...
volviendo a la animación, acordaros de los siameses esos mala uva de... ¿los aristogatos o la dama y el vagabundo? no se donde salen pero estaban clavaos tambien.

besos harry.
*he decidido que ire dejandote besos de vez en cuando a ver si tu avatar se convierte en cary grant. ;-)

Harry Sonfór dijo...

¡Ardilla!
Blink, creo que usted se refiere a Si y Am, los gatos siameses de «La dama y el vagabundo», que si junta los dos nombres ya sabrá por qué se llaman así.
Respecto a lo del avatar, no hay manera. Igual conoce una tira humorística que se llamó en España «El Mago de Id» (The Wizard of Id) con guión de Johnny Hart y dibujos de Brant Parker. Bueno, era algo maravilloso. A lo que voy, que en una de las tiras salía una rana que le decía a una princesa «Si me das un beso me convertiré en lo que era antes», «¿Y qué eras antes?», le pregunta la princesa. «Un renacuajo», le responde la rana.
No hay chiste mejor.