viernes, 10 de septiembre de 2010

La cabeza que gira

Me pasaba que dormía en una habitación interior que tenía una pequeña ventana de doble hoja, siempre abierta, en la parte superior de la pared derecha que daba al pasillo. Era una pequeña y estrecha ventana cuyo cabezal del marco tocaba el techo. Por las noches, con la luz apagada, la luz del patio interior entraba en el pasillo a través de las ventanas, trepaba por la pared y llegaba hasta la ventana de la habitación. No sé si vale decir que la luz que se colaba en la habitación a través de la ventana era sofocante, pero así la sentía. Una luz sofocante. Así, la iluminación cambiaba de intensidad y de color cuando los vecinos encendían la luz de la escalera, cuando otros vecinos iban al baño, cuando otros vecinos entraban en la cocina para preparar una cena tardía. Y entonces, sin hora fija, surgía esa cabeza grotesca a través de la ventana que daba vueltas lentamente como si girara sobre un torno de alfarero. La cabeza giraba y me miraba fijamente cuando sus ojos se encontraban con los míos. Así como un padre mira y saluda en cada vuelta que da su hijo cuando monta en el tiovivo de las ferias, la cabeza me observaba en cada uno de su giros. Detenidamente, sin expresión definida. Eso, su falta de expresión, esa cabeza que parecía una máscara popular de cartón o de arcilla que no expresaba dolor, ni alegría, ni sorpresa, ni ningún sentimiento humano, era lo que me provocaba un miedo inmenso. Era una cabeza que giraba lentamente y miraba, sin emitir juicio, sin ningún afecto. Así que, en pleno verano, me tapaba la cabeza con las sábanas, cerraba los ojos con mucha fuerza y deseaba que la cabeza que gira desapareciera o que, al menos, cuando me armara de valor y volviera a mirar hacia el hueco de la ventana, cambiara su apariencia, sus cejas se arquearan, abriera la boca, mirara hacia otro lado, frunciera el ceño, hiciera una mueca, cualquier gesto que indicara que esa cabeza, a su manera, sentía, respiraba, se encontraba, de algún modo, viva.

11 comentarios:

Spanique dijo...

Una pregunta... No, mejor, no pregunto. Yo, aunque haga un calor de mil pares, no sé dormir sin una sábana por encima, no.... Supongo que necesito algo donde esconderme.

Anónimo dijo...

Por fin una cabeza que giragira y no una que rueda por el suelo...
¡Espere! si escriboe "cabeza giratoria" en google descubro otra lectura mucho más oscura (que, además, me tendrá que explicar mejor)

Javier de la Iglesia dijo...

Preciosidad de texto. Inquietante y emcionante. Si es real, más todavía porque parece sueño. El que se le olvidó meter a Lynch en "Cabeza Borradora" o así.
Abrazo gigante.
Javi

Harry Sonfór dijo...

Oiga, sí, Spanique, que a mí pasa lo mismo, que ya puede hacer mucho calor, pero que no sé dormir sin la sabaneta por encima. Y si duermo sin ella, al día siguiente, plas, acatarrao.

Ah, pues no conocía eso, Lady in the radiator. Pues nada, habrá que comprarlo a ver. Si me decido, le prometo explicárselo todo detallao, con fotos bien vistosas y hasta un vídeo. Ya verá qué fiestón más sordidaco.

Pues me alegra mucho que le guste, Javier. Yo quería meter el chacli-chacli-chacli que se escucha desde la cama cuando a un vecino nocturno le da por hacerse una tortilla francesa, que a mí no sé por qué me suena a música de muerte (pero será posible ¿quien es capaz de cocinarse una tortilla francesa a estas horas), pero no hubo manera, que quedaba como chistoso...

Mis adarmes dijo...

¿No se llamaría Mariíca?

http://my.opera.com/Adarmes/blog/2010/09/10/mari

Anónimo dijo...

-¿Qué tengo, doctor?
-Cefalalgia.
-¿Y eso de dónde viene?
-Del griego.


Tojunto

Inde dijo...

Arggg...

Menos mal que se está pasando ya el verano.

Helter dijo...

Que igual le chincha que lo diga, pero que me ha recordao esto mucho al quimérico inquilino. La misma desazón, aunque esa cabeza no giraba sino que saltaba, si no recuerdo mal.

Harry Sonfór dijo...

Mariíca o Marieta, Mis Adarmes. Ole qué promoción más buena que me está haciendo en su blog, oiga.

Oiga qué chiste más bueno, Tojunto. Conciso es, y bien bueno.

Na, pero si en invierno salía la cabeza igual, pero con un gorrete, Inde.

Qué me va a chinchar, Helter. Si es que todo hay que contarlo. Que de crío vi un capítulo de una serie de teror que echaban en la ETB en la que salía una cabeza como de barro que giraba y, placa, me pegué meses viendo la cabeza esa por la ventana. Ahora ya no la veo, ojo.
Cuando digo una cabeza como de barro, digo una cabeza inexpresiva y como sosa, no como el cabezón leonado que le modela la chica ciega a Lionel Richie en el vídeo «Hello» (eso, la de «Hello, is it me you're looking for?») ¿Que no han visto el vídeo ¡pues corran a verlo, que es buenísimo! Pues si es que Peter Griffin y servidor tenemos los mismos gustos...

Anónimo dijo...

gran vídeo, sí

Harry Sonfór dijo...

Bua, yo no me canso de mirarlo. Ese y el Is this love de los Whitesnake.

http://www.youtube.com/watch?v=ujnH4yNqL8E

Cuando monte un grupo me voy a calzar un guardapolvos de esos y van a ver lo que es bueno.