sábado, 27 de febrero de 2010

Bongo Boards filantrópicos



Que me lo expliquen. Si ha vuelto el yo-yo, el hula-hoop, el frisbee, e incluso el burlesque (malditos cabrones con la cosa de revivir el burlesque, que ahora hasta va a ser fino, chic y cultural que te guste el burlesque, copón ya, que no dejan nada sano con la manía de las tendencias. Qué pereza la Dita Von Teese, ay, que tiene esa cara alechugada como de salir en la portada del ¡Hola! enseñando su casa)... ¿por qué no ha vuelto a ponerse de moda la Bongo Board? Es divertida, barata, se hace ejercicio muy bueno y muy tonificante de piernas, caderas, abdominales y tronco y se puede guardar debajo de la cama. Yo mismo, si supiera dónde comprar Bongo Boards, regalaría unas cuantas a algunos que me sé.

¡Crac!

Ya, ya sé que están pensando mal, como siempre. ¿Es que no me ven regalando una Bongo Board con buena intención, como un puro acto de amor? ¿Dónde quedó la presunción de filantropía?

10 comentarios:

Anónimo dijo...

en grupo mola más, sin duda.

Anónimo dijo...

Este de hoy es Pavlov, el que tenía un perro con un hambre de campanillas.


Tojunto

david dijo...

Mire que los Bongo Boards son ideales para aprender a caer. Yo de pequeño tenía un amiguico que sostenía que había que aprender a caerse de la bici y se lanzaba contra las paredes a toda velocidad para darse grandes ostiazos. Y en efecto, de mayor tuvo un accidente de moto gravísimo.

Garbanzo dijo...

Eso eso en grupo, que al bollullo es mucho más divertido.

Y diga que sí, Harry, a la filantropía por el Bongo Board.

Gloria dijo...

A mi lo que me gustaría es que volvieran los bañadores que llevan esas mozas, que los tangas de ahora no están hechos para culonas como yo.

Harry Sonfór dijo...

¡Bongo Boards gratuitos para todos los ciudadanos ya!

Anónimo dijo...

El señor Pavlov pa descanse tenía un perrico. Cuando el perrico sacaba la lengua, el señor Pavlov tocaba una campanica. Y así todo el rato. Luego cambiaron; el señor Pavlov tocaba la campanica, y el perrico sacaba la lengua. Yiban por hay y se lo enseñaban a todos. Y así se ganaban la vida. Más o menos.

Tojunto

Harry Sonfór dijo...

Eso es, ese señor mismo era, Tojunto. Hoy le toca a Oskar Kokoschka, que era un señor que pintaba muy bien así como suciete y que tenía apellido para hacer al pil pil. El truco: menear todo el rato. Se coge la cazuela y ahí, a fuego medio, venga a menear para que saque la gelatina proteínica, se mezcle con el aceite de oliva y emulsione y así salga la salsa espesa. Ajos en láminas, un poco de perejil fresco y ya está el plato. Son muy valoradas las de merluza, pero las de bacalao también sirven. Las de anchoa no, ni lo pruebe.

Anónimo dijo...

Hay una maquinica que lo hace (lo me menear el cazuelo todo el rato). En el 103 tienen una. En el de hiendo a Madrid a la derecha, en el hiendo a Madrid a la izquierda, no.


Tojunto

Harry Sonfór dijo...

Pues ¿y cómo es? ¿como los meneadores de los laboratorios? Cómo me gustan los meneadores de laboratorio.